Capítulo 25: Discusión interna
El tiempo vuela. Esa era una afirmación tan escuchada que parecía real. Porque sin duda, dos años transcurrieron como si nada para Jungkook.
Después de entender que no había nada que hacer por el Omega Park, tan solo decidió concentrarse en su vida personal, laboral y familiar. Un plan que no parecía tener error alguno.
Tuvo que acercarse de nuevo a sus hermanos, aunque dejando de lado el asunto de su padre, todo estaba bien entre ellos, como si nada malo hubiera pasado.
El restaurante había ganado la fama que el propio SeokJin esperaba, todo creció, desde la clientela hasta sus empleados, incluso estaban pensando en hacer crecer aún más aquel restaurante que ambos abrieron con mucho esfuerzo y cariño.
Tomando en cuenta el hecho que era abogado, había aprovechado su proyecto para llegar con padres y madres que no contaban con el apoyo justo de sus parejas desentendidas o que simplemente decidieron irse como si nada.
Se podría decir que en todo este tiempo, existió algún cambio favorable, que estaba bien.
Pero no. Existía una constante molestia en su pecho, cada vez que pensaba en tener una relación, ya tenía treinta años, ya debería estar casado y con una familia según la manera en la que lo veía la sociedad. No, nada de eso. A pesar de que había intentado enamorarse, su lobo rechazaba esos sentimientos.
Las noches que podía dormir, se basaban cuando simplemente dejaba de pensar en lo que sentía y como lo veía la sociedad, porque si no lo hacía, eso sería imposible. Los aullidos lastimeros resonaban en su soledad, odiaba sentirse de esa manera.
Sus amigos estaban enamorados y con planes de conquista, en una relación o ya estaban a punto de casarse, como TaeHyung. Él seguía soltero y reacio a tener algo así gracias a los sentimientos de su lobo.
—Y conocer a su familia todavía me pone los nervios de punta —comentaba, porque en unos cuantos días viajaría a Ulsan—. ¿Qué piensas de eso?
—Bueno, la conocimos esa tarde que acompañamos a un papá para que aprenda de ello —sonrió mientras le entregaba un vaso de Soju—. Debemos festejar que te vas a casar.
—Falta mucho para eso.
—No creo que se vaya a negar, ¿no me dijiste que ella te lo había propuesto?
—Sí, pero, tengo problemas con lo que su familia piense de mí. Me dijo que tenía un hermano, ¿y si no le caigo bien a él?
Se rio de escuchar esas cosas, TaeHyung solía ser inseguro con muchas cosas, pero esto era demasiado. Bebió su vaso de un trago mientras esperaba que sea su amigo el siguiente en servirle.
—Nadie puede resistirse a tus encantos Tae, no pienses así, estoy seguro de que les agradarás.
—Si es así, ¿tú también caíste ante mis encantos? —cuestionó TaeHyung con cierta burla.
—No empieces.
Continuaron conversando de cosas fuera lo que podría pasar en ese viaje. Las botellas de Soju iban aumentando a medida que ambos se dejaban llevar por las conversaciones.
—Hyung —levantó la mirada tras dejar de observar su vaso— nunca nos… contaste lo que pasó con YoonGi.
—Solo lo dejé ir —se sinceró después de tanto tiempo y el alcohol funcionaba como filtro— o bueno, eso creo, solo… no me sentía capaz de seguir haciéndolo sufrir. Fui tonto al llevar nuestra amistad más allá de eso.
—Oh —masculló Kim frente a sus palabras—. Bueno, le doy la razón entonces.
Sonrió.
—Procura no cometer mi error Tae, además, ambos se aman.
—Hyung, ¿y sabe algo de aquella familia?
—Perdí mi tiempo esperando hallar una pista o algo, incluso su amiga dijo que debería dejarlo así. Él no volverá —se quedaron en un silencio corto, que fue roto tras dejar su vaso en la mesa con algo de fuerza— pero bueno, sigamos festejando por ti.
Esos tres días pasaron entre varias actividades y al final estaba solo en su hogar. Como todos los fines de semana, buscaba algo en su despacho para leer y distraer su mente, fallando en ello gracias a los recuerdos que se encontraban encerrados en la primera caja de su escritorio.
—¿Por qué insistes tanto en eso? —habló para sí tras cerrar su libro y abrir aquella caja— no pasó nada con él, no pasó nada.
Observó el papel que había decidido guardar, aquel en el que estaba escrito la despedida de Park Jimin.
¿Qué habrá sido de él? ¿Estaba bien? ¿Cómo estaría la pequeña?
Esos sentimientos abrumadores pesaban en su pecho, hace poco había conversado con TaeHyung. Y tal como esperaba, le fue bien. Su conversación no duró mucho debido a que se podía escuchar en el fondo una risa de una pequeña que también lo llamaba para que regrese con ellos, lo que le dio a entender que estaba interrumpiendo una agradable velada.
Ya pasó más de dos horas de la cena, no tenía ánimos de comer y podía escuchar esos aullidos lastimeros que en serio empezaba a molestarlo. Estaba harto.
—Mierda, ¿quieres callarte? —cuestionó molesto tras salir de su despacho— Todo el tiempo es lo mismo.
Y como si su lobo contestara, gruñó con evidente molestia ante su parte humana. Jungkook decidido a ignorarlo estaba subiendo hacia su habitación cuando alguien llamó a su puerta. Extrañado, bajó los pocos escalones avanzados y caminó hacia la entrada de su hogar arrastrando los pies, la abrió encontrándose con Hoseok parado ahí con una sonrisa en sus labios.
—Volví —levantó sus manos y con sus pulgares arriba con alegría—. ¿Me extrañaste?
—Solo te fuiste una semana Hoseok, no exageres —se hizo a un lado de la puerta y lo dejó pasar— de hecho, creí que tardarías más.
—Me esperaba una bienvenida más cálida —Hoseok ingresó mientras se cruzaba de brazos y realizaba un mohín como si de un berrinche se tratara.
—Lo siento, solo que no avisaste que llegarías —respondió Jungkook cerrando la puerta tras sí.
—Pensaba darte una sorpresa, pero el sorprendido soy yo cuando te veo tan cansado.
Ambos caminaron hacia la sala, comentando sobre cómo se veía el otro, tomaron asiento frente al otro y de repente se quedaron en silencio. Esta no era una habitual reunión de amigos, Hoseok no estaba ahí solo porque lo quería visitar, existía una razón aún más importante.
—¿Cómo te fue? —cuestionó Jungkook un poco serio.
—El viaje a Busan no resultó de la manera que esperaba —Hoseok bajó la cabeza y soltó una exhalación—. Pude camuflar mis intenciones visitando a mis padres, es solo que… no había rastro alguno de Jimin.
—Debí esperarlo.
—Hyung, sé que el primer año usted hizo lo posible por encontrarlos, pero… no lo sé, todo esto resulta agotador.
—Lo sé, créeme que lo sé —Jungkook sonrió un poco avergonzado— no debería preocuparme por él.
—Yo le perdí el rastro después de tantos años —escuchó una risa amarga por parte de Hoseok, como si ignorara su última frase—. No sabía que era así de bueno para desaparecer.
—Hoseok, ya no es necesario que lo busques.
—¿Qué? ¿Por qué? —Hoseok preguntó bastante confundido levantando la mirada.
—Porque estamos de acuerdo con que él no quiere ser encontrado, aunque, si lo consideras… tú puedes seguir con eso.
—Es mi amigo, no estuve con él cuando más me necesitaba.
—Bueno, tú tienes una buena razón entonces.
Ya no quería seguir hablando de ese tema, por lo que, cambió el mismo sobre el matrimonio de TaeHyung, poniéndolo en contexto ya que se había perdido un tiempo largo sin que el protagonista de ello pueda hablarlo con él.
—¿Cuánto tiempo le da para la preparación de la ceremonia? —cuestionó Hoseok sonriendo.
—Conociendo a Tae, tal vez tres meses.
—No solo subestime, por él puede ser en una semana.
—¿Una apuesta?
—Está bien. —terminaron estrechando sus manos quedando de acuerdo con ello.
—Con cuidado.
Con el inicio de una nueva semana, todo parecía ir en orden, desde su llegada al restaurante y el hecho de que
tenía una nueva familia que ayudaría, esta vez, un padre soltero Alfa que fue abandonado a su suerte por su esposa, ahora ese padre se hacía cargo de su pequeño así no lo hubiera hecho antes.
El pequeño de dos años estaba aprendiendo a caminar, así que muchos dirían que era extraño ver a dos Alfas en un lugar de juegos infantiles cuidando de un menor, llamando la atención de muchas madres que se enternecían con la escena.
—No creí que sería tan complicado —menciona el Alfa sonriendo nerviosamente todavía sosteniendo a su hijo— tal vez, por eso mi mujer se fue.
—Hey, no lo creas así —Jungkook sonrió—. Después de todo, hiciste lo que estuvo en tus manos para hacerla feliz, ahora, solo tienes que preocuparte por tu pequeño, no puedes derrumbarte solo porque ella no quiso seguir con esto.
Claro que sabía dónde estaba ella, el tiempo contribuyó en ello, empezando así con todos los documentos para probar el abandono y que pueda dar cierta asistencia porque el señor no ganaba mucho como se esperaría. Esa era la manera en que lo ayudaría, usando sus conocimientos como abogado.
—Me sorprende que un Alfa como usted, hasta ahora no se haya casado —lo decía sin mala intención, incluso había observado a su alrededor— llama demasiado la atención, sin querer.
—Suelo notarlo, es solo que…—dudó un poco antes de responder— no he tenido muy buena suerte.
—Ya entiendo.
Tras terminar en ese lugar, ambos caminaron hacia la salida, Jungkook incluso lo acompañó hasta su auto mientras tenía al bebé en brazos. Tras acomodarlo y que él haya tomado su lugar como piloto, hablaron apenas bajó la ventana.
—Lo veo mañana señor Jungkook, en el tribunal, ¿no?
—Sí. Intenta ir solo, por seguridad de tu pequeño.
El Alfa solo asintió y le dedicó una sonrisa, el auto así siguió su camino, se despidió con un ademán para sí dar la vuelta y caminar mientras despejaba su mente.
Aunque claro, al no esperar nada bueno en este día, sí se sorprendió cuando una mujer de una edad algo avanzada lo detuvo al volver a pasar por la entrada de aquel lugar. No era una madre que haya visto ahí, quizá solo lo detuvo por pura suerte.
—Disculpe que lo moleste, joven —parecía preocupada así sonriera hacia él— es solo que… no logro ubicar un lugar. ¿Podría ayudarme?
—Por supuesto señora.
La señora agradeció y le dio la dirección que buscaba, podía notar que no era de Seúl por el intento de acento neutro en su forma de hablar. Sonrió escuchando sus palabras, hasta que se percató de que la dirección era su restaurante.
—Conozco ese lugar —dijo un poco extrañado.
—¿En serio? ¿Podría llevarme, por favor? Sé que es una petición demasiada confiada, es solo que… no conozco a nadie y, usted me transmite confianza.
—Claro, de hecho, soy el dueño —sonrió, aunque no acostumbraba a dar esa clase de información, pero ella no parecía interesada en la comida que ofrecía, sino por otra cosa.
—Oh, vaya sorpresa. ¿De casualidad es Jeon Jungkook?
Dudoso, asintió.
—Justo iba a buscarlo. En serio es una sorpresa que lo haya encontrado por aquí.
Y cuando sonrió sinceramente esta vez, su sonrisa parecía recordarle a alguien.
Su lobo aulló y tuvo que regañarse internamente por seguir pensando en cosas que no le servían en este momento.
¿Por qué esa mujer lo estaba buscando?
Eso es todo u.u
IMPORTANTE
Una cosa, ahora la autora y yo vamos a la par con las actualizaciones, lo que quiere decir que tal vez tarde más en actualizar. Intentaré que cuando actualice, hacerlo yo lo más pronto posible.
Ya sabéis, si encontráis algo mal me avisáis porfiis. Espero os guste y hasta la próxima. Se despide:
—almin♡
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