Capítulo 19: Sentimientos y necesidades
¿Cuántas veces demostró Jungkook ser un idiota frente a Jimin? Probablemente, sí las podía contar, sin embargo, era mejor no recordarlas ahora que estaba pasando por un momento tan crítico para sí. Él en ningún momento tuvo la necesidad de ir hasta el departamento de Jimin para que pase lo que no necesitaba que pasara.
De haber conocido el hecho antes, quizá se habría pensado mejor sus posibilidades. Eso pensaba mientras seguía en su auto estacionado frente al hogar de Jimin. Mordió su labio inferior con algo de molestia y vergüenza sobre su persona, no tenía por qué pensar en el Omega.
Era inevitable y él no era de piedra, de haber sido otra la situación, probablemente hubiera caído ante las insinuaciones del Omega, por la manera en la que estuvo sobre él, ¡cielos, no!, no podía pensar así. Park Jimin estaba en celo, él se presentó sin querer y ahí moría la situación. No pasó nada, así su lobo ahora renegara con él por no haberle hecho caso a un Omega tan sumiso. Él no era esa clase de Alfa.
Tocó su pecho, intentando decirse a sí mismo que Jimin no era cualquier Omega, tenía una hija y lo estaba ayudando con el hecho de que quería ser un mejor padre. No podía romper sus reglas solo por no saber pensar con la cabeza correcta. Suspiró. Tenía que irse de inmediato, porque todavía sentía el aroma de Jimin rodear su ropa. Abrió las ventanas y mantuvo su cabeza concentrada en que debía llegar a su casa, darse una ducha y regresar al trabajo.
El viaje a su hogar se sintió corto, muy extraño, quizá había sobrepasado algunas velocidades sin darse cuenta o simplemente optó por ignorarlas. Cuando llegó, no esperaba ningún tipo de visitas, menos la de YoonGi que le sonreía al verlo caminar hacia la puerta principal.
—Hola —saludó, un poco dudoso cuando llegó a él—. ¿Qué haces aquí? Creí que estarías en el trabajo.
—¿No puedo pasar a saludarte? —cuestionó como si fuera una broma, se acercó a él solo para abrazarlo de la cintura— Te traté muy mal esta mañana y...
Sus palabras se interrumpieron cuando acercó demasiado su nariz a su ropa, Jungkook quería que la tierra lo tragara en ese instante, pasó saliva con nerviosismo.
—¿Por qué te rodea un aroma tan agrio? —YoonGi parecía curioso de ello, intentando percibir más del mismo— Cielos, apestas horrible.
No era secreto para nadie que los aromas entre Omegas podían confundirse con olores que no soportarían, eso solo demostraba que se rechazaban o que simplemente no podían reconocerlos con facilidad. Jungkook recordó aquello, ya que sabía que el aroma de Jimin era dulce y... Jeon Jungkook, no es el momento.
—Tenía algo que hacer —respondió, sonrió cuando YoonGi arrugaba la nariz y lo miraba con un poco de molestia—. Quizá, eso se deba a un abrazo que recibí, vamos, me quiero dar una ducha.
—Por favor, porque en serio mi nariz no lo soporta.
Tan solo rio de las palabras de YoonGi abriendo la puerta en el camino, le dijo que tomara asiento en lo que él se tomaba su tiempo.
—No me dijiste a qué viniste exactamente, YoonGi.
—Bueno, eso puede esperar hasta que salgas de la ducha.
La visita se extendió al igual que las horas pasaron y, bueno, sí sucedió lo que esperaba después de todo. Su lobo y él aceptaron el hecho de que YoonGi quería... bueno, se comprende bastante y con todo lo ocurrido anteriormente, fue imposible de rechazar una oferta así. Aunque, esta vez se sintió muy diferente.
Jungkook abrazaba a YoonGi desde su cintura, mientras estaba acostado en su pecho desnudo dibujando pequeños trazos en el mismo.
—Te voy a extrañar demasiado —dijo YoonGi con voz baja—. No quisiera irme tantos años fuera del país.
—Es parte de tu trabajo Yoon —sonrió y dejó un corto beso en su cabeza— y no soy quién para quitarte la oportunidad de tu vida. Trabajaste mucho para eso y, tienes que seguir adelante.
YoonGi no le respondió, tan solo se aferró más a él. En parte Jungkook estaba feliz por lo que estaba pasando el Omega, aunque una parte suya le dijera que no debería hablar así, porque en el fondo sabía lo que Min YoonGi sentía por él.
Se quedaron en silencio, tan solo abrazándose y acariciando sus pieles desnudas cubiertas por las sábanas, donde sus sentimientos no podían hablar y sus mentes pensaban en otra cosa que no fuera el momento íntimo que pasaron juntos. La atmósfera había cambiado y Jungkook sabía a qué se debía.
Él no era así con YoonGi, siempre había sido un poco sobreprotector, demasiado cariñoso, ahora solo parecía un novio aburrido sin motivo alguno y buscando cualquier excusa para deshacerse de su pareja.
—Creí que dirías otra cosa —comentó YoonGi, levantó su mirada hacia el Alfa dedicándole una sonrisa pequeña—, pero tienes razón. Así te extrañe, sé que me apoyas y con eso me basta.
No respondió porque YoonGi selló sus labios con un corto beso y su necesidad se vio vislumbrada de nuevo cuando lo abrazó con fuerza.
Los días transcurrieron con total normalidad, siendo más específicos tres días, después de aquella visita especial de YoonGi, sabía que no lo vería tan seguido debido a que el Omega tenía que realizar el trámite de sus papeles para salir del país. Jungkook estaba tranquilo con eso.
Con quien mostraba cierta preocupación, era con Park Jimin. Desconocía el tiempo que llevaría el lidiar con su celo, por lo que, no verlo todavía en el trabajo, le daba a entender que era difícil para él.
—¿Por qué tan triste jefe? —cuestionó MinHye acercándose a él, por su parte solo respondió con un movimiento de cabeza negando— Seguro, no ha dejado de observar la puerta desde que ha llegado.
—Solo pienso MinHye, solo eso —sonrió—, deberías volver al trabajo.
—Necesitamos que Jimin regrese —comentó la Beta sin dejar de sonreír—, sus fans lo esperan, además, el lugar sin él se siente diferente.
Jungkook se removió un poco en su lugar, intentando concentrarse en lo que hacía, ignoró el que la Beta se fuera de su lado hacia la puerta principal. Seguro tenía que recibir a algún cliente, pensó.
—¡Ahí está mi mesero bonito!
—MinHye noona, por favor.
Esperando que no se trataba de la maquinación de su mente, el Alfa levantó la mirada y se atrevió a ver que el Omega estaba ahí. ¿Lo había invocado de alguna manera?
—Me alegra que hayas regresado niño —la Beta abrazó a Jimin desde un costado—. ¿Te sientes mejor? El jefe Jeon dijo que tuviste un problema médico muy fuerte.
—MinHye.
Jimin tan solo le miró cuando le habló de esa forma a la Beta, algo que a ella no parecía importarle demasiado, pero le fue imposible no quitar su mirada de la de Park.
—Sí… solo necesitaba un poco de descanso, ya sabes, cosas de la universidad.
Los dos empleados continuaron su conversación mientras se dirigían hacia la sala de los empleados. No lo saludó, pero estaba bien con ello, porque tampoco quería verlo a los ojos posterior a lo que pasó entre los dos.
Sin embargo, a pesar de que estaba pensando eso, dejó su bolígrafo en la mesa y los siguió hacia dicho lugar poco después de que MinHye dejara solo a Jimin. Tocó un poco la puerta, recibiendo un “pase” muy tranquilo. Exhaló antes de ingresar y tan solo vio como Jimin se ponía su mandil con una sonrisa.
—¿Cree que…? —cuando pareció percatarse de él, tan solo ladeó la cabeza borrando su expresión de alegría—. Señor Jeon, ¿se le ofrece algo?
—Solo quería saber si estabas bien.
Todavía sostenía el pomo de la puerta, sintiendo como sus nervios le jugaban en contra.
—Sí, estoy bien —respondió seguro el Omega, acomodó su ropa y realizó una reverencia—. Gracias por preocuparse y… por mentir acerca de lo que me sucedía.
—Acerca de ese día…
—No pasó nada —interrumpió Jimin—. Fue a ver cómo estaba y salió después, no ocurrió nada entre nosotros.
—Qué bueno que lo veas así.
—¿Cómo quiere que lo vea entonces? ¿Quiere que lo considere como un desliz o que empiece a considerarme su segunda opción?
—Estás malinterpretando mis palabras, no… no me refería a eso —dijo, puesto que Jimin estaba bastante molesto, eso delataba su mirada—. Ese día fui porque estaba preocupado, pensé que les había pasado algo. Mi intención no fue incomodarte de alguna manera.
—¿Sabe qué señor Jeon? —el Omega se acercó hasta él, cruzó sus brazos para después tocarle el pecho con uno de sus dedos— Estoy harto de su papel de Alfa estúpido, porque estoy seguro de que no lo es, siempre pareciendo apenado y… ¡cielos, es usted desesperante! ¡Intentando siempre parecer amable… es, agh!
Si hubiera sido otra la situación, Jungkook estaría riéndose por la manera en la que Jimin se enojaba con él, sin embargo, no era el momento para pensar aquello.
—Bien, entiendo que es así como me ves.
—No, no es así como lo veo —Jimin volvió a cruzarse de brazos—, pero no creo que sea correcto decir palabras fuera de lugar dentro del trabajo, sabré guardarlas para algún momento.
Iba a preguntar a qué se refería, porque claramente no entendía la actitud del Omega, era diferente a otros días que pasó con él, siempre sumiso y con la mirada gacha; solo que la campanilla del lugar sonó y alcanzó a vislumbrar de quien se trataba.
—Regresemos al trabajo —mencionó en lo que Park asentía—. Vino un conocido de mi familia, así que…
—Sé hacer mi trabajo —contestó el Omega volviendo a bajar el tono de su voz.
Tan solo sonrió con gracia, salió primero que él y arreglando su ropa, recibió a Jun DuckYoung, alguien que se creía lo mejor sobre la faz de la tierra, sí, no lo soportaba; fingió una sonrisa y saludó.
—Jun DuckYoung, es un gusto tenerte aquí.
—El gusto es mío, Jeon Jungkook —sonrió él con autosuficiencia mientras observaba los alrededores de su restaurante—. Bonito lugar.
—Lo es, lo es.
Claro que no podían tener una conversación amena, porque el tal Jun fue un verdadero grano en el culo, ya sea en la universidad o en lugares a los que debía asistir con su familia, cada vez que lo hacía menos por ciertas cosas personales y familiares que se llegaron a saber. Aunque no era una persona que practicara la hipocresía, con este idiota aplicaba bastante.
—Siempre supe que terminarías de mesero —Jungkook ignoró ese comentario, puesto que estaba acompañado de una mujer—. Cariño, ven aquí, él es…
Estaba esperando a que continuara con su presentación, de manera arrogante claro, pero algo pareció llamar su atención, puesto que se había puesto pálido en el momento que observó tras su espalda.
Lo único que estaba ahí era la sala de los empleados y Jimin esperando a que lo llame, a menos que…
—DuckYoung, cielo, ¿qué ocurre? —cuestionó la mujer un poco preocupada.
Uuuuh se viene jajaja. Si veis algo, me avisáis. Espero os guste. Se despide:
—almin♡
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