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Capítulo 15: Lobo inquieto

Tras retirarse del parque y, durante el viaje en auto, el silencio estuvo presente debido a que SoYeon se había dormido en los brazos de su padre, aunque si esa no hubiera sido la situación el ambiente tampoco habría sido diferente. Eso podía notarlo Jungkook, tal vez el Omega no era de los que conversaban sobre cualquier tema. No lo hizo cuando estaban yendo al parque y, era de esperarse que no lo hiciera en el momento que regresaban al departamento.

Estacionó el auto tras llegar al edificio, Jimin solo movió la cabeza y susurró un pequeño gracias. Pudo notar como el Omega intentaba tomar la manija siendo algo imposible ya que tenía en sus brazos a su hija. Abrió su puerta, bajó para después caminar hacia la puerta trasera donde estaba Jimin, sonrió mientras abría la puerta.

—Tienes que pedir ayuda —dijo recibiendo solo un movimiento de cabeza como respuesta—. Déjame ayudarte, yo llevo a SoYeon.

—No —Jimin se aferró a la pequeña, su respuesta fue tajante, sonando incluso como un reclamo, aunque tuvo que bajar la voz—. Quiero decir… yo la llevaré.

No dijo nada, no tenía por qué decirle después de todo, solo vio como el Omega bajaba del auto para retomar su camino hacia el edificio donde vivía. Tal vez solía ser bastante distraído en algunas ocasiones, pero pudo notar que Jimin estaba molesto por algo.

Se tomó su tiempo de cerrar las puertas y poner la alarma a su auto, existía la posibilidad de que el Omega ya esté en su departamento. Siguió el camino que tomó el Omega, sí, se estaba preocupando demasiado por él. ¿Desde cuándo le preocupaba como se sentía un papá en los primeros días?

No era novedad que los primeros días algunas madres e incluso padres se molesten con él de cualquier cosa, dándole la errónea idea de que no lo necesitaban a pesar de buscarlo. Jamás le dio tanta importancia a ese tipo de rechazos.

Una vez que llegó al piso donde estaba el departamento de Jimin, viendo desde donde estaba como el Omega estaba de espaldas batallando con encontrar sus llaves sin tener que soltar a su hija en brazos.

—¿Necesitas ayuda? —cuestionó sonriendo mientras caminaba hacia él, Jimin se quedó quieto cuando sintió su cercanía— Jimin, ¿pasa algo?

—Nada —respondió el Omega casi en un susurro— es solo que…—volteó hacia él bastante apenado— creo que… olvidé las llaves del departamento.

—Oh bueno… eso es malo.

Pudo notar como se formaba un pequeño puchero en los labios del Omega, un acto tan tierno que provocó más que ternura en él y en su lobo. Extraño, su lobo no solía inquietarse por algo así.

—Señor Jeon, ¿me prestaría su celular para llamar a mi amiga? No quisiera ser una molestia ahora —dijo Jimin todavía acomodando a la pequeña en brazos— pero, no tengo a nadie en este momento.

—Me tienes a mí —respondió sin más—. Vamos a mi casa hasta que ella llegue, ¿te parece bien?

—No lo sé… Byul-Yi podría preocuparse.

—Soy un Alfa sin segundas intenciones Jimin, te prometo que no te pasará nada o dejo de llamarme Jeon Jungkook —levantó la mano derecha sin borrar su sonrisa—. Aparte, aprovecho el tiempo para saber muchas cosas de ti, ¿o crees que está mal?

Jimin no respondió, tan solo le devolvió una pequeña sonrisa mientras caminaba de vuelta, a pesar de que no fue la gran cosa, otra vez su lobo empezó a inquietarse.

Tras su largo viaje de un extremo de la ciudad a otro, llegaron al fin a la casa donde el Alfa solía recordarse lo triste que era su vida. Sin embargo, no tenía claro si alguna vez había invitado a una familia a su hogar que no sean sus amigos.

—Es demasiado enorme —pudo escuchar la sorpresa de Jimin cuando ingresaron al interior de la casa—. ¿Vive solo?

—Por el momento sí —Jungkook dejó sus cosas en sus respectivos lugares—, pero no hablaremos de eso, vamos a poner cómoda a la pequeña.

Jimin asintió y él se dirigió a su habitación por unas mantas, le habría dicho que podía dormir en esa habitación, pero estaba seguro de recibir una negación por parte del Omega. Una vez que las encontró y caminó hacia la sala, topándose con una escena bastante enternecedora, Jimin tarareaba una canción, acariciando el cabello de su hija mientras ella se apoyaba en su pecho.

No quería romper esa burbuja familiar tan intima donde de repente no se sentía tan bienvenido, pero tuvo que hacerlo diciéndole a Jimin con la voz baja de que podía acostarla en el sillón más amplio. Tras hacerlo, ambos adultos tan solo desviaron su mirada como si intentaran no hablar de algo que sabían ya.

—Señor Jeon —habló Jimin tras ese largo silencio donde solo observaron un punto fijo en aquella enorme sala—. Gracias.

—No fue nada —dijo— aunque… deberías dejar de llamarme señor, al menos cuando no estemos trabajando.

—Yo no podría, es decir… creo que…

—En serio no me molesta, solo dirígete a mí como Jungkook —sugirió el Alfa volviendo la mirada hacia el Omega— cuando estemos pasando tiempo juntos, claro.

Más silencio, recibiendo solo un movimiento de cabeza como si Jimin estuviera de acuerdo con esa idea. Jungkook ya no sabía que más hacer para que el Omega hable y no solo calle.

—¿Tienes hambre? —Jungkook cuestionó— Deberíamos comer algo.

—Estoy bien, gracias —tras responder, Jimin se agachó a la altura del sillón apoyándose a un costado de la pequeña, peinando en el proceso su cabello.

Intentó no replicar o meterse en asuntos que no podía tratar solo porque sí. Caminó hacia la cocina intentando no demostrar que estaba un poco frustrado.

Lo estaba, porque si bien sus intenciones eran buenas, no parecía percibir ese mismo compromiso en Jimin. Sí, podía decirle que las soluciones no venían de la noche a la mañana, pero si no conocía todo lo que había pasado y estaba acostumbrado a callarse no podrían avanzar.

Probablemente ahí estaba el problema, Jimin solo prefería callarse.

Retiró esos pensamientos de su mente y continuó con su labor que era preparar algo de comida.

El tiempo pasaba, el único cambio en el ambiente que se percibía era el de la cocina donde el vapor salía de la olla y se escuchaba como el cuchillo golpeaba con la tabla de la mesa. Todo eso llevó a que el Alfa se preguntara si estaban todavía en la sala o habían salido sin que se diera cuenta. Salió de la cocina, caminó unos cuantos pasos hasta la sala y se escondió detrás de una pared que los separaba, cayendo en cuenta que sus dos invitados estaban descansando, aunque Jimin estaba en una posición bastante incómoda estando sentado y apoyándose sobre sus rodillas, su cuerpo un poco encorvado, mientras su cabeza estaba apoyada en un pequeño cojín.

¿Debería despertarlo o solo dejar que descanse hasta que la comida esté lista?

Aunque se había hecho esa pregunta, tan solo caminó con mucho cuidado hacia el Omega, sentándose a su lado notó como su mejilla estaba apoyada teniendo la boca abierta, tal vez llegaría el momento que empezaría a babear. Sonrió, se tomó la molestia de acomodar algunos mechones que tapaban la frente del Omega y sin querer se había quedado acariciando un poco la piel de Jimin.

Alejó su mano ya que no debería hacer eso, si podría golpearse la mano en estos momentos se diría: “¡Alfa malo!” ya que, le daría una muy mala impresión a quien estaba confiando en él.

Se acercó un poco más, esta vez con la intención de que despierte, movió un poco su hombro sin conseguir aquello en sus pequeños intentos.

—Jimin, Jimin —susurró—. Jimin.

Notó como el Omega se removió en su lugar, esperaba que fuera una buena señal de que estaba despertando, pero resultó todo lo contrario cuando sintió su espalda chocar con el suelo.

Fue tal el movimiento de Jimin que, de alguna manera, terminó cayendo sobre su pecho apoyándose en su cuerpo como si se tratara de una almohada.

Jungkook tragó saliva. No solía ponerse nervioso cuando eso pasaba, pero esto era otra situación. Podía sentir como los latidos de su corazón resonaban incluso en su oído y estaba el hecho de que su lobo se haya puesto juguetón, siendo algo que no esperaba. Estaba también el hecho de que no era una posición muy cómoda que digamos.

¿Qué demonios?

Escuchó la puerta principal abrirse, no sabía de quien se trataba, pero sabía que la imagen que vería apenas lo buscara en la sala, no sería nada favorable.

—¡Jungkook! —era Hoseok quien exclamaba mientras cerraba la puerta— ¡Alfa serio! ¡Hyuuuung!

—¡¿Te puedes callar maldita sea?! —elevó la voz al notar que la pequeña se removía y fruncía el ceño ante el ruido, pero no era el único que se había removido en su lugar.

“Eres bastante inteligente, Jeon” pensó con cierta molestia y preocupación.

Bajó la mirada hacia la mata de cabellos que le cubría un poco el pecho, viendo como el Omega frotaba sus ojos para después notar en donde estaba. Jimin tan solo levantó la vista chocando con la suya. Le dirigió una sonrisa nerviosa que el Omega no parecía captar.

—¿Estoy interrumpiendo algo? —la pregunta de Hoseok llamó la atención de ambos adultos que solo se separaron como si hubieran sido atrapados haciendo algo malo.

—Nada, nada. —Jungkook respondió apoyándose sobre sus codos mientras Jimin volvía a su posición limpiando su rostro.

Dirigió la mirada hacia su amigo notando que le sonreía con cierta picardía como si le dijera todo con eso, por su parte, solo le quedó dirigirle una mirada seria a manera de advertencia.

—Señor Jeon, ¿me prestaría su baño por favor? —Jimin pidió después de levantarse del suelo teniendo la mirada agachada.

—Sí… de ese pasillo —señaló— a la derecha.

Jimin asintió hacia él, no levantó la mirada y solo caminó hacia el lugar que había señalado, Jungkook se levantó del suelo tosiendo en el proceso intentando quitarle importancia a todo el asunto. Observó como SoYeon parecía despertar, susurró unas pequeñas palabras a manera de arrullo, logrando que con eso ella deje de fruncir el ceño y sonría.

—Creo que sí estoy interrumpiendo algo —escuchó decir a Hoseok—. Jungkook, no conocía eso de ti.

—¿Se puede saber qué haces aquí?

Su pregunta fue hecha con la voz baja, sin embargo, eso no escondía la molestia que sentía ya que Hoseok podría sacar todo de contexto con el solo fin de hacerlo ver como el Alfa que esconde sus sentimientos ante ellos.

—Baja la voz si no quieres despertar a la pequeña —susurró Hoseok sin borrar su sonrisa—, además te llamé antes de venir, pero como no contestaste, aquí estoy.

Jungkook quería golpearse la frente en ese instante, su celular estaba en el auto.

—Que considerado —masculló— debería darte un abrazo sabes.

—No gracias, aparte de que tienes tu ropa babeada.

Prefería no confirmar lo que era obvio, aunque, ¿quién no ha babeado alguna vez la almohada donde uno dormía?

¿En serio se había comparado con una almohada? Sin quererlo en realidad una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

—Esa sonrisita, cielos Jungkook —cambió su expresión a una seria haciendo que Hoseok suelte una respiración—. Bueno ya. ¿Quién es la nueva familia?

—Park Jimin, así se llama el papá —respondió observando a la pequeña quien seguía durmiendo a gusto en ese lugar— y ella es Park SoYeon.

—¿Park Jimin dijiste?

Eso es todo, si veis algún nombre que no cuadre me avisáis. Espero que os guste. Se despide:

—almin♡

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