Capítulo 1: ¿Alfa sin sentimientos?
JungKook había terminado su pequeña misión en cuanto volvió a su departamento, que sus amigos habían denominado como cuartel general del proyecto:¡Papá en renta!, para él eso sonaba demasiado infantil, pero considerando la edad mental de sus amigos y la suya, también el hecho de de que estaban con los niños parte de su tiempo, era un buen nombre. Abrió la puerta escuchando los gritos de los que ocupaban su morada en una mañana bastante agradable.
No quería molestarse. Su mañana empezó muy bien, y lo que menos deseaba era eso.
-¿No deberían estar trabajando? -preguntó en cuanto ellos le vieron entrar con una postura relajada- Mi casa no es zona de guerra.
-Nadie estaba discutiendo -mencionó SeokJin mientras se cruzaba de brazos, el sin borrar su sonrisa enarcó una ceja- creíamos que volverías más tarde.
-¿Sigues con la familia Choi? -preguntó TaeHyung, solo asintió- Bueno, la pequeña es en verdad adorable.
HoSeok era el único que no decía nada, por lo que su atención se quedó en su persona. Tanto el Beta como el Alfa no sabían de la manera que reaccionaría JungKook, era un hombre de pocas palabras y una extraña caja de Pandora. Todo era sorprendente de su persona.
-¿Tuviste problemas con el anuncio? -cuestionó ganándose un movimiento de cabeza por parte de HoSeok, sonrió- Déjalo así, no es necesario hacerlo. Hemos "trabajado" -formó con sus dedos unas comillas- así desde hace un año. ¿Qué necesidad hay del anuncio? Además, no quiero que tomen esto como una excusa para conseguir algo con esa persona.
-Lo que pasó con la señorita Jang es un tema personal aparte -SeokJin parecía avergonzado, los demás rieron-. Quedamos en no mencionarlo.
-Fuiste tú quien lo mencionó.
Sabían que SeokJin le avergonzaba hablar de algo así, había sido rechazado de una manera tan olímpicamente digna de una grabación para ser objeto de burlas en internet, para su buena suerte y fortuna, la madre de un pequeño solo lo le sugirió que se dejarán de ver. Lo malo de SeokJin era que solía enamorarse de cualquier persona que lo tratará bien o que hubiera comida de por medio, a esto solo se lo podía llamar como: el príncipe ciego de amor.
-No es que ustedes dos par de insensatos no tengan errores así
-empezó a señalar SeokJin, HoSeok calló y TaeHyung por su parte continuó riendo mientras se encogía de hombros-. Así que no deberían reírse de mí.
HoSeok sabia porque se estaba callando, la última vez un Omega con una pequeña niña adorable que disfrutó cuidar solo cinco días, lo rechazó cuando intentó llevar a algo más su relación. Era inevitable que eso no pasara, HoSeok solía encariñarse con mucha facilidad de los pequeños, era a quien más le costaba dejar a la pequeña familia después de una semana, así que casi no participaba mucho en esto, su corazón casi no lo soportaba demasiado y al ser un Alfa lleno de amor, casi no podía entregar del todo su corazón a algo que nadie lo obligó a meterse.
TaeHyung por su parte adoraba a los niños, y era cierto que daba todo de sí para hacer que su semana sea agradable, pero era difícil no enamorarse de las madres que lo trataban bien, al ser Beta incluso era mucho más sencillo manejar a la familia, muy a su pesar también fue rechazado por lo que decidió no participar a menos que la situación lo amerite y no termine con el corazón roto. Se ríe para no llorar de su mala suerte en el amor.
-Él único aquí sin haber pasado por eso es JungKook -los tres dirigieron su mirada hacia él, por su parte el aludido solo se rió-. ¿Cómo lo haces?
-Creo que conocen mi historia, no es necesario que lo repita -JungKook en ningún momento borró su sonrisa, pero su voz se escuchó tan seria mientras los tres solo asentían-. Además, ¡no pienso darles una idea equivocada a las mujeres!
-Entonces JungKook es una persona amorosa, que se olvida por completo que es una, es un hombre de pocas palabras y muy tierno cuando debe serlo -TaeHyung observó a sus amigos-. ¿Creen que tenga que ver con la inteligencia artificial?
JungKook no sabía que hacer con esos tres amigos, aún así los quería mucho y los apoyaba cuando sus corazones eran rechazados. Estaba seguro de que ya llegaría esa persona que los trate bien y con mucho amor.
Tras el trascurso del día Jungkook no hizo más que trabajar en su restaurante, algo que manejaba muy bien con SeokJin por lo que apenas dio el mediodía pudo retirarse se su lugar sin problema alguno.
-¡Saludame a la pequeña EunSung! -le había dicho antes de despedirse.
Y claro que lo haría, pero ahora había decidido llevar a la pequeña familia a comer después a pasear. Al ser el último día, solía pasarlo con la madre (y alguna que otra ocasión con el padre), aunque muchos solían negarse a tal invitación, ella no lo había hecho, aceptó aquello ya que también quería pasar aún más tiempo con su hija y con el Alfa.
-Gracias por todo -acomodó un mechón de cabello-. EunSung te extrañará demasiado.
-No es necesario que me lo agradezcas -JungKook observó un tienda de helados, tomó la muñeca de la Omega y llamó a la pequeña que se estaba adelantando-. Vamos por el postre y después iremos a comer algo más.
La Omega estaba extrañada y algo confundida, sonrió, ese Alfa manejaba muchas cosas al revés pero siempre lograba hacer que la pequeña coma su comida por lo cual entraron al negocio, para después sentarse en una de las mesas y esperar a que pidan sus órdenes.
Había algo que JungKook detestaba, algo que hacía que por un momento se olvidara de su nombre o de que estaba en un momento ameno con alguien, las miradas para nada disimuladas sobre las Omegas. Parecía ser que no todos llegaron a la repartición de cerebros y sentido común, era incómodo tanto para él como para la mujer, es como sino pudieran vestirse de una manera solo porque creen que lo hacen por llamar su atención. ¿Complejo de narciso o simplemente idiotas?
-¿Solo eso? -volvió a preguntar el mesero, era un Alfa que desprendía un aroma poco atractivo.
-Creo que ya recibiste mi orden, respeta a mí esposa por favor. -lo último lo dijo con un gruñido intentando no hacer alguna tontería.
En ese momento el Alfa volvió a sus labores disculpándose en el acto con una reverencia. La Omega le agradeció en un susurro, en lo que continuaba jugando con su pequeña. Después de todo, no era su culpa, que ellos piensen que usar una falda corta y una camisa con algo de escote siendo tan joven y muy hermosa, sea el motivo suficiente para que la puedan mirar e incluso molestar, era incorrecto.
Mientras llegaron sus órdenes, la pequeña no dejaba de comentar lo que habían hecho en la escuela o lo mucho que lo iba a extrañar, y él no era indiferente a esto.
-Gracias por todo señor JungKook -la pequeña sonrió mientras comía su helado-. Gracias por ser mi papá por estos días.
Si sus amigos creían que JungKook no terminaba con el corazón roto, estaban muy equivocados, no sabían ni siquiera por lo que pasaba después de separarse de la pequeña familia que cuidó por siete cortos días.
Tras terminar sus helados, salieron del local. Ambos decidieron ignorar al mesero que le faltó de cierta manera el respeto a la Omega. Su tarde podía resumirse en un almuerzo agradable, pasar tiempo en el parque y después dejar a las dos señoritas en casa. JungKook cuando quería, podía ser muy atento solo por pasar tiempo con alguien que solo vio por las tardes.
Pero la realidad llegaba a él cuando regresaba a su departamento, el silencio era su compañía y la oscuridad una amiga más. No había risas que hicieran eco en el lugar, nadie lo recibía con un abrazote especial o un beso (aunque no había pasado mucho de eso), y la calefacción no ayudaba con su labor inútil de calentarlo.
Tocó su pecho con cierta molestia, estaba seguro de que eso no estaba bien, soñar con algo así. ¿Desde cuándo necesitaba tanto esa compañía?
JungKook sabía que eso era mucho pedir, sus relaciones no duraban más de dos meses ya que creían en qué no deberían cuidar niños por una estúpida razón. Entonces se daba cuenta de que no eran las personas que debían entrar en su vida, no conocían por todo lo que él pasó.
Lo gracioso de todo era que sus amigos creían que él se olvidaba por completo de que tenía necesidades, no era así, pero tampoco tenía la intención de demostrarlo. No quería lastimarse mucho. Soltó un suspiro en cuanto se acostó en su sofá mirando al techo. ¿Llegaría alguien a amarlo para que puedan darse aquel «vievieron felices» que tanto añoraba con ansias últimamente? Vamos, tenía veintiocho años y seguía soltero, probablemente significaría un problema más adelante.
Tal vez sí, tal vez no. El destino era muy incierto y ya no creía del todo en los viejos cuentos de la luna que unía parejas destinadas. Esas cosas no existían y no pasaban en la vida real, siendo realistas, Jeon JungKook apenas demostraba lo que sentía, no se arriesgaba y adoraba lo que hacía, sentía que no necesitaba de algo así.
Sonrió con pesar, probablemente le costaría encontrar a una nueva familia que requiera su ayuda. Así el dolor pasaría y sería más sencillo manejar sus pensamientos e ideas, dando aquella imagen de Alfa poco sentimental.
-A veces siento que esto no está bien, la soledad no es buena para nadie, pero si respeto mis propias reglas, todo será bueno -JungKook sonrió al terminar de decir aquello.
JungKook seguía mintiendo a su mente y corazón.
Espero que no haya ningún error y espero que os guste. Gracias infinitas por leer. Se despide:
—almin♡
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