Robert estaba tranquilamente sentado al pie de las escaleras, después de tres horas, su nuevo hogar estaba ordenado a su gusto.

Sonrió al caer en cuenta que finalmente estaba ahí, en Barcelona, el lugar que siempre soñó.

Se levantó para ir por sus llaves, aún no se presentaba con el primer equipo, y eso significa que aún no debe de cumplir ninguna dieta ni nada, así que ir por una hamburguesa no será ir contra las reglas.

Iba a subir a su habitación cuando el timbre de su casa sonó, era raro, apenas se había instalado, tal vez era algún vecino que venía a dar la bienvenida.

Fue a abrirla y no sabe si fue lo que vio, lo que olió o... El golpe que recibió, pero terminó tumbado en el suelo.

—¿What the hell...?

Tan pronto Pedri soltó estas palabras, Gavi quedó... Sin habla prácticamente. Después de años, ¿Finalmente?

Él sabía que su hermano y su padrino sabían de su deseo de algún día conocer al hombre que... Bueno, que era su padre.

Y él también sabía que en algún momento lo iba a necesitar, por más que Aymeric y Pedri hayan tenido cuidado, se enteró, sabía de su condición, al ser un omega de nacimiento prematuro, lo único que lo salvo en ese momento fue su vínculo con su hermano.

Pero con los años que tiene ya... Aún no se presentaba su primer celo, eso era por un desequilibrio en su sistema, una condición rara, pero que si no se llega a tratar bien, podría tener consecuencias graves.

Algo que su hermano y su padrino desconocían era que esas consecuencias ya se estaban empezando a notar.

Se cansaba más rápido, con suerte había podido ocultar sus frecuentes sangrandos nasales de Pedri, también ha tenido que recurrir a usar ropa más grande, su cuerpo de apoco empezaba a peder masa corporal.

Así que saber que su padrino había encontrado a su padre biológico... Se sentía como ser un paciente terminal de cáncer y que te digan que finalmente habían encontrado una cura para erradicar la enfermedad.

—¿Podemos...?—El amor que su hermano le tenía era enorme, porque sabía tan bien cuanto le desagradaba a Pedri ese hombre, pero sabía que sin importar nada de eso, su hermano nunca le negaría esto.

—Iremos ahora, alista tus cosas, yo pediré la cuenta.