018
ALZABÚ
-Vuelvo a creer que es una buena idea.- opina Jesús, apoyado en la mesa.
Después de lo ocurrido con esa mujer, todos nos habíamos reunido en mi departamento, Gabriel estaba a mi lado sentados en el sofá junto a Lilianne. En el otro estaba Eris, Mathew y Magda; y Edén estaba parada al lado de mi hija. A quien teníamos en frente era a Jesús que estaba justo hablando.
-No queremos incomodar.- habla mi hija, tímida.
-¿Incomodar? Son nuestra familia.- Eris niega, luego me mira-. Hermano... por favor, es por su bien; a la niña le puede pasar algo. Teniéndolos con nosotros podremos protegerlos.
-Gabriel, ¿qué dices tú?- le pregunto a mi novio, quien aún se mantiene callado.
Eris y yo les habíamos contado a quien vimos, y los chicos nos contaron lo sucedido allí en esa casa; todos de alguna manera estábamos asombrados por tal noticia pero no podíamos esperar menos.
-No habrá problema en que vivan allí, de por si hay cuartos vacíos.- Edén se encoge de hombros-. Nos vendría bien más gente, y Lilianne me contó de que quiere adoptar una mascota, allí tendrá espacio de sobra.
-Si es lo mejor para cuidar a nuestra hija, está bien.- Gabriel habla, yo lo miro-. No quiero perder a nuestra niña por una loca, ella ha visto todo lo que ha sufrido y ¿la quiere como si nada? me parece una estupidez.
-Me alegra saber que viviremos todos juntos.-Jesús se muestra totalmente sincero-. Y podremos protegernos, eso es lo primordial.
-Además, debemos enfocarnos en que se vienen los dieciocho de alguien.- Mathew me mira con una sonrisa socarrona-, y debemos celebrarlo a lo grande.
-No es para tanto...- ruedo los ojos riendo.
-Preciosa, es tu cumpleaños; claro que es para tanto.- Edén le besa la mejilla, yo las miro-. Lo siento señor gruñón.
-Uy... ¿vas a dejar que te hable así?- Gabriel habla en un tono acusador, todos nos reímos.
-Te lo dejo pasar, nomás porque si me caes bien.- Lilianne me mira mal-. Ay ya, es broma.
-¿Creen que venga?- pregunta Magda, todos la miramos-. Antoniel se me apareció hace unos días, preguntándome por ti.
Lilianne se encoge en su sitio, Edén suspira incómoda.
-No creo que venga, no tiene nada que hacer aquí.- yo niego, Gabriel me mira-. Es la verdad, ¿quieren estar incómodos? No, ¿verdad? Además yo no quiero que mi hija esté incómoda en su último cumpleaños. Ni mucho menos Edén, no puede volver como si nada y arruinar algo especial nuestro. Ese muchacho nunca tuvo intenciones para hacer realmente feliz a mi hija.
-Papá...- susurra Lilianne, yo la miro y luego miro mis ojos en el espejo de la sala, estaban completamente negros.
-Lo siento, permiso.- me levanto soltando la mano de Gabriel y me voy de la sala a la habitación.
Escucho que Gabriel viene detrás mío y cierra la puerta, yo me siento en la cama y lo miro unos segundos; empiezo a gruñir apretando los puños y aunque trato de calmarme, me empieza a hervir la sangre.
-Déjalo salir, no lo retengas.- Gabriel se pone delante mío. Yo lo miro dándole a entender que se aleje-. Alzabú, solo te calmarás dejando salir lo que eres.
Me quito la camiseta y me empiezo a transformar, Gabriel desvía la mirada justo cuando tocan la puerta; yo gruño mirando hacia esta. Gabriel la abre y entra Lilianne la cual al verme suspira y se acerca para acariciar mi pecho.
-Ten cuidado, ¿si?- Gabriel le soba el hombro y sale de la habitación.
Cuando nos quedamos solos, evito mirarla a los ojos, los míos eran huecos, en ellos se veía el infierno; y no quería que ella viera eso en mi. Toma mi mano y la acaricia con suavidad, dejando un pequeño beso sobre esta.
-No te mentiré... me aterra la idea de que algo malo pase papá; pero estaremos bien ¿si?- su sonrisa es suave, yo gruño-. Además, tengo entendido que en este cumpleaños cambiaré.
Asiento, y eso me calma; vuelvo a mi forma humana y por suerte mi pantalón no se había roto tanto; me coloco mi camiseta y sacudo mi cabello.
-A veces envidio como es que tu cabello parece el de una princesa.- murmura mi hija, yo me rio-. Malo.
-No soy malo, querida.- volteo a verla-. Soy un demonio.
Ella rueda los ojos chistando y dándome un palmazo en la espalda.
-Demonio prepotente y arrogante.- me saca la lengua, yo la miro mal-. Y feo.
-¿Como me llamaste?- me cruzo de brazos-. Repítelo mocosa.
-Feo.- susurra, sacándome el dedo medio.
La tomo de la cintura y la tiro a la cama, empezando a hacerle cosquillas, ella grita riéndose y yo me empiezo a reír. En eso entra Gabriel asustado pensando en que algo había pasado, pero al vernos bien suspira rodando los ojos y yéndose. Nosotros nos reímos.
***
Gabriel y yo estábamos conversando en la sala, ya los demás se habían ido y mi hija junto con Edén estaban durmiendo en su habitación. Los dos bebíamos champán ya que notaba a mi novio algo tenso y con eso se relajaba.
-¿Crees que vivamos bien allá?- pregunta, terminándose la bebida-. ¿Crees que a nuestra hija le haga bien ese ambiente?
-Tiene más confianza con ellos ahora, con Edén; va a estar bien.- murmuro, terminando yo mi bebida-. Se que tienes miedo, pero lo pensé y si estamos todos juntos; ya nadie podrá hacernos daño.
-Si... pero ahí también podrá entrar Miguel, ya me enteré porque Eris me contó.- yo suspiro desviando la mirada-. ¿Ella los quiere devuelta no?
-Si, pero no los tendrá; y es por que también quiero que todos estemos juntos porque si Miguel viene a llevárselos para complacer a Allivna, podremos protegerlos todos.- le tomo las manos-. ¿Me entiendes?
-Si, si.- murmura Gabriel y se acerca a darme un beso a los labios, yo lo abrazo y dejo que se acomode en mi pecho-, entonces iremos con ellos y podremos tener una mejor vida.
-Se que querías tu lugar, bueno; nuestro lugar.- murmuro-. pero todo va a estar bien, seremos más y habrá más felicidad para nuestra hija.
-Si ella es feliz, nosotros también.- él sonríe suavemente-. ¿Ya te he dicho lo mucho que te amo?
-No mucho, la verdad.- bromeo, él me da un manotazo-. Ay yaya, siempre siempre.
-Todo te duele, pero claro; eres un demonio muy temido.- rueda los ojos, yo le robo un beso-. Y uno muy seductor.
-Shh, nos van a escuchar.- lo callo con otro beso y meto mi mano bajo su pantalón-. Un rápido y nadie lo notará.
-Amor, yo no puedo callarme.- él se sonroja y tapa su rostro-. No lo hagas.
Empiezo a masajear su miembro y a mover mi mano, Gabriel gime bajo pero le cubro la boca y sigo moviendo mi mano, cada vez más rápido. Se sostiene de mis brazos y los aprieta, retorciéndose pero hago que se acueste en mi pecho y poder seguir.
-No, no... no puedo aguantarlo.- murmura entre gemidos, negando y cerrando los ojos.
Me acerco y quito mi mano para besarlo y callar esos gemidos, mientras mi mano se mueve con rapidez y Gabriel ahoga un sollozo cuando siento que se viene.
-Te odio...- susurra, con la respiración entre cortada, yo sonrío-. A la mierda, te amo con todo mi ser.
-Eso quería oír.- quito mi mano y me subo encima de él, empezando a besarnos otra vez.
Después de besos apasionados, me levanto y lo cargo, él enreda sus piernas en mi cintura y mientras besa mi cuello, camino hacia el cuarto y cierro la puerta con llave; cuando lo dejo en la cama me quito la camiseta y la tiro al suelo.
Esta noche sería divertida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro