40.
Ahí estaba, esa gran casa roja tan hermosa que vio cuando pequeña, ahora siendo ya grande, se daba cuenta que no era tan grande como pensaba, además estaba toda la pintura desgastada. Todas esas flores que habian cuando ella era niña ya no estan, no habia nada mas que pasto y plantas secas.
—Ahí esta. —Dijo Hitoshi, que estaba en su casa, al lado de la casa de Vania, observaba desde su puerta— Supongo que adiós...
____ soltó un suspiro, avanzo con Aizawa detrás suyo, se sentía un poquito segura con él, con el detrás suyo cuidandola. Pero a la vez, teme mirar para atrás, teme mirar y solo poder pensar cuando era pequeña y salio al patio corriendo, gritandole a su papá y el hombre que se fue en su auto. Ignoro todo ese pensamiento negando con la cabeza, golpeo la puerta esperando ahí, en silencio, esperando a que Vania apareciera abriendo la puerta.
Y así fue, la puerta fue abierta, se logro ver a la mujer alta de ojos cafés, estaban decaidos, solo demostraban cansancio. Su largo cabello rosado ahora le llegaba hasta las orejas, lo tenia cortito y se habia oscurecido un poco.
—Pero miren quienes son... —Dijo a lo bajo, solto un suspiro y entro a su hogar, dejando la puerta abierta para que los otros dos entraran.
A diferencia de hace años, que la casa pasaba hecha un desastre, ahora estaba con nueva de decoración, estaba ordenada, a excepción de un poco de polvo, se notaba que dejo ahí y no a limpiado en unos días.
Vania fue a sentarse a la mesa, estaba comiendo, una mesa para seis donde solo habia un puesto, un café con un pan, solo ella con el resto de la casa en un completo silencio. Algo que a ____ le pareció horrible, torturante a su vista, le temía desesperadamente a la soledad, y ver esto solo la hizo hacer una mueca y mirar con preocupación.
—Es solitario todo... Lo sé, no mires así, ____. Estoy acostumbrada ya.
—Vania... Mira.
—Lo puedo ver, no soy ciega, puedo ver que estan juntos. Entonces dime, ¿ya eres feliz? —____ se acercó a la mesa, miraba con susto a Vania, quería decir muchas cosas, no podía sentir nada mas que enojo, tristeza, miedo. La miraba y le daba pena.
—Vania, él quiere que le perdone.
—¿Y? ¿Vienes a pedirme consejos?
—Vengo a perdonarte.
—Niña, siempre con tus tonteras...
—Si perdone a Hitoshi, si perdone a mis tíos, también tengo que perdonarte a ti. Vania, aunque no quieras mi perdón, solo quiero que sepas que ya estoy bien, quiero seguir adelante, estoy siguiendo tus consejos, Vania. "Olvida todo y sigue adelante", te perdono, te perdono y seguiré adelante.
—Ja... Shota, malparido, veo que a pesar de todas tus mierdas, estas tratando de remediarlo. —Aizawa se acercó a las dos mujeres, soltando un suspiro se sento en frente de la pelirosada.
—¿Cómo estás?
—Ya me dieron alta del hospital.
—Lo sé.
—Entonces para que preguntas. ¿Por qué no me sorprende todo esto? No esta mal, sinceramente supongo que esta bien, también me hicieron pasar por toda una etapa del perdón en el puto hospital. Eres alguien muy madura para tu edad, ____.
—Gracias, supongo. —Dijo la chica, sentándose al lado de Shota.
—¿Gracias? ¡Eso es un trauma, que un niño sea demasiado maduro para su edad es un trauma, es lo mismo que un adulto sea demasiado infantil!
—Ah. —La pelinegra se quedó en silencio, no a hablado con su psicóloga de eso así que prefirió callar.
—¿Qué quieres que diga? ¿Perdón? ¿Perdoname por todo lo que hice? Me niego.
—No estoy pidiendo eso... Y ya lo dije, aunque lo quieras o no, te perdono. Quiero avanzar.
—¿Hice al menos algo bueno en todo ese tiempo que estuviste conmigo? De por si ya es horrible todo esto, ¿crees que estoy orgullosa de todo lo que hice? No, pero sigue todo siendo molesto hasta hoy, no estoy completamente bien, pero gracias, me metieron presa y todo, pero me sacaron de esa relación y de esta casa en el momento donde sucedió lo de los Shinso. Lo odie en su momento, pero ahora solo puedo suspirar y pensar que fue lo mejor.
—Me gustaba cuando me hacias compañia, aunque no te cayera bien y no te gustaba estar conmigo, sabias que le temía a estar sola, así que te sentabas junto a mi. Nos quedabamos ahí toda la tarde, en un completo silencio. Agradecía esos momentos... Pero terminaban y era todo un infierno, llegaba tu novio, lo sabias, minutos antes de que llegara me decias que olvidara todo y siguiera adelante, para luego pararte, hacer algo para comer y volver a tu mundo.
—...¿Seria mucho pedir que me hagan compañía? Por favor, sirvanse un café.
—Café negro.
—Lo sé, café negro sin azúcar para Shota y un café normal con tres de azucar para ____. —Vania se levanto y fue hasta la cocina, silencio quedó, solo se escuchaba como el agua era servida en las tazas.
Shota acaricio la cabeza de ____ y le dio una sonrisa, la pequeña se relajo ante todo eso, no sé sentia mal todo esto... Tener una conversación tranquila a pesar de todo, le hacia saber que no todo era tan malo como pensaba. De niña, cuando estaba con Vania, siempre creyo que cuando grande saldría de ahí, que haría todo lo posible para meterla presa y que ahí sufriera. Pero ahora ni ganas de sacarle algo en cara, también estaba cansada de todo esto, además esos años de cárcel y que estuvo internada en un hospital, fueron mas que suficientes. Ahora terminaría de tomarse un café con ella, terminaría de conversar y se iría, ya no volvería.
Vania llego, acomodo dos individuales y dejó las tazas, junto con azúcar en medio, sabia que la mocosa le echaría más. Le era gracioso, porque podía ser muy despreocupada antes, pero de verdad le ponía de los nervios cuando la niña se echaba como cinco cucharadas, miles de escenarios le pasaban por la mente, no quería terminar en el hospital o con la niña enferma. Así que solo le mandaba el grito, disimulando y haciendo como si no quisiera que le gastara el azúcar, pero no mentía, también era por eso.
—¿Tu familia? —Preguntó Aizawa.
—¿La tuya? —Respondió Vania, ninguno de los dos a hablado con nadie de su familia, ninguno de los dos tenia derecho a hablar o regañar al otro.
—¿Por qué no adoptas un perrito, Vania?
—A penas puedo conmigo misma en estos momentos.
—Entonces... ¿Por qué no vas ayudar a algun lado? No sé, de voluntaria a algún lugar.
—¿Como qué? ¿A cuidar viejos a algún asilo? Ya te dije, al menos en estos momentos no quiero nada. Viendo que estas tan preocupada por que este sola, no te preocupes, estoy acostumbrada.
—Eso da mas pena aún.
—Anda ya, callate.
—Cuida tu jardín. —Vania solo pudo chasquear la lengua ante las palabras del héroe, no queria regañadas de alguien, menos de él.
—Pon flores, cuidalas, date la meta de cuidarlas y verlas crecer. Cada día, levantate y ve afuera a ver las flores, sal al patio con un café, con música adentró de tu casa, musica que te guste, sientate en el pasto y descanza.
—Eres un idiota, Aizawa Shota. —La mayor solo miró en silencio a ____, ella miraba atentamente a Shota, la niña se quedó pensando en las flores y el transfondo de todo. No sé sentia bien con todo esto, ella no se sentía bien, pero el echo de saber que la "mocosa esa" esta saliendo adelante como ella no pudo cuando niña, le hacia sentir orgullosa. No iba a mentir diciendo que siempre la quiso y todo, ella la maltrato y lo acepta, acepta que fue una mierda, una mala persona, una abusiva y alcohólica, pero cuando niña ella no pudo avanzar, que ____ pudiera le hacia sentir bien en muchos sentidos.
—En fin, par de idiotas. Ya vayanse.
Ella también lo hacia, pero no le gustaba aceptarlo, temia a estar sola, pero no habia nada mas que hacer.
—Tan cariñosa como siempre. —Shota se levanto junto a ____, la pequeña le sonrió a la mayor y termino rápido de tomarse su café para irse.
____ salio primero, con pasos lentos salio de la casa, observo con detenimiento el lugar. El patio, la calle, las cases, el auto de Shota, todo. Solo sonrió soltando un gran suspiro para caminar hacia la calle, ahora mas relajada, mas tranquila y sintiendo una felicidad maravillosa. En estos momentos, en ese momento de cruzar esa puerta, dejo atrás todo, dejo atrás a Vania y esos años que estuvo con ella. En estos momentos, se sentia preparada para seguir adelante y ser feliz. Solo pudo darse media vuelta y ver a Aizawa detrás de ella, con una sonrisa y un pequeño gesto de nervios.
Por otro lado, Vania quedó en su casa, sentada en la mesa, el silencio volvió a reinar en el lugar. Ese silencio que por mas que lo negara, lo odiaba. Solo se tapo la cara apoyándose en la mesa, no quería seguir así. Solo hizo una de sus muecas, mordiendo uno de sus labios para no llorar o hacer un puchero, para seguir tomando su café. Entonces... Buscaría flores para su patio, haría una lista de musica y comenzaría a cuidar las flores. Porque si podía con eso, podía con ella, porque saldría adelante y capaz si, iba de voluntaria a un asilo, a hacerle compañía a los señores y señoras, a que ellos le hicieran compañia. Porque si, saldría adelante y comenzaría de nuevo su vida, seria feliz, con alguien que de verdad la ame y respete. Con una familia.
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