«La imagen de multimedia no tiene nada que ver, pero se me hizo chida(?»

Con un semblante serio caminaba por las calles poco alumbradas del lugar.
Todavía no quería ir a casa, su padre probablemente ya estaba esperándolo pero no era un buen momento.

—"Dile esto" "Dile aquello"— dijo con una voz chillona al momento que lanzaba con su pie una pequeña piedra.
—¿Por qué tiene tanta determinación en que moleste a JiMin?— se cuestiono el mismo.

—Jackson Wang...— escuchó una grave voz que lo hizo poner su cuerpo recto.
—¿Por qué estás aquí?— su padre se acercó a él con lentitud.

—Queria salir un rato.— giro su cuerpo para ver a su progenitor.
—¿Que acaso no puedo?—

—Tenemos que hablar.— apunto a su auto, Jackson obedeció y se subió a este.

El trayecto fue en silencio, uno incómodo, pues el moderno sabía que algo quería su padre.

—En tres días, JiMin tendrá su fiesta de cumpleaños...— comenzó a hablar su padre.
—Esta vez, no quiero que lo molestes, hijo...—

Miró a su padre, pues estaba observando la ventana.

—Quiero que lo ataques.— se atragantó con su propia saliva.

—P-pero...—

—¡¡¡NADA!!!— Bajo su mirada mientras jugaba con sus dedos, nervioso.
—Hijo, lo lamento, no queria-

—Ahorrate las disculpas, de todos modos se que lo volverás a hacer.— Bajo del auto dando un fuerte portazo, pues ya habían llegado a la casa.

El señor solo suspiro, ser padre no era fácil, y tampoco ser un científico con un proyecto para locos.

Creaciones de híbridos.

Hacer mejores personas para que puedan proteger al país, en especial de uno de sus mayores enemigos, Corea del Norte.

Pero, como cada experimento, tenían sus fallas y una de ellas era JiMin.

Su ADN podía convertir a cualquier persona en híbrido, pero sus padres negaron cualquier conexión con él, así que obliga a su hijo a hacerle tales cosas, como golpearlo.

Bajo de su auto, sabía que Jackson haría lo que le dijo, pues sabía cómo intimidar a las personas, incluido su hijo.