«10»
— JiMin, ¿Cuando me ibas a decir que tenias una Pantera de mascota?— un gruñido se escuchó proveniente de la sala.
— No es mi mascota Jinnie...— sonrió hasta que sus ojos se hicieron dos líneas.
— Es mi compañero—
El felino llegó de la nada, restregando su cuerpo en la cintura de JiMin, por qué si, de ese tamaño estaba.
— ¿Necesitas algo Yoonnie?— se agachó hasta quedar frente a él.
— Tengo el presentimiento de que me odia...— El mayor se fue de la cocina en dirección a la sala.
— Vamos YoonGi...— antes de levantarse, una suave mordida en su manga lo hizo detenerse.
— ¿Que sucede?— vio como la cabeza del felino tocaba con suavidad su brazo.
— YoonGi no te preocupes, son solo algunos moretones, desaparecerán pronto...— acarició su cabeza.
— ¿¡Eso quiere decir que Jackson te llegó a hacer tal cosa!?— un agitado Jin apareció en la puerta de la cocina.
"Jackson..."
El rostro de JiMin palideció al ver como la Pantera gruñía en dirección a él.
Probablemente enojado por no haberle dicho antes.
"Al final ese tal SeokJin sirvió de algo..."
[...]
Habían 2 razones para haberse quedado en casa.
La primera, es que Jackson no se detuvo con los insultos, de hecho, es peor.
La segunda, SeokJin fue detenido debido a las inconformidades de los alumnos por los oficiales, no iba a regresar hasta mañana.
— Oye ballenita~— burlón, se acercó al pequeño cuerpo de JiMin quien acomodaba sus libros.
— ¿Quieres jugar un rato?— un fuerte empujón hizo que se trastabillara pero no llego a caerse.
Paso de largo, pero los pasos de Jackson y sus amigos le seguían.
Intento meterse en su aula, solo para que lo dejaran, pero no lo logro puesto que uno de los chicos se interpuso entre él y la puerta.
También intento detenerse, pero las manos de Jackson se posaron en sus hombros y le obligó a caminar.
Observó el signo del sanitario de hombres, últimamente lo odia.
Fue empujado fuertemente al suelo, sus brazos lograron no golpearse en la cara, pero sus rodillas seguramente tendrían un moretón pronto.
— ¿Dónde está tu querido amigo, Minnie?—
Los miró a cada uno y soltó un bufido, intento levantarse cuando una patada en costilla lo hizo retorcerse.
— Nunca puedes defenderte sin nadie que este cerca— dijo burlón el chico que lo había pateado.
Un golpe a su pómulo izquierdo lo devolvió al suelo, espero el siguiente golpe, pero no llego.
Sus ojos estaban cerrados y las lágrimas salían a mares, los quejidos de los chicos se escuchaban y golpes secos en todo el baño.
— Largo— una gruesa voz retumbó en sus oídos, pero no abrió sus ojos.
Los pasos de los chicos saliendo del lugar no se hicieron esperar, dejando el baño solo.
— ¡Hola!— una voz más animada se escuchó cerca suyo, levantó la mirada y se secó las lágrimas, mirando la sonrisa de aquel chico.
¿Un conejo?
El otro chico que se veía más serio le tendió la mano y el dudó un poco y después la tomo con delicadeza.
— ¡Soy Jungkook!— quería tenderle la mano, pero al parecer el no, porque le dio un acogedor abrazo que lo hizo sonreír.
— Gracias— susurro tocando su mejilla que recibió aquel golpe, haciendo una mueca.
Una caricia se hizo presente en su rostro, la mano era fría y se sintió bien, giro para ver al otro chico.
— Hola— dijo suave — Soy YoonGi—
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