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xxx.

Isagi bebe un sorbo de su jugo, mientras mira de forma distraída su celular, puede escuchar el sonido de los cubiertos siendo acomodados en su lugar y cuando levanta la vista, ve a Rin terminando de lavar los platos.

—Idiota ¿Aún no terminas de comer? —pregunta el más alto cruzándose de brazos. —Eres tan jodidamente lento.

Isagi rueda los ojos mientras repite en voz baja las palabras de su novio, burlándose de forma muy obvia de él. Logrando así que el Itoshi le arroje el trapo de cocina a la cara.

—No seas infantil. —regaña el de ojos turquesa, escuchando la risa de su novio.

—Ya terminé de comer. No te preocupes, lavaré el plato.

—Deja eso ya. Y dámelo.

Rin le quita el plato junto al vaso y simplemente vuelve a girar sobre sus pies para seguir lavando. Al mayor le parece curiosa la manía por el control que tiene su pareja, y que aún no parece totalmente acostumbrado a tener compañía en casa, pues rara vez lo deja ayudarle en las tareas del hogar que tiene, aunque sean muy pequeñas.

—Tengo manos. Puedo lavar el plato por mí mismo.

—No necesito ayuda. Además de que no eres mi criada. —contesta el más alto.

—Pero para este punto tampoco soy solo una “visita”. Puedo ayudarte con las tareas, sobretodo cuando me quedo aquí varios días.

Isagi tampoco quiere parecer un aprovechado, pues no es ningún inútil y no tiene problemas con ayudar a su novio. Después de todo, tuvo que aprender las gran mayoría de las tareas del hogar, desde el momento que decidió mudarse con Meguru, ya que aunque su mejor amigo no era malo, era bastante desordenado, a larga, el de ojos amarillos aprendió a mantener su desastre solo en su habitación y recoger sus cosas del resto de las áreas que compartía con Isagi, quien era el que se encargaba de limpiar la mayoría del tiempo. Bachira era bueno cocinando, y terrible limpiando, así que para evitar problemas le dejó esa actividad a él de forma permanente mientras que Yoichi se encargaba de limpiar. Ambos se acostumbraron a esa rutina conforme el tiempo pasó e incluso cuando a veces no se está en el apartamento, cuando vuelve siempre puede encontrar un poco de comida que el menor le guarda de forma constante.

Justo ahora, Isagi lleva dos días con Rin, después de la fiesta del sábado, se quedó ahí el resto del domingo para asegurarse que su novio no muriese, ya que la resaca lo tenía bastante mal. Y no tuvo problemas en quedarse el día después porque en su universidad les dieron una semana libre debido a una reunión de directivos o algo así.

Rin se saltó la clase del lunes, diciendo que no sería la gran cosa porque solo era la recuperación de un exámen el cual ya había aprobado. Y ahí se encuentran en la noche del lunes, cenando juntos una vez más, mañana el Itoshi tendrá que volver a clases y el mayor deberá ir a casa para seguir trabajando en los proyectos que debe entregar, pero por ahora nada de eso es demasiado importante porque estan juntos y pueden olvidarse del mundo por un par de horas.

De pronto pueden oír el timbre de la puerta, ambos se miran por un segundo antes de recordar que el mayor había ordenado un par de golosinas a domicilio para poder ver películas un rato antes de irse a dormir ya que aún era temprano.

—Ve a abrir la puerta. Puedes hacerlo ya que no eres la visita. —Rin se burla, Isagi rueda los ojos por su tonta broma, pero no reniega y simplemente hace caso a sus palabras.

Se levanta de la silla de la mesada y camina a paso calmado hasta la puerta de entrada, por suerte, al fin trajo algo de su propio ropa al apartamento de Rin y ya no parece un niño usando ropa que me queda demasiado ancha o demasiado larga. Se vería presentable al momento de recibir el pedido y no ridículo como la última vez que apareció detrás de Rin cuando esté estaba recibiendo la pizza y Yoichi tenía una camiseta sin mangas que dejaba al descubierto las marcas en su cuello.

—Buenas noches... —dice en cuanto abre la puerta, pero al levantar la vista, se da cuenta bastante rápido que no se trata de ningún repartidor.

Del otro lado de la puerta, se encuentra el hermano mayor de su novio, el cual lo mira con una ceja alzada y los brazos cruzados. Detrás de él, está el mismo rubio de ojos rosas y expresión amenazante que lo asustó en el museo aquella única vez que estuvieron en el mismo lugar. Han pasado varios meses desde esa vez, y hay un repentino nerviosismo que se instala en el interior de Isagi al momento de verlos, o bueno, al momento de ver al pelirrojo.

Más allá de la común aura amenazante que parecen tener ambos Itoshi de forma natural, le da un poco de nervios estar consiente de que está frente a Sae, quien ahora, es su cuñado.

—Buenas noches. —responde, mirándolo de arriba a abajo con sus ojos turquesa.

Le parece fascinante como los ojos de ambos hermanos tienen exactamente el mismo tono, pero aún así, pueden transmitirle emociones tan diferentes. Mientras que Rin con una mirada logra hacerlo sentir cálido y feliz, la mirada de Sae le causa un escalofrío que recorre su espalda y le da ganas de esconderse.

—Oh ¡Eres el chico de las fotos! —dice el rubio de forma repentina, Isagi lo mira con curiosidad pues aunque sabe que Rin tiene muchas fotos suyas, le sorprende que Shidou las haya visto, tomando en cuenta que a Rin no le agrada ni un poco.

—Es el novio de Rin, pequeño demonio. —Sae habla con un tono seco en su voz. Isagi no se siente ofendido, porque no es diferente al tono que usó la única vez que hablaron.

—¡No jodas! ¿Pestañas tiene sentimientos? Eso no me lo esperaba. —contesta el de ojos rosas con cierto tono burlón en su voz mientras se acerca de forma repentina al de ojos azules. Yoichi no está seguro de como reaccionar cuando la mano del rubio lo sujeta por la barbilla, y mueve su cara de lado a lado mientras lo observa. —Es lindo. Y hasta parece bastante inocente. ¿Acaso Rin-Rin te obligó a estar con él? ¡Parpadea si estás en peligro!

—En peligro vas a estar tú, si no sueltas a mi novio en este momento, cucaracha asquerosa.

Isagi ni siquiera escuchó a Rin acercarse, al estar demasiado sorprendido por el repentino movimiento del rubio. Su novio lo sujeta de la cintura y agarra con brusquedad la muñeca de Shidou hasta apartarlo.

—Oh, que tierno. ¿Por qué no me sorprende que Rin sea un celoso de mierda?

—¿Celoso de tí? Ya quisieras, perra. Solo no quiero que toques a Yoichi con tus asquerosas manos. —contesta con cierto tono de burla en su voz. —¿Qué haces aquí, hermano?

—¿Y yo estoy pintado? —pregunta Shidou.

—Tú me importas una mierda. Así que da igual, estaría mejor sin verte. —contesta Rin.

Y vaya, cuando Isagi escuchó que Rin y Shidou se llevaban mal, lo aceptó bastante bien, pues entendía que su novio no estaba obligado a llevarse bien con la pareja que tenía su hermano, pero aún así, no se esperaba que la relación de ambas fuera así de mala.

—Supe que cancelaste tu sesión de fotos con Ukara hoy. —responde el pelirrojo. A Isagi se le hace extraño lo pesado que está el ambiente y el hecho de que ni siquiera han cerrado la puerta de entrada antes de empezar a hablar. —Además de que me habías dicho que la resaca te había sentado mal el domingo, quería asegurarme de que no habías muerto.

Sae recorre con sus ojos el cuerpo de Isagi una vez más, quien sonríe en un intento de no parecer una gacela asustada frente a un león que planeaba comerla.

—Creo que es bastante obvio que estoy vivo y para nada enfermo. —contesta Rin, antes de extender un brazo en dirección a la puerta. —Gracias por tu preocupación, ahora puedes irte. Si vuelves a venir, preferiblemente deja la basura en casa.

—Muérete, Rin-Rin.

—Después de ir a tu funeral, imbécil. 

Isagi golpea a Rin en la costilla, porque le parece que su novio se está excediendo un poco con sus insultos.

—No te preocupes, Isagi. Ellos dos se han dicho cosas peores.

El nombrado vuelve la atención al pelirrojo con algo de sorpresa, al no esperarse las palabras del mayor.

—Ahora, Rin. Aunque sé que te encantaría hacer que Isagi sea solo para tí. Debo conocerlo y eso no es algo que puedas evitar.

Sae es bastante firme al momento de hablar, cerrando la puerta con elegancia, y entrando al apartamento con completa seguridad hasta sentarse en el sofá. Shidou lo siguió en todo momento.

Yoichi levanta la vista cuando escucha un suspiro agotado de parte de su novio, quien niega con la cabeza.

—Lo siento, Yoichi. Mi hermano siempre llega sin avisar y es una jodida molestia hasta que obtiene lo que quiere. Debí saber que haría algo como esto. —Rin habla mientras esconde la cabeza en el cuello del más bajo.

—No te preocupes. Tenía que conocer a tu hermano tarde o temprano. Así que supongo que el momento es ahora. —Isagi le acaricia la mejilla con una sonrisa suave, antes de separarse y sujetarle la mano. —Seguramente no será tan malo.

Yoichi camina con seguridad hasta el lugar donde se encuentran los otros dos. Y sus palabras parecen explotarle en la cara porque no pasan más de cinco minutos antes de que Shidou y Rin empiecen a discutir otra vez. Sae solo lo mira con atención, y no parece tener ningún tipo de intención de hablarle. Isagi se siente incómodo en su lugar y casi agradece al cielo el momento en el que suena el timbre de la puerta.

—Yo iré.

Yoichi ni siquiera le da tiempo a Rin de responder, y este no le presta atención cuando el de ojos azules se levanta en dirección a la puerta. Isagi suspira con calma, agradece al repartidor y firma el recibo para luego girar sobre sus pies. Es un milagro el hecho de que no gritó al encontrarse con Sae apoyado en la pared justo detrás de él.

—¿Sae-san, q-qué sucede? —Isagi se aclara la garganta luego de notar el titubeo en su voz, sin ánimos de demostrar miedo frente a su cuñado.

—No seas tan formal, tenemos la misma edad. —responde el pelirrojo con las manos ocultas en sus bolsillos. Isagi piensa que Sae sin dudas tiene una presencia imponente y porte perfecto incluso teniendo una postura tan relajada.

—Realmente, eres mayor que yo... Cumplí veintidós hace poco, y Rin me dijo que tu cumpleaños es el otoño.

—Sé que tu cumpleaños fue en abril, yo mismo ví a Rin preocuparse por un regalo para darte. A mí con suerte me da una taza de café. —Sae se encoge de hombros luego de responder, y no parece molesto, ni nada. Incluso podría parecer una broma, es difícil saberlo. —Parece que realmente le importas. Nunca lo había visto hacer el mínimo esfuerzo por nadie.

Isagi siente que el mayor le está diciendo algo importante pero es difícil saberlo debido a que Sae habla con un tono de voz neutral y casi indiferente. Al parecer esa extraña actitud es de familia.

—Me alegra saber eso. Yo también quiero mucho a Rin y me importa...

—No necesito que me lo digas. Después de todo, podrías estar diciéndome la verdad o estarme mintiendo en la cara. —dice Sae. Isagi se congela en su lugar sin estar seguro de como reaccionar ante esas palabras. —Y tomando en cuenta que Rin es la persona más desconfiada y cerrada a las relaciones que conozco. Yo supongo que, sí te eligió es por algo. Así que está bien que tengan una relación. Me alegra que Rin esté con alguien y aunque no sé si sea cierto, me agrada escucharte decir que lo quieres.

—¿Gracias? —Yoichi no está seguro si es la respuesta correcta, pero técnicamente Sae no dijo nada malo sobre él. Tampoco dijo nada bueno. Es una respuesta neutral totalmente acorde con su rostro y con la actitud que Rin le dijo que el mayor solía tener. Siendo naturalmente desinteresado en todo aquello que no estuviese directamente relacionado con el modelaje.

—Siento que es una estupidez hacer algo como amenazarte o pedirte que no le hagas daño a Rin, pues las decepciones son parte de la vida. Y no estoy diciendo que su relación no vaya a funcionar, solo digo que el hecho de que yo te pida que no hagas algo malo no va a ser un impedimento para tí. ¿Entiendes?

Isagi parpadea unas dos veces mientras recuerdo la vez que Rin le dijo que su hermano era un obtuso que no tenía ni puta idea de como comunicar sus ideas de forma eficaz sin sonar como un desalmado en el proceso, creía que no podría ser peor que su novio pero ahora nota que sí, Sae es realmente malo para darse a entender pero pasar tanto tiempo con Rin y tomarse casi todo lo que dice con ligereza le ha dado la capacidad de leer entre líneas y darse cuenta de que Sae no le está diciendo nada malo. Por lo que entiende, el pelirrojo le dijo que no iba a meterse en la relación que tenía con Rin.

—Creo que sí. Entiendo. Aprecio que confíes en la decisión que tomó Rin al salir conmigo y espero algún día no te quede ninguna duda de que realmente quiero a tu hermano. —responde con seriedad. Porque aunque la relación de los hermanos Itoshi sea algo extraña, no duda que Sae debe sentir de cierta forma al menos un poco de miedo de que esa relación pueda lastimar a su hermano menor en algún momento y Yoichi respeta ese sentimiento, porque aunque no es lo mismo, podría compararlo con eso que sintió al ver la tristeza en los ojos de Bachira al hablar de amor.

—Es un idiota pero aún así, cuida a mi hermano, Isagi. —Sae lo dice con tanta inexpresividad que no parece una petición, aún así, el de ojos azules asiente de forma solemne.

—Eso haré.

—¿Qué tanto hablan ustedes dos? —Rin aparece de pronto mirándolos a ambos con una ceja alzada. Yoichi sonríe mientras que Sea frunce el ceño.

—Nada que te importe, Rin. No seas tan entrometido. —regaña el pelirrojo mientras que el más alto rueda los ojos.

—No estoy siendo entrometido. Vine aquí antes de matar a la plaga que tienes por pareja.

—No puedes matarlo. Lo necesitamos para la sesión de fotos de la próxima semana.

—Oh, vamos. Hay cientos de maquillistas que podrían hacer el trabajo de la cucaracha con facilidad. —contesta Rin con cierto desdén.

Algo en el cerebro de Isagi parece hacer cortocircuito luego de escuchar las palabras de su novio y procesarlas en su mente.

—Espera... ¿Shidou es maquillista? —pregunta sin ocultar ni un poco su sorpresa.

—Es maquillador profesional, y tiene varios certificados en cosmetología. —responde Sae, con un mínimo tono de orgullo en su voz. —A diferencia de lo que Rin cree, no es un cabeza hueca.

—Es un cabeza hueca con certificados. Gran cosa.

—Puedes venir a ver su trabajo si quieres, Isagi. —Sae habla ganandose una mirada de sorpresa de su hermano y del nombrado. —Bueno, básicamente el trabajo de todos. Si vienes a la siguiente sesión de fotos, podrás vernos trabajar.

—¿Cuál es el truco? —pregunta Rin con desconfianza pero Isagi lo golpea con su codo antes de sonreír en dirección al pelirrojo.

—¡Sí! Me encantaría ir a verlos, aunque he visto a Rin tomando fotografías, me gustaría ver como es en su trabajo.

—Sigue siendo el mismo amargado de siempre. —dice Shidou, apareciendo con las manos detrás de la cabeza. —Me aburrí de esperarlos allá. ¡Uy, gomitas!

—¡Yo compré esas gomitas para mí novio! ¡No para tí, cucaracha asquerosa!

—¡Aprende a compartir, imbécil!

Rin y Shidou empiezan a discutir una vez más, Sae mira a Isagi con algo parecido a la compasión antes de hablar:

—Al menos ya no tendré que aguantar a estos dos imbéciles yo solo.

Isagi sonríe sintiendo empatía por su cuñado y todas las veces que habrá tenido que aguantar situaciones así antes.

[...]

Apreciemos a Sae, siendo no tan mal cuñado, pero siendo un pelele para la comunicación.

En otras noticias, mañana es mi primer día de clases. Estoy más aterrada que Isagi al ver a Sae y escribir me calma un poco. Así que espero hayan podido disfrutar el capítulo.

¡Deseénme suerte! (Jsjs. La última vez me fue bien gracias a sus buenos deseos 🫂)

¡Gracias por leer! 💓✨

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