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xvii.

Isagi sale del baño mientras usa una pequeña toalla para secarse el cabello. Trae puesta una camiseta verde oscuro que le queda algo grande, junto a unos pantalones de pijama que se le bajan un poco cada par de pasos que da, aunque no demasiado por lo cual no se preocupa mucho.

Hay una extraña emoción que burbujea en su interior y una sonrisa que no ha desaparecido de su rostro desde que se besó con el menor bajo la lluvia porque ¡Joder! ¿Cómo podría no emocionarse después de lo que Rin dijo?

Tal vez otra persona se molestaría porque el Itoshi dió por hecho un par de cosas y nunca se planteó el hecho de pedirle ser novios formalmente pero ¿A quien le importa eso? Al menos a él no le molesta ni un poco porque no puede dejar de pensar que Rin ya lo consideraba su pareja seriamente ¿Cómo podría pensar siquiera en molestarse?

Rin probablemente tenía más razones para molestarse que él pero aún así, lo había tomado bien y no podía sentirse más agradecido por eso.

Ahora sabía un poco más del pasado de Itoshi, y aunque él mismo admitió que sí había estado con personas sin interés romántico de por medio, también había dejado claro que, de saber que lo suyo no tenía futuro lo habría cortado desde hace mucho pero él sigue aquí. Itoshi lo sigue intentando y aún cuando Isagi le dió la posibilidad de desentenderse del asunto, Rin insistió, porque a veces no es cuestión de ser insistente hasta el punto de ser molesto sino más bien, de darle tiempo a las personas, y esperar el momento correcto para intentar una vez más.

Rin le dió espacio, esperó pacientemente y cuando creyó que había pasado demasiado tiempo, él mismo buscó la oportunidad de resolver las cosas. Y eso para Isagi significaba mucho.

—Estoy en la cocina.

El de ojos azules volvió los pies en la tierra, cierto, después de subirse al auto con la calefacción encendida, ni siquiera hablaron al respecto con una solo mirada ambos ya sabían lo que querían, así que el menor condujo hasta su hogar. Y puede que se hayan besado un poco en el ascensor, como la primera vez que Isagi fue a ese lugar, pero al entrar al apartamento Rin casi que lo obligó a ir a ducharse con agua caliente para evitar un resfriado, lo cual le parecía sinceramente adorable al mayor.

Cuando sale del pasillo, puede ver a Rin con la cadera apoyada contra la mesada mientras sirve un vaso de agua, cuando sus ojos se encuentran, el más alto sonríe apenas.

—Ven acá.

Isagi se acerca, colgando la pequeña toalla en el respaldo de una de las sillas, el menor no le da importancia, simplemente lo sujeta de la cintura, atrayendolo a su cuerpo.

—Yoichi... —La voz es ronca contra su oído y el mayor tiene que tragar saliva debido a los nervios.

—¿Sí?

—Tienes que hacer algo que seguramente no te va a gustar...

—Estamos bastante cómodos justo ahora, Rin. No lo arruines. —pide Isagi con los ojos cerrados al imaginarse de qué se trata.

—Es por tu bien, idiota. —Rin se burla, separándose un poco para ofrecerle una pastilla. Y es que el menor sabe muy bien del odio que Isagi le tiene a las medicinas cuando no se siente enfermo porque él mismo se lo confesó, pero según su opinión, debería dejar de ser tan llorón al respecto. —No quiero que te resfríes.

—Joder, eres tan tierno pero aún así, no quiero. —Y es que nadie se había preocupado tanto por él, excepto sus padres y tal vez Bachira. Se le acelera el corazón de solo pensar lo lindo que es Itoshi justo ahora pero no por eso va a renunciar a sus principios.

—No soy tierno. Y ya toma la maldita pastilla. —amenaza Itoshi, pero Yoichi es demasiado terco y simplemente aparta el rostro, alejándose un paso.

—Estaré bien, Rin. No necesito la pastilla, no voy a resfriarme. —El mayor niega con la cabeza y mantiene los labios apretados porque realmente ese día ha sido lo bastante lindo como para arruinarlo tomando una medicina que odia.

—Eres un bebé.

—Y aún así te gusto. —Se burla el Isagi, cruzándose de brazos. Itoshi rueda los ojos, llevándose la pastilla a su boca y tragandola en seco sin problemas, bajo la impresionada mirada del mayor. —¿Cómo mierda haces eso? 

—Los adultos no hacen tanto drama por una simple pastilla, bobo. —contesta Rin, encogiéndose de hombros para luego acercarse de nuevo al de ojos azules.

Isagi se mantiene quieto, cuando el menor se acerca y junta sus labios, no duda en corresponder el beso que empieza a escalar con rapidez hasta que en un momento Yoichi abre la boca, permitiendo el paso de la lengua de Rin a su cavidad, para luego abrir los ojos aterrado al sentir que le deja algo dentro de la boca. Itoshi se separa con una sonrisa llena de maldad para luego cubrirle los labios con la mano.

—¡Traga la maldita pastilla! —Isagi frunce el ceño y patea al menor quien se queja pero no lo suelta hasta ver que el de ojos azules ha tragado. Duda unos segundos antes de soltarlo, y extenderle el vaso de agua. —¿Lo ves? No fue tan difícil.

—¡¿Estás loco, imbécil?! ¡No puedes obligarme a tomar una pastilla!

—Relájate. No era droga. Me lo agradecerás luego cuando no te enfermes por ser tan llorón.

—Te odio. ¡¿Y cómo mierda lo hiciste?!

—Sabes que no es verdad. No me odias. Además la tenía debajo de la lengua y solo trague saliva para engañarte. —Rin se encoge de hombros, restándole importancia pero puede ver que Isagi está realmente molesto al respecto. —Perdona ¿Sí? En parte era un pequeña venganza por desconfiar de mí, quería molestarte un poco, pero me excedí, prometo que no te haré esto de nuevo. Ya eres lo bastante grande para decidir cuando tomar medicamentos.

—Ya, está bien.

Y bueno, Isagi sí está molesto por eso y es difícil ver algo tierno de toda la bizarra situación. Supone que, ciertamente aún no conoce al menor lo suficiente como para anticipar cualquiera de sus locos movimientos.

—¿Qué haremos ahora?

—¿Quieres helado?

Para este punto, se puede tener en consideración que Yoichi y Rin son un pareja bastante peculiar. Hace un par minutos peleaban por una pastilla y ahora están recostados en la cama del menor, comiendo una taza de helado con gomitas mientras ven una película de zombies, que realmente no es nada aterradora, según la opinión del de ojos turquesa, aún cuando su acompañante salta cada vez que escucha los gritos de los protagonistas.

Yoichi mira con atención el perfil de Rin, quien toma una cucharada de helado de su taza, observando con indiferencia la pantalla. Indudablemente es un chico guapo, esa clase de chico que ves a lo lejos y no se puede evitar pensar: Que suerte tiene su pareja.

Ahora mismo, Isagi es esa pareja. Y apenas se lo puede creer, porque no es que tenga algo malo, simplemente, es ese tipo de cosas que hasta hace algún tiempo no podría haberse imaginado y al pensarlo, se da cuenta de que estuvo a punto de arruinarlo todo por culpa de su inseguridad.

No es su culpa, pues nadie es capaz de controlar esa vocecita en la mente que nos hace pensar lo peor de nosotros mismos, pero de no ser por Bachira, tal vez se habría dejado hundir en la tristeza y autocompasión sin darse la oportunidad a sí mismo de pensar que sí, Isagi es suficiente para un Itoshi (Isagi es más que suficiente para cualquier persona) y tampoco darle la oportunidad a Rin porque sí, es un idiota, pero es un idiota que respeta los sentimientos del resto.

Isagi casi arruina todo eso que han formado por dejarse llevar de aquello que dicen los demás...

Aunque no es así.

Isagi casi arruina todo eso que ellos dos han formado por no confiar lo suficiente, ni en él, ni en Rin, ni en lo que sienten. Ese fue su error y es algo que debe mejorar.

Y lo voy a mejorar. Piensa, porque justo ahora está aquí, está con Rin, están juntos. ¿Por qué frenar ahora cuando es el momento perfecto de seguir escalando para ser cada vez mejores el uno con el otro?

El problema empezó por dar las cosas por hecho y no ser directo con lo que sentía y quería. Ese es un error que no planea cometer de nuevo.

—Oye, Rin.

—Uhm...

—¿Puedo ser tu novio? —pregunta Yoichi, girando su cuerpo en dirección al menor quien detiene la cuchara de helado a medio camino de su boca, bastante confundido. —Y antes de que digas cualquier cosa. Ya no quiero dar las cosas por hecho, o suponer nada. Seamos directos respecto a todo a partir de ahora, aunque creas que no vaya a gustarme, quiero que seas sincero.

—Si eso es lo que quieres, está bien. —responde, suavizando la mirada. —Tiendo a suponer las cosas de forma incorrecta porque no tengo idea de cómo es una relación funcional, nunca había tenido una. Así que, dime si estoy siendo demasiado frío o demasiado brusco. No tiendo a darme cuenta de eso.

—Hecho. —Isagi sonríe porque ahora, sin lugar a dudas, siente que están llendo en la misma dirección. —Ahora ¿Puedo ser tu novio, Rin?

—No he aguantado tantas cosas como para decir que no a eso.

—¡Oye! ¡Yo también he tenido que aguantarte! Pude dejarte después de tu bromita de la pastilla.

—Error. No podías dejarme porque no éramos nada en ese momento, idiota.

—¡Pues ahora sí puedo!

—¿Me lo acabas de pedir y ya planeas dejarme? Que tibio, Isagi.

—Nada de Isagi. Ahora soy Yoichi, tu novio. —contesto con una pequeña sonrisa porque, joder. ¡Que bien se siente decirlo!

—Solo bésame y ya, novio.

Yoichi por supuesto que no iba a negarle esa petición a su novio.

[...]

¡AL FIN SON NOVIOS!✨

Tardamos 17 capítulos pero el momento que todxs estábamos esperando al fin paso.

Momento de celebrar jaja.

En todo caso, recuerden que no pueden obligar a nadie a tomar una pastilla. No repitan aquello que leen en fanfics (se me ocurrió esa escena y no pude resistirme agregarla, fuí débil. No hagan eso jsjs).

¡Gracias por leer!✨❤️

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