xv.
Isagi limpia sus manos con un trapo mientras observa el lienzo que se alza frente a él, aún le faltan muchos detalles pero por hoy, la clase acabó así que tendrá que dejarlo en el taller para continuar otro día.
—¿Nos vamos, Isagi? —Hiori se acerca por detrás luego de guardar sus propios pinceles. El de ojos azules le sonríe antes de asentir, recogiendo su mochila del suelo y caminando junto a él fuera del salón hacia los pasillos. —¿Tienes planes para hoy? Yo iré a jugar videojuegos con Nanase más tarde, me siento bloqueado con la tarea del profesor Noa.
—¿La de construir una pieza extensiva del cuerpo? Uff, esa tarea me dió dolor de cabeza el semestre anterior. Suerte con eso, amigo. —Isagi rió en voz baja, dándole un par de palmadas al de cabello claro. —Oh, si quieres, podría enviarte los bocetos que hice para el mío, tal vez eso consiga darte algo de inspiración.
—¡Sí! Eso me ayudaría mucho. —Hiori se abraza al costado Isagi mientras sonríe de esa forma tan adorable que tiene de hacerlo, pero a diferencia de antes que conseguía hacerlo sentir nervioso, el pelinegro solo suspira negando con la cabeza.
—Sí, sí, soy genial. Ya sé, más vale que me ofrezcas la misma ayuda el próximo semestre cuando tenga que ver las clases de...
—¿Isagi?
Yoichi no contesta, siente que su cuerpo se quedó congelado al ver justamente a la persona de la cual ha estado huyendo en los últimos días.
Y se supone que ya no va a huir, desde ayer se ha estado haciendo a la idea de llamar a Rin para decirle de verse y así poder hablar con él y ser sincero con cómo se sentía, pero se supone que aún tenía tiempo hasta casi el anochecer antes de verlo. No justo ahora. No está listo, y todavía no está seguro de cómo debería decir lo que quiere decir sin sonar como un tonto inseguro.
—Oye, Isagi. ¿No es ese tu modelo de...? —Hiori inicia la pregunta pero tiene que girar sobre sus pies porque el pelinegro empieza a caminar hacia atrás mientras agacha la cabeza con la esperanza de que Rin no voltee en su dirección. —Isagi, oye... ¿Qué sucede? ¿A dónde vas?
—Hiori, sí ese es mi modelo y puede que él y yo pues... No estemos en los mejores términos justo ahora y...
—¿Estás huyendo?
—No... Bueno, tal vez.
—Oh, vamos. ¿Es demasiado malo lo que pasó?
—No, se supone que iba a verlo hoy en la noche para poder solucionar lo que pasó pero...
—¡Perfecto! Entonces mejor adelantar las cosas... —Hiori sonríe, y sujeta a Yoichi del brazo para caminar en dirección al chico de ojos turquesa.
Isagi está nervioso, pero no lo suficiente como para imponer resistencia al agarre de Yō. Mucho menos ahora que puede sentir los pesados ojos de Rin sobre ellos a medida que se acercan.
—Bueno, hasta aquí te acompañaré, amigo. —Hiori lo suelta, y se sacude las manos en un gesto dramático. Y mira a Rin por un momento pero hay algo en sus ojos que parece reconocerlo, así que habla: —¿No eres el compañero de Nanase?
—Sí, y tú eres su amigo. He visto muchas fotos de tí en su computadora. —responde el de ojos turquesa, mientras lo mira con algo de pereza.
—Él nos fotografió a Isagi y a mí en el jardín botánico.
—Lo sé, ví esas fotos. No sabía que Isagi necesitaba ir allá... —contesta el menor, mirando de reojo al nombrado, quien se sobresalta un poco, nervioso por lo pesados que eran los ojos de Rin y la mínima acusación que parece esconderse tras sus palabras.
—Tal vez puedas acompañarnos la próxima vez. —Hiori sonríe al momento de hablar y Rin solo asiente. —Bueno, ya es hora de irme. Adiós, Isagi. Y adiós también, Itoshi.
Hiori se aleja y los otros dos se quedan ahí con un silencio tenso a su alrededor. Isagi puede oír un par de murmullos de algunos de sus compañeros de clase, quienes también se encontraban saliendo de sus aulas y tal vez es un paranoico al sentir muchos ojos sobre sí, pero eso ahora mismo no es lo importante, porque solo puede ver a Rin frente a él, con las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta de cuero y el rostro serio que le devuelve la mirada.
—¿Vas a seguir ignorandome? —pregunta Itoshi, acercándose un paso en su dirección.
—Y-yo no estaba ignorandote.
—Dile eso a alguien que te crea. —contesta con un gruñido bajo, Rin gira sobre sus talones, dándole la espalda y empezando a caminar. Isagi se queda quieto, porque lo nota en el tono de su voz, el de ojos turquesa está herido. —¿Vas a venir o no?
Yoichi reacciona, siguiendo los pasos del más alto hasta su auto, el cual no se encontraba tan lejos de la salida del edificio. El de ojos turquesa le abre la puerta del copiloto sin mirarlo, y el mayor se siente algo culpable. Cuando Rin enciende el auto, Isagi gira ligeramente el cuello para verlo mejor.
—Lo siento... —dice, Itoshi apenas lo mira de reojo.
—¿Por qué te disculpas? ¿No se supone que no estabas ignorandome? —contesta con un gruñido, y en lugar de ponerse triste, Isagi frunce el ceño debido a la respuesta berrinchuda del menor.
—Ya, Rin. Admito que estuve evitandote pero nunca te ignoré, porque cuando me llamaste, contesté. —responde con el mismo tono de molestia. —Si pasamos tanto tiempo alejados fue porque tú tampoco pusiste mucho empeño en buscarme.
Isagi se cruza de brazos, y desvía la vista en dirección a la ventanilla del auto. Rin bufa con fastidio junto a él.
Y honestamente ambos están actuando como un par de resentidos.
El de ojos azules choca su frente contra la ventanilla mientras suspira con fastidio, el menor lo mira por un segundo antes de volver la vista al camino.
—¿Estás bien?
—¿Ah?
—Ví que te golpeaste con la ventanilla. ¿Estás bien? —pregunta el de ojos turquesa.
—Oh, sí. Estoy bien... —contesta mientras soba el lugar del golpe con la punta de sus dedos. Lo hizo solo para distraerse a sí mismo del enojo que estaba naciendo en su interior, así que realmente no le había dolido. Hay un nudo que se forma en su garganta porque es tierno que Rin se preocupe por eso aunque técnicamente está enojado, tal vez está siendo muy sentimental pero la culpa sigue martillando su interior al ser consciente de que de una u otra forma fue por su causa que todo esta situación haya iniciado, así que simplemente no puede resistirlo más: —Perdón por evitarte esta última semana, Rin.
El menor asiente mientras sigue conduciendo en silencio. Isagi no está seguro de lo que debería hacer o decir así que se mantiene mirando a su acompañante hasta que decide tomar valor.
—Yo...
—Llegamos.
—¿Qué?
Yoichi duda, antes de mirar por la ventanilla una vez más porque de tanto mirar al conductor, no se dió cuenta del lugar al cual habían llegado. Era un parque natural, el de ojos azules lo conocía pues había ido muchas veces en primavera desde que había llegado a la ciudad para ver los cerezos en flor, y aunque no era temporada, seguía siendo un hermoso lugar para pasar un día en la naturaleza.
—Te gusta caminar. Así que vayamos. —Rin ni siquiera pregunta, su palabras son una completa afirmación y no le da el tiempo al mayor para decir nada porque el menor ya ha bajado del auto, mientras lo rodea para abrirle la puerta a él.
Isagi sale del auto algo aturdido y sigue a Rin un par de pasos por detrás, mientras que el menor se mantiene caminando a un paso bastante lento y calmado.
Yoichi no tiene ni idea de qué está pasando.
Hace cinco minutos ambos parecían bastante capaces de iniciar una discusión de la nada, pero ahora mismo, están caminando en completa calma y aunque Isagi disfruta de sobremanera la compañía de Rin en uno de sus pasatiempos favoritos, no deja de ser... Raro y sorpresivo la forma tan repentina en la que están sucediendo las cosas.
Itoshi frena e Isagi lo hace también de forma inconsciente por estar distraído mirando su espalda, e intenta disimular el sobresalto que tiene su corazón cuando Rin voltea a verlo con el ceño fruncido.
—Deja de caminar detrás de mí. No soy tu madre, no debes seguirme como si estuvieras castigado o algo así. —dice con voz fastidiada, y es que el mayor no se había dado cuenta pero realmente parece un niño al estar siguiendolo de esa forma. —Ven acá.
Rin se acerca y simplemente toma la mano de Yoichi. El de ojos azules debe contener el sonido de sorpresa que intenta escaparse de su garganta debido a la calidez de su mano junto al frío que siente al tocar el metal de los anillos del menor.
—Vamos que se hará tarde.
El más alto tira de sus manos unidas y el mayor lo sigue sin dudar porque ahora su mente simplemente está vagando en una nube de emociones porque, oh, mierda. Rin está tomando su mano.
¡Rin está tomando su mano en público!
Bajo la mirada de un montón de personas, niños, jóvenes, adultos y ancianos. Todos pueden verlos tomados de la mano, algunos sonríen y otros fruncen el ceño. Son dos chicos tomados de la mano y no sabe qué es lo que puedan pensar porque lo que realmente le importa justo ahora, es que a Rin parece darle igual también.
Isagi es un chico común, nadie que sobresale demasiado pero Rin...
Claro que Rin no es la persona más famosa del mundo, tampoco puede comparar su fama con la de Sae, pero sigue siendo lo suficientemente reconocible como para correr el riesgo de iniciar un rumor en redes sociales solo por estar caminando por ahí de la mano de alguien más. Y de todas las personas con las que puede hacer esto, Rin eligió a Isagi.
En este momento, Yoichi quiere golpearse contra algo. Se supone que no iba a divinizar las pequeñas acciones de Rin, pero es difícil decirle a su corazón que no se emocione por esto.
—¿A dónde vamos?
—Habrá una feria de artesanos aquí. —respondió el de ojos turquesa. —Caminar, ver cosas coloridas, ventas de dulces y manualidades, un parque natural. Supuse que es algo que podría gustarte.
Lo dice como si no fuera la gran cosa, pero a Isagi siente que se le acelera el corazón.
—¿Pensaste en mí al elegir este lugar?
—Duh. ¿En quién más pensaría? —dice, como si fuese la cosa más obvia del mundo. —Por algo hicimos todo ese interrogatorio sobre nuestros gustos.
Yoichi no puede evitar sonreír con dulzura al escucharlo, porque Rin pensó simplemente en lo que le gustaría. La simple confirmación de que ese día, el de ojos turquesa también estaba prestando atención a sus palabras es suficiente para hacerlo sentirse feliz.
—¿Es esto una cita? —pregunta aunque el simple hecho de decirlo suene tonto. El más alto lo mira de reojo antes de contestar:
—¿Qué más podría ser? No me esforcé tanto en buscar algo que pudiera gustarte como para que lo consideres una salida de amigos, idiota.
Rin bufa como si no fuese la gran cosa, aunque apreta un poco más el agarre de sus manos, así que Yoichi sonríe entrelazando sus dedos con los del menor, quien hace lo posible para desviar la vista, como si eso no le afecta. Aunque por un momento, Isagi puede ver algo de vergüenza atravesar su expresión.
—Me alegra estar en una cita contigo, Rin. —dice intentando avergonzarlo un poco, al acercarse más. —Aunque la próxima vez podrías solo invitarme y no secuestrarme.
—Hasta donde sé, subiste al auto por voluntad propia.
—Lo hice, pero tal vez podría avisarme a dónde iremos. —responde Isagi, antes de mirar su ropa por un segundo y luego volver a ver a Itoshi. —Así podría tratar de no mancharme con pintura o mínimo traer dinero.
—No necesitas preocuparte por el dinero, yo te invité, yo pago. —Rin contesta, y lo interrumpe antes de que el mayor pueda decir alguna queja al respecto. —Y no te preocupes por las manchas. Estás bien así.
—Estoy sucio.
—Es solo pintura. —El de ojos turquesa le resta importancia. —Y eso solo significa que estabas pintando.
—Duh, eso es lógico, Rin.
—Es lógico, así que, no te avergüences por mostrarle al mundo que eres alguien que crea arte.
Joder, Rin es alguien lento, pero aún así es un idiota que algunas veces sabe exactamente lo que debe decir para hacer que Isagi se sienta feliz.
[...]
¿Alguien estuvo manifestando para que actualice pronto?
Mi plan era tardarme un poquitín más, pero ayer literalmente no pude hacer NADA más que escribir este capítulo (literal, llovió, y se fue la electricidad pero con mi teléfono full carga. No tenía otra cosa que hacer JAJAJA)
Y además, soñé con la continuación de este capítulo que cabe destacar me emociona un montón jaja.
Si todo sale bien, intentaré actualizar dos capítulos la siguiente vez y que sea pronto.
¡Gracias por leer! ❤️✨
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