xiii.
—¿Estás bien?
Isagi despega la vista de su celular el cual había estado observando por largos segundos desde el momento que cortó la llamada. Gira el cuello con ligereza para poder ver al chico de ojos amarillos quien lo observa con algo de confusión en su rostro.
—Sí, todo bien. No te preocupes, Bachi. —responde el mayor con una media sonrisa en los labios antes de volver la mirada al celular que marca en el registro de llamadas el nombre de Rin con un corazón negro y una cámara. —No pasa nada.
—Pues dile eso a tu cara. Porque ni tú mismo te lo estás creyendo.
Bachira contesta como si fuese lo más obvio del mundo, porque para él lo es. Pasar tanto tiempo con Yoichi le ha dado la habilidad para percibir fácilmente cuando algo no andaba bien, pues su mejor amigo tenía la terrible costumbre de guardarse para sí mismo aquellos sentimientos que lo lastiman.
—Estoy bien, Bachi. De verdad, yo...
—Ay, cállate. Puedes mentirle a quien quieras menos a mí, Yoichi. —Meguru lo acusa para luego lanzarse sobre la cama del nombrado, dándole un gran mordisco a la galleta que traía en su mano antes de continuar hablando. —¿Qué te sucede? ¿Problemas en el paraíso? ¿Rin te hizo algo malo? Porque sabes que puedo ir a golpearlo, no me importa que sea más alto...
—No, por favor. No tienes que ir a golpear a nadie. —El de ojos azules ríe en voz baja y las facciones de su amigo se relajan un poco por eso, porque si Isagi ríe significa que lo que esté sucediendo tiene solución. —Mucho menos a Rin, él... Él no ha hecho nada malo.
—Entonces... ¿Qué sucede? Vamos, dile a Bachi, te escucharé con toda mi atención.
El de ojos amarillos se acerca más al cuerpo de su mejor amigo, al punto de recostar la cabeza sobre su regazo, abriendo los ojos en grande y guiando la mano del mayor a su cabello para que empiece a acariciarlo.
—Imagina que soy un gato. Solo habla de tus problemas con calma.
—¿Por qué hablaría de mis problemas con un gato?
—A veces es más fácil contar nuestros problemas a objetos o animales que no pueden responder, así será más fácil autoconvencernos a nosotros mismos de que nuestra idea tiene algo de razón porque no hay nadie que pueda refutar lo que decimos.
—¿Cómo es que hasta las cosas más locas que dices tienen sentido?
Bachira se encoge de hombros con una pequeña sonrisa. Y Yoichi suspira con desgana porque sabe que el menor seguirá insistiendo hasta conseguir lo que quiere.
—Yo... Solo me siento... Mierda, no lo sé.
Un gruñido de frustración se escapa de sus labios, puede sentir los dedos de Meguru tamborileando sobre su rodilla.
—Respira, cálmate y ordena tus ideas. No me iré a ningún lado. —contesta el menor con voz suave. —Estaré aquí toda la noche si hace falta.
—No es necesario.
—Claro que lo es. No puedo dejar que sigas sintiéndote así. Han pasado días y el hecho de que hayas cortado la conversación con Rin de forma tan brusca... —Bachira deja un silencio de por medio, como si no supiera que decir a continuación, antes de decidir seguir con otra idea. —No sé lo que pasó, pero si pasaste de estar feliz por saber más sobre él a no querer verlo. Así, de un momento a otro. Debe ser por algo no muy bueno.
Isagi suspira una vez más, sintiéndose atrapado porque fue muy fácil de leer, aunque no debería sorprenderle ni un poco. Bachira siempre ha tenido esa habilidad para entenderle y comprenderle a un nivel que pocos lo hacen con tan solo observarlo.
—Rin y yo no somos novios.
—Eso ya lo sabía. Aún así te gusta, lo besas y todo eso. —comenta el pelinegro de mechones amarillos. —Nunca en mi vida te juzgaría por eso, está bien. No existe una sola forma correcta de establecer una relación.
—Pero es que... Mierda... ¿Realmente existe una relación?
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a que... Joder, ¿Realmente estamos formando una relación? Es decir, ¿Estamos realmente llendo ambos en esa dirección? ¿O es que acaso solo soy el chico con el cual se besa y tiene sexo algunas veces?
Isagi puede sentir el cuerpo de Bachira tensarse de forma repentina, antes de levantar la vista, intentando conectar las miradas de ambos.
—¿Acaso te hizo sentir así? ¿Te dijo que eres solo eso? Oh, joder. Ese bastardo se va a ganar una paliza....
—¡Bachira, deja de pensar en golpear a Rin!
—¡Nadie hace sentir de menos a mí mejor amigo y termina saliendo libre de esto!
—¡Pues no puedes golpear a Rin!
—¡¿Y por qué no?!
—¡Porque no fue él! ¡No es su culpa! ¡Él no me hizo sentir así! ¡Es solo...! ¡Yo...!
Isagi ni siquiera sabe qué decirle, ni cómo explicarlo, su estómago le arde, y siente un nudo que le impide hablar formandose en su garganta. Las manos le tiemblan y apenas es consciente de las lágrimas que se asoman por sus ojos cuando Bachira le pone la mano en la mejilla.
—Respira... —pide él con voz suave, respirando también con algo de lentitud.
Yoichi hace caso a la instrucción, empezando a respirar con el mismo ritmo lento y calmado.
—Rin no me hizo nada malo. —responde después de unos largos segundos en silencio. —Realmente, creo que fuí yo quien lo herí en esa llamada. Nunca le había hablado así y... No lo sé. Algo me dice que lo lastimé.
—¿Por qué crees eso?
—A Rin... No le gusta estar solo aunque está acostumbrado a estarlo. —comenta, porque se pueden saber muchas cosas de una persona al pasar el suficiente tiempo con esta, al observarlas y al escucharlas. Al hacer todo eso con toda la atención que Isagi le presta a Rin. —Y... Si Rin quería que yo fuera a verlo, debió ser por algo.
—Y no quieres ir porque sientes que no están llendo a ningún lado con su relación. —comenta Bachira en voz alta como si estuviera pidiendo una ayuda a su amigo para armar el rompecabezas. —¿Es así?
—Bueno, en parte...
—¿En parte de qué? Vaya, estoy muy confundido amigo. Hasta hace unos días creí que todo estaba perfectamente bien y que se gustaban más que nunca. —comenta, mientras se restriega los ojos con las palmas de sus manos. —¿Qué fue lo que pasó? Si Rin no hizo nada malo, ¿Por qué repentinamente ya no quieres verlo?
Isagi abre la boca pero las palabras no salen. Y es que, no sabe qué decir... Incluso peor, Isagi no tiene nada qué decir porque Rin no tiene la culpa, él no ha hecho nada malo hasta ahora y es Rin quien está pagando las consecuencias del doloroso nudo de inseguridades que se formó en el pecho de Yoichi.
—Isagi, ¿Le has dicho algo de esto a él? ¿Algo acerca de hacer su relación formal? ¿O es que acaso Rin te ha dicho de forma indirecta que no quiere ninguna relación de ese tipo?
—No...
—Perdóname. Sabes que te apoyo totalmente en todo lo que hagas y quieras hacer pero... Tal vez el que está siendo un idiota justo ahora, eres tú.
—¿Ah?
—No quiero ofenderte, ni menospreciar tus sentimientos. —Bachira explica porque lo que menos quiere es que su amigo se sienta atacado, pero nunca ha sido conocido por ser una persona que le dé la razón a los demás solo por el hecho de ser amigos. Pues si ve algo que le parece que está mal, no dudará en dar su opinión al respecto. —Pero si Rin nunca ha dicho nada en contra de las relaciones formales... ¿No deberías darle el beneficio de la duda? Es decir, tu mismo me lo dijiste, él es un poco lento en cuanto a las relaciones y hablar de sus sentimientos. Tal vez, él está esperando a que tú saques el tema a colación, o directamente está esperando a que tú se lo pidas. Yo que sé, no puedes suponer que no están llendo en la misma dirección sin saber directamente cuál es su opinión sobre este tema.
Isagi abre los ojos con sorpresa, viendo las cosas desde una perspectiva totalmente nueva. Y es que, joder, puede que Bachira tenga razón.
Con el tiempo que han pasado juntos, Yoichi ha aprendido algo de Rin, y ese algo, es que tiene su manera de hacer las cosas.
Aunque por fuera pareciese el típico estereotipo de chico malo sin sentimientos. Rin no era así del todo, pues no es que no quisiera demostrar sus sentimientos, sino que, por lo que pudo ver, es que algunas veces no sabe cómo hacerlo, se siente inseguro de decir aquello que siente y cuando se abre, es solo una pequeña abertura de su verdadero interior aquello que permite ver, porque aunque estén avanzando en la dirección correcta, no puede esperar que él entregue de golpe todo de sí.
Y es cierto que debe apreciar los pequeños avances de Rin, pero no adorarlos como si fuesen un regalo divino del cielo. Porque a Rin aún le queda mucho por avanzar y ahora que lo nota, se da cuenta de que, a él también le faltan muchas cosas que mejorar.
—Oh, mierda. Fuí un idiota.
—Solo un poco, pero ¡Hey! No te mortifiques por eso. —Bachira le sujeta las manos, dejando un beso sobre el dorso de las misma con una sonrisa. Isagi se sonrojan de vergüenza aunque ya sabe que su amigo es esa clase de persona, demasiado física al momento de demostrar cariño. —Las inseguridades sacan lo peor de nosotros mismos.
—Rin no merecía ese trato. Debería hablar con él y...
—Es cierto que no lo merecía, pero creo que deberías pensar las cosas un poco más y decidir si realmente quieres tener esa conversación sobre una relación estable y todo eso. —comenta el de ojos amarillos como consejo, pues justo ahora sabe que su amigo está siendo llevado por la culpa. —Así podrás disculparte y directamente resolver ese pequeño problema, es lo mejor para que ambos puedan avanzar y tú te sientas más tranquilo. Además, dudo que Rin vaya a contestarte la llamada justo ahora. Es bastante tarde.
Isagi quiere decir que, realmente no lo es, Rin no debe estar dormido aún, pero dentro de todo, Bachira tiene razón, no debe dejarse llevar por los sentimientos desbocados justo ahora. Y lo mejor será pensar un poco más sobre lo que realmente quiere y acomodar sus ideas sobre la dirección en la cual le gustaría que su relación con Rin avance para así poder hablar con él.
Isagi no es alguien temeroso, y debe darse cuenta que Rin no puede leer su mente para saber lo que quiere o como se siente. Y para darse su lugar, debe decirlo en voz alta y clara.
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