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—¿Qué es lo que vas a hacer? —pregunta Bachira, mientras que el mayor se dirige a la salida del baño en donde estuvo (tal vez demasiado rato) hablando por teléfono.
—Tomar la mano de Rin y largarnos de aquí. —responde completamente seguro, su amigo lo mira con cierta confusión por un momento, seguramente por sus palabras anteriores cuando dijo que acabaría con esto.
—¿Solo te irás?
—Tada no merece ni mi tiempo, le dije todo lo que le quería decir aquel día cuando terminamos porque aún tenía esperanzas de que él cambiara. Una mierda, lo sé, no necesito que me mires así. Ya han pasado años, y aunque no le dirigí más de cinco frases hace unos minutos, sé que no ha cambiado, lo conozco demasiado bien lamentablemente. Entonces no tengo nada más para decirle.
—¿Qué harás si sigue apareciendo?
—Me importa una mierda. Podrá ser una alimaña, pero es un maldito cobarde por sobretodo. Aunque sea un manipulador de primera, jamás ha usado la fuerza, al menos no conmigo, ni siquiera cuando terminamos. Dudo que empiece ahora. Tada no me asusta.
—Eso lo sé, fue bastante fácil hacerlo tragar polvo aquella vez. —comentó Bachira con diversión, seguramente rememorando esa ocasión en la que fue a visitarlo para celebrar que finalmente esa horrible relación había terminado. Tada tuvo la terrible idea de aparecerse en el parque donde estaban paseando así que Meguru no le dió la oportunidad de siquiera empezar con su cantaleta de que Yoichi estaba equivocado y debían volver cuando el de ojos amarillos ya lo había derribado de una patada. —Y sabes perfectamente que lo volvería a hacer si ese asqueroso animal regresa a molestarte.
—No lo dudo pero puedo defenderme solo, Bachira.
—Lo siento amigo pero eres rápido para los insultos, no para los golpes.
—El hecho de que alguno de ustedes siempre reaccione antes, no significa que yo no sé dar un golpe. —contesta un tanto indignado pues, sí, tal vez no se había agarrado a golpes con nadie en su vida porque las cosas se calmaban o porque sus amigos llegaron a interponerse para evitar que él recibiera uno pero eso no significaba que Isagi no supiera cerrar el puño y estrellarlo contra la cara de alguien.
—De acuerdo, amigo. Creo en tí.
—Gracias.
—Aunque me pone más tranquilo que Rin-chan este allá contigo. Él sí es jodidamente espeluznante.
—Ya te dije que no es agresivo.
—¿Qué me dices de la vez que casi se agarra a golpes con Kurona? —pregunta con cierto toque de ironía en su voz. —Digo, en esa misma ocasión insultó a una desconocida que solo lo saludó.
—Le estaba coqueteando. —chistea Yoichi con molestia.
—Eres el tipo de loco que ama que su pareja odie a todos los demás.
—No odia a todo el mundo, solo no le caen bien muchas personas.
—Sigue siendo un amargado aunque no lo quieras admitir. —dice Meguru entre risas, Isagi hace una mueca pero su amigo no le deja siquiera hablar: —Pero te adora, eso se nota a kilómetros. Así qué está bien, mientras te trate bien puedo dejarle tener el puesto de la segunda persona que más amas porque el primer puesto lo tengo yo, claramente.
El mayor sonríe ligeramente, lo hace feliz escuchar eso de parte de su mejor amigo, quien siempre tenía algún consejo para darle y unas palabras de aliento para cada ocasión en la que se sintió insuficiente. Fue la única persona con la que tuvo la confianza de hablar completamente sobre todo lo que vivió en su relación con Tada, las palabras que le dijo y lo mal que se sintió, él estuvo ahí antes, durante y después. Bachira lo vió caer muchas veces y nunca dudó en ayudarlo a levantarse.
Ver que él también parecía feliz por su relación con Rin, le daba esa pequeña chispa de tranquilidad que le decía que todo estaba bien porque está vez era diferente, porque Rin es diferente.
Es lo que Yoichi esperaba de una relación y mucho más.
—Claro. Lo que digas, como sea, ya me voy a ir de aquí para acabar con esto. Gracias por la charla.
—Cuando quieras, rayito de sol. Disfruta tus vacaciones y lo digo en todos los sentidos. —Bachira se burla al ver el sonrojo que se le sube al menor por las mejillas y de nuevo, lo interrumpe antes de dejarlo a hablar. —¿Cómo supe de tu falta de amor carnal? Fácil, estás con tus padres, no lo harías ni soñando. Eso y andas sin cubrirte el cuello, me he dado cuenta que el vampiro en tu cama te deja demasiado marcado como para salir así.
—Adiós, Bachi. —Isagi lo dice con demasiada vergüenza porque probablemente jamás se iba a acostumbrar del todo a los chistes sobre su actividad sexual pero era algo inevitable teniendo los amigos que tiene. De cualquier forma, encontraría una forma de vengarse luego ahora que podía bromear con la relación que tenía con Kurona, pero eso ya sería después.
Su amigo se despide deseándole suerte antes de colgar. Yoichi suspira, abre la puerta y da un par de pasos hacia afuera. Respira profundamente y es que aunque no se sentía asustado, aún se siente ligeramente nervioso. Supone entonces que es la situación tan extraña en la que se encuentra, dispuesto a enfrentarlo luego de años y años de estar huyendo de los encuentros con su ex-novio. Eso, sin darse cuenta, se convirtió en una costumbre que hace tiempo dejo de tener una razón real más allá de simplemente no querer darle el gusto de verlo otra vez.
Jamás le tuvo miedo, no a Tada al menos. Tenía miedo de sí mismo, de que sí volvía a ver esos ojos tristes y esa voz suave que le susurraba al oído, volvería a caer en sus brazos. Estar con él de nuevo, de nuevo y de nuevo, cayendo en un círculo vicioso del cual ya no encontraría salida alguna, como todas esas semanas que intentó romper con él pero Tada decía alguna palabra dulce, le daba un beso y un abrazo reconfortante que lo hacía creer que aún había esperanzas. Una oportunidad de que Tada se diera cuenta y pudiese cambiar. Porque Yoichi estaba tan enamorado que creía que ese milagro podía suceder en cualquier momento pero simplemente nunca pasó.
Fue débil por tanto tiempo.
Más que huir de Tada, estaba huyendo de lo que su relación con él representaba. Huyendo de su antiguo yo que se dejó pisotear, tocar y humillar sin hacer algo al respecto. Porque estaba tan apenado por como actuó en ese momento, tan joven, tan crédulo y tan tonto que nunca hizo nada para poner un alto.
«Está bien.» pensó una noche mientras acariciaba el cabello de un Rin dormido que se abrazaba a su cuerpo luego de que ambos simplemente vieran una película abrazados, comiendo palomitas y nada más, pensando que nunca había estado en una cama con Tada sin verlo tener alguna intención fuera de tono y molestarse cuando Yoichi se negaba. «Ahora me doy cuenta de lo que realmente está bien.»
No piensa que Rin lo haya salvado, Yoichi estuvo desde antes sanando, perdonandose a sí mismo, haciendo las pases con su yo adolescente que simplemente no tenía una puta idea de lo que realmente era el amor y se dejó llevar sin pensar, confiando plenamente en la persona equivocada.
Isagi trabajó en tener seguridad en sí mismo por tanto tiempo que a veces cuando lo atacaban las situaciones en las que sentía poca cosa e insuficiente, llegaba a pensar que no había hecho lo suficiente, que nada había cambiado y seguía siendo el mismo niño que se dejó manipular alguna vez, pero se da cuenta de que no tiene que ser tan duro consigo mismo, que hay baches en el camino pero que aún así ya avanzado un montón.
Le da gracia incluso pensar que ha mejorado tanto que logró tener el valor de coquetear con Rin aquella noche cuando se conocieron, vió su oportunidad y la tomó, mientras que el antiguo Yoichi seguramente se habría repetido mil veces que solo era su imaginación y no era posible que ese chico tan atractivo había puesto sus ojos sobre él, quedandose en su zona de confort con sus amigos y dejando ese día como un recuerdo nada más.
Rin lo dijo, fue Yoichi quien dió el primer paso. El que tuvo el valor de acercarse y lo inició todo. Eso fue gracias a su propio esfuerzo en mejorar y sentirse realmente cómodo con quién era tanto en alma como en apariencia.
A Rin le debe el agradecimiento de ser un novio tan bueno, de mostrarle lo bonitas que pueden ser las relaciones si ambos realmente se aprecian de corazón, le agradece por hacerle entender que en una relación no siempre es sacrificios, no es dejar de ser tú mismo para que la otra persona sea feliz. Puesto que las personas en una relación cambian, por supuesto que sí, es una realidad innegable, se amoldan y cambian ligeramente para encajar con su otra mitad, abren la mente a ideas y situaciones que simplemente no habían contemplado y se dan cuenta de qué tanto están dispuestos a dar y aceptar pero hacer eso, no significa dejarlo todo atrás, es solo encontrar el equilibrio suficiente para que ambos estén cómodos.
Y jamás se había sentido tan cómodo como ahora.
—Disculpa. —dice cuando siente su hombro chocar contra el cuerpo de alguien más.
—Oh. ¡Isagi! Te tardaste bastante. ¿Estás bien? —Nao pregunta, guardando su celular en el bolso mientras lo mira con curiosidad.
—No te preocupes, estoy bien. Solo que recibí una llamada y no me dí cuenta que pasó tanto tiempo. —contestó sonriendo ligeramente siendo que dijo la verdad a medias.
—¿De verdad estás bien? Tenías una cara rara cuando nos encontramos todos en Ichinan. —comenta ella, antes de poner los brazos tras su espalda e inclinarse un poco más en su dirección. —O más específicamente cuando viste a Tada. Lo cual es raro ya que ustedes eran "mejores amigos".
—Tan detallista como siempre. Me alegra saber que no has cambiado con el tiempo. —responde con un suspiro divertido mientras se acaricia el cabello. —Dime ¿Qué descubriste?
—Tada y tú eran pareja, los cuales terminaron muy mal aparentemente. Lo que explicaría porque no supimos nada de tí después de la preparatoria. Muy mal de tu parte, él pudo ser una mierda pero al menos creí que sí eramos amigos. —comenta ella con cierto tono acusador para ahora cruzarse de brazos.
—Perdí mi teléfono poco después de la graduación. Y no te lo digo como excusa, admito que no hice un esfuerzo en volver a contactar a ninguno, sobretodo porque cuando estaba aquí en la ciudad, él hacia hasta lo imposible por aparecerse a dónde fuera así que cuando me fuí a la universidad, simplemente empecé de nuevo. Sacarlo totalmente de mi vida para estar bien. —Le explicó, algo apenado. —Lamento no haber vuelto a hablar contigo, Nao. Yo sí te tenía aprecio, aunque creo que realmente nunca fuimos realmente cercanos. Es una pena pero cambiaron muchas cosas cuando me fuí, y ciertamente me hizo tan bien el cambio que no quise volver atrás.
—Lo entiendo. Tada es una pareja horrible, y supongo que ustedes duraron mucho tiempo juntos, incluso más si contamos todo el tiempo que fueron amigos. Así que no voy a condenarte por la decisión que tomaste, te felicito por eso. Debió ser difícil alejarse de todo lo que conocías. Y realmente me alegra saber que mejoraron las cosas en este tiempo.
—Teniendo todo claro ¿Me podrías explicar entonces cómo mierda terminaste con Tada? Por lo que recuerdo ni siquiera te caía bien.
—Venganza. Estuvo hablando mal de mí a mis espaldas porque no le dí una oportunidad al salir de la preparatoria, así que conseguí un par de videos de él demostrando lo mentiroso, y manipulador que es además de estúpido por no darse cuenta de que lo estoy usando. —contestó sonriendo con diversión. —No volverá a conseguir una pareja en la universidad ni soñando.
—¿Por qué no me sorprende que sea tan imbécil? —Yoichi rodó los ojos, y aunque es cierto que no fueron muy cercanos, Nao era la clase de persona llena de confianza que hablaba en voz muy alta y contaba sus historias para todas las personas alrededor. Fueran o no sus amigos. Y al estar en el mismo club de arte, el chico estuvo a su alrededor por mucho tiempo, lo suficiente para saber que era la clase de chica que jamás dejaría que alguien se salga con la suya. —¿Y ha valido la pena?
—Para nada. Ni siquiera en las sábanas vale la pena pero llegué muy lejos como para echarme para atrás. Solo me queda disfrutar de su caída cuando suceda. —respondió ella con un rostro decepcionado, Isagi hizo lo posible para no reírse. —Y ni te burles que esa desgracia la pasaste tu también.
—Eso fue un golpe bajo. ¿Qué te he hecho para que me lo recuerdes?
—Desaparecer.
—Prometo no hacerlo de nuevo. —Yoichi puso la mano en su pecho con una sonrisa divertida. Nao se rió.
—Más vale que lo cumplas
—¿Cuánto más planeabas seguir con esto?
—Planeaba dejarlo esta semana, ya estaba empezando a darle la espalda y a negarme a salir con él pero me dió curiosidad el repentino interés que tenía por ir a Ichinan después de recibir una llamada de su tía.
—Siempre tuve la sospecha de que ella era la que le avisaba de mi regreso. Supongo que tenía razón.
—Eres un tema delicado de tratar. No le gustaba que hablarán de tí o te mencionaran en las conversaciones luego de que te fuiste, sospeché que pasó algo entre ustedes aunque no le tomé importancia, pero ahora que fuí su "novia" empecé a notar...
—¿Qué le gustan los chicos?
—No es un problema que le gusten. Es un problema que creyera que soy estúpida como para no darme cuenta, no es discreto para nada. —contesta ella con cierto fastidio. —Y tu novio tampoco. Sé que Tada intentaba quedar bien como siempre pero esa conversación lo estaba sacando de sus casillas. Así qué me fuí para que pudieran insultarse en paz.
—Muy considerado de tu parte.
—Considerado de tu parte sería que me digas donde conseguiste al bombón que tienes de novio. —Nao se voltea y ahora ambos miran en dirección a la mesa donde Tada observa con el ceño fruncido a un Rin que está sentado de espalda a ellos. —Él se expresa de una forma tan bonita de tí. Me muero de la envidia. Maldita sea.
—Te lo diría pero no creo que consigas uno igual. —contesta Yoichi mientras se ríe, pero la sonrisa se borra de su rostro cuando ve que Tada se levanta y sujeta a Rin por el cuello de su camisa. Así qué empieza a trotar en esa dirección.
—No creí que fueran a pelearse en serio. —Se queja Nao mientras lo sigue a poca distancia. Se acercaron hasta alcanzar a escuchar la discusión que tenían esos dos.
—Te diré algo entonces que sí es un hecho. En todos estos años que estuviste detrás de Yoichi intentando patéticamente que te diera la oportunidad de siquiera verlo, solo perdiste el tiempo porque mientras te aferrabas a la absurda idea de que volverían, simplemente lo alejabas más. Gracias por ser un jodido acosador y darle el valor de irse a Tokio, después de todo, solo estabas con mi chico. Y sí aceptó venir aquí hoy, es porque finalmente va a dejarte claro que te quiere fuera de su vida para siempre.
—Ya me cansaste, maldito niño de mierda. —Tada sonaba furioso mientras jaloneaba a Rin.
Isagi no puede verlo, pero sabe perfectamente que sí su novio quisiera, se habría soltado de ese agarre, sin embargo se queda quieto, hasta se nota relajado pero el mayor no siente más que enojo al ver la situación.
—¿Quién mierda te crees que eres como para estar tomando a Rin del cuello, Tada? Suéltalo ahora.
Las palabras salen de su garganta incluso sin pensarlas, se acerca un poco más hasta quedar al lado de su pareja. El castaño parece finalmente darse cuenta de su presencia, pero aún así no libera al menor de su agarre y ahora su enojo está dirigido al de ojos azules.
—No debería sorprenderme que estés defendiendo al bastardo de tu...
Yoichi no lo deja terminar, sus manos prácticamente se mueven solas y ahora es él quien sujeta a Tada del cuello de su camisa. Fue honesto cuando habló con Bachira, él nunca le ha tenido miedo, simplemente jamás ha creído que la violencia sea la solución, pero ahora ese imbécil tiene las manos sobre su novio y no hay nada que le impida golpear a este bastardo de una vez por todo lo que le ha hecho pasar.
—Te dije que lo sueltes ahora, maldito bastardo. —Sus palabras salen con desprecio, porque realmente ya no le quedaba nada que lo hiciera sentir siquiera respeto por el chico frente a él. Tada sonríe con cinismo y suelta al menor, así que Yoichi también lo suelta, no necesita estarlo tocando más tiempo del necesario.
—¿Y por qué le hablas así a tu viejo amigo?
—No puedo creer que lo soportaste tanto tiempo. —Rin suena simplemente harto, Yoichi no pudo evitar reírse cuando vió la cara que puso Tada al oírlo.
—No fue mi momento más brillante. —respondió, girando la vista en dirección a su pareja.
—Lo importante es que abriste los ojos. —Rin tiene toda su atención puesta en él, ignorando a Tada, Nao y todos los demás comensales del restaurante que los miran como si fueran el espectáculo principal. Todo eso parece importarle una mierda, además su tono es tan condescendiente y forzado que sabe que el Itoshi quiere hacerle reír mientras se burla del castaño, ignorandolo deliberadamente para hacerlo enojar. —Por favor, dime que falta poco para irnos.
—Claro, no tengo nada que decir.
—¿Cómo te atreves a ignorarme? Tú...
Tada se acerca para tomarlo del brazo, pero no pasa a ser nada más que un intento porque Rin sujeta a su novio de la cintura y lo atrae contra su pecho.
—Intentalo de nuevo y ya no seré tan pacífico. No tienes derecho de tocarlo.
—No es tu propiedad.
—Oh, vaya ¿Ahora te importa mi independencia? Tu hipocresía no tiene límites. —contesta Isagi simplemente harto de la situación, da un paso para separarse del pecho de su novio aunque no le suelta de la mano. Se queda firme frente a su ex-novio y se da cuenta que no siente nada más que pena por el sujeto que tiene frente a él.
Es un idiota, un hombre de veintidós años que no deja de actuar como un adolescente inmaduro. Tan creído, egocéntrico y manipulador que sigue actuando como una mierda mientras cree que el mundo le debe algo solo por existir.
Y Yoichi sabe que al menos él no le debe absolutamente nada, porque él le dió sus razones aquella vez cuando terminaron y es claro que a Tada jamás le importaron más allá del hecho de que por primera vez en su vida, alguien no le dió el gusto de hacer lo que él quería.
—Oh, vamos Isagi. No me digas que no sabes que tu noviecito de mierda es un maldito mentiroso manipulador.
—¿Cómo tú? Al menos él es más guapo. —Se burló, mirando al castaño de arriba a abajo con cierto aire de superioridad que no había sentido nunca frente a él. Algo que probablemente se mantendría de ahora en adelante. —Y muchísimo mejor en todo lo demás.
—Gracias por restregarme a tu fantastico novio en la cara, eh. Lo sentí como un ataque. —Nao le habla a un costado y él le sonríe, sobretodo cuando ve la expresión incrédula de Tada.
—¿Qué estupidez estás diciendo, Nao?
—Oh vamos. ¿Vas a hacerte el ofendido? ¿Cuando sabes que nunca me has tratado ni con el cariño básico que se le tiene a una pareja? Por favor. —Ella bufa con hastío, antes de volver a mirarlo. —Que te quede claro, terminamos. No quiero que me molestes más. Y que no se te ocurra hacerte el gracioso y empezar a acosarme porque sabes perfectamente que puedo arruinarte. No soy tan benevolente como Isagi.
—Si tanto necesitabas rememorar lo que parece ser el momento que más marcó tu existencia, pues aquí está. —Yoichi dió un paso más cerca en dirección al castaño, mirándolo con total desinterés. —No quiero verte más, ya no somos amigos, no somos pareja, no somos más que dos extraños. Así qué por favor, mantente fuera de mi vida, porque para mí no eres nada más que un mal recuerdo.
Isagi se empezó a alejar llevando a Rin de la mano en dirección a la salida, aunque se detiene justo cuando está al lado de Tada una última vez.
—Incluso me da pena ver qué no has cambiado nada.
Tada está furioso, se le nota, voltea en su dirección con la mano alzada pero la advertencia de Rin no fué hecha en vano, le patea la pierna para hacerlo caer y lo agarra del cabello cuando está en el suelo.
—Tienes suerte de que Yoichi este en contra de la violencia y que yo tenga muchas mejores cosas que hacer con él, porque creo que ya quedó claro quien habría ganado esto. —Rin le da un tirón que vuelve a dejarlo en el suelo y simplemente sonríe en dirección a su novio. —¿Nos vamos?
—Claro, lamento que hayamos disfrutado la comida.
—Siempre podemos ir a un lugar mejor.
—¿Quieres un aventón a tu casa? —pregunta Isagi en dirección a Nao, quien mira con desprecio al castaño en el suelo, dejando caer un vaso de agua sobre él, comentando un "Ups, que torpe".
—Me encantaría.
[...]
El plan nunca fue que hubiera violencia pero después del capítulo anterior creo que lo justo es que al menos un golpe recibiera Tada JAJA.
Por un momento pensé que Nao realmente estuviera enamorada de Tada pero Nah, me gustó más así. Alguien malo consiguiendo alguien que lo haga pagar. Un final feliz.
Yo siempre desaparezco, eso sé que ya no les sorprende, pero sí no me ven aparecer para el aniversario, o en general por lo que resta del mes. Es porque el proyecto del que comenté en diciembre en mi muro me sigue atormentando, sobretodo ahora que falta manos de un mes para la presentación y la profesora es todo menos una persona agradable (la agradable soy yo al reducir la explicación a eso nada más 😀).
Pero bueno, con toda la confianza, la fe y mi esfuerzo aprobaré y podré tener más tiempo para ponerme a escribir. Panorámica ya está en la recta final, no digo que este súper cerca el final pero si no recuerdo mal, solo me faltan dos o tres subtramas para cerrar finalmente el trabajo de escritura más grande y exitoso que he tenido.
Gracias por la paciencia de esperar cada capítulo. Y como siempre ¡Muchas gracias por leer! ✨💖
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