ix.
—¡Muy bien! Es momento de hablar.
—Cuando dijiste que querías saber de mí, no creí que fuera...
—¿Que fuera en serio? Oh, corazón. Estaba siendo totalmente serio al respecto. —contesta Isagi, acomodándose en el sofá junto al de ojos turquesa.
—He pasado el suficiente tiempo contigo como para saber que estabas hablando en serio, pero no creí que te referías a hablar ahora mismo. —respondió Rin con los brazos cruzados, pues el mayor lo arrastró desde la otra habitación hasta la sala sin darle tiempo a pensarlo si quiera.
—Hay que aprovechar que estás de ánimo para responder. —Yoichi sonrió, sujetando las manos de Rin quien lo vió con algo de duda antes de relajarse. —¿Cuál es tu animal favorito?
—¿De verdad vas a preguntar eso?
—¿Acaso quieres que te pregunte por tus traumas de la infancia? Supongo que en algún punto podrías considerar decirlos pero por ahora no es necesario forzar las cosas. —Isagi le restó importancia al asunto. —En este momento me encantaría saber cualquier información sobre tí.
—Bien. —Rin rueda los ojos, aunque hay algo de él que aún parece un poco cohibido por ser abordado de forma tan repentina. Y según Yoichi lo mejor es iniciar de a poco, porque aunque se caracteriza por ser una persona enormemente curiosa tampoco es como si solo quisiera escuchar cosas específicas y privadas de Itoshi. —Me gustan los búhos.
—¡Los búhos son muy lindos! —Isagi intenta animarlo pues Rin parece algo apenado y este simplemente bufa en respuesta.
—Me llaman la atención los ojos de los búhos, son... Interesantes. Tienen una gran capacidad de visión. —explica, apartando la vista mientras juega con los dedos de Isagi, debido a que el mayor no le ha soltado las manos. —Y... ¿Cuál es el tuyo?
—¡La langosta espinosa!
El de ojos azules sonríe enormemente y su acompañante solo puede observarlo con una mueca de incredulidad.
—¿Lo dices en serio?
—¿Por qué te mentiría, Rin?
—Creo que me esperaba cualquier cosa menos eso.
—Sé que es raro, pero la langosta tiene una forma que ningún otro animal tiene y por eso me parece llamativa. —comenta el mayor con algo de pena. —No es que esté intentando hacerme el interesante por decir un animal no tan común. Solo... Solo me gusta y ya.
—De cualquier forma, no debería sorprenderme tanto.
—¿Por?
—Porque eres alguien raro, obviamente te gustarán cosas raras.
—¡Oye! —Isagi pellizca de forma repentina las costillas de Rin luego de soltarse con rapidez de sus manos, el menor se sobresalta antes de fruncir el ceño. —¡Tú tampoco eres muy normal!
—Lo sé. Nadie normal pasaría tanto tiempo contigo. —Se burló en respuesta. Y eso fue suficiente para que Yoichi se arroje sobre él.
Ellos empiezan a forcejear sobre el sofá, Rin baja su pie para apoyarlo contra el suelo y de esa forma lograr que ambos mantengan el equilibrio sin caer. Yoichi le pellizca el cuerpo y finge ahorcarlo de forma dramática. Itoshi lo sujeta con ambos brazos hasta atraparlo en un abrazo demasiado apretado logrando que el más bajo empieze a quedarse quieto.
—Eres demasiado extraño. —dice Rin junto a un suspiro cansado, pero el de ojos azules no deja de moverse intentando escapar de sus brazos. —Joder. No entiendo cómo es que me gustas tanto.
Isagi se queda congelado entre sus brazos, sin moverse ni un poco, lo único que puede sentir el más alto es el pecho del mayor chocando contra el suyo cada vez que ambos respiran.
—¿Qué dijiste?
—¿Qué eres un raro de mierda? —Se burla el de ojos turquesa, antes de que su acompañante le de un pequeño golpe en el pecho.
—Eso no, idiota. Lo que dijiste después... —Yoichi levanta la vista, viendo con mucha atención al chico que lo mantiene aún contra su cuerpo en ese apretado abrazo. —Dijiste que yo te gusto...
—¿Y?
—Es la primera vez que admites que te gusto. —Isagi sonríe en grande al momento de decirlo, y Rin aparta la vista sintiendo que su corazón se acelera de pronto debido a la vergüenza porque por un momento creyó ingenuamente que el mayor no le prestaría atención a sus palabras.
—No es la gran cosa...
—¡Por supuesto que lo es! No me lo habías dicho antes aunque yo te lo había dicho varias veces.
Isagi se ríe para luego abrazarse al cuerpo de Rin, quien se tensa al escucharlo.
—Me gusta el otoño porque empieza a hacer frío, me gustan las películas de terror y también los juegos de esa temática. Mi comida favorita es el ochazuke. Me gusta la música de King Gnu. —Rin empezó a hablar de pronto, Isagi podía sentir la vibración de su voz contra la mejilla debido a que estaba abrazado a pecho, y se mantiene en silencio mientras lo escucha. —Me gusta el fútbol, y el atún con arroz. Odio la comida con vinagre. Amo comer helado. Y no sé qué es lo que me haría feliz pero me gustas tú, y pasar tiempo contigo, me hace sentir bien aunque nunca te lo haya dicho, idiota.
Isagi siente el corazón de Rin latir con fuerza, tal vez, demasiado nervioso por hablar de esto, por soltarlo todo de un solo golpe aún sin estar acostumbrado a hablar sobre éstas cosas. Y el mayor aprecia enormemente el esfuerzo que ha hecho Rin por decirlo.
—También me gusta el otoño para poder sentir el clima frío, me gusta leer mangas, y también me gusta caminar aunque sea algo sencillo, porque me gustan mucho los paseos. Mi comida favorita es el kintsuba. Y a veces tarareo canciones cuando estoy feliz. —Isagi habló porque le parecía correcto, porque Rin se abrió y solo podía hacer lo mismo como respuesta, sin seguir insistiendo demasiado en la previa confesión pues no quería avergonzarlo o hacerle sentir cohibido. —Me gusta el fútbol, soy malo con los videojuegos aunque me gustan. No hay ninguna comida que odie, aunque amo demasiado los dulces. Puedo decir que me encantan las gomitas ácidas. Odio que me ignoren, porque soy un ser humano. Y amo recibir cumplidos, osea, simplemente recibirlos, ya sea sobre mis obras, lo que soy o lo que hago.
—¿No era yo el egocéntrico?
—Calla, Rin. —Isagi le deja un pequeño golpe en el brazo, y el menor se ríe.
Yoichi siente que es la primera vez que ambos son tan honestos y tan abiertos el uno con el otro. Existe una intimidad en el ambiente que no había sentido antes y se siente tan natural, porque no es necesario hablar de temas demasiado pesados y profundos para alcanzar este nivel de confianza. Solo son ellos dos, hablando de cosas que pueden parecer comunes y banales pero para ellos son parte de sus días. Están aprendiendo el uno del otro y este es un paso en su relación (sea cual sea) que es tan básico que cualquier otro podría pasarlo por alto sin pena ni gloria pero ambos están actuando como si fuera lo más preciado que pueden tener justo ahora. Tal vez porque así es.
—Y aunque ya te lo he dicho antes, me gustas tú, Rin. Me siento bien cuando estoy contigo.
Puede escuchar al de ojos turquesa exhalar, y cuando levanta la vista, puede verlo sonriendo, así que, en consecuencia, el de ojos azules también sonríe.
Conocerse más el uno al otro. Es algo muy preciado.
[...]
¡Pequeño consejo del día!
Cuando las personas no acostumbran a exteriorizar sus sentimientos o emociones con palabras de forma a menuda, NO se les debería insistir demasiado por el hecho de que repitan sus palabras o hacer un espectáculo al respecto (es decir, emocionarse demás y celebrar solo por el hecho de que hablaron) ya que puede causar que esta persona se sienta incómoda y se cohiba de volver a hacerlo. Cabe aclarar que esta es solo mi humilde opinión y no algo que esté validado por algún estudio psicológico. Simplemente hablo desde mi punto de vista como alguien que a estado de ese lado de la situación.
¡Y dato extra! Todo lo que Isagi y Rin dijeron que les gusta (Excepto tristemente el hecho de que se gustan el uno al otro.) Es canon porque fue información que saqué directamente de la biblia egoísta (el cual es el libro oficial de datos de Blue Lock).
¡Gracias por leer! ✨
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