3
❀ ⊱ ⋆ ♡◦ ───────────── ◦♡ ⋆ ⊰ ❀
Capítulo 3
BLOODY FACE.
•°• ✾ •°•
La ira de aquella chica podía ser divisada a kilómetros de distancia.
Se lograba escuchar como Shelley trataba de coquetear con el recién llegado, esperando que caiga a sus pies y tuviera relaciones con ella. La mano de la chica de cabello corto dió con el trasero del castaño, dando una sonora palmada en este causando una sorpresa e incomodidad en el chico.
—¡Para!— Exclamó de forma fuerte y demandante pero pese a actuar de esa forma Kit se encontraba completamente aterrado, no deseaba estar allí.
Los cabellos rubios de la chica fueron acomodados y las palabras del chico fueron completamente ignoradas por lo cuál trató de escapar de la mujer —¡Es mío! ¡Es mío!— Shelley le habló a la mujer de su lado, quien solo jugaba con su muñeca. Kit caminaba lentamente y con una gran confusión en su rostro al ver a tanta gente haciendo cosas desagradables, se sentía completamente incómodo e inseguro en aquel lugar.
Vueltas, sentía que todo daba vueltas a su alrededor...
"Dominique -nique -nique"
Trataba de ignorar aquella canción pero se le era imposible "Basta." Rogaba en su mente desesperado pero al ser el tocadiscos divisado su desesperación se enfocó en la música que se estaba reproduciendo, se encaminó rápidamente ante aquel elemento.
Lo tenía tan cerca, sus manos se encaminaron frente a tal pero una voz femenina lo detuvo —No haría eso si fuera tú.— Los cabellos negros de la chica se encontraban enredados y sus perlas avellanas se encontraban fijas en el chico. —Cualquiera te delataría, ellos recibirían dulces y tu más verdugones.—
—¿Qué?..— Su confusión no podía ser peor, su vista se encontraba en aquella chica —¿Por qué debería confíar en tí?— Preguntó sin más.
Aquella chica, Aly, simplemente solto una suave risita —¿Por qué tú y Taylor preguntan lo mismo?— El ceño fruncido del castaño la logró hacer notar como la conversación era cambiada.
Otra chica habló, a un lado de Walker, quien se encontraba completamente confundido ya que no comprendía quienes eran o por que estaban cerca de él por los crimenes que decían que cometió —Créeme, lo aprendimos por las malas. Tendrás que confíar en nosotras.—
Repentinamente el chico fue atacado por un hombre de tez morena, la forma en que hablaba daba a entender que debía de tener raices latinas. Kit comenzó a pelear de vuelta así defendiendose y protegiendose a si mismo, nuevamente el contrario comenzó a atacar pero el hombre fue detenido por la ojiverde problematica del lugar, quien en pocos meses se había adaptado al lugar para sobrevivir. —Déjalo ¿sí?— El tono de su voz fue distinto al normal, sus labios se encontraban cerca de la oreja del hombre de cabellera negra, un suspiro salió del contrario para luego murmurar un suave "bien" mientras se alejaba —Buen chico.— Se alejó de él para caminar de forma directa al castaño.
Lo miro durante varios segundos, sus ojos marrones oscuros mostraban una gran profundidad como si de negro eterno se tratase, algo llamó su atención en tanta profundidad: dolor era lo que percibía en el chico pero no le importaba el dolor que sintiera, Taylor estaba segura que lo merecía.
—Gracias por no dejar que...— Walker no logró finalizar, Taylor lo golpeó con todas sus fuerzas.
Sangre comenzó a caer lentamente en la nariz del hombre, su labio le dolió puesto que el golpe fue entre ambos lugares ya nombrados. —¿Por qué hiciste eso?— Se quejó, negandose completamente a pelear con la rubia debido a ser una mujer.
—Todo esto es tu maldita culpa.— Trató de golpear su blanco rostro nuevamente pero el golpe fue esquivado, la castaña Grace observaba divertida pero Aly se encontraba completamente preocupada —Tú la asesinaste ¿ahora no eres tan valiente para siquiera golpearme? Pero lo fuiste para asesinarla, para asesinar a todas esas mujeres.—
Su expresión facial cambió por completo, sus ojos fijos en él e incluso se podía sentir como el verde de estos oscureció, su mandibula se encontraba tensa y su puño goteaba algo de sangre pero esta no era de ella.
No había silencio en el lugar ya que al primer golpe todos comenzaron a gritar como si fuesen infantes ante una confesión amorosa, pero definitivamente ellos sentía un gran silencio.
Taylor sentía ese silencio.
—Estás equivocada.— Habló mientras que alzaba sus manos mostrando así las palmas dando a entender que no haría nada contra ella —No he sido yo, no le haría daño a nadie, lo juro.—
Otro golpe fue esquivado, más gritos se escucharon —¿Entonces que haces aquí? Eres un pedazo de basura que no reconoce ni sus propios crimenes. Asesinaste a Sara, así se llamaba por si te preguntas.— Escupió cada palabra con dolor, su puño se encontro adolorido debido al golpe, pequeños espasmos eran lo que sentía pero no le importaban estos. —Pobre de tu esposa...— Kit abrió sus ojos con sorpresa, tratando de no perder la calma pero realmente se le complicaba —Confió en tí, se casaron, ¿para qué? Para que la mataras a sangre fría como si no sintieses nada por ella.—
Un color blanco era visto en los nudillos de aquel hombre debido a la presión que ejercía en sus puños —
Lo que haz escuchado no es verdad, mira... Lo siento por esa tal, Sara pero yo no he hecho nada...—
—Cara ensangrentada no es más que un niño cobarde.
Su vista dejó de estar en ella, buscaba apoyo en alguna de las chicas que acababa de conocer las cuales moraban en silencio. Grace, como escuchó nombrar cerca de él, se encontraba mirandolo mientras que la pelinegra cual le ayudó primero parecía no estar interesada en él: su preocupación se encontraba en la rubia con deseos de venganza por algo que él no hizo.
Distraerse fue una mala elección para el supuesto asesino, quien ahora recibió un gran golpe en su estómago.
Un silbato hizo presencia en tal caos.
El miedo apareció en todos los presentes, quienes fueron a sus lugares; todos lo habían hecho.
Todos menos la señorita Crane y el señor Walker.
—Fue él.— El dedo índice de Taylor dió contra el pecho del castaño, quien miraba confundido y ante el miedo comenzó a negar aquello repetidas veces.
Un suspiro de desaprobación salió de los labios de aquella mayor mujer, Walker hablaba. —¡No le hice nada! Primero me comenzó a golpear aquel de ahí y luego ella. No hice nada.— Pero no hicieron caso a sus palabras, habían cuatro guardias en total: dos tomaron al hombre entre sus brazos y se lo llevaron mientras que éste gritaba y trataba de ser escuchado, un golpe con un fierro dió contra su rostro así desmayandolo de inmediafo.
Walker no fue el único que tales guardias llevaban ya que la de tez pálida igualmente se encontraba entre otros dos guardias pero la diferencia era que parecía no importarle.
—Pensé que se llevarían bien, ya saben...De asesino a asesino, mentor a aprendiz.— La burla de la mujer ocasionó un escupo por parte de la joven así llegando este a la mejilla de su superior. —Nuestro señor y salvador estaría muy decepcionado de ti, Taylor.—
Una carcajada fue escuchada por su parte —Dime una palabra de Dios más y te meteré la biblia por donde te quepa.— Soltó con ira.
—Llevensela.— Soltó la hermana Jude con ira, los guardias esperaron confundidos las instrucciones sobre a donde llevarían a la mujer quien se acercó a uno de ellos y susurró algo en su oído.
Taylor no esperó para nada encontrarse en aquel lugar: no estaba en la oficina de la hermana Jude si no que, se encontraba en la sala de hidroterapia, miró detrás suya en donde se encontraba uno de los guardias esperando a que la chica quitase sus ropas y entrase a la bañera.
—¿Qué hago aquí?— Preguntó sin más, manteniendo su compostura.
Una sonrisa burlona salió de los labios del hombre —Hidroterapia, querida Taylor.— Aquella forma en que las palabras salieron de sus labios le disgustaron. —Quita tu ropa.—
Negó, cruzandose de brazos —¿Ninguna toalla?¿Privacidad?— Soltó con sarcasmo y así ganando una mirada por parte del hombre —Bien, como sea, si no te volteas tú lo haré yo al menos.—
Tal como sus palabras salieron de sus labios su cuerpo se dió vuelta, comenzó a quitarse el vestido cuidadosamente así mostrando su pálida piel.
La espalda de la rubia se encontraba con vistosos moretones ya de colores morado y un color verdoso podía ser divisado en estos. Toda su parte trasera de encontraba con notorios golpes, los verdugones: todos quien habitaban allí tendrían al menos 3 de estos, en el caso de Taylor debido a su "mal comportamiento" -como a Jude le encantaba decirle- debía de tener más dd 15 verdugones, incluso sería lo mínimo.
Caminó directamente hacía la bañera así entrando en ella, el agua emanaba humo lo cual daba una gran idea de cuan caliente se encontraba. Al sentir el caliente tacto del líquido contra su piel no pudo evitar soltar un suave quejido, suspiró tratando de mantener la calma y no darle el gusto de su dolor a los superiores.
—Rápido.— Soltó el de cabellera pelirroja logrando que Taylor rodase sus ojos, todo su cuerpo entró a la pequeña bañera blanca.
Movió suavemente su cabeza así encontrandose con los marrones ojos de aquel hombre —¿Feliz?— Podía sentir como los ojos del contrario paseaban por su cuerpo desnudo.
La respiración de la chica incrementó, no era solo el ardor en su piel lo que la ponia nerviosa y ansiosa si no que el hombre frente a ella le daba nauseas, se sentía completamente indefensa en ese lugar pero si lo demostraba sería peor...
Si lo demostraba dejaría de ser la cazadora y pasaría a ser la presa, dejaría de ser lo que se prometió a si misma para sobrevivir en quel lugar.
—Mis ojos están aquí arriba, zanahoria.—. Su voz fue completamente distinta al como se sentía, sus palabras salieron con seguridad y valentía así mismo logrando llamar la atención del mayor, quien se acercó a la joven.
Sentía como si su corazón fuera a salir de su pecho, su respiración se aceleró al ver como la gran mano de aquel hombre se dirigió cerca de la tina.
Taylor miraba fijamente al hombre, su mente creaba el peor escenario posible. Después de todo eran los únicos presentes allí ya que el guardia de cabellera dorada se encontraba fuera de la habitación.
"Por favor, no, no..."
Estaba a punto de cerrar sus ojos esperando lo peor, pero eso no sucedió.
La bañera fue tapada en su totalidad, lo único visible de su cuerpo se trataba de su cabeza por lo cuál el vapor comenzó a recorrer su cuerpo y su sudor comenzó a hacerse notar.
El hombre la miró por una última vez antes de irse y cerrar la puerta.
Taylor se mantuvo en silencio, no comprendía el porque aquel escenario apareció en su mente si nunca le había sucedido algo hasta aquel punto, sabía que no se sentía completamente segura en el lugar pero ¿Quién lo haría? La mujer solo tenía 25 años y pensaba que su inicio a la adultez había sido robado por un maldito asesino cual se encontraba en la misma instalación.
Nadie merece sentirse inseguro y para nada protegido en un lugar que no mercen de estar.
Sus ojos comenzaron a cristalizar poco a poco mientras que un puchero aparecía en sus labios. Las lágrimas amenazaban con salir pero se negaba a eso, la ojiverde se negaba a parecer débil en un lugar que debía de tener más fuerza y valentía que nunca.
Llorar no significa ser débil si no que todo lo contrafio a aquello pero eso era algo que se negaba a aceptar, se negaba completamente a aceptar que demostrar sentimientos humanos era fortaleza porque desde que entró a aquel lugar se sentía todo menos un ser humano.
Pero en ese momento, ese efímero y al mismo tiempo eterno momento. Se permitió ser humana.
Se permitió a si misma sentir tristeza, desolación, ira... Sentía su pecho reprimirse y escuchaba sus propios sollozos hacer eco en la habitación vacía, sentía un nudo en su garganta.
Tal vez eran sentimientos llenos de negatividad pero Taylor sentía y eso era lo que le continuaba afirmando que no era el monstruo que todos creían y el monstruo que se propuso fingir ser debido a todo lo sucedido si no que era una simple joven que había perdido todo en cuestion de minutos, había perdido su vida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro