~ 𝐷𝑎𝑠 𝐺𝑎𝑧𝑒 𝐿𝑎𝑛𝑑 ~
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Volteó su mirada a la derecha con sumo cuidado, apreciando el entorno calmado que la rodeaba; observó los frondosos árboles que abrían paso apuntando hacia el cielo, aquellas gigantes copas llenas de hojas no dejaban de sonar al golpearse unas contra otras debido al aire que pasaba por ahí.
Una sonrisa empezó a formarse en la joven de piel blanquecina. Maravillada por la naturaleza que siempre la acompañaba, soltó una risilla algo reprimida, temiendo el interrumpir aquella hermosa sinfonía causada por su única acompañante.
Después de unos segundos, se decidió a levantarse del tronco, sintiendo algo pegajoso impedirle el acto tan fácilmente. Probablemente era algún jarabe de arce que se había colado por aquella parte del árbol sin que se percatara, se dijo a si misma mientras se limpiaba las manos en su vestido.
Miró atenta el camino que se abría paso entre las enredaderas; entonces, comenzó a caminar tarareando alguna melodía que creó en tanto tiempo libre consigo misma.
Se paseaba frívola por el campo lleno de vegetación, y como una niña pequeña, reía notando con felicidad las flores crecer. En una de sus efusivas acciones, decidió dejarse caer de lleno en un pequeño campo de flores peculiares, estas eran de colores llamativos como el amarillo, rosa y azul, pero lo que llamaba la atención de la mujer era que estas estaban moteadas con tonos rojizos. Ella se acomodó boca abajo, con el estómago pegado a la tierra y la cabeza elevada a la altura de las flores para poder tener una mejor vista. Sonrió al ver mas de cerca aquellas flores color amarillas y rojo vino, y como acto de reflejo, movió sus piernas al compás de una inexistente melodia.
Pangea arranco una para poder guardarla, ella no acostumbra hacer eso pero sentía que la autenticidad y la originalidad de aquellas plantas lo valían.
Estaba inmersa en su mundo, hasta que el movimiento de las hojas secas y algo parecido a unas pisadas hicieron que se incorporará en seguida. Algo asustada y con la guardia en alto, decidió caminar hacia los arbustos que era donde anteriormente provino el sonido.
Una risa resonó por el lugar haciendo que el silencio que parecía eterno, fuera interrumpido abruptamente. Impresionada, abrió los ojos de golpe y retrocedió torpemente, miraba con los ojos bien abiertos y el corazón latiendo ferozmente contra su pecho, aquel lugar que antes le era irrelevante.
Después de unos segundos un chico peliazul salió corriendo desde aquellos arbustos de arándano, seguido de otra chica de cabello rojizo y unas adorables pecas que adornaban su cara tricolor. Ambos parecían disfrutar de la compañía del otro, corriendo y jugando como simples niños en un parque, ignorando olímpicamente a la mujer que medía casi el doble que ellos.
Pangea terminó por caerse de espaldas de la impresión, jamás había visto a alguien por ahí que no fuera su madre Pannotia; esa mujer de aspecto amable que siempre la cuidó y acompañó, le decía que solo estaban ellas dos y nadie mas, entonces si eso era así, ¿Por que justo ahora estaba presenciando dos chicos jugando?
Muchas preguntas nublaron el pensamiento de Pangea, haciéndola sentir mareada y abrumada. Por unos segundos maldijo a Rodinia por hacerla caer en una confusión tan inoportuna que la agobiaba de sobremanera.
Negó con la cabeza tratando de alejar todas las palabras acumuladas en su pensamiento, entonces, se decidió por pararse de nuevo, sacudiendo la tierra que se coló en su vestido pulcro de color blanco. Miró hacia donde se habían ido ambos chicos y corrió también, sintiendo la adrenalina inundarla mas rápido de lo que debía.
Al fin divisó a un chico de espaldas, por lo que le tocó el hombro intentando ser gentil y educada. El de franjas rojas y blanca se volteó, al mirar a la joven le sonrió feliz, demasiado para su gusto...
-E-eh em -
Los nervios y la emoción de al fin encontrar a alguien más por ahí a parte de ella, hicieron que empezara a tartamudear; realmente no sabía que hacer ¿Saludar? ¿Preguntar cómo está? ¿Salir de ahí corriendo? Jamás estuvo en contacto con alguien de ese modo, se sentía algo inútil y vulnerable ante aquel chico.
El contrario disiminuyó su sonrisa haciéndolo ver mas normal -Hola Pangea al fin te unes- la joven con decoraciones de flores, miró confundida y algo asustada al chico.
-C-como sabes mi..?- el chico soltó una pequeña risa interrumpiendola; extendió su mano para estrecharla con la de Pangea cómo si estuviera decidido a ignorar la pregunta -Soy Austria un gusto!- no esperó a que la mas alta contestara, pues salió corriendo hacia donde se escuchaban otras risas.
Temerosa siguió al bicolor de nombre Austria. Aun tenia dudas y quería que Rodinia se las contestara, pero incluso toda esa situación logro atrofiar a su consciencia, era obvio que Pangea estaba sola en ese embrollo.
-E...espera!-
Rstaba impresionada de lo rápido que aquellos seres corrían. A pesar de tener piernas mas largas, aun así no lograba seguirle el paso.
Después de unos minutos que se le hicieron eternos a la chica, Austria frenó y señaló a la antigua pareja de niños que estaban jugando entre los arbustos.
-Francia! Inglaterra! Miren quien vino- ambos mencionados frenaron en seco y giraron bruscamente, divisando a la chica. Los tres presentes sonrieron exageradamente y empezaron a reírse sin razón alguna.
Pangea sonrió incómoda y al fin habló -Emm hay algo gracioso?- a penas ella pronunció aquella palabras, los tres callaron abruptamente y negaron felices, realmente parecían llenos de energía y sus gestos toscos ahuyentaban la poca seguridad de la chica.
-Necesitas conocer a Portugal!- los demás asintieron ante la idea de Francia.
-Si, te agradecemos por haberla traído ... Era aburrido solo estar nosotros- esta vez el chico azabache, Inglaterra, fue el que se dirigió a Pangea, la cual frunció el ceño confundida.
¿Ella? ¿Traer a alguien? Nunca escuchó de una tal Portugal y no cree haber visto a alguien más a parte de lo tres chicos enfrente de ella.
-No se de que...- de nuevo fue interrumpida por las pisotadas de los tres niños, los cuales corrieron a otra parte del terreno lleno de vegetación, dejando hablar sola a la chica... De nuevo.
Pangea suspiró pesadamente y solo se dedicó a seguirlos, mientras mas avanzaban sentía que mas rápido corrían. Era frustrante ver como niños con piernas pequeñas le ganaban por cuatro metros de distancia, siendo ella mas alta se esperaba correr mas rápido.
A pesar del hecho de que correr tanto la agotaba de sobremanera, ella siguió con la acción lo mas rápido que podía. Simplemente no iba a dejar ir a las primeras personas que ve en toda su vida (sin contar a su madre).
Después de correr por un buen rato, los tres niños frenaron delante de un árbol particularmente grande. Francia se asomó por detrás del tronco como si buscara algo. Los tres niños sonrieron al unisono al escuchar una leve risa proveniente de otro árbol.
Giró confundida, entonces vio a otra niña bicolor roja y verde que se asomó con una sonrisa. Ella tenia un objeto filoso que brillaba con el reflejo del sol. Pangea intentó enfocar su mirada en aquel objeto pero, parecía que solo le lastimaba la vista el reflejo amarillo que apuntaba a sus ojos.
Parpadeo sintiendo el ardor recorrer sus globos oculares; alzo la mirada y enfocó con torpeza a la que deducía era Portugal.
-Hola Pangea - su voz sonó aterciopelada, era un sonido calmante y gentil. Sin duda aquella niña no solo portaba gracia en su vestir, si no también en su hablar.
La mencionada, ya acostumbrada de que todos por alguna extraña razón supieran su nombre, solo se dedicó a agitar su mano en modo de saludo.
-Bueno...ahora si, jugamos?- todos hablaron al unisono, mirando expectante a Pangea, la cual abrió de golpe sus ojos sorprendida por aquella coordinación.
Probablemente solo fue una coincidencia
Aquella voz sonó en su cabeza como eco, en seguida supo que era Rodinia, su consciencia. Quería reclamarle a aquella voz por haberla abandonado en un momento tan impactante e importante para ella, sin embargo fue interrumpida por la constante sensación de ser observada. Regreso a la realidad y miró a los niños que la rodeaban, estos sonreían algo exagerado mientras sus cabezas estaban ligeramente inclinadas a la misma dirección...esperando alguna respuesta de la mayor.
Pangea sonrió incomoda y nerviosa, pero a pesar de que todo esto fuera algo nuevo e incómodo, terminó cediendo ante la oportunidad de poder convivir con ellos...poder conocerlos y, si era posible, hacer nuevas amistades.
La tarde de aquel día soleado se la pasaron jugando y riendo, Pangea aun no entendía de donde habían sacado aquellas lianas rojas para columpiarse sobre los árboles, o la pelota con un forma extraña y amorfa que realmente no parecía importarles a los niños, mientras esta cumpliera con su función de divertirlos parecía que estaban bien con ello.
-Te quieres columpiar? - una nueva voz llegó a sus oídos, era otra niña de tez roja y cabello largo, portaba estrellas en el costado de su cabeza y un corona de flores que le daba un toque angelical.
Pangea frunció el ceño al no reconocerla, con anterioridad solo había visto a cuatro niños pero ahora tenía que añadir a la pequeña de ojos amarillos a su nueva lista de amigos.
La peliblanca ladeó su cabeza viendo aquellas lianas rojizas, estas portaban un aspecto extraño...rugoso y viscoso, rodeadas de un líquido rojizo que le provocaban muecas involuntarias.
Agarro aquella liana con la intención de inspeccionarla, pero al tocarla un horrible dolor de cabeza la inundó. Todo a su alrededor daba vueltas y por unos segundos, al parpadear, divisó en todo su vestido y manos de nuevo aquel liquido...
Sangre...
Alzo la mirada confundida, esperando poder encontrar a alguien que respondiera todas aquellas las preguntas aglomeradas en su cabeza; sin embargo, no vio mas a China, ni a Inglaterra o los otros niños que se habían encontrado jugando entre las hojas verdes. Todos...todo había parecido desaparecer, cómo si se disolvieran como simples recuerdos...o probablemente ilusiones.
Su corazón se aceleró rápidamente, creándole un taquicardia frenética que le causó vómito y estrés repentino.
Buscó desesperada a alguien, quien fuera en aquel lugar de plantas marchitadas y sangre, pero realmente no había pista alguna de nadie.
Entre tanta vuelta que dió, terminó mareándose por completo y cayó de lleno contra el suelo. A la altura de sus ojos vio al fin la silueta de alguien mas, creando que un pequeño alivio la inundara. Una pequeña esperanza de que no estaba sola.
Corrió hacia ese cuerpo acostado y se arrodillo a la altura de este. Cuando giro aquel cuerpo, soltó un grito agudo viendo algo que jamás se imaginó; era su madre llena de aquel líquido rojo y con el estómago completamente abierto. Su vista que llegó a expresar felicidad ahora se encontraba perdida en el cielo grisáceo.
En completo shock, decidió inspeccionarse ella, y en su mano derecha hayó el objeto que tenía Portugal...un cuchillo, aquel objeto lleno de el liquido rojo que escurría del cuerpo inerte que tenía en frente.
No reniegues tu pasado, lo que viviste te hace ser quien eres ahora
Pangea negó tomándose fuertemente de la cabeza, soltando la "liana" y alejándose de Pannotia con completo terror.
Empezó a hiperventilar mientras se agarraba la cabeza con mas fuerza, parecía todo un horrible pesadilla.
Estaba a nada de desmayarse, incluso podía jurar que iba a terminar muerta de la impresión...
-Estás bien?-
Esa voz...
Rápidamente abrió los ojos encontrándose con Francia, la cual la veía confundida y con cierto ápice de preocupación.
-Oye te quedaste ida- esta vez Inglaterra se unió al circulo que rodeaba a Pangea, todos la veían expectantes, esperando alguna pista del por que se había comportado así.
Pangea, completamente asustada y confundida solo asintió, sonriendo de nuevo, recuperando su postura y tratando de calmar su corazón.
-No es nada ...seguimos jugando?-
Todos asintieron en unísono sonrientes, volviendo a agarrar sus juguetes.
Todo parecía ir bien, una simple ilusión creada por la mente mas dañada y retorcida a causa de la soledad. Pese a la escena, pese a el ambiente de felicidad... Nada de eso era mas que un escudo creado para satisfacer aquellos necesidad desesperada por sellar los recuerdos.
En esa selva, entre esos frondosos árboles; rodeada de aquel campo de flores moteado de rojo, teñido de sangre, se encontraba Pangea... La única mujer con vida en esa región.
Ella se columpiaba de los órganos internos de su progenitora mientras reía feliz, hablando sola...con sus amigos que prometieron jamás dejarla de nuevo. Al fin estaba plenamente féliz sabiendo que sus amigos no mentían, incluso, llegaban más países con el paso de las horas de juego, cargando con mas juguetes para pasar el tiempo.
Ya nunca estaría sola...
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Que acabo de hacer jajaja weno gente vamoh directo con las aclaraciones
༒ El título está en alemán cómo referencia a Alfred Wegener, quien fué el principal autor de la teoría de la deriva continental en 1912, el le dio el nombre de Pangea.
༒ El título significa "Toda la Tierra" que es lo mismo que en griego Pan=todo y gea=tierra
༒ Ya se que los países en ese entonces no eran lo mismo, obviamente Francia no se llamaba Francia, ni Austria, ni Portugal (etc) pero es una especie de adaptación a mi imaginación ya que iba a ser mas difícil hacerlo con los países antiguos (que no son como los conocemos claramente). Llegue a pensar hacerlo con los continentes pero incluso estos tenían otros nombres y mientras mas investigaba mas cambios salían, así que decidí no complicar más la trama. (Me desvelé hasta las 4 de la mañana y no dejaba de salir información)
༒ Decidí meter a los countries mas "viejos" o los que tenían civilizaciones desde hace muchos años para poder apegarme un poquito mas a la antigüedad. (Portugal, Austria, Francia,China, e Inglaterra)
༒ Este es un único One Shot sin la intención de ofender. Intenté tratar el trastorno de múltiples personalidades (trastorno de identidad disociativo) aunque bueno, es claro que no tengo especialidad en estos temas aunque traté de investigar lo mas que pude y pos ... Salio esta cosa amorfa.
༒ Pangea no solo tiene este trastorno, también esquizofrenia, trastorno por estrés postraumático, depresión y ansiedad.... A parte de que "se le van las cabras al monte" como dirían en mi rancho XD
༒ Si no quedó claro( que según yo si queda muy explicito)... Pangea mató a su madre Pannotia. En la historia este fue el nombre que los científicos le pusieron al segundo supercontinente, el primero fué Rodinia y claramente el último Pangea.
༒ Respecto a lo anterior, iba a poner a Rodinia algo así como la abuela de Pangea pero recordemos que para que se haga otro supercontinente se tiene que "romper" o separar el anterior...así que si, por eso la puse como la consciencia de Pangea. Rodinia es esa vocesita que le habla.
(Y ya saben...Los separadores y portada las hice yo pero los dibujos no me pertenecen así que derechos a sus respectivos autores)
Si tienen dudas aquí ando ... Por cierto... javinazareth muchas gracias por hacer este dibujazo QwQ vales mil ywy está bien cool wey!
Bonita noche ... Me despido :v
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