21
Ochako Uraraka
A pesar de estar entre las sabanas no podía lograr conciliar el sueño, puedo sentir los brazos de Izuku rodear mi espalda sujetándome como si me pidiera que no me fuera. Verlo dormir tan plácidamente después de todo lo que se habló me parece tan irreal, pero supongo que pensar demasiado en ese asunto no le ayudara en nada.
Prácticamente se llevará una guerra, la clásica disputa entre héroes y villanos; todo por obtener el poder de Izuku. Con la única diferencia que al menos se le dará fin, pero el costo de esa victoria es la persona que amo.
No hay una salida para evitar su muerte, y las únicas que se me vienen a la mente son irreales, como los viajes en el tiempo en las películas: resolver el dilema reescribiendo el pasado. Sin embargo, en el caso hipotético, ¿seria capaz de sacrificar a la persona que amo por el bien de todas las personas? No..., no lo quiero.
No tenía idea de lo egoísta que puedo llegar a ser.
Estos pensamientos no son dignos de una heroína. Este es el camino que elegí: salvar a los que pueda. Besé la mejilla de Izuku lo que lo hizo sonreír entre sus sueños y de manera contagiosa yo también sonreí. Me levante de la cama sin hacer el mínimo ruido, mire el reloj, y marcan las cuatro de la madrugada. Debo salir a caminar.
Tome un suéter delgado del sillón y salí del departamento en pijama, no es como si me importara que me viera alguien, pues a esta hora dudo que haya personas transitando el lugar. El clima estaba frio, pero no lo suficiente para tomar un abrigo. Caminar por los parques mirando como los arboles se mueven al compás del viento me hizo entrar en calma. Me senté en una banca y cerré los ojos, pero no me sirvió de nada, al tan solo cerrarlos podía recordar los momentos donde Bakugo me tenía inmovilizada para después gritar esas palabras, también que no pude salvar a Tsuyu, descubrir el último secreto de Izuku y conocer la verdad oculta de Bakugo.
—Una joven tan hermosa como tú no debería de estar sola aquí, y mucho menos derramando lágrimas —escuche la voz de una mujer mayor. Abrir mis ojos y lo confirmo, es una abuelita que me sonríe con nostalgia. —¿Puedo? —me señala la banca y yo asiento, al sentarse junto a mi me da un pañuelo color negro y me limpio las lágrimas.
—Lo mismo puedo decir de usted. ¿Por qué una bella dama esta dando un paseo a tan horas de la noche? —Le pregunté con una sonrisa en mis rostro. La señora mayor me sonrió de igual manera, sus cabellos plateados cortos ondeaban con el viento y sus ojos color rubí era lo que me llamaba más la atención, de un rojo intenso, no me había percatado que solo un tercio de la población podía lugar tener ese color de ojos.
—Oh, querida —desvió la mirada hacia la copa del árbol, —a veces hay necesidad en dónde necesitamos huir —arquee una ceja confundida y ella giró su cabeza para verme y después tomó mis manos lo que me sorprendió. —¿De que estás huyendo? —Sus ojos rubíes penetraban en mí, como si quisiera entrar a mi alma, pero es una sensación extraña.
Siento como si estuviera perdida.
—Q-quiero huir de la realidad que me espera.
—¿Y qué es esa realidad?
—No quiero ver a la persona que amo morir frente a mis ojos.
—¿Quién es la persona que amas?
—Izuku Midoriya.
Parpadeó por un instante y aún sigo tomada de las manos de la señora. Ella se comienza a reír y eso me desorienta. ¿Qué ha pasado?
—¿Señora está bien? —Preguntó preocupada y ella deja de reír, se levanta de la banca y camina hacia la izquierda. Me pongo se pie confundida, —¿Señora? —Pregunto sintiendo un poco de nervios por el comportamiento extraño de la mujer.
—Si te sientes atrapada olvidar siempre ha sido una excelente opción —me dice al detener su paso y después se marcha.
Debo de admitir que fue una conversación muy extraña, me esperaba algo más, algún buen consejo sabio, pero lo último que dijo fue muy misterioso.
Regresé al apartamento, abrí la puerta usando la lleve que Izuku me había dado y a tan solo poner un pie adentro sentí como me abrazan con fuerza.
—Nunca me vuelvas hacer eso, por favor —me dijo al oído. Suelta un suspiro de alivio y besa mi mejilla. —Creí te había pasado algo. Despierto para ir a la cocina y no te encuentro en la cama, en ningún lado, dejaste tu celular aquí, y no hay ninguna nota. ¿Y si te desmayas como esa vez que te encontré? —Me toma de las mejillas y habla demasiado rápido.
—Tranquilo, amor. Solo fui a caminar, a tomar aire fresco. —Le toca su mejilla y sonrió. Él toca mi mano y da un beso a esta, vuelvo a sonreír por ese gesto —no hay ninguna nota porque solo fui a tomar aire.
Izuku arruga el entrecejo confundido y lentamente me quita la mano de su mejilla derecha. Hace una mueca de lado.
—¿Esto es mucho para ti? —Su pregunta me genera extrañeza y me cruzó de brazos alzando una ceja. —No te culpare. Está bien si quieres permanecer alejada de —hace una ligera pausa, como si estuviera buscando la palabra correcta, —todo —me mira a los ojos, —lo que vendrá —termina de decir en un susurro mientras se rasca el cuello entre una mezcla de nervios e incomodidad.
Ladeó su cabeza hacia la izquierda aún con la mirada confundida. No me dice nada, pero veo como en su rostro siente la necesidad de corregir lo que dijo.
Soy una heroína. Soy conciente que no soy la más poderosa, no creo haberlo sido, pero si mi participación ayudará a que el desastre sea mínimo sin dudarlo iré. Y no porque sea mi deber, sino porque se me dió un don y debo usarlo para hacer lo correcto.
—Soy una heroína —dije alzando mis brazos y comienzo a reír, lo que hace que se desconcierte, pero finalizo mis carcajadas con un semblante serio. —Pero también soy una humana. Mentiría si te digo que no tengo miedo, lo tengo, ¡Claro que sí! De no tenerlo entonces sería una persona peligrosa. Pero si estoy segura de algo —me acercó a él y le doy un abrazo. Nuestra diferencia de estatura es perfecta para recargar mi cabeza en su hombro, —no tengo idea del futuro, pero te quiero en él. Quiero una realidad en la que tú estés bien —digo en un murmullo, pero dudo que me haya escuchado.
—Tenerte tan cerca de mí me causa tranquilidad y temor. Y eso me aterra, son palabras totalmente opuestas y solo tú me provocas esto. —Me dice en un susurro y despegó mi rostro de su pecho para verlo a esos ojos esmeralda qué tanto me encantan, mueve uno de mis mechones detrás de mí oreja y me sonríe. —Unicamente tú. Que estés aquí conmigo me hace querer renunciar a todo para tener una vida a tu lado, huir de todo, y estar solos tú y yo, pero no debo hacerlo por mi responsabilidad; ese es mi temor. Por ti renunciaría a todo.
Sus palabras tan suaves aligeran la carga de todo lo que dice. Su mirada con determinación y sin titubeó me hace sonrojar. Y me di cuenta que no era la única que se sentía así.
¿Alguna vez mencioné que amo los romances trágicos? Nunca creí que estaría viviendo uno. Dos héroes localmente enamorados que renunciarían a todo por tener más tiempo. El chico que tiene un destino marcado y la chica que vivirá en un mundo donde él no esté.
Deseo decirle que sí.
Es una oferta tentadora. Cualquiera aceptaría, ¿no? ... Sin embargo, no puedo hacerlo. No puedo ser una persona egoísta. ¿Cómo podría vivir feliz mientras las otras personas sufrieron por nuestro amor? Nuestro condenado amor.
—No mi cielo —digo mostrando una sonrisa nostálgica. El sujeta mis manos. —No puedo dejarte hacer eso. No podría vivir con eso en mi conciencia.
—Ojala tuviéramos más tiempo.
Me toma de las mejillas y lentamente se acerca a mí. Poco a poco cierro mis ojos y solo espero a que sus dulces labios toquen los míos. Este es nuestro momento. Solo él y yo.
Siento la calidez de su beso, pero aún así se siente más como una dolorosa despedida y no puedo evitar derramar un par de lágrimas. Él se irá a un lugar si cuál yo no lo podré acompañar. Se separa de mí y aún sin abrir mis ojos sus yemas de sus dedos limpian mis lágrimas y me da un beso en la frente y me vuelve abrazar. Me aferró más a él.
—Desearia que esas lágrimas fueran de felicidad. Soy la peor persona por hacer llorar a la mujer que amo —dice para después besa mi cabeza. Ese comentario me provocó una sonrisa.
—Lo serían si me compraras mochi todos los días —suelta una carcajada y yo igual. Quiero que así sea todos los días.
No quiero levantarme de la cama con el pensamiento de que falta cada vez poco para la batalla. Como si estuviera tachando en un calendario hasta el día esperado.
Después de esto Izuku me contó con detalle lo que se habló ayer. A lo que entendí fue que Iida-kun liderada la misión de esta batalla, pero no solo eso, toda la clase A se unirá una vez a luchar como en los viejos tiempos. Nosotros no podemos hacer solos, por eso solicitaré la ayuda de Ryuku-sama. Entre más héroes podremos obtener una victoria asegurada. No sabemos si la batalla será parecida a aquella vez cuando fuimos al USJ donde muchos villanos nos interceptaron.
—¿Izuku quién será el siguiente? —Le pregunté mientras nos encontramos en el comedor almorzando. Él levanta la mirada del libro que estaba leyendo. Un libro sobre energías espirituales.
—¿El siguiente de quién, cariño? —Me pregunta aún con un bocado en su boca.
—El siguiente portador. ¿Tienes a alguien en especial? —Tal parece que mi pregunta lo alteró ya que comenzó a toser y bebió un poco del jugo. —¿Es posible que sea Bakugo o Mirio-san? —Tosió aún más fuerte que antes. Eso me preocupo que tuve que darle una servilleta para que se limpiará los granos de arroz que tenía en sus labios y algunos en sus mejillas.
—Sabes —embozó una sonrisa mirando el vaso de vidrio de jugo y luego lo tomo entre su mano. —Sir NigthEye me dijo que originalmente Togata-senpai sería el portador del OFA.
—¿Entonces se lo heredaras a él? Después lo de Overhul su título de héroe fue borrado ya que perdió su quirk. Mirio-san al menos para mí es un candidato perfecto —me dijo nada y luego lo pensé mejor, —Bakugo también lo es, pero siendo honestos dudo que acepte el OFA es demasiado orgulloso como querer un poder regalado, pero al menos él lo entiende, sabe todo sobre el OFA.
Izuku guarda silencio. Tal parece que lo está meditando, ¿Eso significa que nunca se le cruzó por la mente? Veo como él se mira su mano y rayos color verdes aparecen, como si fuera una descarga eléctrica. En un abrir y cerrar de ojos esos rayos impacten con el vaso y este se rompe, los fragmentos de vidrio llegaron a dañar la mano de Izuku haciéndolo sangrar.
Me levanto de la silla y busco un trapo para detener la sangre. No digo nada, de hecho nadie lo hace. En un profundo silencio es como limpio su herida, después voy por un botiquín de primeros auxilios —que todo héroe tiene en casa— y termino curando su herida, no es profundo el corte pero su sangre carmesí no dejaba de salir.
“Y yo moría en batalla”.
Esas palabras dichas por él resonaron dentro de mí. Una imagen mental de Izuku en el suelo con golpes, sus brazos rotos y sangre brotando de su cuerpo me hizo temblar que termine por derramar la botella de alcohol.
—Mierda —dije molesta mirando como el líquido escurría por la mesa.
—Esta bien —me dice para tratar de calmarme.
—Si no querías hablar de tu sucesor me podrías haber dicho, no era para que te hubieras hecho un corte —fui hasta cocina y tire los algodones con su sangre. No podía dejar de mirar el bote de basura, precisamente esos algodones que llevan su sangre. Es una herida leve, pero, cuando no lo sea, no tengo idea de cómo reaccionaré.
—No fue mi intención. —Escuchó su voz detrás de mí y así es como vuelvo en sí. Limpio mis manos con el agua del grifo. No quiero su sangre en mí.
“Eso se puede remediar”.
Otra vez esa voz. Mi propia voz con un tono entre burlón y áspera.
—Parecía que así lo fue —le contesto girandome para verlo.
—Esto, el poder que tengo no puedo controlarlo. Cada vez es más fuerte, con cada entrenamiento, con cada generación. Y no se detendrá —me dice con temor.
Me hizo recordar a nuestro comienzo en la UA.
—¿Acaso tú...?
—Sí.
Después de eso ya no hablamos. Él se fue me dijo que debía de hacer algo y lo cierto es que yo también. Aún no he olvidado el asunto sobre las abejas. Fue un descuido mío que Tsuyu esté hospitalizada, pero yo no fui la causante de eso.
Iré a la empresa STARS y no usaré mi traje de héroe... Porque no creo hacer algo heróico.
Entre mis ropas buscaba algún set deportivo o algunas ropas que uso para entrenamiento y encontré un conjunto de color gris, solo me puse unos tenis y fue hacia la empresa.
Friday me podría ayudar en esto, pero la inteligencia artificial se encuentra en mi casco y usarlo así sin más seria muy sospechoso. Debería de haber solicitado que el software de Friday este enlazado a algo más cómodo, como unos lentes. Nadie sospecharía de unos lentes.
Ahora solo cuento con mi astucia.
Al llegar a la gran y multimillonaria empresa se resistieron a qué hablara con el CEO de la compañía. Incluso me rodearon unos hombres de seguridad y me apuntaban con armas.
—Creanme. No querrán hacer esto —dije en un tono irritado. Y ellos aún seguían firmes apuntadonme, el láser color verde del arma estaba sobre su mi cuerpo.
Pase mi mano sobre mi cuello y los guardias se alteraron haciendo que cargarán sus armas. Di un paso hacia adelante y ellos uno atrás. ¿Será este un vals? Los guardias no son para nada estúpidos, no importa que no usará mi traje de héroe sabían quién era y trataban de permanecer alejado de mí. Sabían que si los tocaba ellos perdían.
No solo tocó personas.
Una sonrisa se me dibujo al ver el gran escritorio marrón de la recepcionista que está al fondo temblando de miedo. Desvíe mi mirada hacia los guardias, ellos se veían nerviosos y sudor recorrian su frente, entonces mire arriba de mi y estaba un candelabro. Muy hermoso de cristal que iluminaba la sala.
¿Así que en esto se gasta su fortuna?
—Ultima advertencia. Señorita Uravity retirese —dijo uno de ellos. Supongo que el líder de los hombres. Más que unos simples guardias estaban bien armados, como si fueran unos soldados. ¿Por qué el CEO tendría tanta seguridad? Tiene miedo.
—Ultima advertencia. Fuera de mi camino —dije arrugando el entrecejo tocando la yema de mis dedos.
Toque el escritorio y todo este brillo por unos instantes del color rosa.
—¡Ahora! —Ordeno el hombre el disparar.
Pero había dudado en esos hombres. No podían matar, quizá no podían matar a una heroína, esos segundos de duda en apretar el gatillo fue su perdición. Arrojé el escritorio a los cuatro hombres estaban sobre mí y después libere la gravedad de este dejando que el escritorio de mármol los golpease aún más.
Los tres hombres al lado de mi miraron asombrados lo que les sucedió a sus compañeros y cuando se preparan para disparar. Con mi vara plateada la hice girar y detener las balas. No quería que nadie salga herido, solo una persona y esa no estaba ahí. Una vez deteniendo el fuego fue como derribe a los tres hombres con un golpe. El líder estaba por sujetarme y me quería inyectar algo, quizá un sedante.
Tomé su mano y la torci lo que hizo que gritara de dolor. Después lo toque a él y a los dos hombre que lo acompañaban. Ahora estaban suspendidos en el aire no sin antes haberles quitado sus armas y su intercomunicador.
—¡Eres una heroína! ¿Por qué haces esto? —Me pregunto el hombre molesto. Y detuve mi paso. Vi como la recepcionista estaba por tomar un teléfono pero con un golpe a mi vara este se rompió. —¡¿Por qué?! ¡Se suponía que tú deberías de defendernos!
—Las acciones que hacemos podrán parecer malas ante los demás, pero hago lo correcto.
Dije sin mirarlo y crucé la puerta para entrar aún más a las instalaciones. Supongo que su oficina está en el piso más alto. Usando un elevador así que como llegué. Abrí la puerta de una patada.
—¡Qué impertinente! —Se puso de pie y su semblante de enojo cambio al verme, se le veía confundido. —Uravity...
—Nos atacan, señor —le dije tronando mis nudillos.
—¿Por quién? —Me pregunta asustado.
—Por mí —digo a la par rompo su escritorio y me abro camino hasta estar frente a frente. El retrocede, pero cristal es lo que hay detrás del. Lo tomó del cuello y su cuerpo brilla de color rosa y se comienza a elevar. —¿Quién fue tu comprador? —Le pregunto sin quitar la mirada sobre sus ojos.
—¿Q-qué? —Me dice sorprendido e intenta quitar el agarre, pero no puede. —T-tus ojos cambian.
—¡¿Quién fue tu comprador?! Las abejas robóticas que le proporcionaste fueron inútiles. Alguien más sabía de esto. ¡¿Quién putas fue?!
Pero no decía nada y eso me hizo perder la paciencia. Usando su cuerpo fue como rompí el cristal. Lo sostenía aún, pero él notó que bajo de él no estaba el suelo, estaba la nada.
—N-no, no lo hagas. Tengo una familia, por favor —me suplicó. Y yo solo arrugue más mis cejas.
—Si tanto la amas confiesa.
Pero no dijo nada. Me harté. Tenía una idea vaga de quién podría haber sido, pero quería conformarlo. Y lo solté.
—Liberar —dije uniendo mis dedos y el hombre comenzó a descender.
—¡No!
Se escuchaba su grito como decaía poco a poco. Una caída de 80 pisos debe ser dolorosa. Salto del lugar y al hacer un giro una de mis muñequeras lanza un cable y la garra se conecta al suelo del piso donde salte. Y así fue como sujete al hombre de una horrible caída. Presionando un botón fue como comencé a subir. Arrojé al CEO a su oficina y luego yo entre.
Él había corrido hasta estar al fondo de la oficina y temblaba, está llorando.
—F-fue Dabi. El tenía a mi familia y me dijo que si no colaborará con él, mi familia moriría. Me dijo que quería el inventó de la señorita Shield y lo modificará para que atacará. Por órdenes mías la científica lo hizo. —Se tocó la cabeza y la movía de un lado a otro. —Los héroes no lo entienden. Creen que con solo sonreír y salir en la prensa la ciudad está bien, pero no es asi. —Me miró con desprecio —¡Por culpa de los héroes es como se forman los villanos! Después de todo ellos solo eran personas incomprendidas por esta absorta sociedad. Así que sí, le vendí a la Liga de Villanos todos los mejores inventos que mis científicos pudieran haber creado —comenzó a reír con una pizca de locura.
—Debiste de pedir ayuda. Irás a la cárcel por ser cómplice. Al vender esa mercancía estás condenando está ciudad —le digo mirándolo a los ojos para después buscar entre mi celular el número de la policía y vuelve a reír.
—¿Yo la condené? No linda. Fueron los famosos héroes, ellos y las malditas leyes que solo los controlan. Todos se preocupan por el 80 por ciento de la población que fue bendecida con un don, el 40 por ciento decide ser un héroe, el 10 por ciento solo vive una vida normal o bueno lo trata de hacer y el 30 por ciento se vuelven villanos, ¿Pero que hay del resto? ¿Qué hay de las personas como yo que no recibieron ese don? Solo nos queda trabajar el doble más que la población. Nadie piensa en los quirkless nos miran con desprecio, como lo que somos, simples mortales habitando un mundo de dioses. ¿Qué otra opción tenía si los héroes me dan la espalda?
No sabía cómo responder a eso, porque todo lo que dijo era cierto. Es una lastima tener que vivir un mundo así, cuando la fantasía superó a la realidad.
—Es una confesión. Deberás decirle frente a un tribunal.
—No solo yo. Tu te irás conmigo. Lo que hiciste no lo que un “heroe” harías. Querías matarme y eso está grabado —me señala las cámaras. Los guardias llegan finalmente a la oficina y lo ayudan a levantarse. Me vuelven apuntar con el arma. —Dejenla, ya solucionamos nuestras diferencias, ¿No es así, heroína Uravity?
Solté un bufido y asentí. Y me retire de la oficina. Odio tener un chantaje de esta manera. Camine hasta llegar a los laboratorios. No podía permitir que el talento de Melissa-chan sea usado para el mal.
Esto se pone cada vez más peor.
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Perdón por la tardanza. Cosas personales surgieron, pero ya está aquí el capítulo. Y debo decirles que ya estamos por la recta final.
Espero y les haya gustado.
Muchas gracias a todos por seguir la historia. Ya llegamos a los 6k 🥰🥰
La música que está al inicio le va bien a la parte del capitulo del té verde.
Eclipsa, se despide.
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