Pandora es vida.
Tengo un sueño que no tiene sentido y nunca puedo entender, pero lo repito en mi mente sin parar. Siento el frío en mi cuerpo, lo cual es extraño ya que estoy durmiendo y uno no debe sentir ninguna sensación. Aun así, tengo frío, tengo mucho frío y no puedo abrir los ojos. El dolor también está presente, lastimándome en partes específicas de mi cuerpo y logrando que me dejé sin pensamientos. Me duele, me duele tanto que no puedo moverme. Hasta que abro los ojos y no estoy en mi cama, como todas las noches, sino que estoy en otro lugar totalmente diferente. Algo me impide moverme y no puedo hacer otra cosa más que gritar, porque misteriosamente eso se me permite. Desconozco los motivos de mi inmovilidad, como también porque nadie me escucha. Y aun así, me siento más viva que nunca. Me siento atrapada, helada, dolorida, pero muy despierta.
Nunca he tenido esa sensación en mi vida y se debe respecto a la red. Pandora me impide sentir el dolor, lo elimina para que sea leve y no me haga daño. Aun así, quiero sentirlo. Se lo he comentado a mis compañeros, pero nadie me entiende. ¿Por qué querrías sufrir Natalie? ¿Qué está mal contigo?
Abro los ojos en mi cama de siempre, creada por una inteligencia tecnológica y me hace creer que es real. Mi habitación de universidad se encuentra igual que siempre, limpia de una manera impecable y sin ningún tipo de cambio. El calor del verano me agobia y me doy cuenta que ese frío que sentí no existe. Aun así, ¿es posible sentir dolor cuando uno sueña? ¿Es posible sentir dolor en Pandora?
Me levanto lentamente con mi tardanza habitual, otro lunes terrible en donde recibiré miles de clases que odio y no quiero tener. De todos modos, es mi deber como habitante de Pandora y sé que mis padres han pasado años y años trabajando para conseguir esa beca. Debo ser la mejor incluso cuando mi cabeza se encuentra vagando por laberintos inexplicables.
Veo mi rostro en el espejo del baño, recordando mi identidad y por unos minutos me preguntó si es real. Si soy esa chica que está en el reflejo. Es inevitable para mi llevar mis manos a mi rostro para comprobar que aquella nariz perfecta es real y que no soy un invento de la red. ¿Por qué siento que lo es?
Creo que es hora de explicar mi vida, porque nunca es tarde para dar una lección de historia.
Pandora es una red con una de las tecnologías más avanzadas del mundo, creada para llevar aparentar la vida real. Desde que nacemos, expuestos a un mundo cruel y en catástrofe tanto social como ambiental, nos llevan a cápsulas en donde nos preservan. Nos mantenemos sanos, perfectos, preciosos y vivos, cosa que sería imposible en la actualidad. Desconozco en qué año se encuentra el mundo, supongo que en uno en donde la esperanza se vio reducida a 0. Una vez que nuestros cuerpos se encuentran enlazados, nos conectan a Pandora.
Pandora es un lugar seguro, es la vida que no pudieron darnos nuestros antepasados y decidieron destruir. Nos conectamos con todas las personas que existen en nuestro día a día y vivimos una vida totalmente normal. Sana y llena de paz, nada nos puede destruir y es por eso que amo esa vida. Amo Pandora.
El reloj despertador suena, encendiendo las luces de mi habitación, y llevó la mano hacia mi ojo para dar la orden de apagado. Ya estoy despierta, es un nuevo día en la red. Cuando tomo aire, dispuesta a esperar mis opciones de vestimenta del día de hoy, un mensaje aparece frente a mis ojos. Flotando en el aire, aparece un calendario recordando algo que se me había pasado con tanto estudio: hoy es mi cumpleaños.
Cumplo 23 años, finalmente. Sonrió sin poder evitarlo porque me ha costado llegar a esa edad con tantos problemas vividos en el futuro y me alegro de estar viva. Se lo debo a Pandora, se lo debo a mis padres que decidieron ponerme en la red cuando nací. Algunas personas no lo logran, no tienen el dinero suficiente para pagarlo o terminan hundiéndose en hipotecas porque simplemente no pueden pagarlo. Se han escuchado rumores sobre personas que fueron desconectadas porque no lograron mantenerse económicamente. Son rumores, Pandora no es así. Pandora es vida.
Tengo varios mensajes en mi buzón y respondo algunos mientras me doy una ducha, no puedo llegar tarde a mi clase. Muchos no tienen mucha emoción, aunque sé que lo han enviado porque se acuerdan de mí y debo responderles. Mis padres se muestran cariñosos como siempre, diciéndome que tenga un buen año escolar y que se verán conmigo en las vacaciones. Me gustaría decirles que iré, pero no puedo ser desconectada y ellos lo hacen de costumbre, no porque pueda ser real.
Elijo el atuendo que mi planeador elige para mi y también mi peinado, lista para empezar un día nuevo. Al salir de mi habitación, vuelve a suceder y me quedo paralizada por completo. Tengo frío. No puedo tener frío en Pandora, es impensable. A pesar de todas las reglas normales de Pandora, tengo frío y me quedo paralizada en la puerta de mi dormitorio.
—Despierta, Natalie.
La voz me sobresalta y por un momento temo, creyendo que van a desconectarme por algún motivo que mis padres no me han querido contar. Está en mi mente la opción de enviarles un mensaje preguntando si la cuota de la universidad y mi identidad está pagada, pero sería un insulto. No puedo insultar a mis padres, en Pandora no hacemos eso.
Decido olvidar el momento y vivir mi día a día, como cualquier persona normal. Clases, almuerzo, compañeros de universidad con los que fui asignada por Pandora, hablo con mi pareja, también asignada por Pandora y finalmente decido hacer algo que nunca he hecho: ir a un bar. Todos me dicen que es mi cumpleaños, que es obligatorio al cumplir la mayoría de edad en Pandora. No me gustan esos lugares, creo que son horribles y húmedos, además no están bien vistos en Pandora. Tengo miedo que los arquitectos de la red me vean y crean que no soy digna, no debo comportarme mal
La más interesada en ir es mi amiga Lindsey a quien he conocido de maneras un poco extrañas. Es mi mancha en mi expediente, pero no puedo quitarmela por más que trate. No es una mala chica, de hecho es mi cable a tierra. Lindsey es una joven divertida y entretenida, capaz de hacer reír a todos en la sala. Tiene todo lo que yo no tengo: cabello largo y ojos claros. Lindsey es preciosa, de esas mujeres que asombran con solo verla y todos los chicos quieren estar con ella. Su gran llamativo es su cabello largo y castaño, algo prohibido en Pandora. Nos prohiben tener un corte que no sea el habitual, hasta los hombros y con tinte negra. Algunas personas tienen el lujo de hacerse un corte diferente, pero siempre del mismo color. Lindsey es atrevida y lleva su look como una bandera de rebeldía.
El problema con ella es que no quiere mantener lazos con sus amigos y pareja asignada. Lindsey hace amigos, no deja que Pandora los haga por ella. Ha sido multada en varias ocasiones y la amenaza de desconexión estuvo presente, pero nunca le han hecho nada. Sé que sus padres son ricos, sin embargo he escuchado casos de niños ricos que han sido desconectados. De todos modos son rumores, Pandora es vida.
Pandora jamás le haría daño a nadie. Pandora solo desconecta a quien desea ser desconectado. El frío me atrapa cuando pienso en eso y trato de no ser obvia, simplemente comentar que estoy emocionada por mi pequeña fiesta de cumpleaños.
—¡Feliz cumpleaños! —gritan todos emocionados, alzando sus copas mientras brindan y me hacen sonrojar al decirle a todo el mundo que día es hoy. Varios aplauden tímidos y es Lindsey la que aplaude haciendo que varias personas la miren. Siempre se hace ver, es algo que me fascina de observar y no me quejo, como haría cualquier otra amiga. Me pregunto con quienes está asignada y como serán. Las amistades y las parejas se asignan por gustos, actitudes y un par de cosas más que desconozco. ¿Cómo serían los amigos de Lindsey?
—Es la primera vez que vengo a un bar así —admito cuando la chica se acerca a mi butaca, con un vaso de cerveza en la mano. Yo no tomo, simplemente observo y me preparo para el día que oficialmente Pandora me deje tomar. Pandora no me hará daño y lo elegirá cuando sea justo. La cercania de Lindsey me pone un poco incomoda, como si tuviera un dejavu extraño, pero ignoro el sentimiento rápidamente. Ella no luce incomoda para nada.
—Por supuesto —se burla Lindsey divertida, porque sabe que no estoy de acuerdo con algunas cosas que ella hace—. Este bar es bastante aburrido, hay algunos mejores.
—¿Hay más bares que este? —pregunto sorprendida porque jamás he escuchado de bares diferentes a ese. En el que estamos Pandora se encarga de supervisar el alcohol, las personas y la música. Pandora nos cuida—. ¿Conoces otros?
Se ríe, con esa sonrisa pícara que tiene que te está diciendo miles de cosas. A veces creo que se está burlando de mí y en otras situaciones creo que simplemente sabe más que yo. Sí, eso dice la sonrisa. "Sé más que tú". Pensar en eso me incomoda, así que miro hacia otro lado y observo a mi pareja.
Ethan es un simple chico estudioso que ha sido asignado a mi hace varios años, casi cuatro. No hemos tenido una gran vida de pareja, estamos en la etapa en donde nos tomamos de la mano y me hace sentir un poco incómoda. Él también parece incómodo, pero tratamos de llevarlo porque los dos sabemos que Pandora nos ha elegido, por algo ha sido. Nunca nos asignaría a una persona que no es la correcta.
—Siempre sabes más que los demás —responde él, hablándole a Lindsey y haciéndome sorprender. Nunca lo he escuchado hablar así, nunca. La joven alza las cejas, con la misma sorpresa que yo, y se ríe un poco—. Quieres llevar a Natalie por mal camino. Pandora y yo no dejaremos que eso pase.
—¿Pandora y tú? ¿Escuchas lo que dices? —le pregunta Lindsey con ese tono burlón mientras le da un trago largo a su cerveza y la termina. La deja a mi lado, con un golpe fuerte y me doy cuenta que está borracha. Está prohibido emborracharse en Pandora, mi amiga está incumpliendo una regla y me doy cuenta que tengo que alejarme. No quiero alejarme—. Que pases una buena noche, Nat, esto es demasiado para mí.
—¿Lo es? Tal vez es hora de unirte a las personas que te asignaron —se atreve a decir Ethan y yo lo miro sin saber qué decir. ¿Cómo le va a decir algo así? Es cruel y rudo, eso no se permite en Pandora—. ¿O le vas a confesar finalmente al mundo que todos han sido desconectados? ¿Les contarás que tu pareja se desconectó sola? ¿O vas a confirmar que tu pareja era del mismo sexo?
Todos nos quedamos de piedra, sorprendidos porque comprendemos la gravedad del asunto y las feas palabras que está usando Ethan con Lindsey. La veo llorar, algo que creí que nunca iba a pasar en una persona como ella y noto que quiere hablar, pero nada pasa. Al final termina por alejarse y yo, sin saber porque, la sigo.
Afuera hace frío, aunque sé que solo yo lo siento y trato de no demostrarlo a las personas que están en la calle esperando entrar al bar. Está lleno de gente y me cuesta seguir la cabellera larga de Lindsey en el tumulto de gente. Grito su nombre, trato de localizarla, pero al final de la corrida termino sudada y buscando a una amiga que se escapó de mi. Me siento culpable, me siento mala persona. No puedo ser mala persona en Pandora.
—¿Qué haces, Natalie? —me pregunta una voz y me giro para ver a Lindsey en un callejón, casi burlándose de todo lo que corrí por ella. Tiene lágrimas en los ojos y se la nota devastada. Me acerco dudosa, sin saber que decirle a una persona que está mal ya que nunca he vivido esa situación—. ¿Por qué eres mi amiga, Nat? No he sido asignada a ti. ¿No lo has pensado?
—No... no lo sé —confieso, sin saber que decirle y siento las mejillas calientes. Sé que tengo que ser sincera, que debo decirle la realidad del asunto, pero no me atrevo. No quiero lastimarla. Lindsey parece saberlo porque se ríe mientras se le caen las lágrimas de las mejillas. La noto perdida y me doy cuenta que debería hacer algo por ella—. ¿Quieres que te acompañe a tu casa? Me doy cuenta que no estás bien.
—Sabes que no estoy bien, pero no preguntas —dice con la voz extraña, supongo que la gente borracha habla así. Estamos solas en el callejón y por un momento temo, aunque no hay peligro. Solo es Lindsey, mi amiga Lindsey—. Eres la buena Natalie, la que jamás haría algo malo y que está destinada a morir cuando ellos quieren. ¿Crees que soy estúpida? ¿Crees que no me doy cuenta que sientes lo malo? ¿Crees que no me doy cuenta que sientes algo por mí?
Me congelo, aunque no literal, y la observo sin poder creer lo que dice. Su risa vuelve a aparecer, como también esa mirada de sabelotodo. Esta vez si sabe más, saben los miedos que me aterran. No debería tener miedo, Pandora es justa, nunca me haría nada. Lindsey tiene apoyada la espalda en la pared y suspira cerrando los ojos, haciendo que su cabello caiga a un lado.
—Pandora es una mierda, Nat —dice y me quedo con la boca abierta. ¿Cómo va a decir eso? Miro hacia todos lados, queriendo saber si alguien la escucho decir eso. Temo por mí, temo por Lindsey, temo por todos nosotras—. Te han mentido, pequeña tonta, Pandora no es lo mejor, Pandora es un asco. Nos matan, solo que no lo ves. Eres una pieza más y aun así creí ver algo en ti para Euforia.
¿Euforia? ¿Qué es eso? ¿De qué está hablando? La miro asombrada y, sin previo aviso, las lágrimas dejaron de caer. Veo algo en su rostro que me asombra, me deja sin aire y por momentos no entiendo que va a hacer. Aunque, muy en el fondo, lo sé. Sé que hará y no me aterroriza, me libera.
—Euforia es poder —dice y veo cómo lleva su mano a su cien. Se desconecta.
Lindsey cae al suelo desconectada, muerta, sin vida. Mi amiga, mi rara amiga se acaba de sacar la vida frente a mi hablando sobre algo llamado Euforia, algo que desconozco y más quiero saber. Quiero saber que es Euforia.
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