Capitulo 9
"Que frio"
Todo lo que podía sentir era un frio inmenso recorrer su cuerpo húmedo, escuchaba el sonido de gotas de agua caer no muy lejos de donde estaba tendida. El suelo, o eso supuso por la heladora temperatura y la dureza de su actual lecho, estaba mojado y un penetrante aroma a muerte llegaba a su nariz.
Quizá resultaba obvio que no era tan lista como Hermione Granger pero Ginny sabía que estaba en un calabozo, no se encontraba atada pero al intentar moverse el dolor la asalto con tal fuerza que moverse dejo de ser una opción y recordándole que fue víctima reciente de un cruciatus.
Impotente comenzó a llorar, sabia que no era el comportamiento digno de su casa pero lloraba porque sabía que estaba indefensa, desarmada y sola los mortifagos la matarían o quizá incluso algo peor.
Podrían tratar de usarla para llegar a Harry, podrían hacer mil bajezas con ella antes de matarla y se sintió una estúpida. Había perdido un duelo con ese mortifago y fue capturada como una chiquilla inútil.
"Estas despierta traidora a la sangre"
No era una pregunta, la voz masculina sonaba bastante cerca de ella. El sonido del metal chirriante resonó con el eco del lúgubre lugar y se maldijo por estar tan débil. Podría intentar escapar pero su cuerpo no reaccionaba y no lograba ni abrir sus ojos, un fuerte dolor se extendió por su cuero cabelludo y su piel al ser arrastrada por el suelo sin piedad.
"Deberías estar orgullosa traidora a la sangre tendrás el honor de ver frente a frente a nuestro señor. Tu miserable vida estará en sus gloriosas manos, siéntete honrada"
No supo cuentos minutos continuo siendo arrastrada por el suelo, incluso por escaleras lastimando más su cuerpo en cada escalón. Pero finalmente el dolor se detuvo y fue arrojada de nuevo al suelo, esta vez sentía una alfombra sorprendentemente suave bajo ella.
Un par de hechizos la impactaron y su cuerpo débil se elevó en el aire con sus miembros laxos y su cabeza colgando hacia delante mientras que el dolor poco a poco se disipaba y se sentía un poco mejor. Con sus pocas fuerzas sus ojos se abrieron y la primera imagen que vio fue a él.
Quien no debe ser nombrado.
Lord Voldemort estaba cómodamente sentado en una silla negra de amplio respaldo y su varita descansaba en sus dedos de forma relajada. A sus costados dos mortifagos con larga túnica negra y finas mascaras de plata le apuntaban con sus varitas.
El dolor pronto dejo de ser intolerable y el mundo retomo claridad, vio la sonrisa siniestra de Bellatrix a unos pasos de donde estaba el Lord y aprecio sorprendida que uno de los mortifagos de pie junto al lord era una mujer. lo supo sin dudarlos por su complexión mas delicada y su máscara de plata resultaba hermosa pese a ser el símbolo distintivo de los seguidores del auto proclamado Lord Voldemort ademas claro de la marca tenebrosa tatuada con magia oscura en sus antebrazos, esa mascara con finas filigranas mostraba un exquisito trabajo artístico, el otro mortifago por su altura y complexión era un hombre. Su máscara era mucho menos detallada.
Los ojos rojos del Lord la miraban como quien observa a un ratón antes de lanzarlo a su serpiente mascota y un escalofrió la recorrió al ver a Nagini arrastrarse por el suelo hasta los pies de su amo. En esos momentos ella no era una leona… en esos momentos se sentía como un ratón, uno que en segundos seria devorado.
"Así que esta pequeña es la noviecita de Potter… nada espectacular debo decir."
Lagrimas gruesas recorrían su rostro al darse cuenta que la guerra era real. Que moriría por ser la novia del elegido, que Harry no era un mago todo poderoso y que no había podido protegerla. Moriría por ser tan necia y no alejarse de Harry cuando fue prudente.
"No se preocupe señorita, no la matare. Después de todo usted y su vida no valen nada para mí."
Sorprendida Ginny enfoco sus ojos en los orbes escarlatas de Voldemort y comprendió muy tarde que eso fue su peor error. Cada pensamiento, cada recuerdo fue visto por ese hombre sin que pudiera evitarlo. Cada secreto que Harry le conto fue revelado y lloro aún más al comprender que sin poder evitarlo había traicionado a la orden, había traicionado a Harry.
-Tranquila jovencita, como dije no la mataremos. Claro que no puedo dejarla ir intacta… ¿Que será mejor para usted?, Bellatrix está ansiosa por mostrare un poco de su hospitalidad pero Grayback desea jugar un poco con usted antes de que se marche…
Abrió los ojos aterrorizada, es repugnante hombre lobo la miraba con una sonrisa mientras se relamía esperando por ella. Sabía que ese licántropo no solo mataba a sus víctimas femeninas, cuando le era posible cometía con ellas las peores bajezas antes de matarlas. Era un jodido pervertido que disfrutaba violando mujeres.
Prefería morir que dejar que ese desgraciado la tocara, antes se mordía la lengua hasta arrancársela que permitir que ese engendro asqueroso la violara…
"Sin embargo Bellatrix hizo un maravilloso trabajo en San Mungo, se merece un pequeño premio. Tienes hasta mañana mi querida Bella para divertirte con esta jovencita"
Los mortifagos frente al lord dejaron de apuntarle y su cuerpo cayó al suelo violentamente, el dolor que hasta entonces parecía haber menguado volvió con fuerza y se desmayó.
Cuando sus ojos se abrieron de nuevo estaba aún el suelo de ese salón pero solo se encontraba Bellatrix sentada en el sillón que antes ocupara el que no debe ser nombrado. Todos los demás se habían marchado dejándola en las manos de esa demente sin que nada ni nadie pudiera salvarla.
"Prepárate querida Traidora esta noche nos vamos a divertir muchísimo…"
Las palabras de Bellatrix llegaron a sus oídos al mismo tiempo que la maldición impactaba contra su cuerpo y el dolor comenzaba a consumirla. En esos segundos deseo morir y supo que dejarla vivir era peor aún que matarla…
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Las horas pasaban lentas en el cuartel de la orden del fénix. Aurores entraban y salían sin noticias. La pequeña pelirroja no aparecía y no lograban encontrarla. Incluso Snape no tenía idea de su paradero y Harry estaba desesperado. Ron en medio de su desesperación había intentado escapar con Harry a la mansión Malfoy seguro de que su hermana estaba allí pero Molly los había detenido y ahora se encontraban en una habitación encerrados y sin varitas mientras veían los primeros rayos del sol colarse por las cortinas entreabiertas.
Podían escuchar una gran conmoción en el primer piso de la casa y aporreaban la puerta intentando que las dejaran salir. Ron gritaba cuando podía a pesar de tener la garganta ya desgarrada mientras Harry con los ojos hinchados y los nudillos ensangrentados continuaban golpeando la puerta de madera.
"La encontraron…"
La puerta se abrió de pronto y Lupin los miraba con el rostro serio y los ojos llenos de pena, ambos chicos corrieron escaleras abajo donde Molly lloraba desconsolada abrazando a su hija, el cuerpo menudo de la pelirroja estaba laxo y cubierto de sangre, sus ojos cerrados y la piel tan pálida como un cadáver. Lo único que delataba que se encontraba viva era la casi imperceptible respiración.
Bill aparto a su madre de su hermana y tomándola en sus brazos la llevo hasta una habitación, donde un medimago ya se encontraba esperando mientras acomodaba un sinfín de pociones que seguramente necesitaría. Harry intento llegar a la habitación pero Bill cerró la puerta dejándolos fuera desesperados por noticias. Desesperados porque Ginny despertara.
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Una cama mullidita y una manta cálida era todo lo que deseaba en esos momentos. Habían estado celebrando el éxito de sus misiones toda la noche con el sonido de los gritos de Ginny como música de fondo y Zabinni y Nott habían resultado un par de chicos extrañamente divertidos. Ambos tenían un sentido del humor bastante oscuro y retorcido pero resultaban agradables una vez que dejaban a un lado su supuesta sangre sucia.
Claro que solo el Lord oscuro, la familia Malfoy, Zabinni y Nott sabían sobre su cambio de bando por el momento pero en vista del rotundo éxito de su misión seria marcada pronto, con algo de suerte seria esa misma noche. Si era honesta temía el dolor que trae consigo la marca, pues la magia negra resulta dolorosa en ese tipo de hechizos vinculantes pero tomaría el riesgo y le juraría lealtad al mismísimo Lord oscuro.
Sabía que estaba condenándose a terminar sus días en Azkaban si Harry vencía pero estaba dispuesta a todo con tal de ver a esos muggles muertos y los malditos Aurores calcinados. Su rabia se había enfriado, pero no desaparecido. Jamás lograría olvidar y perdonar a aquellos que le arrebataron la vida a sus padres. Su hermosa e inteligente madre y su padre siempre amable y alegre. Ellos estaban muertos y ella solo vivía para vengarse.
Cerro los ojos y respiro profundo. Había sido un día duro y lo único que deseaba era dormir, sus ojos pesaban bastante en esos momentos y se habría rendido al sueño de no ser por el ruido de su puerta abriéndose lentamente para luego cerrarse. Reconoció los pasos de Malfoy y se sentó lentamente en la cama mientras él se detenía a escasos treinta centímetros de su cama.
"Tengo uno Gray"
Hermione abrió los ojos sorprendida, no necesitaba preguntar sobre que hablaba el rubio. Uno de los asesinos de sus padres. Por fin veía su venganza tomaría forma. Al fin podría dejar salir parte de la rabia que sentía.
"¿Dónde está?"
Malfoy sonrió, una sonrisa torcida y macabra que le indicaba que era más que solo encontrar a uno de los asesinos.
"Su nombre es Augustus Finnigan, el padre de tu querido compañero, ahora mismo está en el calabozo. Vi su mente Gray, fue uno de ellos. Los otros dos deben estar escondidos intentando que las cosas se calmen pero no tiene idea donde puedan estar y llevaba esto con el"
Hermione con los ojos inundados de lágrimas reconoció el modesto anillo de compromiso de su madre. Uno de sus mayores tesoros y del que jamás se separaba. Con manos temblorosas tomo el anillo y lloro. Malfoy imperturbable la miro en silencio esperando a que se calmara. Sin tocarla, sin palabras vacías de consuelo. Pero no se fue. Permaneció allí sin dejarla sola hasta que ella se calmó.
"Duerme unas horas Gray, bajaremos a verlo por la tarde, en estos momentos debe seguir inconsciente. Hoy practicaremos algunas maldiciones peores que un crucio y tenemos al sangre sucia perfecto para probarlas"
Hermione se dejó caer pesadamente en la cama y sin soltar el anillo cerro los ojos. Estaba segura que no conseguiría dormir nada pero esperaría a que ese bastardo despertara. Solo esperaba que el bastardo no muriera rápido. Quería tener el placer de escucharlo gritar en agonía por un largo tiempo.
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