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Capítulo 5

Hermione aun se sentía temblorosa, mantenía los ojos fijos al frente sin ver nada realmente, caminaba guiada por Malfoy hasta llegar a una puerta de roble que el rubio abrió con una media sonrisa ante la cara de incredulidad de la bruja.

-Me sorprendes Malfoy... No es una mazmorra húmeda y gris

-No eres una sangre sucia Gray.

Respondió el rubio con un encogimiento de hombros, la vio mirar la habitación sorprendida, los colores azules y blancos reinaban en el lugar haciendo que se viera aun mas grande de lo que era en realidad. La vio detenerse frente a un espejo y hacer una mueca de asco al verse, realmente estaba desastrosa esa noche.

-Estas jodida... El Lord esta encantado con la idea de tener a la mejor amiga de Potter en sus filas. Ya no puedes huir... Si lo intentas estas muerta.

Hermione dejo de mirar su pelo y fijo sus ojos marrones en los iris grises de Draco Malfoy. Esbozo una sonrisa hueca y al hablar pronuncio las palabras con calma.

-No quiero huir...

No tenia sentido huir. No tenia una razón para hacerlo. Siempre había sido la hija perfecta, la alumna modelo, la mejor amiga. Una buena persona. Pero sabia que ya no lo era, la sed de venganza la estaba consumiendo, su deseo de ver muertos no solo a quienes torturaron y mataron a sus padres sino a todos aquellos que fueron culpables indirectamente la había arrastrado al lado que siempre odio... ella ya no era una buena persona, jamas volvería a serlo.

-Gray, puedo escuchar tu cerebro sobre calentarse desde aquí… la vida no es blanca ni negra, no hay buenas ni malas personas. No existe quien sea totalmente malvado ni quien sea un alma pura y bondadosa. El bien y el mal coexisten en cada mago y bruja, incluso en los muggles. La vida está llena de matices de gris y me sorprende que tú no lo entiendas.

Se dio la vuelta para mirar a Malfoy frente a frente y no pudo evitar que su boca se abriera de sorpresa, jamas había escuchado algo tan filosófico y profundo salir de los labios del rubio, ni de nadie mas para el caso. Pero lo cierto era que tenia razón, Malfoy era la mejor prueba, comenzaba a darse cuenta que era un despiadado mortifago pero aun así la había ayudado dos veces en ese día.

La primera al escucharla y no matarla en ese sucio callejón y la segunda al convencer a Lord Voldemort de que podía ser útil. Parte de ella, la que había sido ordenada en la casa de los leones le decía que tenia una deuda de vida con Draco Malfoy pendiente.

-Malfoy… te juro que pagaran caro por arrebatármelos. Por sus malditas mentiras y por dar al mundo la imagen de un buen hombre cuando solo es un bastardo manipulador y mentiroso, ese viejo de Dumbledore puede irse al carajo junto a todos sus seguidores. Esta guerra tiene que parar y si depende de mí ganara Voldemort.

Draco sonrió al ver los ojos de Gray arder de rabia y determinación, su plan saldría a la perfección sin lugar a dudas.

-Muy bien Gray. Descansa todo lo que puedas porque tu entrenamiento comienza mañana a primera hora… y el Lord me autorizo mostrarte algunos hechizos interesantes.

Hermione se sentó en el pequeño pero cómodo taburete frente al tocador y observo atenta mientras Draco convocaba con su varita algunas prendas de ropa, claramente femeninas a juzgar por el suave tono lila de las mismas, junto a un vial que reconoció como la poción para dormir sin sueños y sonrió al pensar en que podría tomar una ducha tibia y dormir un poco esa noche.

-Malfoy… ¿Qué tan cerca estas del Lord?

Sentía curiosidad, sobre todo luego de su encuentro con el Lord Oscuro. Lo había visto comportarse de lo mas humano bebiendo té y sobre todo recordaba como Voldemort había echado a Bella sin demora a pedido del rubio frente a ella.

-No eres la única brillante Gray. El lord siempre valora un buen estratega.

Una sonrisa de suficiencia acompaño las palabras de Draco, ella sabia que el era jodidamente brillante. Ella estudiaba como loca para ser la mejor y él que continuamente veía holgazaneando por los pasillos o rodeado de chicas como un verdadero mujeriego mantenía sus notas a la par de ella.

-Pero tu padre era la mano derecha del lord… luego del incidente en el ministerio se decía que Bellatrix había ocupado el cargo.

Siempre había pensado que era Lucius quien compraba las notas de Draco pero luego de verlo frente a Voldemort y después de haberlo estado espiando meses atrás todos esos detalles que pensó triviales tomaban sentido. Había pensado que quien ideaba todos esos ataques meticulosamente planeados era el mismo Voldemort, al parecer el cerebro maestro tras esos violentos e incontenibles ataques estaba frente a ella mirándola con una sonrisa de triunfo en los labios.

-Lo es. Pero el Lord tiene dos manos Gray…

-Así que no eran locuras de Harry. Eres un Mortifago activo y además eres cercano a él… joder Malfoy y yo pensando que eras solo un arrogante cobarde.

De todas las respuestas que esperaba por su insulto la risa era la ultima, pero no pudo evitar sonreír un poquito al verlo reír de verdad, una risa clara y endemoniadamente contagiosa que hacia brillar sus ojos y marcaba unas diminutas arrugas en las esquinas de sus ojos.

-Soy Slytherin, dejo ver lo que cada quien desea pero la realidad suele ser otra. Ustedes me tomaban por idiota y cobarde por lo que me menospreciaban, les di eso. Pero fue mi cerebro el que planeo cada ataque que no lograron detener. Poco a poco me fui acercando al Lord y te puedo asegurar que solo yo tengo ciertos privilegios… es mi recompensa por ser útil.

A pesar de todo era agradable no estar sola esa noche, incluso había sonreído de verdad cuando había pensado que jamas lo podría lograr, pero en esos momentos en los que estaba en camino de conseguir su venganza el mundo ya no lucia tan negro, un poco de blanco se estaba colando tornando su existencia en gris...

-¿Le dirás a tus padres porque estoy aquí?

Se pregunto si debía cuidar su espalda mientras permaneciera allí o si los Malfoy serian informados de lo que estaba ocurriendo. No es que quisiera divulgar algunas partes de la historia como la de ser el juguete de Potter y weasel por voluntad propia.

-No es necesario dar detalles, las órdenes del Lord no se cuestionan y menos cuando soy yo quien las trasmite.

La cruel sonrisa en los labios del rubio no paso desapercibida por la castaña que lo miraba fijamente, no era tonto sabia que estaba prolongando la charla para evitar estar sola. Recordando el por que la princesa de Gryffindor estaba en su mansión esa noche decidió seguir el juego un rato mas. Después de todo no estaba cansado.

-¿De qué hablas Malfoy?

-Yo me encargo de los castigos.

El Lord Oscuro disfrutaba ampliamente de las sesiones de castigo a sus traidores y desertores. Después de todo al tomar la marca jurabas lealtad a él y la traición resultaba imperdonable. Los gritos de dolor, la sangre salpicando el suelo y los vagos juramentos de redención eran parte común de su día. No mentiría diciendo que el Lord lo obligaba a castigar a esos pobres infelices, lo hacia por que quería.

-Imperdonables…

-El cruciatus es mi especialidad… pero conozco muchos mas trucos divertidos.

Era mejor ser el verdugo que el condenado. Era mejor estar lanzando la maldición que recibiéndola. Era sin lugar a dudas imposible no tomarle el gusto al miedo, casi terror en los ojos de los imponentes mortifagos al verlo apuntando con firmeza su varita con la clara intención de causarles tanto dolor como pudiese.

-Traiciona mi confianza Gray y padecerás el infierno… desearas morir y suplicaras entre gritos de agonía.

Mientras jugaba con su varita con pereza miro a Gray a los ojos. No era una amenaza vaciá. Si lo traicionaba, no al lord sino a si mismo, era mejor que bebiera algún veneno potente y rápido por que la mataría. De la manera mas lenta y dolorosa que encontrara.

-Ya te lo dije Malfoy. No voy a retractarme y traicionarte. Dumbledore mando a esos aurores que dejaron morir a mis padres y yo destruiré lo que ama…

Hermione bostezo interrumpiendo su frase a la mitad al sentir como el peso del día caía sobre ella, estaba tan cansada pero no queria que Malfoy se fuera. Al menos no aun. No deseaba estar sola.

-Te olvidas de los aurores…

Malfoy se levanto del cómodo sofá y comenzó a ir hacia la puerta mientras hablaba. Esa conversación, tan interesante como fue tenia que terminar. Gray debía dormir y aun tenia asuntos que atender. El Lord lo esperaba en el estudio de su abuelo para trazar la estrategia para el ataque al callejon Diagon programado para la siguiente semana.

-O no… no los olvido. Van a morir Malfoy, será lo primero que haga luego de matar a esos muggles y dejar sus cuerpos frente al ministerio de magia. Los aurores morirán de la misma manera que mis padres…

Justo antes de cerrar la puerta dejando a la chica sola en la alcoba la miro a los ojos de nuevo y le sonrió.

-Sucederá pronto... te doy mi palabra.

Quizá estaba mas cansada de lo que pensó en un principio por que al ver el brillo diabólico en esos ojos grises y escuchar la diversión en su voz Hermione le creyó.

.

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.

Harry estaba preocupado. Había pasado mas de una semana desde que Dumbledore le contara sobre la muerte de los padres de Hermione, no le había dicho muchos detalles pero no era necesario hacerlo, lo único que le preocupaba era que su amiga no había llegado a la madriguera ni al cuartel. Había querido buscarla pero no sabia nada sobre su vida en el mundo muggle. No sabia si tenia mas parientes no mágicos a quienes recurrir o si simplemente había huido a algún lugar a llorar su perdida.

Miro a Ginny y Molly discutir sobre las túnicas que la pequeña pelirroja insistía en necesitar y que obviamente Molly no podía pagar. Suspiro cansado de la aburrida rutina que se había instalado en la madriguera desde que Dumbledore había aparecido en medio de la noche para comunicarles las noticias sobre la muerte de los Granger.

Se pregunto si Hermione se encontraba bien, si volvería a verla antes de llegar al colegio o si volvería a Hogwarts. Supuso que el dolor que sentía Mione era inmenso en esos momentos y que lo mejor era dejarla que calmara sus nervios. Después de todo si se había marchado era por que quería estar sola. Ya volvería cuando los necesitara. Siempre lo hacia.

Decidió caminar por los terrenos de la madriguera para calmarse, necesitaba pensar seriamente en su próximo paso contra Voldemort. Por el momento era lo mas importante, acabar con Voldemort y sus mortifagos. La ultima vez que había hablado con Dumbledore a solas le había contado que Voldemort era mas peligroso de que esperaban. El viejo director sospechaba que había usado magia oscura muy peligrosa y poderosa para garantizar su inmortalidad.

Pero no sabia a ciencia cierta que hechizo o poción había usado exactamente, suspiro pensando en que lo mejor seria visitar el cuartel general y buscar en la biblioteca algo relacionado con el tema de la inmortalidad. Suspiro deseando que Mione no hubiera huido, ella sin duda amaría perderse entre libros mohosos y le ahorraría las horas de búsqueda que bien podría usar en algo mas interesante... como Ginny.

Suspiro resignado a pasar su verano perdido entre aburridos libros, solo esperaba que su séptimo año no fuera igual que el verano. Vio un atisbo de cabello largo y rojo y camino hacia Ginny tan aprisa como pudo sin lucir desesperado decidiendo que mañana era tan buen día para encerrarse a leer como cualquier otro. Ya comenzaría su búsqueda al siguiente día.

Por que ese lo tendría ocupado consolando a su pelirroja, quizá seria bueno llevarla de compras para borrar de su rostro esa expresión de abatimiento. Si Ginny quería tanto esas túnicas nuevas entonces se las compraría, no es que tuviera algo mas que hacer con sus galeones de todas maneras.

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.

"Malfoy... basta. Necesito un respiro"

Hermione jadeo agotada dejando caer su cansado cuerpo al frio suelo de la cámara de entrenamiento. Había pasado la ultima semana entrenando sus hechizos defensivos y aprendiendo nuevos e interesantes hechizos ofensivos. Estaba sorprendida de la habilidad en los duelos de Malfoy, ella estaba prácticamente agotada y él pareciera apenas entrar en calor.

"¿Cómo lo haces Malfoy?"

Una sonrisa retorcida se formo en los labios del rubio, lo vio sacar un vial de su bolsillo y extenderlo hacia ella, lo tomo y luego de mirar el tono verde menta del liquido y comprobar que ademas del color el aroma era el mismo. Sin dudarlo bebió el contenido del vial y vio la mueca de incredulidad del rubio.

"Si quisieras matarme no me envenenarías Malfoy, visto lo visto podrías patear mi culo en un duelo sin siquiera sudar"

Hermione sintió un agradable cosquilleo en su cuerpo y el cansancio de desvaneció poco a poco al igual que los cortes y contusiones que había obtenido a base de tirarse al suelo y rodar para evitar las maldiciones que Malfoy le lanzaba, luego de que la primera la alcanzara comprendió que era mejor una rodilla amoratada que el dolor que sufriría a manos del rubio.

"Pero no te acostumbres Malfoy, para cuando volvamos a Hogwarts no te sera tan fácil vencerme"

La sonrisa de Draco desapareció bajo una mueca de fría indiferencia al verla tomar la varita y apuntar directo a su pecho, la calma que mantenía siempre en los duelos se apodero de su cuerpo aun que muy en el fondo aun sonreía divertido ante la actitud de la leona frente a él.

En solo una semana había aprendido mas que muchos novatos, quizá realmente seria muy útil en el campo de batalla, ademas era mucho mejor una chica bonita con las mejillas arreboladas de esfuerzo y una fina capa de sudor que los novatos quejicas, imbéciles y sudorosos que había estado entrenando últimamente. Gray al menos era agradable a la vista.

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