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Capitulo 27


Era una hermosa noche despejada, las estrellas brillaban intensamente y el paisaje desde su ventana esa noche era embriagadoramente hermoso, pero no lograba disfrutar de ello, la nostalgia bailaba en el ambiente, como cada día de su vida los fantasmas de su pasado lo atormentaban sin parar y los crímenes que lo atormentarían para siempre se sentían como una pesada loza sobre su pecho. 

Cerro la ventana con un movimiento de varita y suspiro con tristeza, no era importante a esas alturas si se había arrepentido de sus ideales antes de cometer mas pecados imperdonables contra los muggles por que aun así cargaba en su conciencia la muerte de su preciosa hermanita. 

Nada la regresaría a la vida, nada borraría su pecado y sobre todo nada repararía el daño que dejo tras su muerte. 

Perdió a su hermano y a su hermana ese día. 

Su pequeña familia se destrozo y también perdió a quien fue su mejor amigo, su alma gemela y el eterno amor de su vida. Quizá aun vivía pero estaba encerrado en una prisión, nunca podría verlo de nuevo a los ojos y jamás volverían a ser lo que fueron.

Miró la varita en sus manos con un brillo de dolor y rabia en los ojos azules. 

¿De que servía tenerla si era solo un pobre viejo débil y moribundo?

Esa misma mañana al ver en el profeta sobre los cuerpos de dos aurores encontrados en una casa muggle quemada hasta los cimientos ambos atados, torturados y calcinados, lo supo. Su muerte estaba cerca. 

No lo mataría la maldición que lo atormentaba si no la consecuencia de sus malas elecciones. 

Escucho con aparente calma como su puerta se aparto y los pasos de dos personas caminando hasta el con elegante tranquilidad. Suspiró de nuevo, su muerte estaba tan cerca que casi podía sentir sus fríos dedos rozando su piel.  

-Director Dumbledore, que gusto verlo esta noche

Respirando profundamente pensó si debería defenderse, pensó en si debía vivir un día mas pues aun tenia mucho que explicarle a Harry, aun debía ayudarlo a vencer al mal que amenazaba a ambos mundos pero de pronto se quedó sin aliento, cerrando los parpados con fuerza intento alejar de su mente el dolor que aumento de golpe su intensidad. 

-Joven Malfoy, Señorita Gray... ¿En que puedo ayudarlos?

Ojos azules miraban a ambos chicos frente a el, su mano maldita temblaba ligeramente ante el constante y abrumador dolor que lo llenaba , Severus aun no tenia listas las pociones que anestesiaban el dolor y le tomaría unas horas mas tenerlas listas. 

-En nada realmente, somos nosotros quienes estamos aquí para ayudar.

La sonrisa de Hermione Gray era dulce, terriblemente dulce pero sus ojos eran fríos. era la clase de aterradora mueca que había visto varias veces en Bellatrix cuando torturaba a sus victimas durante la primera guerra. 

-¿Ayudarme? 

Reprimió un violento escalofrió producto del dolor en sus dedos ennegrecidos y dio un paso atrás de forma inconsciente mientras apretaba su varita con fuerza. 

-Esa maldición es terrible querido Director y mi señor ya no esta dispuesto a enviarle mas pociones. 

Lucius Malfoy nunca había sido su persona favorita y en esos momentos su hijo resultaba terriblemente parecido a su padre, su postura llena de confianza, esa aura que exudan aquellos que se saben poderosos e intocables. El aristocrático porte que solo nacer en cuna de oro puede otorgar era palpable en el chico.  

-Pero somos amables, decidimos matarlo hoy y evitarle el dolor que sufrirá mañana. 

Los ojos azules de Dumbledore miraron a la chica, ella era un misterio. Estaba seguro de que ella era la misma Hermione que conocía pero sus ojos estaban manchados por su evidente tanteo a las artes oscuras y era eso lo que lo hacia dudar de que ambas fueran la misma chica nacida de muggles que el conocía desde su ingreso al colegio. 

-Señor Malfoy aun no es demasiado tarde, puedo ayudarlo, proteger a su familia de....

Un escalofrió lo obligo a parar de hablar al escuchar las maniacas carcajadas que escapaban de la chica que se sacudía violentamente debido a la risa. Esa chica era tan parecida a Granger pero al mismo tiempo era como ver a Bellatrix en toda su gloriosa locura de pie frente a el. 

-¿Proteger a su familia? ¡Ni siquiera pudo proteger a los Granger! 

El grito de la chica fue violento, lleno de rabia, de dolor, de ira y sed de sangre, incluso sin poder probarlo Dumbledore lo sabia, esa chica era Granger. 

-¿Cómo saben sobre eso?

En esta ocasión fue Draco Malfoy quien soltó una áspera y despectiva risa al escucharlo hablar. 

-Es realmente simple querido director... si usted hubiera cumplido su promesa los Granger estarían vivos y Hermione Granger no estaría aquí frente a usted a punto de matarlo... 

Un hechizo murmurado desapasionadamente por el chico le arranco la varita que llego a sus manos mientras el complejo hechizo que mantenía la apariencia de la chica caía. El rostro y ojos de Hermione Granger con el cabello negro y lacio y la piel un poco mas oscura se revelaron. 

Era ella, la misma Hermione Granger que se marcho dejando tras ella una casa en cenizas y una vida rota mirándolo con el odio ardiendo en los ojos. 

-Yo no pude evitar algo así...

La miro suplicante, ellos eran solo muggles, jamás imagino que pasaría eso esa noche. 

Harry deseaba salir y los miembros de la orden estaban en misiones importantes, esos dos aurores eran su única opción para que Harry pudiera estar a salvo. Harry era lo mas importante, Harry era su esperanza, su única salvación. 

-Yo lo vi llegar allí esa noche Dumbledore, yo vi a mis padres calcinados y torturados y nadie estaba cuidándolos... seguramente estaban con Potter y su novia que eran mas importantes que mis padres ¿Verdad?

Dumbledore deseo negarlo pero era lo que había pensado en ese momento, los padres de la señorita eran solo muggles, por unas horas nada malo ocurriría... pero la desgracia había ocurrido y en esos momentos la consecuencia directa de sus malas decisiones le apuntaba directamente al pecho. 

-Señorita Granger... 

Esa chica no podía cambiar tanto, ella era la amiga de Harry, la misma chiquilla inteligente que aprendía a ritmo vertiginoso, que era amable y compasiva. Ella debía ser aun la misma niña asustada de siempre... 

-Mi nombre es Hermione Gray. Granger murió con sus padres y me dio la oportunidad de descubrir las maravillas que puede lograr la magia real. Ese día fue usted muy buen maestro, me mostro la realidad de este mundo y como agradecimiento lo mataremos esta noche. 

El dolor abrumador, los arrepentimientos y el miedo comenzaron a llenarlo, el había pensado que morir solo seria la siguiente aventura, que luego de una larga vida vivida no tendría arrepentimientos y podría aceptar la muerte como una vieja amiga pero allí de rodillas frente a dos magos adolescentes que lo miraban con intenciones de hacer daño solo deseo vivir un poco más. 

-Prometemos que dolerá como el infierno y que deseara una muerte rápida aun que eso no seria divertido...

Deseaba vivir por lo menos un día mas y poder despedirse... una oscura celda llego a sus recuerdos y una mirada desigual que aun pese a todo lograba tocar lo profundo de su alma. Jamás estarían juntos, jamás volverían a verse y supo que esa noche moriría sin poder despedirse... 

-Sopórtelo un tiempo prudente señor Director, si no nos divertimos lo suficiente podríamos ir a cazar comadrejas esta noche... 

El grito desgarrador del anciano director resonó por la oficina donde nadie, ni siquiera los retratos lo notaron permaneciendo congelados en su lugar, un segundo y tercer hechizo es lanzado y el hombre se derrumbaba bajo la potencia de las maldiciones cruciatus que serian solo el principio de una larga noche y Dumbledore con las mejillas empapadas de lagrimas acepto su muerte ahogándose en un único arrepentimiento.

Nunca mas volverían a verse...

Nunca mas sus ojos verían los suyos ni escucharía su voz... 

Gellert...  

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Las estrellas eran hermosas, en esa noche agradable dónde las nubes no cubrían la belleza de los astros en el firmamento Luna caminaba descalza en la hierba, era de madrugada pero no lograba dormir y decidió salir a pasear.

Amaba la sensación del pasto contra la piel de sus pies. 

El silencioso bosque y la débil sensación eléctrica en el aire eran diferentes de lo que estaba acostumbrada en sus paseos nocturnos, una emoción extraña de fatalidad y al mismo tiempo de inevitabilidad llenaban todo y Luna se pregunto que ocurriría esa noche. 

Estaba caminando con pasos ligeros dando saltitos sin un rumbo en particular cuando escucho el sonido de cristal roto y se dio cuenta que la ventana de la oficina del director se rompía y algo caía junto a una lluvia de cristales. 

Camino un par de pasos tambaleantes y asustados al ver tela purpura con estrellas plateadas ondeando en el viento y supo que el bulto era el cuerpo del director. Al caer su rostro estaba ensangrentado y sus brazos y piernas se encontraban en ángulos extraños y antinaturales, sus ojos azules se llenaron de sorpresa al entender que el hombre estaba muerto. 

Una mano suave cubrió sus ojos y un cuerpo cálido la arrastro lejos de la escena, el director estaba muerto, su cuerpo roto y sin vida se quedo allí tendido en el pasto cubierto de rocío mientras ella era alejada sin atreverse a hablar, a moverse o siquiera respirar.

Pero sus pulmones comenzaban a arder, necesitaba aire, necesitaba oxigeno en sus pulmones o moriría también y a marchas forzadas comenzó a respirar agitada y superficialmente hasta que el aroma a sándalo la golpeo. 

Theodore Nott

Inhalo profundamente y supuso que el shock le había impedido notar que era Theodore Nott quien la alejaba de la grotesca imagen de su director desmadejado en el suelo como un títere roto. 

Luna sabia que esa noche todo cambiaria, el mundo comenzaba a cambiar y moverse en dirección desconocida. 

Lloro al pensar en el viejo hombre muerto, en su amiga que estaba tan rota y desesperada que había caído en el profundo abismo de la venganza y en los muchos días de pesadilla que seguramente llegarían pronto. 

Lloro por todo lo que jamás se había permitido llorar. 

Luna lloro suavemente y cerro los ojos, la mano que los cubría la soltó al sentir la humedad salada contra su piel y Theodore se detuvo un instante para levantarla del suelo, por un momento fugaz Luna se sintió como una princesa, segura y protegida ella se quedo quieta y continuo llorando pero esta vez con sollozos pequeños y tímidos. 

Luna lloraba y Theodore corría con ella dispuesto a alejarse del cuerpo roto en el suelo, de los mortifagos que atacan el castillo y con el único objetivo de poner a salvo a Luna. En su mente solo podía pensar en que incluso si Gray no se lo hubiera pedido de todas formas su primer pensamiento hubiera sido localizar a la rubia y cuidar de ella. 

Entre el sonido de la batalla dentro del castillo se ahogaron el sonido de los pasos presurosos de Theo con rumbo al bosque y los sollozos de Luna al igual que dos figuras de un negro profundo y vaporoso que salían por la ventana de la oficina del director perdiéndose en dirección a la torre de astronomía.  

.x.X.x.


Quiero decir que una parte de este capitulo estaba escrita desde antes de la retirada de Johnny del papel, en mi mente cuando pienso en Gellert Grindelwald el carismático mago oscuro siempre es la seductora versión de Johnny la que me viene a la imaginación así que aquí estamos un capitulo corto que espero les guste aun así.  

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