Harry Potter estaba asustado, estaba cansado y completamente perdido en sus dudas y miedos. Era un chiquillo con destino que le quedaba grande y no estaba preparado para asumir semejante responsabilidad que descansaba en sus hombros.

Estaba agotado tanto física como mentalmente y comenzaba a sentir esa tensión en su cuerpo, su cabeza dolía, sus piernas se sentían débiles y sus hombros y espalda se sentían como si llevara sobre ellos una loza de plomo.

Sentado en su cama en medio de la habitación en penumbras solo veía un atisbo de su compañero y mejor amigo Ronald que lo miraba desde su propia cama en silencio.

El pelirrojo también parecía pálido y demacrado, las pecas resaltaban en su tez cenicienta y sus ojos estaban rodeados de ojeras purpuras.

Había despertado de una grotesca pesadilla, cuerpos desmembrados, charcos de sangre y gritos de horror y dolor que aun resonaban en sus oídos y de un segundo a otro sintió como el terror lo sofocaba y las palabras brotaban sin poder detenerlas.

-No puedo mas Ron, no soy un héroe. Solo soy un mago mediocre, no tengo un talento especial ni una potencia mágica excepcional... yo solo soy Harry. Solo Harry...

Ronald lo miraba, solo podia verlo sudando profusamente y aun agitado por los terrores nocturnos, sus compañeros quienes habian aprendido a usar hechizos silenciadores por las noches para evitar las crisis del elegido aun dormian placidamente pero Ronald habia olvidado hacerlo y los gritos de Harry lo habian despertado.

-No puedes rendirte Harry. Eres el niño que venció al señor tenebroso cuando era un bebé. Dumbledore piensa que solo tu puedes vencerlo, esta guerra, las muertes y torturas todo acabara cuando lo mates Harry.

Harry oculto su rostro contra las palmas húmedas de sus manos y deseo gritar, fuerte y claro por qué la desesperación lo estaba matando y Ron no entendía.

-¡No puedo Ron! ¡No soy un mago poderoso! Incluso Hermione era mas hábil que yo en los hechizos y pociones.

Ron no entendía el miedo y el peso que las expectativas de todos en el ponían sobre su espalda y como s sentía cada día más inútil, más asustado y sobretodo más tentado a huir lo más lejos posible.

-Tienes que matarlo Harry. Es tu destino y tu obligación. Toda esta guerra de mierda tiene que acabar, mi familia esta arriesgando el cuello día a día por esta lucha ridícula. Mi hermana esta jodida, su mente esta rota y mi madre esta muriendo de preocupación todos los malditos días y tu estas aquí llorando y sintiéndote miserable mientras muchos allá afuera están luchando por ti. ¡Por un jodido niño que no puede demostrar su valor por que esta asustado!

Ron caminaba histérico por la habitación, jalaba su cabello presa de la desesperación y sin saber que hacer con las emociones que lo estaban desbordando.

-¡No eres tu al que estan mandando al matadero Ron!

Harry gritó. Ansioso, asustado y roto, sabía que era un niño, un mago común que aún ni siquiera completaba su educación mágica y lo estaban mandando a enfrentar a un mago oscuro que si siquiera Dumbledore podía vencer.

-¡Lo soy! ¡Me pusiste alli junto a toda mi familia Harry! Estar a tu lado nos dibujo una diana en la espalda... Ginny esta loca, mamá esta perdiendo la cordura tambien, mi papá tiene secuelas por el ataque que recibió. Y Hermione... ¡probablemente ella esta muerta! ¡La sangre sucia mejor amiga del niño que vivio! ¡Jamás la dejarian vivir Harry!

Harry lo sabía, los gritos de su mejor amigo eran todos cosas que ya sabía pero no por ello dolían menos. Su pecho ardía al pensar en todo el dolor que estaba ocurriendo a su alrededor.

-¡Lo se! ¡Se que esta muerta por mi culpa!

Ron se detuvo a unos pasos de Harry que s derrumbó de rodillas en el suelo, pequeño y patéticamente roto por el peso de sus responsabilidades y la verdad que lo aplastaba.

-Esto es una mierda Harry... si no peleas moriremos.

Ron lo miraba, indeciso y atormentado por mil pensamientos pesimistas dónde pensaba que si ese chico roto era el héroe del mundo mágico quizá no estaban tan a salvó como Dumbledore quería que pensaran.

-A veces desearía solo... no tener que luchar.

Los ojos azules de Ron continuaron fijos en su amigo y deseo que así fuera, que la guerra fuera algo lejano, algo que fuera la responsabilidad de alguien más,

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La noche era clara y fresca, el cielo lleno de estrellas brillantes gracias a la ausencia de la luna y Severus miraba por la ventana de la mansión Nott, su Lord no se quedaba demasiado tiempo en ningún lugar y si bien la mansión Malfoy era su favorita solía pasar algo de tiempo en los hogares de los mortífagos del círculo interno.

-Supongo que todo esta marchando bien Severus.

Su voz era siseante, baja y tranquila. El Lord sabía de su anterior traición al acudir a Dumbledore pero también sabía que tenía su lealtad absoluta en esos momentos. El deseaba proteger al hijo de Lili, pero tambien era hijo de James Potter y demasiado parecido a él para olvidar ese hecho.

-Las pociones lo están manteniendo lucido y controlan el avance de la maldición...

Y por otro lado su ahijado actuaba como mano izquierda de su señor, el pequeño niño rubio que solía llamarlo Tío Sev y estudiaba con él la preparación de pociones incluso antes de aprender a leer y escribir y quien era lo más cercano a un hijo que tendría jamás.

-Perfecto. Quiero que este cuerdo y en la mejor forma posible cuando muera.

La victoria de Potter condenaría a Draco a la muerte o Azkaban y si debía elegir entre el hijo de James Potter y su ahijado la elección era obvia.

-Aun mantine su fe puesta en Potter. Le esta mostrando en el pensadero algunos recuerdos y buscan los objetos con desesperacion.

Severus sabía que decirle al Lord lo que Dumbledore buscaba había resultado en la mejor decisión para probar la lealtad.

-No los encontraran. Eso no me preocupa en absoluto y si Bella resuelve su mision de hoy limpiara totalmente el honor de su familia.

Severus Snape siempre fué un mago brillante, de bastos talentos y una facilidad nata para la magia que lo había llevado a ser un Slytherin y no solo eso, lo llevo a ser uno de los mejores alumnos, un maestro posionista a una edad temprana y estaba seguro de que incluso la orden al completo no podrían vencerlos.

-Es un alivio mi Lord, esto acabara muy pronto.

No lo lograrían cuando su bando estaba lleno de magos como él mismo, aptos, experimentados y talentosos mientras que el bando contrarios estaban prácticamente enviando niños a la guerra.

-Asi es Severus. El tiempo se agota.

Severus contuvo un suspiro. Era triste pensar en que la guerra por rápido que terminara truncaria vidas, arrebataría personas y una así no había vuelta atrás.

La guerra acabaría pronto y solo podía orar en nombre de la magia por qué al final las piezas en caer fueran pocas.

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Hermione estaba recostada en la cama de Draco, se había despojado de su uniforme y estaba leyendo despreocupada entre las mantas, la habitación era bastante cálida gracias a múltiples encantamientos.

Pasó página y el ruido de la puerta al ser abierta llamo su atención antes de comenzar a leer. Draco entro con calma y una expresión imperturbable en el rostro que sería convincente de no ser por sus ojos que demostraban que estaba molesto por algo.

-Tengo notícias sobre el último muggle y se que no te gustaran.

Ojos grises y profundos que en ese momento brillaban como plata líquida le dijeron mucho más que las palabras que salían de sus labios y Hermione suspiro con tristeza.

-Ese bastardo escapo.

Ella inclinó la cabeza al verlo negar levemente ante sus palabras y guardo silencio esperando una explicación.

-No, está muerto. Pero no fuimos nosotros, le disparó a unos muggles y la policía le disparó. Curiosas cosas las armas muggles...

Draco vio su cabello oscuro comenzar a elevarse de furia, la magia comenzaba a crepitar en torno a ella y era bastante obvio que si no se distraía de su rabia homicida probablemente comentaría una locura.

-Su muerte fue demasiado piadosa, yo estaba planeado averiguar cuántas veces puedes apuñalar muggles con una daga maldita antes de que mueran.

Hermione apretaba los dientes mientras hablaba, estaba colérica fuera de cualquier posible escala de medición u solo deseaba sangre, deseaba encontrar a ese muggle pero muerto era inservible.

Muerto no podía hacerlo pedazos y mostrarle el infierno de dolor que merecía.

-Tranquila, te compenzaré. Uno de los dos aurores está en este momento en un bar de mala muerte bebiendo su peso en vino barato, será una presa fácil.

Draco sonrió un poco al verla iluminarse como si le hubiera dado un regalo magnífico y recorrió su cuerpo bronceado con la mirada al verla levantarse apresuradamente.

-¿Que esperamos entonces?

Definitivamente el verde era su color y con esa ropa de suave encaje y seda era bastante tentador posponerlo todo un par de horas y entrar ambos en la cama pero ella estaba obviamente impaciente y complacerla en esos momentos le ayudaría a qué sus propios deseos fueran satisfechos más tarde.

-Siempre tan impaciente Mía pero al menos ponte algo de ropa antes de irnos.

Hermione bajo la mirada a su propio cuerpo vestido con lencería verde esmeralda y los pies descalzos y le sonrió coqueta al rubio que la miraba sin disimulo mientras se encaminaba al armario del chico.

-Supongo que la lencería no es adecuada para el secuestro y asesinato...

Draco la vio tomar un vestido de un lateral del armario y entrecerró los ojos intentando recordar en que momento la chica comenzó a mudar sus cosas a su habitación pero al verla inclinarse para tomar unos zapatos dándole una generosa visión de piel suave, seda y encaje esmeralda decidió que no importaba.

Era su prometida después de todo y era perfecta para el papel. Una bruja mestiza pero poderosa, brillante y bonita que evitaría las aberraciones que causaba la endogamia.

Jamás espero casarse por amor y estaba conciente de que no sucedería. Entre Gray y el no había amor, pero tenían algo mejor... Lealtad.

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Feliz navidad 2021!!!

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