Capítulo 24
Ese bonito claro en el bosque estaba convirtiéndose rápidamente en su lugar favorito por más razones que su espectacular vista desde que Theodore Nott se reunía con ella allí para leer en silencio.
Sabia que él no tenía motivos para quedarse con ella pero su presencia acompañándola era agradable pese a la falta de conversación.
—Lovegood no entiendo por qué no te defiendes de esos idiotas.
Hasta que la voz de Theodore llegó a sus oídos, el aún mantenía la vista en su libro, era un tomo antiguo de runas y pasaba las páginas con pereza.
—Solo quiero que me dejen tranquila, si los enfrento probablemente todo será peor.
Intento cubrir sus pies descalzos con su falda, todos sus zapatos habían desaparecido de nuevo y no se había sentido con ánimos de buscarlos por los rincones del castillo bajo las burlas de sus compañeros.
—Lovegood, eres brillante y tu talento es mayor que la de otros magos y brujas.
Theodore miró discretamente los pies de la joven bruja con un seño ligeramente fruncido, podía ver un poco de sangre en un rasguño particularmente profundo y una inesperada llama de ira se encendió en su pecho.
—Para ser magos y brujas muchos tienen la mente bastante estrecha.
Luna suspiró con tristeza, ella no era un monstruo ni un fenómeno, simplemente veía el mundo con mayor detalle, ella no se limitaba a lo que veía y escuchaba para determinar si era real.
Después de todo el viento es invisible y aún así todos lo sienten, deja consecuencias a su paso y nadie niega que es real solo por no poder verlo.
—Aún creo que deberías defenderte Lovegood.
Una suave y discreta floritura de la varita de Theodore Nott cerro los rasguños en su piel y la calida sensación de ser cuidada lleno tanto su corazón que se escapó por sus labios en forma de sonrisa. Luna se sentía feliz de que alguien, además de su padre, la cuidara.
—Creo que algunos Gryffindor comenzaron un rumor de que los Narggles les borran la boca a los que intentan hechizarme.
Luna sintió algo cálido en sus pies mientras hablaba mirando a los ojos azules como gemas brillantes de Theodore Nott y al mirar se vio usando unos zapatos negros y brillantes sobre unas suaves medias grises.
—Los Narggles deberían borrar sus esqueletos, sería mucho más divertido.
Un suave tono malicioso se filtró en la voz del chico haciéndola reír al imaginar pilas de piel y carne por los pasillos envueltas en túnicas con escudos de todas las casas por que al parecer nada promovía la unidad en el colegio como molestar a la lunática Lovegood.
—Seria un poco raro ver pilas de carne sollozantes por los pasillos. Borrar sus bocas me parece divertido, aunque los Narggles no pueden hacer eso en realidad.
Luna lo miro unos instantes antes de que sus ojos celestes se perdieran un momento, mirándolo sin verlo realmente casi como si observara algo a miles de kilómetros de allí.
—No los subestimes, probablemente les agradas.
El sonido de las palabras de Theodore Nott la obligó a sonreír, a ella también ya le agradaban los Narggles. Eran amables con ella.
—Lo se. Gracias, Theo.
Una suave sonrisa agradecida desarmó a Theodore y apartó la vista con velocidad volviendo a mirar su libro con feroz concentración.
—Agradece a los Narggles, Luna.
Luna río un poco más al notar un imperceptible sonrojo en la punta de las orejas del chico junto a ella pero decidió fingir que no lo veía del mismo modo en que fingían que no eran amigos.
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Permanecer en la habitación oscura de su hija sujetando su mano mientras ella dormía era desde hacía meses lo único que calmaba a Molly Weasley, en esos momentos sintiendo su pequeña mano fría en la suya la sabia a salvo.
Su hija había sido la luz de su vida, la alegría que llenaba su hogar de risas y juegos y su motivo más grande para vivir y verla así, completamente perdida en sus terrores le rompía el alma como nada más podría.
Un gemido dolorido y el suave movimiento le avisaron que su hija despertaba, se apresuró mas cerca de ella y vio como sus labios secos se torcian y sus párpados temblaban.
—¿Cómo te sientes Ginny?
Sus ojos cansados y perdidos se enfocaron en ella y Molly sintió el peso de su mirada muerta sobre ella. Ojos fríos e indiferentes.
—¿Ginny sabes quien soy?
Gruesas y amargas lágrimas corrieron por su rostro inevitablemente al verla cerrar los ojos de nuevo y apretar la sábana en sus manos unos segundos antes de soltarla y suspirar.
—Mamá
Una palabra fue murmurada por la voz rota y ronca de la pelirroja y lentamente el alivio de que la recordara la lleno, quería creer que su hija no estaba perdida del todo en el mar de la locura. Quería creer que aún había algo de su Ginebra en esa chica asustada y rota.
—¿Ginny cómo puedo ayudarte?
¿Ayudar? Ginny no necesitaba ayuda, ella no estaba loca, su mente no estaba rota si no más bien más clara que nunca. Sus ojos jamás habían visto la fealdad del mundo con tanta claridad, su mundo no era tan maravilloso como lo pintaban.
Los idealizamos que defendía su familia con pasión los estaban llevando directamente a la muerte.
—Sola, déjame sola...
Ella sabía que cada día allí en esa cama lastimaba a su familia pero no estaba lista, nunca lo estaría, para levantarse y enfrentar de nuevo la cruel realidad del mundo donde vivían.
Su familia luchaba por un ideal ridículo, ridículo por que estaban exponiendo sus vidas por esos hijos de muggles que jamás les agradecerían y que al igual que Hermione los abandonarían a su suerte.
—Te amo Ginny. Perdóname.
Ginny apretó sus puños, su cuerpo aún temblaba como secuela de tantos cruciatus lanzados a ella, sus brazos y piernas no le respondían a voluntad. Todo era culpa de ellos. Su dolor, su sufrimiento y estar atrapada en esa cama era culpa de ellos.
Era culpa de Harry Potter por no ser lo suficientemente poderoso para protegerla. Por dejarla a merced de los mortifagos con una etiqueta de "novia del elegido" en la espalda y no ser capaz de ir a salvarla.
Y culpa de ella, de Hermione Granger. Era su culpa por abandonarlos en esos momentos, si Hermione hubiera estado allí estaba segura de que no la habrían capturado a ella si no a Hermione, a la brillante chica que era el cerebro tras el elegido, a la nacida de muggles.
Si Hermione no los hubiera abandonado no sería ella quien se retorciera de dolor en esa cama si no ella... esa sangre sucia traidora.
.x.X.x.
La vista de los terrenos desde la torre de Gryffindor siempre fue su favorita, incluso si la torre de astronomía era más alta y la vista más impresionante había algo hermoso en ver los terrenos desde su ventana en la torre.
Su primer hogar era el castillo después de todo y el primer lugar donde se sintió en casa y aceptado fue en Gryffindor por lo que amaba el lugar desde su primer día allí y en esos momentos cuando estaba asustado y lleno de terrores y dudas lo único que podía calmarlo un poco era ver el suave atardecer atravez del cristal de su ventana.
Rojo.
El cielo teñido de rojo era una vista agridulce, sus buenos recuerdos mezclados con su pena por Ginny. La amaba, tanto. Pero fue incapaz de proteger a su novia y ella terminó rota en una cama odiandolo con todo su ser.
Y no la culpaba.
A esas alturas de la guerra habiendo perdido a sus padres, a Sirius y también a Hermione, por que si ella no volvía a estudiar era por que quizá estaba muerta. Probablemente víctima de los mortifagos mientras buscaba venganza por sus padres. Después de todo estaba seguro que habían sido mortifagos los asesinos, nadie más era tan cruel.
—¿Te quedaras en el castillo?
La voz de Ron, baja y ronca le recordó que no estaba solo en la habitación y que el pelirrojo guardaba desganadamente sus pertenencias en su desgastado baúl marrón.
—Si, extraño a Ginny pero se que no esta lista para verme, hace unos días Bill me escribió una carta, sus pesadillas son peores si alguien dice mi nombre, verme seria horrible para ella en estos momentos y probablemente para tu madre también.
Sintió un nudo en la garganta y vio las manos de Ron apretar fuerte una camisa a cuadros antes de arrojarla dentro del baúl y cerrarlo con fuerza.
—No es tu culpa Harry
Y Ronald entendía eso, entendía que en una guerra siempre habría bajas en ambos lados y se sentía estupido al pensar que ganarían con solo bajas mínimas en su bando. Que serían desconocidos, que podría sentir pena por ellos y seguir con su vida pero al ver a su hermana, a su pequeña y fuera hermanita reducida a una masilla llorosa y balbuceante entendió que la guerra era muy real y que ellos, su familia no eran más que peones en la primera línea.
—Lo es Ron, soy un mago mediocre que no puede proteger a la chica que ama... ¿Como demonios esperan que salve al mundo mágico de Voldemort?
Lo único que lo mantenía cuerdo era la esperanza de que Harry era el elegido, que el podía y vencería al que no debe ser nombrado y esa guerra acabaría antes de que su familia fuera destrozada aún más.
—Ya lo derrotaste antes Harry
Ron apretó los dientes, el que no debe ser nombrado ya había sido vencido antes y podía serlo de nuevo. No podía dudar de Harry, debía pensar en que todo era posible y ignorar esa pequeña voz que le susurraba que su amigo, que Harry Potter no era lo suficientemente bueno para ganar.
—No fui yo Ron, fue el sacrificio de mi madre, ella lo venció. Yo era un bebé y estaba allí. Mi único mérito es que sobreviví.
Ronald negó con la cabeza, ganarían, se dijo. Tenían que ganar para que los sacrificios de su familia no fueran en vano.
Harry volvió a mirar a la ventana para ocultar sus ojos. Para evitar mostrar su mirada derrotada y el dolor que estaba sintiendo.
Rojo.
Toco el frío cristal y un suave suspiro se le escapo junto a las palabras que le dolieron como si desgarraran su camino atravez de su garganta...
—Ginny y mamá... perdónenme.
.x.X.x.
Era fin de semana y la mayoría de los alumnos empacan para marcharse a casa cosa que Hermione no necesitaba hacer pues se quedarían en el castillo a trabajar en el armario del mismo modo que lo estaban haciendo desde principio de año al menos en apariencia.
Tenían todo listo para actuar en el momento que lo desearan y solo debían encontrar la oportunidad de minimizar las bajas y acabar con el viejo sin interferencias.
—Despierta Mía, es tarde.
Enterro el rostro en la almohada intentando ignorar la voz suave y ligeramente somnolienta de Malfoy quien comenzó a recorrer su espalda en suaves caricias que le provocaban escalofríos sumamente placenteros.
—No, estoy agotada.
Pero estaba cansada, el sexo era maravilloso pero la dejaba agotada por el uso de músculos y articulaciones que ni siquiera sabía que tenía, es decir no tenía idea de lo flexible que podía ser su cuerpo hasta que las manos del rubio la guiaban a posiciones nuevas y extremadamente satisfactorias.
—Vamos Mía, es hora de trabajar un poco en el armario, el Lord debe pensar que estamos esforzándonos y no solo posponiendo todo hasta llegar el momento justo.
Hermione gruño un poco, realmente solo quería dormir un poco más y no veía la necesidad de levantarse cuando tenía el suave colchón bajo su cuerpo y la calidez de las sabanas contra su piel desnuda.
—Si me obligas a levantarme dormirás solo esta noche.
Y los dedos de Malfoy recorriendo su espalda le daban una idea para pasar su mañana de una manera mucho mas placentera.
—Bruja tonta, si no estás aquí sabes que otras intentarán tomar tu lugar.
Frunció el seño y se dio vuelta en la cama sin importarle estar desnuda y se relajó un poco al sentir los ojos grises recorriendo la casi como si fueran sus dedos sobre su piel.
—No lo intentes Malfoy, odio compartir...
Lo miro a los ojos y recorrió su mandíbula con un dedo maravillada del contraste entre su piel suave y la textura áspera de su barba rubia clara sin afeitar aún.
—Ese no fue el trato bruja. Solo ofrecí sexo alucinante no fidelidad.
Se preguntó como se sentiría ese contraste de texturas contra su piel sensible y se decidió, Malfoy era suyo. Y especialmente esa mañana se lo dejaría claro.
—Malfoy eres mío hasta que decida lo contrario o iré a probar que tan merecida es la fama de Zabinni y además buscar un poco de diversión por alli...
Sabia que el era posesivo y lo usaría contra el, ella no estaba interesada en ir por el colegio durmiendo con idiotas buscando buen sexo cuando ya tenía, en palabras del propio Malfoy, sexo alucinante a su disposición.
—Maldita bruja... tengo toda la diversión que necesitas aquí.
El peso de su cuerpo sobre el suyo y su aliento caliente en su oído la obligaron a contener su sonrisa pese a que la diversión brillaba en sus ojos mientras llevaba sus manos a la amplia y tonificada espalda de su rubio amante.
—Pero tenemos prisa por trabajar Malfoy
Fingió ese tono cansado y aburrido de quien pone el deber frente al placer y escucho la risa pequeña y malvada en su oído antes de sentir sus dientes en el lóbulo de su oreja y que un escalofrío sumamente placentero la recorriera.
—El jodido armario puede esperar unas horas mas...
Hermione jadeo al sentir las manos del rubio tocar la suave piel de sus muslos obligándole a separarlos, una serie de besos húmedos fueron dejados en su cuello, pecho y estómago en su camino al sur y la piel de todo su cuerpo se erizó
—Asegúrate que valga mi tiempo Malfoy
La sujeto fuerte por las caderas acercandola a él y mordió su muslo con la fuerza suficiente para dejar una marca, un dolor placentero al que estaba no solo acostumbrada a esas alturas si no que que esperaba en sus momentos juntos y al parecer podría experimentar la sensación de picor entre sus muslos más rápido de lo esperado.
—Callate Gray... no quiero escuchar más palabras de tu boca.
Hermione quiso hablar, deseaba tener la última palabra en su conversación pero entonces el maldito rubio y su lengua decadente le arrebataron su capacidad de expresarse en algo mas coherente que gemidos ahogados y fuertes jadeos.
.x.X.x.
Antes que nada mis más profundas disculpas, deseaba actualizar esto desde el año pasado y el guión del capítulo estaba escrito pero la narrativa no.
Continúe trabajando en esta historia pero la inspiración se me fue de repente, ya no sabía que rumbo debía tomar y como deseaba continuar con Luna y Theo. No sabía que hacer con Molly, con Ginny y Harry y sobre todo con la dinámica entre Draco y Hermione no me llevaba a donde debía ir según el guión general.
Dude mucho de cada escena por que cada intento llevaba a algo como lo aquí escrito y no me convencía del todo e intentaba reescribir con resultados similares siempre.
Y ayer me paso algo curioso, ayer dejé mi móvil en la cocina para preparar la comida y cuando lo tomé horas después en mi pantalla estaba FB abierto con una imagen de una lápida con dos nombres escritos, dos soldados de la primera guerra enterrados juntos.
Para no hacerles el cuento largo era un hilo de como el chico había visto la tumba y su fundashi interior le gritó "hey allí huele a romance" y decidió investigar.
Preguntó y fue atando lugares y pistas hasta llegar al por que fueron enterrados juntos. La razón era simple, ambos soldados si estaban enamorados y fueron "delatados" por su mejor amigo, sus padres los separaron enviando a uno a estudiar lejos y tiempo después estalló la guerra y sirvieron en frentes diferentes muriendo uno por sus heridas de guerra y otro por suicidio con un año de diferencia y enterrados a 300 km de distancia.
Fue una historia trágica pero hermosa que llevo a mi hormonal yo a las lágrimas, desde las pinturas de Xavier hasta su carta para Emil y su lucha por levantarse de la cama donde agonizaba para al menos ver a Xavier por última vez.
Quizá fue la forma en la que narro la historia (que es ficción en realidad y excelente en mi opinión) y sus palabras finales "su historia fue contada" lo que me dejó una huella profunda.
Justo al acabar de leer el hilo la ventana de la imagen se cerró dejándome esa frase en la cabeza y por más que busque no la volví a encontrar de nuevo por lo que gracias al bendito Google lo investigué y fue como un golpe en la cara.
Era la mejor historia que había leído en mucho tiempo contada en pocas palabras y de manera tan simple que era cautivadora.
Yo siempre eh defendido que en determinado momento cada historia se escribe por si misma pero estaba luchando por llevar esta historia por el rumbo que tenía previsto al principio y no en la dirección que estaba tomando por si misma.
Y hoy deje de luchar.
Deje que cada personaje se expresara con libertad y esto me está arrastrando a un nuevo desarrollo que espero que sea de su agrado, esto no será romance rosa, aún vienen varios asesinatos en el futuro y unas cuantas sorpresas para todos.
Intentare no demorar en actualizar pero me temo que cuarentena o no, mi tiempo no varía mucho... aún estoy bastante atareada en casa.
Nox
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