Capítulo 23
Harry Potter habia pasado gran parte de la noche retorciéndose en su cama, estaba sudando y jadeando mientras murmuraba una y otra vez frases inconexas pero el hechizo silenciador que lanzó antes de dormirse se mantenía firme.
Un violento estremecimiento lo sacudió y se despertó agitado y asustado con un grito ahogado de terror que ninguno de sus profundamente dormidos compañeros escuchó.
Empapado en sudor helado y jadeando en busca de aire intento olvidar su sueño horrible y volver a dormir. Apreto sus manos con fuerza contra sus ojos completamente desesperado casi deseando arrancarlos pero sabía que nada ayudaría. Ni siquiera eso.
Nada lograría borrar esas imágenes terribles de su mente. No tenía un orden específico, simplemente erean horribles fragmentos de Ginny desmadejada en el suelo de madera de algún lugar desconocido chillando de agonía bajo la varita de Bellatrix que lanzaba maldición tras maldición mientras su risa maníaca se mezclaba con los dolorosos chillidos de Ginny.
Imágenes de Molly llorando, gritando con todo el dolor que su corazón destrozado clamaba por expresar mientras sus brazos regordete abrazaban a su hijo menor. Era una imagen terrible, Molly llorando sobre el cuerpo roto y ensangrentado de Ron con lo que sospechaba eran mordidas de hombre lobo y la sangre formando un charco escarlata cada vez mayor.
Y luego estaba esa otra imagen, una mujer pelirroja. Su madre, estaba seguro de que era ella, implorando por salvar la vida de su hijo y una cegadora luz verde esmeralda antes de que todo se tornara negro y silencioso.
Algo horrible, una espantosa voz en el fondo de su mente le decía que eso era el recuerdo reprimido de la muerte de su madre y sentía deseos de llorar por esa mujer que dio su vida por el.
Pero no solamente era eso, había más en su sueño. Había visto a Hermione, a su amiga llorando sobre dos cuerpos ensangrentados y parcialmente quemados. Sollozos desgarradores y gritos de rabia, dolor y desesperación.
Y luego Hermione de nuevo, sola y rota en un bosque oscuro. Sangrando profusamente y retorciéndose bajo la varita de Bellatrix.
Gritos de nuevo, dolorosos gritos que aún resonaban en su mente y la voz de esa demente como un eco en sus oidos.
"Moriras sangre sucia... moriras por ser amiga de Potter. Me encargaré de que sea tan doloroso que te arrepentirás de haber puesto un pie en un mundo al que no perteneces"
Se cubrió los oídos pero no ayudaba. Nada ayudaba a callar esas voces, los gritos y el llanto por que todo estaba en su cabeza tan firmemente arraigado que permaneció allí atormentandolo más y más hasta que los primeros rayos del sol se colaron por la ventana y Harry abrumado y cansado decidió salir de la cama.
.x.X.x.
El pequeño claro donde Luna y Hermione realizarán semanas atrás su juramento inquebrantable con Draco como su testigo se había convertido en su tácito lugar de encuentro.
Se sentaban juntas y charlaban de cosas pequeñas, la cena de ese día, las clases, los maestros o las criaturas que al parecer solo Luna y su muy desarrollada percepción lograban ver.
"Luna, no tienes que ser mi amiga. Si supieras que estoy haciendo con ayuda de Draco me odiarias"
Le gustaba ese pedacito de normalidad pero le dejaba un gusto amargo disfrutar la compañía de la chica que era sin duda un alma tan pura que aborreceria todo lo que estaba haciendo para lograr sus objetivos.
Estaba segura que incluso desaprobaria su objetivo cuando supiera cuántas muertes estaba deseando llevar a cabo y cuantas vidas ya no lo importaban en lo absoluto.
"Somos amigas. Eres amable conmigo y no todos lo son. Unas chicas me atacaron en un pasillo, me llamaron lunática y me lanzaron una desagradable maldición"
Hermione frunció el seño furiosa, Luna era una buena chica, siempre lo había sido y no entendía por qué sus compañeros de casa e incluso los Gryfindor, quienes insistían en ser los buenos, los justos y los valientes insistían en atacarla.
"No deberían tratarte así"
Luna lo sabía. Luna sabia que sus ojos podían ver cosas que los otros no, también sabía que no podía evitar que la lastimaran por miedo o repulsión a todo lo que es diferente.
De lo poco que recordaba de su madre ella era una bruja brillante que no dejaba que las opiniones ajenas la alejaran de cumplir sus sueños y metas. Luna solo deseaba ser un poco como su madre.
Ella solo deseaba tener la suerte de encontrar al alguien que la apoyara y comprendiera como su padre lo había hecho por su madre.
"No. Theo me ayudo"
Luna ya no estaba segura de que todos en el llamado lado de la luz fueran buenas personas. Viendo a Hermione se daba cuenta de que quiza ya estaba demasiado involucrada en con el señor oscuro y su causa. Pero no era malvada, su aura si se estaba tiñendo de un tono más oscuro pero eso no la hacía alguien malvado.
"Según se no es la primera vez"
Hermione sonrió, no es que conociera al chico tanto como Draco pero sabia que Theo era agradable aunque algo taciturno y si el chico podía protejer un poco a Luna le estaba agradecida.
"No, el es amable."
Theo la había salvado de morir. Le había dejado curarle y más de una vez en los pasillos había visto a algunos chicos a punto de hechizarla llevarse las manos a la cara en busca de sus labios borrados de sus rostros por arte de magia. Un hechizo curioso que jamás había visto antes.
"No soy una buena persona Luna"
Hermione se negó a mirar a Luna, en eso momento sus manos impolutas no podían engañarla, ella había matado. Había torturado y se había sambullido de buena gana en las artes oscuras con el único fin de vengarse.
Ella definitivamente no era una buena persona. Jamás volvería a serlo por que nada lavarla la sangre que manchaba sus manos ni borraría la oscuridad que tenía su alma.
"No, pero incluso Dumbledore no lo es. Todos somos personas. Solo personas"
Luna sabia que todas las personas tenia la capacidad de hacer daño. La magia era igual. Un imperius podía usarse para obligar a alguien a ocultarse o alejarse del peligro y salvar su vida y un simple hechizo de cocina podría sin esfuerzo matar a alguien.
La magia era solo eso, magia. Dependía de las intenciones del mago o bruja lo que inclinaba la balanza entre una buena y una mala acción. Gris, el mundo, las personas y la magia. Todo era gris.
"Gracias Luna"
Probablemente el mismo tono de gris que tenía el aura rodeando a Hermione y también a Theodore y Draco. No eran buenos pero tampoco intrínsecamente malvados.
"Te ayudaré, no levantaré mi varita contra mis viejos amigos pero seamos amigas Hermione Gray"
Luna le sonrió al ver el alivio en los ojos de la chica, había algo que le decía que apoyarla no era algo malo. Por mucho que la luz se empezara en que todo permaneciera igual no creía que fuera correcto.
El equilibrio estaba roto y algo le decía que Hermione sería el detonante para cambiar el mundo y por la mirada calculadora en los ojos de Malfoy cuando hicieron ese juramento se dio cuenta que el chico ocultaba algo.
Algo que definitivamente cambiaría al mundo para siempre y Luna de pronto se sintió ansiosa. Le gustaba el gris. Era momento de que la magia recuperara su tono original.
.x.X.x.
A mediados de noviembre decidieron que no podían postergar más lo inevitable. Tan divertido como era torturar a Potter día a día con pesadillas y dejarle pistas falsas por doquier para confundir a la orden el tiempo estaba acabando y debían cumplir su misión.
Narcissa les había entregado dos viales completos de suerte líquida y ambos se miraron a los ojos mientras tomaban un pequeño sorbo.
Sabían que no deberían abusar de la la poción y que un pequeño sorbo era suficiente para tener el mejor de sus días y eso les bastaba para hallar el armario.
Habían pasado la mañana en sus clases y cuidado de criaturas mágicas había sido cancelada debido a que el medio gigante no se encontraba por ningún lado.
Habían decidido simplemente caminar por los pasillos sin rumbo fijo y luego de algún tiempo se encontraron en el séptimo piso frente al viejo tapiz de Barnabaz El chiflado y Hermione miró boquiabierta la puerta frente a ellos que había aparecido ante sus ojos.
"Tanto tiempo de planes y preparación y estaba aquí, no se por que no lo pensé antes"
Entraron y una enorme sala repleta fue lo que encontraron. Draco se encogió de hombros y decidió que era mejor hacer lo que hasta el momento funcionaba y comenzó a caminar.
Hermione tomó varios libros de las pilas de cosas con una amplia sonrisa, verdaderas joyas como primeras ediciones y algunos tomos algo oscuros, Draco la veía sonreír y se burló al verla tan feliz por simples libros viejos.
Una vez ratón de biblioteca siempre un ratón de biblioteca. Peseo su mirada gris por la habitación y en una esquina alejada bajo un montón de alfombras polvorientas y un feo busto con una peluca anticuada estaba el armario.
Sabia que estaba roto, después de todo Montangue había quedado allí atrapado sin poder encontrar la salida.
"Bien supongo que simplemente debemos repararlo. Para la mayor sabelotodo del castillo no debe ser un problema"
Hermione miró el armario y asintió con la cabeza mientras pensaba en lo poco que sabía en realidad sobre ellos, era magia antigua y complicada pero no dudaba que encontraría lo necesario en la biblioteca de los Malfoy.
"No, será sencillo. Simplemente debemos planear bien el cuando."
Debían evitar una masacre de sangre mágica inocente, Draco era conciente de que en una guerra las víctimas colaterales eran inevitables pero si podía evitar algunas víctimas innecesarias entonces lo harían.
"Las vacaciones de navidad son ideales, el viejo no suele alejarse del colegio y los mocosos más jovenes se van a casa. Podemos mantener a los Slytherin en la sala común para mantenerlos a salvo"
Hermione asintió, podrían lanzar algunos hechizos para proteger las mazmorras y evitar intrusos indeseables si algunos de los pequeños se quedaban por navidad.
"Es una buena idea, debemos evitar derramar sangre que nos puede ser útil a futuro"
No veía el caso de matar niños, Hermione no encontraba merito alguno en atacar un castillo lleno de niños que en el futuro podrían lograr cosas extraordinarias si se les guiaba cuidadosamente.
"En el viejo Grimorio Black leí un hechizo interesante que podría solucionar el problema del armario en este lado y tía Bella podría hacerlo en el otro. Solo el linaje Black puede conjurarlo"
Draco mantenía sus ojos fijos en el armario mientras con su varita retiraba los objetos que lo cubrían y despejaba un espacio en el que planeaba transfigurar un sofá.
"Digamosle ese mismo día"
Hermione sabía que Bellatrix era una duelista brutal y sumamente buena en batalla pero no era una mujer paciente o buena para llevar a cabo planes meticulosos. Ella era comparable a un tornado. Destruía todo a su paso por el simple hecho de poder hacerlo.
"Si, mi adorable tía no es alguien paciente"
Una risita despectiva acompaño a la declaración de Draco, brujas como su tía estaban hechas para la guerra, pero cuando todo terminará se preguntaba que podrían hacer con ella. Obviamente no era mentalmente estable el tiempo suficiente como para mantener un empleo normal o ser una dama de sociedad.
"Potter se veía terrible en el desayuno"
Hermione sonreía, ver a su viejo amigo cada vez más cansado, más roto y más al borde de la locura la reconfrotaba. Ella perdió a su familia en la guerra y se aseguraría de arrebatarle aún más seres amados antes de que todo terminará.
Ginny fue la primera, Dumbledore era el siguiente y probablemente Ronald también correria la suerte de su hermana o quizá solo destruir sus sueños de ser jugador de quidditch arrancandole las piernas o los brazos para que jamás volviera a sostener su varita. Con su poco cerebro la magia sin varita sería algo imposible para el.
"Lo se, el idiota ni siquiera noto el hechizo que le impactó en los pasillos"
Draco soltó una alegre carcajada al recordar la patética exhibición que hacía el elegido por los pasillos de chico atormentado. Los ojos de Hermione, azules de momento, brillaban de alegría maliciosa al recordar también el aspecto de quien fuera su mejor amigo y al verla inclinarse para tomar un libro que estaba en una estantería cercana al suelo una idea destello en su mente y supo que antes de que el efecto de la suerte terminara debían visitar la biblioteca.
x.X.x.
"No sabía que tenías tarea pendiente"
Hermione acarició suavemente el lomo de un viejo libro al fondo de la reccion restringida, la biblioteca estaba silenciosa esa noche y Madam Pince dormitaba en su lugar cuando entraron.
"No la tengo"
Draco solo paseaba se mirada grisácea por el lugar hasta detenerse sobre la mesa más apartada donde Hermione estaba recargada y con pasos lentos se acercó a ella y la sentó sobre la mesa colándose entre sus piernas y dejando besos tentadores en su cuello mientras sus manos tocaban con desesperante lentitud un camino ascendente por sus muslos.
"Estamos en la biblioteca, detente"
Hermione quería detenerse, estaban en la biblioteca, su refugio y santuario de paz pero Draco Malfoy sabía como tocarla para dejar su mente en la consistencia de la papilla y en esos momentos sus dedos fríos acercándose lentamente al borde de su ropa interior le arrancaron un gemido impaciente que contradecía por completo su declaración anterior.
"Vamos Mía, es nuestro día de suerte y tengo una pequeña fantasía que cumplir"
Un suave gemido salió de los labios de Hermione y Draco deseo inconscientemente ver sus ojos marrones, sus salvajes rizos castaños y su piel cremosa en lugar del disfraz.
"Si nos expulsan... te mataré Draco"
Una pequeña mordida en su cuello le arranco un nuevo gemido a Hermione al mismo tiempo que los dedos errantes de la mano derecha de Draco alcanzaban su objetivo y se colaban bajo el suave encaje de la ropa interior de la chica.
"Lo disfrutarás Mia"
Jadeando mientras un frío pulgar rozaba un punto especialmente dulce para ella y sus labios al fin se unían se rindió ante los deseos de su cuerpo y lo admitió para si misma.
Lo disfrutaría.
.x.X.x.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro