Capitulo 22
La biblioteca de la mansión Malfoy era indescriptible. Amplia y vasta, llena de todos los libros que podría desear y más aun. Había desde los más básicos tomos sobre pociones curativas hasta los más antiguos volúmenes sobre maldiciones y artes oscuras.
Hermione estaba disfrutando cada minuto de su tiempo en ese paraíso del conocimiento mientras esperaba a que Draco terminará su reunión con el Lord.
Sabia ya por experiencia que esas reuniones podrían durar desde algunos minutos hasta largas horas en base a la importancia de sus asuntos a tratar. Draco era después de todo la mano izquierda del lord tenebroso y a esas alturas ya comprendía plenamente su papel en esa guerra.
Unos suaves y elegantes pasos llegaron a sus oídos y desvío la vista de su lectura para encontrar unos ojos grises cansados mirándola fijamente esperando la reacción a sus próximas palabras.
"El muggle restante aún no es localizado, es bastante escurridizo me temo. Seguramente será más cuidadoso al notar la desaparición de sus dos cómplices habituales"
Hermione dejo escapar un bufido poco femenino, era imposible ser paciente cuando tenía su venganza casi al alcance de sus manos y se le escapaba entre los dedos.
"¿Deberíamos comenzar a cazar a los aurores?"
Draco lo medito unos minutos, Hermione casi podía imaginar su mente trazando los posibles escenarios antes de negar con la cabeza y sentarse frente a ella, estaba consciente de que él había considerado sus opciones, era brillante para tramar planes intrincados a futuro y para anticipar contratiempos por lo que no dudaba de sus decisiones y solía acatarlas sin preguntar demasiado.
"Quizá sería obvio si lo hacemos, creo que deberíamos esperar a un par de semanas antes de matar al viejo, no el tiempo suficiente para que pueda hacer algo pero si para mantenerlo inquieto sus últimos días de vida"
Cerro sus ojos y por un segundo lo noto agotado. Llevaban trabajando bastante en sus planes y era lógico que ante su exitosa trayectoria como estratega el Lord le exigiera cada vez más.
"¿Nos marcharnos ya al castillo?"
Una cena tranquila, quizá un baño y dormir era lo que Draco parecía necesitar urgentemente. Tal vez podrían dormir temprano y solo relajarse por una noche.
"Si, supongo que debemos mostrarnos debidamente escandalizados por el ataque"
Ladeo la cabeza al verlo hacer una mueca irritada, aún estaba furioso. Habían aparecido algunos aurores que supuestamente estaban en el extranjero ese día y habían desequilibrado la batalla. Sabía que su contacto con los aurores ya estaba muerto o lo estaría en cuestión de horas.
"Una pena que Theodore resultará herido… ¿Qué sucedió con ese auror?"
Vio a Draco suspirar agotado, estaba intacto en cuestión de heridas pero su energía mágica estaba bastante desgastada al usar muchas maldiciones complejas. Ella misma había recibido algunas maldiciones desagradables pero había terminado bastante bien después de beber un par de pociones.
Theo por el contrario había salido bastante mal parado gracias a que defendió a un pequeño niño de su casa. Como una antigua gryffindor ella entendía mejor que nadie los prejuicios con los que la casa de Salazar era etiquetada pero en esos momentos al ser ella misma una serpiente entendía que si bien podrían ser crueles y despiadados no lo eran entre ellos.
Una vez en Slytherin eras parte de algo más. Tenías compañeros que cuidarán tu espalda y eran aún más leales que los patéticos tejones.
"El Lord está con él ahora mismo, probablemente no quedará mucho de él en cuanto termine pero tengo pensado dejar su cabeza en la fuente del ministerio"
Observó maravillada en brillo maligno en los ojos de su cómplice y la sonrisa traviesa en sus labios como si planeara asaltar el tarro de galletas de la cocina y no como dejar un miembro cercenado en el atrio del ministerio.
"¿No sería algo arriesgado?"
Quizá no sería tan buena idea hacerlo tan cerca del cuartel de Aurores no por la calidad de los oponentes si más bien por la cantidad.
"Realmente no, un elfo domestico puede dejarla allí durante la noche, cuando sea encontrada espero que provoque un caos"
Claro, un elfo seguiría las órdenes de su amo y seria discreto al hacerlo. Aún tenía cierto dejé de culpa por usarlos como esclavos pero podía entender que el deseo de libertad no era igual para todos los elfos. Algunos disfrutaban de ser esclavos por ridículo que pareciera.
"Ese maldito auror se merece cada segundo de dolor que está obteniendo"
Draco sonrió al escuchar a la chica gruñir esas palabras, sabía que estaba recordando como el pequeño niño y la rubia lunática habían estado a punto de morir a manos del auror.
"El Lord estaba de mal humor esta tarde, probablemente no sobreviva mucho tiempo"
Casi como una prueba de sus palabras un lejano grito llegó a sus oídos, ese desgraciado estaba padeciendo el infierno y nada lo salvaría cuando el alma más piadosa en la mansión era la chica que sonreía satisfecha al escuchar su agonía.
"¿Algún fallo en sus planes?"
Hermione está bastante curiosa sobre el secreto del Lord, al parecer solo el rubio tenía cierta información sobre ello y no estaba del todo segura de si era precisamente el señor oscuro quien se lo revelara.
"Realmente no dijo mucho, dos objetos importantes desaparecieron y Dumbledore esta involucrado"
Draco se encogió de hombros para después levantarse y caminar en dirección a su baúl, lo abrió y sacó un libro de apariencia avejentada que guardó entre su túnica.
"¿Puedo saber que objetos son esos?"
Hermione lo siguió mientras caminaban en dirección a la chimenea por donde habían llegado horas atrás dispuestos ya a volver al colegio sin desanimarse al escuchar su respuesta.
"Aun no. Lo sabrás en el momento adecuado"
.x.X.x.
El sol tibio contra su piel, el césped ligeramente húmedo sobre el que estaba sentado, la suave caricia de la brisa vespertina y la absoluta soledad se le antojaba el paraíso a excepción del dolor en su tórax cada vez que respiraba muy profundamente.
"Hola Theodore Nott"
Theo saltó un poco y disimuló lo mejor que pudo la aguda punzada de dolor que lo ataco.
"Lovegood"
Su voz había sido un poco más baja y jadeante de lo que deseaba pero la rubia lo había dejado desconcertado. En ningún momento la escucho acercarse y cuando le hablo fue justo a su lado.
"Este es mi lugar favorito ¿Sabes?. Puedes ver algunas hamadriades en el bosquecillo y náyades en el lago. Es un lugar bastante hermoso."
La voz de Luna era tranquila, sonriente y cálida la chica miraba el lugar con esos enormes y soñadores ojos azules mientras su rubio cabello volaba con la brisa formando un etéreo halo dorado, Theo brevemente pensó que en ese momento la chica podría ser llamada un hada.
"Es tranquilo aquí, supongo"
Cambiar su posición sin dejar ver cuán jodidamente doloroso resultaba era su reto en ese momento en el que tenía que marcharse, nadie ajeno a la causa debía saber que estaba herido o podrían sospechar que no había estado realmente en su sala común durante el ataque.
"Tus costillas están rotas Theodore Nott"
No pudo evitar mirar a la chica alucinando por sus palabras dichas sin siquiera mirarlo, ella con sus bonitos ojos aún fijos en el lago hablaba tan calmada como si le señalara que el cielo es azul y el césped verde.
"No lo están"
Aguantando el dolor se sentó completamente y estaba a punto de huir cuando una pequeña y suave mano tomó su manga derecha y lo congeló con una mirada tan cálida y dulce que lo dejó reducido a una piltrafa balbuceante.
"No te preocupes Theodore Nott, no le diré a nadie si me dejas arreglarlas. Soy muy buena reparando huesos rotos. Tengo mucha practica"
Theo vio como la chica sacaba su varita, que estaba descansando tras una de sus orejas y le apuntaba tranquilamente.
"No es necesario, no tengo nada"
Intento de nuevo negarse pero Luna susurro suavemente un hechizo que lo golpeó en las costillas. Dolió como el infierno un segundo antes de que una sensación de alivio lo inundara y cuando un suspiro nada doloroso se le escapó se supo curado.
"Lo vez Theodore Nott. Soy una experta"
Luna podía curar desde un simple rasguño hasta un hueso completamente destrozado. Había tenido mucha práctica consigo misma considerando que incluso entre las excéntricas águilas ella era diferente y recibía bastantes recordatorios de cuán ofensiva era su manera de pensar para los demás.
"Gracias Lovegood y no es necesario que me llames por mi nombre completo"
Theo la miró maravillado. No sabía porque lo había curado pero respirar sin dolor era excelente y estaba realmente agradecido con la extraña rubia.
"Me gusta como suena Theo, te llamare Theo"
Luna sonrió, Theo tenía unos ojos preciosos y de cerca aún mucho más.
"Está bien Lovegood, llámame como tu prefieras"
Theo sonrió un poquito al ver a la chica levantarse lentamente, parecía a punto de irse cuando se detuvo y lo miró a los ojos.
"Tus ojos son muy bonitos Theo, pero quizá no siempre sea bueno dejar que la gente los vea, Gracias por salvarme antes y si lo deseas puedes llamarme Luna, mis amigos me llaman así…"
Luna se marchó sin dejarlo responder y el confuso castaño se dejó caer en el césped. Luna Lovegood lo sabía.
Luna sabia que era un mortifago.
.x.X.x.
"Esto esta cada vez peor Ron"
El pelirrojo devoraba un trozo de pastel de carne mientras su amigo caminaba alrededor de la habitación maldiciendo y pateando muebles a su paso.
"Quien no debe ser nombrado esta atacando con mas saña cada vez"
Ron silencioso masticaba mientras de dejaba al Moreno desahogándose sin interrumpir sus palabras. No era el momento de intentar calmar a su amigo cuando el mismo estaba a punto de reventar por la ansiedad.
"La cabeza de un auror apareció esta mañana en el atrio del ministerio Ron, ¡Una maldita cabeza! es una amenaza directa y lo peor es que no podemos hacer nada. Estamos aquí encerrados y los malditos mortifagos están sueltos atacando. Atacaron el pueblo lleno de estudiantes y se llevaron a varios aurores bajo la nariz de la orden."
Harry estaba desesperado, no lograba entender como ganarle a Voldemort, sus planes parecían estar siempre un paso adelante y sin importar cuánto esfuerzo ponían no lograban reunir información sobre los planes de Voldemort.
"No entiendo que planean Harry, Hermione es la sabe-lo-todo, ella debería estar aquí buscando respuestas y no huyendo como una cobarde. No tenia que irse, sus padres murieron y es terrible pero ya no tiene que preocuparse por ellos y podría luchar sin tener que desperdiciar aurores o miembros de la orden en cuidarlos cuando pueden estar ayudando más en el frente de batalla"
Ron aún estaba furioso con su amiga por dejarlos abandonados cuando más falta les hacía, ellos la aceptaron en su grupo y ella les pagaba así.
"No se por que se fue Ron. No creo que tuviera mas familia y honestamente tampoco amigos. Ella no es precisamente alguien que se relacione fácilmente con otros"
Harry suspiró recordando a la pequeña niña despeinada y de enormes dientes que había sido Hermione a los 11 años. Irritante y sabionda como no había conocido a nadie antes.
"Honestamente dicho, es una sabelotodo irritante pero nosotros la aceptamos"
Ron limpió sus manos contra su viejo y raído suéter mientras veía como su mejor amigo asentía con la cabeza ligeramente para luego sacudirla con fuerza intentando al parecer alejar sus pensamientos negativos.
"Creo que tarde o temprano volverá Ron. Después de todo esta sola"
Ella volverá, se dijo. Ella nos necesita, ¿No es cierto? Ambos chicos pensaban lo mismo mientras veían a Molly tejer una manta púrpura que seguramente era para la inconsciente Ginny.
.x.X.x.
Luna amaba los días soleados, le gustaba especialmente vagar por los jardines descalza sintiendo el suave y húmedo césped bajo sus pies. Ese día en particular se sentía bastante feliz pues tenía un nuevo amigo.
"¿Lovegood me permites un minuto?"
La voz elegante del príncipe de slytherin llegó a ella y se giró para encontrar al chico en compañía de la nueva alumna mirándola con expresiones falsamente neutrales.
"Hola, Hermione Gray y Draco Malfoy"
Ambos chicos asintieron como saludo y noto un cambio ligero en los ojos de la chica, había algo en el fondo de sus ojos azules que le intrigaba y entonces entre los mechones negros de la chica los vio. No estaba soñando, allí frente a sus ojos, oculta a plena vista estaba su amiga.
"Gracias por salvar a Nicolás ayer, nos contó lo ocurrido"
Nuevamente la voz de Draco Malfoy sonó plana, aún así Luna sabía que era solo la forma de ser del chico y que realmente le importaba el hecho o jamás se habría molestado en hablar con ella.
"Me ayudaron antes, esa foto es muy importante Draco Malfoy y ayer… gracias a los dos"
Hermione noto la voz triste de su… de quien alguna vez fue su amiga. Si Luna supiera quién era ella en esos momentos y que estaba haciendo no dudaba que Luna la odiaría.
"No se dé que hablas Lovegood"
Hermione apartó la mirada, los azules ojos de Luna la miraban con tal seriedad que podía sentir como leía cada uno de sus secretos.
"Hermione, no estoy segura si aun somos amigas, pero gracias, ayer me salvaron"
Lo sabía. Luna Lovegood no sabía, la había reconocido y su plan, su venganza y su nueva vida podrían estar en sus manos si decidía contarle a alguien su secreto.
"Los narggles aun revolotean en tu cabello, tal vez también les gusta mucho el cabello negro"
Luna le sonrió con calidez y miró a lo lejos mientras que Draco y Hermione se miraban intentando decidir que hacer y mientras que Draco consideraba seriamente borrar la memoria de la rubia ella aún sonriendo los miró.
"No se que paso y por que te ocultas pero somos amigas y estaré para ti cuando quieras contármelo. No diré nada a nadie si tu no lo deseas, hagamos un juramento inquebrantable, aquí tenemos un testigo"
Draco miro a la rubia estudiando cada reacción y decidió que estaba bien, por el momento la vigilarían muy de cerca u sin decir nada señaló el bosque prohibido, cerca de allí había un claro lo bastante apartado para no ser interrumpidos durante el rito.
"Gracias Luna…"
Luna sonrió alegre mientras entraban al bosque. Ella entendía. Después de lo vivido al día anterior entendía que no uitodos los buenos eran nobles y no todos los villanos malvados.
Su mundo blanco y negro estaba perdiendo la batalla con el gris… y Luna estaba satisfecha por que Hermione era su amiga, seguramente tenía sus motivos, solo debía esperar a que se los contara.
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