El niño que vivió

Como todos en el mundo mágico sabemos hace ya unos años Harry Potter, aun siendo un bebe, venció de manera milagrosa al mago tenebroso más poderoso de todos los tiempos justo cuando su poder se encontraba en la cumbre. Nunca dudamos que para lograr tal hazaña a tan corta edad su talento mágico debe ser nato y obviamente fuera de todo lo que conocíamos hasta ese momento.

Se habló durante mucho tiempo de su valía, se dijo que era el héroe más grande del mundo mágico y que solo él podía salvarnos cuando el mago oscuro regresara.

Todos, porque me incluyo, nos aferramos a pensar que ese monstruo estaba muerto. Muerto y sepultado en la historia bajo el peso de sus atrocidades pero aun cuando nadie quería que ocurriera y se intentó evitar según algunos dicen, la peor pesadilla del mundo mágico volvió. En un principio fueron rumores, un ataque aquí y otro allá, muestras de su regreso que disfrazamos bajo una capa de falsa normalidad y miedo. Sin embargo con la llegada del que no debe ser nombrado y al recuperar del todo su poder de antaño las muertes, desapariciones y torturas fueron creciendo y desmoronaron la paz en la que vivíamos sin que Harry Potter lograra detenerlo.

Es en estos momentos cuando el dolor y el miedo se respiran en el aire mis queridos lectores que me pregunto si es ese niño nuestro salvador. Si está capacitado para defendernos del mal que asecha en cada rincón del mundo mágico portando capas negras y máscaras de plata. En estos momentos me encuentro en mi destrozada oficina que fue daño colateral durante el ataque de los mortifagos al callejón Diagon y desde mi ventana solo puedo ver escombros, sangre y desesperación.

El mundo que llegamos a conocer está cambiando. Desgraciadamente el cambio es para empeorar nuestra situación. Los ataques simultáneos a puntos clave ocurridos hace apenas unas horas dejaran una marca imborrable. Un estigma doloroso en nuestra comunidad mermada por el miedo y abandono al que los guardianes auto proclamados orden del fénix nos someten.

Esta noche mientras el eco del llanto y la desesperación llenan el ambiente me quiero aferrar a la esperanza, de no solo sobrevivir a esta masacre en la que estamos envueltos si no de poder tener una vida cuando esto acabe. Roguemos a Merlín y Morgana por que el niño que vivió lo logre... que se sobreponga a su egoísmo y enfrente su destino.

Rita Skeeter.

-Harry... Harry por favor tu sabes que lo que esa rata Skeeter dice son mentiras. Tu estas luchando, la orden esta peleando todos los días por salvar al mundo de quien no debe ser nombrado...

La voz de Ron llegaba a sus oídos perfectamente pero como un eco terrible y doloroso escuchaba a Ginny. Escuchaba su voz llamándolo, escuchaba el sonido de su risa y el miedo a jamás escucharla de nuevo le estrujaba el corazón. Pero en medio de la cacofonía en sus oídos eran sus gritos de miedo lo que lo atormentaban.

-Voldermort... ese bastardo de Voldemort es el culpable. Tengo que matarlo, no sé como pero tengo que matarlo Ron.

Harry sabía que sus palabras eran verdad, debía matar a ese ser que amenazaba con destrozar a todo lo que amaba pero también sabía que el fondo tenía miedo. Miedo de morir sin lograr completar su misión y pánico de que alguien más de su lado muriera. La guerra nunca le había parecido tan seria antes. Nunca había sufrido en sus carnes el dolor de ver un ser amado torturado hasta la locura. Había perdido a sus padres al ser un bebe y pese a añorarlos todos los días no podía decir que el dolor sordo que sentía por ellos se precia en lo mínimo al terrible sentimiento de ser desgarrado en dos que sintió al ver a su Ginny herida y rota.

-Harry no estás solo... nos vengaremos por mi hermana. Ese bastardo pagara cada una de las lágrimas de Ginny así tenga que matarlo yo mismo a lo muggle. No sé dónde se esconde Hermione pero te juro que yo si estaré contigo hasta que esta mierda termine.

Ojala pudiera estar tan seguro como Ron sonaba, incluso deseaba hacer lo mismo que Hermione. Esconderse donde nadie lo encontrara y librarse de su supuesto destino, ojala no sintiera esa pequeña gota de miedo en su corazón. Pero lo cierto es que temía, tenía miedo de perder a la familia que le quedaba. Tenía miedo de que cuando el momento llegara no lograra ser un héroe...

-Gracias Ron, iré con Ginny un momento...

Ronald lo miro fijamente hasta el momento en que desapareció tras la puerta de la habitación de su hermanita, deseaba tanto despertar de esa pesadilla y dejar de fingir que era fuerte y no tenía miedo. Deseaba estar en el castillo jugando snap explosivo en su sala común con Harry y reñirlo por salir con su hermana en lugar de estar allí, en el cuartel de la orden, temiendo que cuando su hermana despertara del sueño en el que la mantenían a base de hechizos y pociones ella se encontrara completamente loca.

-Creo que este bastardo ya nos sirve más Gray.

Hermione tenía que admitirlo, el hombre era una piltrafa en esos momentos. Había sobrevivido a casi una semana de torturas variadas que ya dominaba a la perfección. Luego de ese primer día de tortura cuando reacciono ese bastardo se había negado a comer pero no estaba en sus planes que muriera tan rápido por lo que Malfoy había ordenado que lo alimentaran fuera como fuera y al final incluso comer había sido una tortura para él.

-El joven Malfoy tiene razón señorita Gray. Ese sucio muggle es inútil.

Draco y Hermione miraron ligeramente sorprendidos a lord Voldemort ingresar a la sala de torturas, era su segunda visita en esa semana. Miraba con asco al hombre en el suelo, con la ropa manchada de sangre tanto seca como fresca y sonrió al ver que las manos del hombre carecían de uñas y los dedos estaban rotos y descarnados, solo un excelente crusio lograba eso en la victima que buscaba aferrarse al suelo para mitigar su dolor y solo causándose más daño.

-Es una pena... me hubiera gustado tener un tiempo más para jugar pero su mente ya se rompió... ya no siente terror.

Draco sonrió al ver a Lord Voldemort tomar su varita y lanzar el mismo un crusiatus al hombre en el suelo, el gemido de dolor que lanzo sonó vacío, débil. Una lástima pero ya había perdido la razón y eso solo significaba que era hora de matarlo. ¿Qué hacer con el cadáver? Esa era la interrogante.

Tenía dos opciones, enterrarlo en algún bosque o dejarlo en algún lugar donde la orden lo encontrara rápido. Miedo, el miedo ya estaba sembrado en los corazones de cada mago y sin duda encontrar al padre muggle de uno de los pequeños leones de Dumbledore colgado en algún lugar sería algo que animaría aún más las cosas.

-Gray eh decidido que tu iniciación será privada, sé que tengo un traidor en mis filas, Severus me confirmo que el viejo Dumbledore recibe información de otra fuente que se niega a revelar. Mátalo de una vez.

Hermione vio al hombre a sus pies y le apunto con la varita. La maldición asesina era su última prueba para demostrar su lealtad al Lord y no planeaba fallar. Miro fijamente al asesino de sus padres y aferro su varita reuniendo todo su odio en la maldición, dejo que la punta de su varita dibujara en el aire los símbolos que conocía de memoria pero jamás había usado antes y vio con una sonrisa como el rayo verde esmeralda impactaba en su víctima y una mueca de horror se dibujaba en su rostro antes de caer laxo y sin vida al suelo.

Draco sonrió. Hermione Granger estaba muerta desde que el avada fue lanzado. Gray se encontraba de pie sonriendo con satisfacción mientras su alma pura desaparecía. Ya no había vuelta atrás. Esa chica estaba condenada a ser parte de las filas del señor tenebroso. Vio como el lord camino hasta ella y apunto a su antebrazo izquierdo sin ceremonia alguna. Reconoció las runas dibujadas como las mismas que lo marcaron a él y supo que sería una larga, larga noche pues el dolor seria atroz. Vio con algo parecido al orgullo como la chica apretó la mandíbula al sentir el hechizo impactarla y solo un gemido de dolor escapo de sus labios. Vio la marca comenzar a formarse en la piel de la chica lentamente mientras el vínculo era formado y luego desaparecer como si nunca hubiese estado allí realmente.

-En cinco días deseo que ataquemos de nuevo... tienes dos días para armar una estrategia, la señorita Gray estará participando activamente.

Draco vio a la chica sujetar su brazo con fuerza mientras luchaba por conservar la conciencia, el tatuaje aparecía y desparecía de su piel mientras el Lord hablaba con él y caminaba lentamente a la salida. Sabía que Gray esperaba el momento en que Voldemort saliera y perdería el conocimiento.

-Como usted ordene Lord Voldemort

Hermione enfocaba su vista en la puerta conteniendo las ganas de gritar. El dolor recorría su cuerpo torturándola y la sensación de tener un hierro ardiente en su antebrazo la hacía temblar. Puntos negros dominaban cada vez más su visión ya borrosa, sabía que no resistiría más. Estaba por desmayarse, respiro agitada, estaba hecho. Estaba marcada y su camino decidido. Una oscuridad helada la envolvió y supo que su vida, su nueva vida comenzaba junto en ese momento.

Draco la vio caer segundos después de que Lord Voldemort se marchara, la miro unos segundos pensando que hacer con ella y al final lenta y resignadamente se acercó, en ese tipo de ocasiones maldecía un poco la estricta educación a la que su madre lo sometió, podría levitarla o simplemente dejarla allí en el suelo pero no sería apropiado para un caballero como él. Con un suspiro de molestia llamo a un elfo doméstico y le ordeno llevar a la chica a su habitación y atenderla durante la noche. Cuando el sonido del chasquido le indico que estaba solo se encamino al jardín, necesitaba pensar y quizá un vuelo nocturno le despejara la mente.