Luego de salir de la pequeña "tienda" de pasteles de arañas, el ambiente parecía aligerarse, y el camino nos llevó hacia una habitación hacia el sur. Al entrar, vi tres ranas, cada una ubicada en un punto diferente de la sala, como si estuvieran aguardando pacientemente. Me acerqué a la primera rana, curioso por ver qué haría, y la pequeña criatura soltó un croar muy particular.

Rana 1: Ribbit, tibbit... He oído que con F4 puedes darte una pantalla completa... pero, ¿qué significará F4?

Me rasqué la cabeza, tratando de entender el consejo de la rana. Algo de "pantalla completa"... lo único que se me ocurrió es que estaba hablando de alguna clase de visión o perspectiva que yo no comprendía del todo. La rana miró alrededor y croó de nuevo, esta vez en un tono pensativo.

Rana 1: F... cuatro... Cuatro Froggits... ¿Cuatro ranas? Lo máximo que he visto son tres, y ni sé cómo se vería una cuarta.

No pude evitar sonreír. La forma en la que esta rana reflexionaba sobre la existencia de una "cuarta" rana me resultaba entretenida, y también un poco extraña. Sin embargo, seguí caminando y, justo en la pared, noté algo inusual: un pequeño Froggit, apenas del tamaño de mi pulgar, moviéndose nervioso y saludándome.

Me acerqué, y este pequeño Froggit habló en un tono más grave del que esperaba de una rana tan diminuta.

Pequeño Froggit: Oh, humano... para ser alguien de tu especie, has sido muy piadoso con nosotros.

Ramiro: Es interesante. Creo que ser compasivo hace la diferencia. A veces, las peleas pueden evitarse si solo uno decide no dar el primer golpe.

Pequeño Froggit: Ribbit, ribbit... Perdón, eso significa mucho para nosotros los monstruos. Perdonar quiere decir que no quieres seguir peleando. A veces tendrás que hacer esto incluso si el nombre del enemigo no está en amarillo...

Sus palabras resonaron en mi mente, y reflexioné por un instante. Quizás había algo más en este mundo, alguna clase de entendimiento, una alternativa al conflicto constante. Asentí y le di las gracias al pequeño Froggit por sus palabras antes de continuar hacia una nueva sección de la habitación.

Justo cuando pensé que el consejo de la rana era algo profundo, me encontré con una serie de huecos en el suelo, seis para ser exactos. En el centro, había un cartel que decía claramente:

"Solo hay un botón oculto en uno de estos agujeros."

Me volví hacia Frisk y Dererick y, tras intercambiar miradas, decidimos dividirnos para buscar el botón lo antes posible. Cada uno se dirigió hacia un agujero diferente.

Mientras caminaba hacia el primero de la izquierda, pisé con cautela el borde y, con un resbalón, caí dentro del agujero. Al fondo de este, no encontré ningún botón, pero sí algo peculiar: una pequeña cinta descolorida tirada en el suelo. La recogí, inspeccionándola con curiosidad. A pesar de su aspecto desvaído, tenía un encanto especial, como si hubiera sido importante para alguien en algún momento. Decidí guardarla en mi mochila; tal vez podría dársela a Frisk más adelante.

A lo lejos, escuché un murmullo y noté que Dererick también había caído en uno de los agujeros, aunque el suyo tenía algo peculiar... un fantasma.

Napstablook: Me caí... Sigan sin mí... Aunque, en realidad, soy un fantasma, supongo...

La voz de Napstablook sonaba tan desanimada como siempre, pero no pude evitar sonreír al escuchar a Dererick responderle.

Dererick: Oye, Napstablook, espero verte pronto de nuevo. Me alegra encontrarte aquí.

Tras unos segundos, el fantasma se desvaneció en el aire con su característica melancolía. Con Dererick libre y sin nuevos hallazgos, Frisk finalmente se lanzó al último agujero, encontrándose con un Vegetoid. Este último, en cuanto vio a Frisk, la atacó sin dudarlo, lanzando pequeños proyectiles en forma de verduras.

A pesar de la situación, Frisk mantuvo la calma y comenzó a interactuar con el Vegetoid de una forma que ni Dererick ni yo habíamos visto antes. En lugar de atacar, Frisk comenzó a recoger y comer las verduras que el monstruo lanzaba, como si estuviera disfrutando de una pequeña merienda. Para sorpresa de todos, el Vegetoid pareció calmarse, como satisfecho de que alguien hubiera apreciado sus "ofrendas", y la pelea terminó con Frisk perdonándolo.

Tras ese encuentro, Frisk activó una palanca en la pared, lo que hizo que las púas que bloqueaban nuestro camino se retrajeran lentamente, abriendo el camino hacia la salida de la sala. Con una sonrisa, subí de vuelta a la superficie, aliviado de haber terminado con esa pequeña serie de pruebas.

Mientras nos reuníamos nuevamente, recordé la cinta que había encontrado. Me volví hacia Frisk con una sonrisa y, sin decir nada, saqué la cinta y se la ofrecí.

Ramiro: Frisk, encontré esto y pensé que te gustaría. Te hace ver... no sé, como si estuvieras lista para enfrentarte a cualquier cosa.

La expresión de Frisk era una mezcla de sorpresa y gratitud mientras se colocaba la cinta en la cabeza. Aunque estaba descolorida, la cinta resaltaba su cabello y le daba un aire especial, algo que a mí y a Dererick nos pareció encantador.

Dererick: Te queda muy bien, Frisk.

Frisk asintió, agradecida, mientras tocaba la cinta con una sonrisa. A veces, eran esos pequeños detalles los que marcaban la diferencia, y ese momento me hizo sentir que cada cosa que habíamos encontrado tenía un propósito, incluso la cinta olvidada en un agujero.

Con Frisk ya preparada, seguimos adelante, cruzando hacia la siguiente habitación, donde nos esperaba la siguiente parte de nuestra aventura.

Avanzamos hacia la siguiente habitación, atentos a cualquier detalle que pudiera aparecer en nuestro camino. Al entrar, notamos tres pilares distribuidos de manera uniforme por la sala, y aunque la decoración era algo simple, lo que llamó nuestra atención fue la ausencia de desafíos. Todo parecía estar perfectamente en su lugar, como si alguien ya hubiera resuelto cualquier problema antes de nuestra llegada. Me acerqué a un cartel pegado en la pared, notando que las letras estaban un poco desgastadas, pero aún legibles.

Ramiro: Aquí dice: "La puerta más lejana no indica la salida, solo indica rotación de expectativas".

Fruncí el ceño, dándole vueltas al mensaje. No tenía mucho sentido a simple vista, pero parecía ser más una advertencia que una pista concreta. Dererick y Frisk me observaron con curiosidad, esperando que interpretara el cartel de alguna forma útil.

Ramiro: Creo que quiere decir que no todo es lo que parece... o que no nos confiemos. Deberíamos seguir con cuidado.

Ambos asintieron, y avanzamos hacia la siguiente habitación, listos para lo que pudiera venir.

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La siguiente sala era un poco más amplia y tenía un diseño distinto. En el centro había un pasillo rodeado de púas que bloqueaban nuestro paso. Al fondo, había una palanca, y junto a ella, un cartel que parecía estar ahí para darnos una pista. Frisk fue la primera en acercarse y comenzó a inspeccionar el área con atención, deteniéndose cerca de uno de los pilares. Luego, con una sonrisa tranquila, presionó algo detrás de la columna. En un instante, las púas se retrajeron, dejando el camino libre.

Ramiro: ¿Cómo supiste que ahí estaba la palanca correcta?

Frisk señaló el cartel cercano, y aunque estaba escrito en un idioma algo confuso, al leerlo con cuidado, noté que hacía referencia a la "palanca azul detrás de la columna". Frisk no solo había leído las pistas, sino que también las había interpretado a la perfección.

Ramiro: Buen trabajo, Frisk. Definitivamente tienes talento para resolver estas cosas.

Seguimos avanzando, cruzando por donde antes estaban las púas, y llegamos a una nueva sala. Apenas habíamos dado unos pasos cuando una criatura emergió de la oscuridad. Era un monstruo peculiar, con un solo ojo grande en el centro de su rostro y una forma que no lograba encajar con ningún ser que hubiera visto antes.

Loox: ¡No se metan conmigo!

Su voz sonaba insegura, casi como si estuviera tratando de convencerse a sí mismo de que podía enfrentarnos. Dererick y yo dimos un paso atrás, mientras Frisk, como siempre, optaba por la calma. Observé cómo Frisk analizaba al monstruo con detenimiento antes de usar su característica acción de interactuar con él de una manera pacífica.

Ramiro: Frisk, ¿estás segura de que es buena idea? Este tipo parece algo... impredecible.

Sin embargo, Frisk ignoró mi comentario y decidió actuar. En lugar de confrontarlo, lo miró con amabilidad y dejó claro que no tenía intención de lastimarlo. Para mi sorpresa, Loox pareció relajarse. Bajó un poco la guardia y habló en un tono mucho más tranquilo.

Loox: Gracias... no estoy acostumbrado a que los humanos sean así.

Tras esas palabras, Frisk le ofreció perdón, y el monstruo aceptó, desapareciendo de nuestra vista con un gesto de gratitud. A pesar de que la situación se resolvió sin problemas, me preguntaba si algún día nos encontraríamos con alguien que no respondiera de la misma manera.

Dererick: Supongo que la palanca que necesitamos está al fondo.

Caminó hacia la pared más alejada, donde una palanca roja destacaba entre el fondo monocromático. Sin dudarlo, tiró de ella, y las púas de esta sala también se retrajeron. Antes de continuar, Dererick señaló un cartel cercano.

Dererick: Lo decía aquí. Parece que debemos estar atentos a los colores. Primero fue azul, ahora rojo...

Ramiro: Entonces, probablemente la siguiente sea verde. No puede ser coincidencia.

Avanzamos nuevamente, llegando a una habitación más estrecha. Esta vez, los pilares parecían estar colocados para ocultar algo, y el ambiente se sentía más claustrofóbico. En el centro, había más púas bloqueando nuestro camino, pero lo que llamó mi atención fue el cartel al frente, que parecía ser una nueva pista.

Ramiro: Este dice: "Presiona el botón verde". Supongo que está detrás de una de estas columnas.

Frisk y Dererick comenzaron a buscar detrás de los pilares, mientras yo me quedaba cerca del centro, observando con atención. Aunque al principio no encontrábamos nada, Frisk finalmente dio un pequeño grito de triunfo, señalando hacia el pilar más cercano a la entrada.

Frisk: ¡Aquí está!

Se acercó y presionó el botón verde, y como era de esperarse, las púas bajaron lentamente, liberando nuestro camino. Una vez más, Frisk había demostrado ser increíblemente astuta al resolver el enigma con calma y precisión.

Dererick: Creo que tenemos suerte de tenerte con nosotros, Frisk. No sé si Ramiro o yo habríamos encontrado ese botón tan rápido.

Ramiro: Habla por ti, Dererick. Estoy seguro de que eventualmente lo habría encontrado.

Frisk rió levemente, y todos seguimos avanzando, dejando atrás una sala más. Aunque las habitaciones parecían estar llenas de desafíos, cada paso que dábamos juntos nos hacía sentir más preparados para lo que fuera que nos esperara al final de estas ruinas.

Al llegar a la siguiente habitación, lo primero que notamos fue una bifurcación: un camino hacia el norte y otro que se extendía hacia la derecha. Observé a Frisk y Dererick, quienes parecían igual de curiosos que yo sobre cuál sería el mejor rumbo a seguir. Sin decir palabra, decidimos explorar primero el camino de la derecha. Algo en la atmósfera de ese lado parecía llamarnos, y con pasos firmes, nos aventuramos hacia lo desconocido.

Cruzamos una pequeña sala, sus paredes cubiertas de enredaderas que parecían haberse adueñado del lugar con el paso del tiempo. Al avanzar, nos encontramos con una figura conocida: un Froggit, sentado en el suelo y moviendo sus pequeñas patas. Se giró hacia nosotros cuando nos acercamos, y en su peculiar idioma, dejó escapar un par de ribbit que me resultaron familiares.

Ramiro: Creo que está intentando decirnos algo.

Frisk y Dererick me miraron con curiosidad, esperando que intentara interpretar las palabras del pequeño ser. Forcé mi oído, intentando descifrar el mensaje. El Froggit repitió un ribbit más largo, seguido de otro más corto. Esta vez logré captar el significado.

Ramiro: Entre nosotros y el... mencionó a Toriel. Dice que la vio salir de aquí hace rato. Parece que llevaba comestibles.

Dererick: ¿Comestibles? ¿Y no le preguntó para qué eran?

Ramiro: Dice que nadie se atreve a hablar con ella. Intimida a todos los monstruos por aquí.

El Froggit añadió otro ribbit al final, como si quisiera reforzar lo dicho. Su mensaje me dejó pensativo. Toriel, a pesar de su naturaleza amable, parecía ser alguien que imponía respeto, incluso miedo, entre los monstruos. Frisk, quien hasta ahora había sido un observador silencioso, inclinó la cabeza, claramente intrigada por la figura de Toriel.

Frisk: Es interesante cómo la ven. Pero eso también demuestra que ella cuida de este lugar.

Todos asentimos, agradecimos al Froggit por la información, y continuamos hacia la siguiente sala.

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Al entrar, nos quedamos sin aliento. Ante nosotros se alzaba una imponente estructura que parecía un castillo en miniatura, perfectamente tallado en la roca de la habitación. Sus torres se elevaban hasta casi tocar el techo, y cada detalle en las paredes parecía haber sido hecho con una precisión asombrosa. Frisk fue la primera en reaccionar.

Frisk: ¡Prendan las cámaras de sus celulares! ¡Esto hay que grabarlo!

Dererick y yo no perdimos tiempo. Sacamos nuestros celulares y comenzamos a filmar, asegurándonos de capturar cada ángulo de aquella increíble construcción. Frisk, entusiasmada, tomó el papel de narradora, relatando cada uno de los eventos que habíamos vivido hasta ese momento.

Frisk: "Hasta ahora, hemos conocido a criaturas increíbles, desde ranas parlantes hasta fantasmas amigables. Todo en estas ruinas parece tener un propósito, una historia que contar. Este castillo es una prueba de eso, un testimonio de la grandeza que alguna vez habitó este lugar."

Mientras Frisk hablaba, Dererick enfocaba cuidadosamente los detalles del castillo, asegurándose de que nada quedara fuera del encuadre. Yo, por mi parte, filmaba desde diferentes ángulos, intentando capturar la inmensidad del lugar. Después de unos minutos, Frisk terminó su explicación, y los tres decidimos sentarnos en el suelo para admirar la vista.

Ramiro: Es impresionante, ¿no creen? Todo aquí parece estar lleno de vida, incluso si está abandonado.

Frisk: Es como si cada habitación tuviera una historia. Siento que estamos caminando por un lugar que aún respira, aunque sea de forma silenciosa.

Dererick: Sí. Pero también me hace preguntarme cuánto más hay por descubrir. Si esto está aquí, ¿qué más nos espera adelante?

La conversación fluyó naturalmente. Hablamos sobre nuestras impresiones, nuestras dudas y nuestras expectativas para el futuro. Fue un momento de verdadera camaradería, un recordatorio de que, a pesar de estar en un lugar extraño y desconocido, estábamos juntos en esto. Esa sensación de unidad me llenó de tranquilidad.

Después de unos minutos de descanso, nos levantamos y nos preparamos para continuar. Aunque la estructura del castillo era impresionante, sabíamos que aún había mucho por explorar. Retrocedimos por el mismo camino, regresando a la sala donde habíamos encontrado al Froggit, y desde allí nos dirigimos hacia el norte, el camino que habíamos dejado atrás inicialmente.

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La sala al norte era distinta de las anteriores. Sus paredes estaban más desgastadas, y el aire se sentía más frío. A medida que avanzábamos, me di cuenta de que los pasillos se volvían más estrechos, como si el lugar quisiera conducirnos hacia algo específico. Había una sensación de expectativa en el ambiente, como si estuviéramos a punto de descubrir algo importante.

Frisk: ¿Qué creen que encontraremos aquí?

Ramiro: No lo sé, pero tengo el presentimiento de que será algo interesante. Este lugar no deja de sorprendernos.

Dererick: Mientras no sea otra trampa, estoy listo para lo que sea.

Los tres intercambiamos sonrisas nerviosas y continuamos avanzando, nuestros pasos resonando en el suelo de piedra. Aunque no sabíamos exactamente qué nos esperaba, había algo en la atmósfera que nos hacía sentir emocionados. Este lugar, con sus secretos y misterios, parecía tener mucho más por ofrecer de lo que habíamos imaginado. Y estábamos listos para enfrentarlo juntos.

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