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el inicio de esta historia

idea propuesta de mi compa Dererick906

En medio de la nada, en un espacio oscuro e infinito, un ser de traje impecable y sombrero se encontraba de pie. No había paredes, ni luz, ni suelo bajo sus pies, solo el abismo insondable, como si toda la existencia se hubiera desvanecido y él fuera el único en ese espacio de vacío total. No parecía incómodo, al contrario, sus ojos observaban la oscuridad con cierta familiaridad, como si este lugar fuera su dominio, su refugio. El silencio era abrumador, pero no parecía afectarle.

El ser permanecía inmóvil, su mirada fija en la nada absoluta. No había ningún sonido, ninguna señal de vida, y entonces, casi imperceptible, algo cambió. Una leve sonrisa apareció en sus labios, como si de repente una brillante idea hubiera cruzado su mente. Alzó una mano, cubierta por un guante negro, y con un movimiento casual, chasqueó los dedos.

De repente, frente a él, dos almas comenzaron a materializarse de la nada. La primera brillaba con una combinación de verde y amarillo, irradiando una sensación de justicia y amabilidad. Era un alma que representaba la bondad, pero con la fortaleza para hacer lo que era correcto. La segunda alma, en cambio, resplandecía con un verde intenso combinado con un celeste profundo, una mezcla que transmitía la perseverancia en cada pulsación. Ambas almas flotaban en el aire, sus colores iluminando ligeramente el vacío en el que estaban, creando un contraste con la oscuridad envolvente.

El ser observó con una expresión de satisfacción. Su sonrisa se amplió, sus ojos brillaban con un interés oculto.

Ser: Espero mucho de ambos.

Su voz resonó en el espacio, profunda y reverberante, como si fuera el eco de algo que siempre había estado ahí. Las almas, en respuesta a sus palabras, comenzaron a moverse. Sin una advertencia, volaron hacia lo alto, atravesando la infinita oscuridad, como si estuvieran siendo atraídas por un destino predeterminado, un lugar muy lejano de donde se encontraban ahora.

El ser las observó desaparecer en el cielo de la nada absoluta, sus dedos jugando con el borde de su sombrero, antes de volver a chasquear los dedos una vez más. Esta vez, el aire a su alrededor cambió. Una energía distinta comenzó a emanar de su ser, como si el espacio a su alrededor se distorsionara.

Ser: Ahora... es momento de hacer algunos pequeños, pero importantes, ajustes.

La oscuridad, antes inmutable, empezó a reaccionar a su voluntad. Movió las manos de manera precisa, como si estuviera manipulando hilos invisibles que conectaban distintos puntos de ese vacío sin fin. Cada gesto era calculado, preciso. Un pequeño destello brilló en el vacío cuando el ser movió sus manos, como si estuviera remodelando algo fundamental en la estructura misma del universo al que esas almas habían sido enviadas.

Ser: Modificaciones... nada drástico, solo un pequeño empujón en la dirección correcta.

Su tono de voz era calmado, pero había una intensidad en sus ojos, una emoción latente. Sabía exactamente lo que estaba haciendo y lo que quería lograr con cada cambio que hacía. No era un mero capricho, sino parte de un plan más grande que solo él podía comprender en su totalidad.

Ser: Es curioso cómo los detalles más pequeños pueden tener el mayor impacto.

Cada vez que hablaba, la oscuridad alrededor de él respondía, como si las palabras mismas tuvieran el poder de alterar la realidad. Finalmente, cuando terminó, dejó caer sus manos a los lados de su cuerpo y soltó una ligera risa, casi inaudible.

Ser: Ahora, que comience el juego.

Se dio la vuelta, su silueta apenas visible en el vacío que le rodeaba. Su trabajo aquí había terminado, al menos por ahora. Había puesto en marcha algo que cambiaría todo, y aunque sus modificaciones parecieran insignificantes a simple vista, sabía que tendrían consecuencias profundas e ineludibles. Las almas ya estaban en su lugar, y el universo al que las había enviado había sido ajustado para recibirlas.

El ser dio un último vistazo al espacio donde antes flotaban las almas y, sin más palabras, comenzó a desaparecer lentamente. Su cuerpo se disolvió en la misma oscuridad de la que había emergido, como si nunca hubiera estado allí, dejando tras de sí solo una leve sensación de misterio y expectación.

Y así, en el corazón del vacío, solo quedó la oscuridad y el silencio, como si nada hubiera ocurrido... salvo una pequeña sonrisa que quedó grabada en la negrura. Una sonrisa llena de interés, curiosidad y, quizás, un toque de malicia.

Muchos Años Despues

Era un día cálido en el año 201X, perfecto para una excursión, y tres jóvenes amigos caminaban por un sendero en las afueras de la ciudad. Ramiro, Dererick y Frisk habían decidido aprovechar las vacaciones de verano para hacer algo diferente, y Frisk, siempre entusiasta y curiosa, había sugerido una aventura al aire libre.

Ramiro, caminando al frente, respiraba el aire fresco mientras disfrutaba del entorno. Con una sonrisa, admitió algo que hace días jamás habría pensado.

Ramiro: A pesar de mis primeras dudas sobre esta excursión, debo decir que la estoy disfrutando mucho.

Dererick, que caminaba justo detrás de él, le dio una palmada amistosa en la espalda.

Dererick: Te lo dije, solo tenías que verlo por ti mismo. Ahora estamos los tres pasándola bien.

Frisk, que iba unos pasos más atrás, sonrió al escuchar la conversación.

Frisk: Era la oportunidad perfecta. ¡Estamos de vacaciones! ¿Qué mejor que aprovechar para explorar un lugar lleno de leyendas?

Dererick asintió, siempre dispuesto a una buena aventura, aunque fuera por simple diversión.

Dererick: Sin duda, es mejor que pasar las vacaciones aburridos en casa. Esto es mucho más emocionante.

Ramiro asintió, recordando cómo había pensado en quedarse en casa al principio, pero ahora no podía negar lo bien que lo estaban pasando. Finalmente, después de un rato de caminata, los tres llegaron a su destino: el Monte Ebott.

Frente a ellos se alzaba imponente el monte, envuelto en misterio. Las leyendas decían que nadie que subiera a la colina volvía jamás. Durante generaciones, los rumores habían circulado, alimentando la imaginación de aquellos que vivían cerca.

Frisk miró hacia arriba, con una expresión de determinación.

Frisk: He escuchado tantos rumores sobre este lugar... pero estoy aquí para ver si son ciertos.

Dererick se rascó la cabeza, siempre escéptico de las historias fantásticas.

Dererick: He escuchado varios de esos rumores también, pero siempre me parecieron solo mitos.

Ramiro, que era el más familiarizado con las leyendas, ofreció su propia teoría mientras los tres comenzaban a caminar hacia la base de la montaña.

Ramiro: Yo siempre pensé que quizás los que subían simplemente caían y sus cuerpos eran devorados por algún animal. No es tan complicado si lo piensas.

Frisk negó con la cabeza con una leve sonrisa.

Frisk: No lo creo. Por eso estamos aquí. Para saber la verdad.

Dererick y Ramiro, ambos intrigados, asintieron al unísono. No tardaron en empezar a escalar la montaña. Mientras lo hacían, Frisk se volvió hacia sus amigos con una duda.

Frisk: Oigan, ¿trajeron una cámara o sus celulares? No podemos venir aquí sin registrar nada.

Ramiro y Dererick intercambiaron miradas, luego asintieron, confirmando con un movimiento de cabeza que ambos tenían sus teléfonos listos. Continuaron escalando durante casi una hora, la subida era difícil, pero finalmente, ante ellos, apareció una cueva en la ladera del monte.

Frisk se acercó a la entrada con ojos brillantes, mirando el interior oscuro con curiosidad. Ramiro, por su parte, parecía un poco decepcionado.

Ramiro: No hay nada interesante aquí, solo una cueva común y corriente.

Frisk sonrió, siempre optimista, y dio un paso hacia adentro.

Frisk: Tenemos que entrar más para verlo mejor. No podemos juzgar un lugar así de rápido.

Dererick y Ramiro, resignados pero intrigados, la siguieron. Mientras exploraban el interior de la cueva, algo inesperado apareció ante ellos: un enorme agujero en el suelo. Era profundo, y su tamaño era imponente. Frisk lo miró con asombro, impresionada por su magnitud.

Frisk: ¡Esto es increíble! ¿Cómo es que nadie ha hablado de esto?

Mientras observaba más de cerca, un crujido resonó en el interior de la cueva. Un gran trozo de árbol, que parecía estar incrustado en las paredes del monte, se desprendió repentinamente. Frisk tambaleó al intentar evitarlo, y en un desesperado intento de mantenerse en pie, se sujetó tanto de Ramiro como de Dererick.

Frisk: ¡Cuidado!

El peso de los tres fue demasiado, y en un instante, los tres amigos cayeron hacia el oscuro abismo. Mientras descendían, el pánico se apoderó de ellos. Ramiro y Dererick, instintivamente, se abrazaron a Frisk, intentando protegerla de la caída.

Ramiro: ¡Frisk, sujétate!

Dererick: ¡No te sueltes!

El descenso fue rápido y caótico, pero en lugar de caer en rocas duras o suelo helado, los tres jóvenes aterrizaron sobre algo inesperadamente suave: una cama de flores doradas que cubría el fondo del agujero. A pesar de haber amortiguado su caída, el impacto fue lo suficientemente fuerte como para dejarlos inconscientes.

El silencio regresó a la cueva. Los tres amigos yacían sobre la cama de flores, inmóviles, mientras la cueva volvía a llenarse del mismo misterioso silencio que había dominado antes de su llegada.

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El tiempo pasó. No era claro cuánto, pero el suave movimiento de las flores doradas bajo el cuerpo de los tres jóvenes indicaba que algo, más allá de lo natural, los había traído aquí. Frisk fue la primera en mover un dedo, luego abrió los ojos, parpadeando confusa mientras intentaba recordar qué había pasado.

Frisk: ¿Dónde...?

Miró a su alrededor, viendo las flores doradas que los habían protegido. Luego, notó a Ramiro y Dererick, todavía inconscientes a su lado.

Frisk: ¡Ramiro! ¡Dererick! ¡Despierten!

Sacudió suavemente a Ramiro, quien dejó escapar un gemido antes de abrir lentamente los ojos. Dererick, algo más lento para reaccionar, también comenzó a moverse.

Ramiro: ¿Qué... qué pasó? ¿Estamos vivos?

Dererick se incorporó, frotándose la cabeza.

Dererick: No sé... pero esto no es lo que esperaba encontrar al final de la caída.

Frisk se levantó, ayudando a los otros dos a ponerse en pie. Al mirar alrededor, la atmósfera del lugar les resultaba extrañamente familiar y, al mismo tiempo, completamente desconocida. Estaban en una gran sala, cuyas paredes de piedra reflejaban la luz tenue que parecía emanar de las flores.

Frisk: Esto no es normal... ¿Dónde estamos?

Ramiro se acercó a una de las paredes, observando las inscripciones que no había notado antes.

Ramiro: Algo me dice que este no es un lugar ordinario. Mira esto.

Las inscripciones parecían antiguas, y aunque estaban en un idioma que ninguno de ellos reconocía, la atmósfera de misterio solo aumentaba.

Dererick: No puedo entenderlo, pero esto... esto es más que una simple cueva.

Frisk dio un paso adelante, su expresión llena de asombro y curiosidad.

Frisk: Tenemos que seguir adelante. Ya hemos llegado hasta aquí, no podemos volver atrás sin saber qué es este lugar.

Ramiro y Dererick intercambiaron miradas, luego asintieron. Frisk tenía razón. Habían venido a descubrir los secretos del Monte Ebott, y estaban más cerca que nunca de desvelar uno de los mayores misterios que la humanidad había conocido.

Con el corazón latiendo fuerte y la adrenalina corriendo por sus venas, los tres amigos se adentraron aún más en la oscuridad, sin saber que lo que encontrarían a continuación cambiaría sus vidas para siempre.

Ramiro, Dererick y Frisk avanzaban por el único camino disponible. La cueva parecía tener una sola dirección, y el aire era extrañamente fresco. No había indicios de vida, salvo por el eco de sus pasos que resonaba a lo largo del estrecho pasadizo. Ramiro miró a Frisk, notando que ella seguía adelante sin ningún signo de preocupación.

Ramiro: Frisk, ¿estás bien?

Frisk, sin detenerse, le lanzó una sonrisa tranquilizadora por encima del hombro.

Frisk: Sí, estoy bien. No tienes que preocuparte.

Dererick, que también estaba atento a cualquier signo de nerviosismo en su amiga, frunció el ceño.

Dererick: ¿Segura? Acabamos de caer desde una altura considerable...

Frisk se giró hacia ellos, aunque sin detenerse por completo.

Frisk: Chicos, relájense. De verdad, estoy bien.

Ramiro y Dererick intercambiaron miradas. Ambos sentían una mezcla de incertidumbre y adrenalina por lo que acababan de vivir, pero la actitud confiada de Frisk parecía calmar un poco la tensión.

A medida que avanzaban por el pasadizo, Ramiro notó algo en el suelo a lo lejos. Había una flor solitaria que destacaba en medio del entorno oscuro. Al acercarse más, la flor se inclinó ligeramente hacia ellos, como si estuviera observándolos.

Flowey: ¡Hola!

Los tres se detuvieron en seco, sorprendidos por el saludo inesperado. La flor tenía una sonrisa amplia, casi amigable, y una voz alegre.

Flowey: Soy Flowey, Flowey la Flor. ¡Deben ser nuevos aquí, en el Subsuelo!

Ramiro, todavía algo desorientado por todo lo que estaba pasando, se rascó la cabeza con una expresión de incredulidad.

Ramiro: ¿Subsuelo? Espera, ¿seguimos inconscientes por la caída?

Flowey, con una sonrisa que parecía un poco más forzada esta vez, negó rápidamente con la cabeza.

Flowey: ¡No, no! Están completamente despiertos. Y como son nuevos aquí, mi viejo amigo Flowey les explicará cómo funcionan las cosas.

Dererick levantó una ceja, desconfiando de inmediato.

Dererick (pensando): ¿Viejo amigo? ¿Desde cuándo somos amigos de esta cosa?

Antes de que alguno de los tres pudiera decir algo más, el entorno a su alrededor pareció oscurecerse de repente. Ramiro, Frisk y Dererick miraron a su alrededor, confusos, mientras Flowey permanecía en el centro de todo, sonriendo como si controlara lo que estaba pasando.

Flowey: Eso que ven frente a ustedes... ¡Son sus almas!

Frente a cada uno de ellos, apareció un símbolo brillante que parecía flotar en el aire. La de Frisk era de un color rojo vibrante, mientras que las de Ramiro y Dererick tenían algo peculiar. El alma de Dererick era mitad celeste y mitad verde, una mezcla que Flowey observó con cierto interés. La de Ramiro, por su parte, también era inusual, con colores verde y amarillo.

(Alma de dererick)

(alma de Ramiro)

Flowey (pensando): ¿Qué demonios...? ¿Por qué sus almas son así?

A pesar de su sorpresa interna, Flowey continuó con su explicación, ocultando su desconcierto.

Flowey: El alma es la culminación de su propio ser. Comienzan débiles, pero pueden volverse más fuertes si consiguen mucho... NV.

Ramiro, que ya empezaba a sospechar de la flor parlante, frunció el ceño.

Ramiro: ¿Qué significa NV?

Flowey sonrió ampliamente, como si hubiera estado esperando esa pregunta.

Flowey: ¡Significa nivel, pero de amor!

Dererick cruzó los brazos, claramente sin creer ni una palabra de lo que estaba oyendo.

Flowey: Y ahora, les pregunto a los tres... ¿Quieren un poco de amor? No se preocupen, compartiré un poco con ustedes.

La flor guiñó un ojo juguetonamente. De repente, alrededor de ellos aparecieron pequeñas bolas de energía blanca, flotando suavemente en el aire. Flowey mantuvo su sonrisa mientras les hablaba con un tono casual.

Flowey: Por aquí abajo, el amor se comparte con estas pequeñas bolitas de "amistad". Vamos, ¿están listos?

Los tres amigos intercambiaron miradas de desconfianza, pero no tuvieron tiempo de reaccionar cuando las bolas comenzaron a moverse rápidamente hacia ellos.

Flowey: ¡Muévanse y agarren todas las que puedan!

Frisk, Ramiro y Dererick intentaron tocar las bolas de energía, pero en cuanto lo hicieron, sintieron un dolor punzante atravesar sus cuerpos. Gritaron de sorpresa y dolor, cayendo de rodillas. Las "bolitas de amistad" no eran lo que parecían.

Flowey dejó escapar una carcajada, pero esta vez su voz se volvió mucho más grave y oscura. Su expresión amigable se transformó en una sonrisa diabólica.

Flowey: ¡Idiotas! En este mundo... ¡es matar o morir!

Ramiro, Frisk y Dererick se retorcían de dolor, sin poder creer lo que estaba pasando. La sonrisa siniestra de Flowey no desaparecía, y sus ojos brillaban con una crueldad evidente.

Flowey: ¿Por qué alguien dejaría pasar una oportunidad como esta?

De repente, los tres amigos se vieron rodeados por una nueva oleada de pétalos afilados. Flowey comenzó a reírse de manera desquiciada, su voz resonando por todo el lugar.

Flowey: ¡MUERAN!

Los pétalos afilados se acercaban cada vez más, rodeando a los tres amigos que, debilitados por el ataque anterior, no podían moverse. Justo cuando todo parecía perdido, una luz brillante llenó la sala, y una bola de fuego atravesó el aire, golpeando a Flowey y lanzándolo hacia otro lugar.

Ramiro, Frisk y Dererick, atónitos, levantaron la vista. Frente a ellos, una figura alta y con aspecto maternal apareció en medio de la oscuridad. Era una criatura con la apariencia de una cabra, vestida con una túnica larga y con un escudo adornando su pecho. Su rostro mostraba una mezcla de preocupación y amabilidad mientras observaba a los tres jóvenes.

Toriel: ¡Qué criatura tan terrible, torturando a unas almas jóvenes e inocentes!

Su voz era suave y reconfortante, casi como la de una madre. Se acercó a ellos lentamente, con las manos extendidas en un gesto tranquilizador.

Toriel: No tengan miedo, mis niños. Me llamo Toriel, soy la guardiana de las Ruinas. Paso por este lugar todos los días para ver si alguien ha caído. Son los primeros humanos que encuentro en mucho tiempo.

Los tres amigos seguían sin poder procesar todo lo que había ocurrido. Ramiro, Frisk y Dererick intercambiaron miradas antes de que Toriel les hiciera un gesto para que la siguieran.

Toriel: Vengan, los guiaré por las catacumbas.

Antes de seguirla, Dererick, con su usual sentido de la curiosidad, levantó la mano.

Dererick: Antes de irnos... ¿podemos presentarnos?

Toriel asintió con una sonrisa cálida, esperando pacientemente.

Frisk fue la primera en hablar.

Frisk: Soy Frisk.

Dererick siguió rápidamente.

Dererick: Yo soy Dererick.

Finalmente, Ramiro habló, aunque lo hizo en silencio, casi perdido en sus pensamientos.

Ramiro (pensando): ¿Por qué me siento tan... nervioso? ¿O avergonzado? Es como si hubiera algo en ella que me hace sentir incómodo.

A pesar de su desconcierto interno, Ramiro decidió seguir adelante. Sabía que, si querían sobrevivir en este extraño lugar, tendrían que confiar en Toriel, al menos por el momento.

Toriel volvió a hacer un gesto amable con la mano.

Toriel: Vengan, sigan mis pasos. Este lugar puede ser peligroso si no saben por dónde ir.

Ramiro, Dererick y Frisk, todavía recuperándose de su encuentro con Flowey, siguieron a Toriel mientras ella los guiaba hacia la siguiente sala de las ruinas. El aire dentro de las catacumbas era fresco, pero había una sensación de antigüedad en las paredes de piedra y en el suelo desgastado. Algo en ese lugar les decía que no era simplemente una cueva, sino un mundo completamente diferente, lleno de secretos que aún no habían sido revelados.

Mientras caminaban detrás de Toriel, Ramiro no podía evitar pensar en lo cerca que habían estado del peligro. El alma de Flowey había sido tan cruel como inesperada, y algo le decía que no sería la última vez que encontrarían algo así. Pero ahora, bajo la protección de Toriel, al menos se sentía un poco más seguro... aunque la sensación de que algo extraño estaba por ocurrir no se iba del todo.

Con cada paso que daban, sabían que el misterio del Subsuelo apenas comenzaba.

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Opiniones

Preguntas

Voten, compartan y Hasta la Proxima

Diario mental de frisk desde el ultimo reseteo

Cuando negué la oferta de Chara, no estaba completamente segura de lo que sucedería después. Había recorrido el Subsuelo, destruido cada alma, aniquilado cada ser viviente hasta que no quedó nada, pero cuando Chara me ofreció tomar el control total de este mundo, su propuesta fue demasiado inquietante. A cambio de mi alma, podría rehacerlo todo, volver a sentir, a experimentar... a tener poder absoluto. Pero, ¿a qué precio?

No, no podía aceptar. La idea de seguir adelante, de destruir una y otra vez, de caer más profundamente en esa espiral de violencia, era insoportable. Ya había hecho suficiente daño.

Chara: Así que... ¿niegas mi oferta?

Su voz tenía un tono diferente, como si estuviera sorprendida de que alguien pudiera rechazar un poder tan inmenso. Pero yo solo asentí. No podía seguir por ese camino.

Chara: Muy bien... entonces, como prometí, te devolveré el mundo. A cambio de tu alma, claro.

Mi corazón latió con fuerza al escuchar esas palabras. Sabía que aceptar esa condición significaba perder algo esencial de mí misma, pero... antes de que pudiera responder o procesar lo que estaba ocurriendo, algo cambió. El tono de Chara se transformó. Era como si, de repente, hubiera visto algo que la desconcertó.

Chara: Espera... ¿qué es esto?

Y en ese instante, lo sentí. Todo a mi alrededor comenzó a acelerarse, como si el tiempo mismo estuviera adelantándose. Los recuerdos se inundaron en mi mente, pero no eran los míos. No pertenecían a las vidas que había experimentado en el Subsuelo. Eran diferentes. Eran de otro lugar, otro tiempo... otras personas.

Vi rostros que nunca había visto antes, pero que, de alguna manera, conocía con una cercanía inquietante. Ramiro y Dererick. Era como si hubieran estado conmigo toda la vida, aunque sabía que nunca los había conocido antes de este momento. Sin embargo, la sensación de cercanía, de amistad genuina, era innegable. Sus risas, nuestras conversaciones, los momentos de complicidad... todo eso llenó mi mente de una manera que no podía comprender. ¿Cómo era posible que supiera tanto de ellos? ¿Que los sintiera tan... cercanos?

Luego, sentí un cambio físico. Mi cuerpo, antes pequeño y frágil, comenzó a transformarse. Las piernas se alargaron, los brazos se hicieron más fuertes, y mi reflejo... ya no era el de una niña. Ahora me veía como una adolescente, quizá una joven adulta. Era una sensación extraña, como si hubiera vivido toda una vida en cuestión de segundos. No solo mi mente había cambiado; mi cuerpo también lo había hecho.

Me observé las manos. Ya no eran pequeñas, como antes. Eran manos de alguien que había crecido, que había enfrentado cosas más allá de la comprensión. Pero lo más desconcertante no era el cambio físico; era cómo me sentía con respecto a Ramiro y Dererick. Eran más que simples compañeros. Sentía que había algo fuerte entre nosotros. Eran personas en las que podía confiar, personas que, a pesar de todo, estarían conmigo, sin importar qué. Por primera vez, sentí que no estaría sola.

Con ese pensamiento, el entorno a mi alrededor se asentó. Ya no estaba en la oscuridad con Chara. En su lugar, me encontré en un lugar familiar, las Ruinas del Subsuelo. Sin embargo, algo era diferente. Todo parecía más claro, más tangible. Como si el mundo hubiera vuelto a empezar, pero de una manera distinta. No era el Subsuelo que había conocido durante todas mis anteriores líneas de tiempo. Este era nuevo, renovado, como si se hubiera modificado para acoger esta nueva realidad.

Comencé a caminar. Mis pies resonaban en el suelo de piedra, y cada paso parecía más firme, más seguro. Sabía que debía liberar el Subsuelo nuevamente, pero esta vez no estaba sola. Ramiro y Dererick estaban allí, en alguna parte, y por alguna razón, estaba segura de que nos encontraríamos pronto.

Mientras avanzaba, mi mente seguía repasando esos nuevos recuerdos. Ramiro era alguien cálido, protector. Tenía una forma de ver el mundo que hacía que los demás se sintieran seguros a su alrededor. Siempre pensaba en los demás antes que en él mismo, lo que a veces lo hacía un poco inseguro, pero esa humildad era lo que lo hacía tan agradable. Sabía que, con él a mi lado, siempre habría alguien dispuesto a darlo todo para que los demás estuvieran bien.

Por otro lado, Dererick era el pragmático, el que analizaba cada situación con una lógica impecable. Tenía un sentido del humor peculiar, un poco sarcástico, pero eso lo hacía aún más interesante. Sabía que podía confiar en su juicio y en su capacidad para tomar decisiones rápidas. Con él a nuestro lado, nunca nos perderíamos ni caeríamos en trampas que otros no notarían. Además, debajo de esa fachada de seriedad, podía sentir su preocupación genuina por quienes le importaban.

Me detuve por un momento, tomando una profunda bocanada de aire. Sentía algo que no había experimentado antes. Esperanza. La última vez que recorrí estos pasillos, no tenía nada. Era solo yo, sola en un mundo lleno de monstruos y decisiones difíciles. Pero ahora... ahora tenía algo más. No se trataba solo de mí. Ramiro y Dererick eran parte de esto, y sabía que juntos podríamos enfrentar lo que fuera que el Subsuelo nos pusiera en el camino.

Con ellos, me sentía más fuerte. No solo por sus habilidades, sino porque sabía que ellos estarían allí para apoyarme, igual que yo lo haría por ellos. Sentí que este nuevo comienzo no era solo una oportunidad para enmendar los errores del pasado, sino una oportunidad para construir algo mejor. Algo diferente.

Continué caminando por las ruinas, sintiendo que el peso del pasado todavía colgaba sobre mí, pero que ya no me aplastaba como antes. Ramiro y Dererick se habían convertido en algo más que aliados; eran mis amigos. Y aunque aún no habíamos pasado tanto tiempo juntos en esta nueva línea de tiempo, esos recuerdos que ahora estaban en mi mente, y la sensación de familiaridad, me daban una certeza que antes no tenía.

Llegamos aquí juntos, de alguna manera, y juntos lo liberaríamos. Esta vez, no había vuelta atrás. Tenía que redimir este mundo, y con ellos, podría hacerlo. Mi alma aún era mía, y con ella, tenía el poder de cambiar las cosas.

Sentí el aire moverse a mi alrededor, como si el Subsuelo mismo reconociera mi presencia una vez más, pero esta vez era diferente. Me dirigía hacia lo desconocido, pero esta vez no estaba sola.

Ramiro, Dererick... juntos, lo lograríamos.

Sentí una determinación renovada mientras avanzaba, sabiendo que el Subsuelo, aunque oscuro y traicionero, no era invencible. Con Ramiro y Dererick a mi lado, con esta nueva sensación de fuerza y confianza, podría enfrentar lo que viniera. Esta vez, haríamos lo correcto. Esta vez, liberaríamos el Subsuelo... juntos.

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