
EL DÍA DE MI MUERTE (#59)
Sólo los enemigos dicen la verdad; los amigos y los amantes mienten sin cesar atrapados en la red del deber. Stephen King.
Tal y como Kondor había explicado, su proteína y creatina dopadas que la máscara le filtraba le permitían cierta inmunidad. Pero hacía ya un tiempo que sentí que estaba perdiendo esa fuerza y más aún esa inmunidad. Seguía siendo un superhombre, pero se debilitaba cada vez más. Y si hace sólo le hubiesen disparado como Logan estaba haciendo contra él, no hubiese sentido ni cosquillas. Pero ahora golpes severos y sangre brotando de sus heridas. No estaba herido de muerte, pero si le quitaba a Logan esa pistola mejor. Se tumbó encima de él, casi aplastándolo y le cogió su mano empezando a apretársela hasta aplastarla. Pero Logan le agarró la abertura trasera de la máscara con la otra y eso a Kondor le hizo retroceder.
- Sé dónde más te duele –le susurró Logan.
Abriéndole la máscara y levantándosela hasta verle la parte baja quemada de la barbilla, Logan apuntó el arma y disparó. Kondor sintió dolor, pero más aún le dominó el shock del disparo. Quedó inmóvil en el suelo cuando cayó hacia atrás, liberando a Logan de su peso. Logan entonces se puso en pie y pensó en rematarles, pero entonces se acordó de Michael.
- Ahora te toca a ti.
Aprovechó que aún estaba en el suelo mirando bocabajo para embestirle con la última bala. Pero Michael le golpeó con la pierna en la mano, arrojándola fuera de su alcance. Acto seguido se pie en pie y volvió a forcejear contra él.
Lisa comenzó a abrir los ojos y notó un río de sangre cayéndole por la cabeza. El disparo de Logan le había rozado la frente, pero la herida que le había provocado la hacía sangrar profusamente. Trató de incorporarse, pero estaba aún más mareada y demasiado débil para arrastrarse. Comprobó eso sí, como Kondor estaba a su lado, inmóvil y también sangrando profusamente por la cabeza.
- Sawyer... -murmuró en voz baja, casi inaudible, conteniendo la incipiente pena.
Mientras hacía acoplo de todas sus fuerzas para arrastrarse hasta él, Michael empujaba a Logan contra la pared y se liaba a darle cabezazos para dejarle fuera de juego definitivamente. Pero Logan esta vez se le adelantó con un golpe en la entrepierna, un codazo en las costillas y un puñetazo en la nariz. Michael cayó al suelo tosiendo y escupiendo sangre, mientras Logan pisó por accidente la bolsa de deporte de Michael.
- Formidable –dijo justo a tiempo de lanzársela.
Con lo que seguro no contaba al lanzarle la bolsa, era con que ésta fuese a abrirse desvelando su contenido. Logan no sólo quedó paralizado al ver un montón de prótesis, pelucas y barbas postizas que le eran tremendamente familiares de sus reuniones con "expertos". Fue andando poco a poco, boquiabierto, hasta ver de cerca una cámara Polaroid y un montón de fotos de mujeres asustadas. Las fotos que Alexei Koskov hacía a sus víctimas recién las comunicaba que las iba a matar.
- Bueno... -Michael quedó mirándolo de forma retadora- Ahora que sabes quién soy, ya sabes por qué hago esto.
- Alexei -Logan apretó los dientes hasta hacerse sangre.
Michael, que en realidad era Alexei, escupió un poco de sangre antes de volver a hablar:
- ¿De verdad pensaba que podías robar todo ese dinero a la Madre Rusia y que ésta no usaría todo el poder del mundo para recuperarlo?
- ¿Sabe la Madre Rusia que su espía es también un asesino en serie de los más buscados? –contraatacó Logan.
- ¿Qué hay de malo en divertirse durante el trabajo? –Alexei/Michael echó a correr de nuevo hacia Logan.
Súbitamente una gran explosión los arrojó a los dos al suelo. Ninguno se había fijado en que los pitidos de los explosivos habían avanzado a tanta velocidad que la cuenta atrás ya había acabado en varios de ellos. Logan no los había programado para estallar simultáneos, sino escalonados. Las primeras bombas tirarían abajo tabiques y paredes. Las siguientes el techo. Y las últimas terminaría de derruir la base.
Alexei/Michael tomó la decisión de ir a por Lisa en lugar de rematar a un ya muy debilitado Logan. Logan iba a levantarse para ir a por él pero vio un gran espejo que tenía delante de él y comprobó con horror cómo la figura enmascarada dejaba caer un ladrillo sobre su cabeza. Su mundo entonces se hizo infinitamente negro. Alexei/Michael zarandeó a Lisa y ésta le suplicó que le ayudase con Sawyer. Cayó en la cuenta de que ella le estaba hablando de Kondor (deduciendo él que Sawyer era en realidad su verdadero nombre). Utilizando una carretilla y volviendo a meter todos sus materiales y trofeos fotográficos de vuelta a la bolsa de deporte a espaldas de Lisa, empujó la carretilla con Kondor/Sawyer y Lisa tan rápido como pudo hasta la abertura de salida más cercana.
Una vez en el exterior, cuidándose de no caer por el precipicio nevado y a una distancia prudencial de la base, los colocó con forzada delicadeza en el suelo, tapándolos con sus propias chaquetas y colgándose la bolsa de deporte del hombro.
- Lisa, vámonos de aquí –le urgió con prisa mientras la base seguía reventando a su espalda-. Lo siento pero ya no hay nada que hacer por tu amigo. ¡Vámonos, amor!
- Lo sé... -musitó ella.
- Lo siento, cariño... Debía de ser un gran amigo, pero hay que seguir adelante.
- Lo sé... -repitió Lisa, escupiendo sangre.
- Sé que lo sabes, vamos agárrate.
- Lo sé, Alexei.
El último atisbo de la tapadera como Michael se había evaporado en ese instante para Alexei. Había subestimado a Lisa y el que ella pudiera estar despierta en el momento de la revelación.
- Sé que fuiste tú quien mató a todas esas mujeres... Sé que fuiste tú.
Lisa cogió su cara entre sus manos y apretó lo más que pudo para hacer que Alexei la mirase a los ojos.
- Lo nuestro siempre fue real, Lisa –Alexei miró por última vez los ojos y los labios de la joven mujer con la que había compartido durante demasiado tiempo como para no sentir nada-. Nunca te mentí en eso.
- Me has roto el corazón –acertó a condenar Lisa, antes de toser sangre-. Me has roto el corazón... Me has ro-roto...
- Ahora tengo que irme –Alexei le quitó las manos de su cara-. Confío en que no llegarás lejos así. Y me alegro, así no hará falta que te mate yo. Te echaré de menos, Lisa. Ahora me voy a casa.
Aprovechó para coger su Polaroid y colgársela del cuello con su correa de sujeción, arrojando la bolsa de deporte al vacío con todo lo demás en su interior. Justo cuando desaparecía de la vista de Lisa en dirección a la subida de la colina, la base terminó por explotar por completo. Las últimas bombas eran las de las sujeciones inferiores, por lo que el amasijo de hierros y fuego fue deslizándose rodando colina abajo, provocando tras de sí una suerte de avalancha que apaciguaba a su vez buena parte de las llamas. Unos segundos después, el silencio total.
El frío hacía estragos, estaban solos y Lisa se estaba muriendo congelada. Pero hizo todo el acoplo de fuerzas que pudo para ponerse encima de Kondor y tratar de reanimarlo. Lo llamó, vociferó su nombre, le movió un poco la cabeza y fue cuando se percató de que un hilo de vaho aún emanaba de su máscara.
- He intentado... hacerme el... mu-muerto... Sólo para que me dejaras allí y salvarte tú.
- No iba a irme sin ti –Lisa lo acarició y trató de reconfortarlo lo más que pudo-. Aguanta, sé que alguien vendrá a buscarnos.
- E-es la hora, Lisa...
- No.
- Quítame la máscara.
- Si te la quito, morirás –Lisa trataba de darle calor abrazándolo y lanzándole vaho a la cara-. Recuerdo nuestra noche y sé que si te la quito morirás.
- Por favor... Por favor, no me dejes así... Quiero volver con Janet ya.
Lisa lloró y trató de pelear y razonar lo más que pudo con él. Pero Kondor ya se había ido. Kondor murió con aquel disparo a bocajarro. Quien estaba debajo de ella era Sawyer moribundo, tratando de liberarse de las ataduras de su otro yo enmascarado. Lisa se puso en su lugar y entendió que no había tampoco muchas opciones más a su pesar. Lentamente y combatiendo el frío, sus manos fueron apartando su máscara poco a poco de su rostro. Lisa no quería ver ninguna lesión o deformidad, no lo pretendía, sólo quería ver brillar los ojos de Sawyer sin la máscara de Kondor una última vez. Sawyer la miró respirando con severa dificultad y provocándose gárgaras de sangre y tras unos instantes pudo esbozar unas palabras con su carrasposa y esforzada voz, mirando fijamente a Lisa en plena felicidad:
- Janet...
- Soy Lisa, Sawyer... -ella empezó a corregirle.
- Mi Janet... -pero él la acarició la cara y los labios, tal y como hace tiempo hizo una vez con su verdadero amor.
Lisa lo entendió y ya no se esforzó en corregirle. Le tomó la mano y la juntó a su cara todavía más, sintiendo su suave y delicada caricia.
- Estoy aquí –dijo ella en lágrimas.
- Ya voy, mi amor...
Unos segundos después, Lisa cerró los ojos de Sawyer para siempre. Lo besó con ternura y quedó dormida encima de él. No sabía con exactitud cuántos segundos habían pasado hasta un helicóptero de salvamento la encontró, pero en su interior deseaba que jamás lo hubiesen hecho sólo para quedarse allí con Sawyer y emprender el mismo viaje que él había iniciado para reencontrarse con Janet.
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