Habían hecho el amor durante horas, acabando y volviendo a empezar, hasta que el agotamiento las pudo. Claire quedó profundamente dormida, mientras que Sophia quedó recostada mirándola y acariciándola con amor. La noche pasaba, la lluvia cesaba, volvía la calma, la noche se teñía de color rosado. Sophia lo sabía, sabía que la hora estaba cerca. No podía esperar a los primeros rayos del alba. Debía hacerse antes. Consciente de que los primeros rayos cruzarían el cielo en instantes, Sophia volvió a pegarse a Claire por completo y la besó la cara y los labios, provocando que se desperezase.

- Claire –Sophia hablaba en susurros pegada a su oído, tan sólo Claire podía oírla-. Claire, es la hora.

- ¿La hora? –preguntó Claire, sin ni siquiera ser capaz de abrir los ojos por completo, casi como si se comunicase con su amante en sueños.

- La hora de que dejes este lugar. La hora de que abandones tu purgatorio.

Claire sentía que los párpados le pesaban tanto que sólo era capaz de articular expresiones con las cejas y moviendo levemente los labios. Ella quería despertar, pero su sueño era tan placentero, tan relajante que en realidad no sabía si no podía... O no quería.

- Pero... Pero no quiero irme sin ti.

Sophia dejó caer una lágrima, conteniendo la voz como podía.

- Siempre voy a estar rondando a tu alrededor, de una forma u otra. Tú ya no debes hacerte más daño, ya no tienes que estar aquí.

La besó la frente y la acarició el rostro y el cuello.

- Es hora de que te deshagas de esos recuerdos horribles y reprimidos que no mereces tener. Es hora de que ese sufrimiento no deseado vuelva a su verdadero dueño.

Con cada palabra y cada caricia de Sophia, Claire se sentía más ligera. Más plena. Sin lagunas de memoria. Sin malos recuerdos. Dejando en ella únicamente lo esencial. Redescubriéndola sus mejores vivencias.

- Júrame que volveré a verte... -suplicó Claire con un hilo de voz- Por favor.

- No te voy a dejar. Te lo juro –la besó los labios una vez más, siendo consciente de lo mucho que los iba a echar de menos-. Tú aquí ya has cumplido.

- Si no he hecho nada...

- Hiciste más de lo que crees y el mundo lo sabrá.

Una caricia más, un beso más y el primer rayo del alba amenazando con salir, pero siendo frenado por una milagrosa nube que les regaló unos escasos segundos más.

- Gracias por todo, Claire. Nos vemos.

- Nos vemos, mi Sophia... -Y entonces Claire cedió finalmente al descanso por completo.