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Mío

Damián dormía entre sus brazos, tan bello y encantador. Sus gorditas mejillas sonrojadas de un escarlata de lo más precioso, su rostro mostraba una expresión calmada como siempre debería ser, un pequeño hilo de saliva corría de su boquita entreabierta mojando ligeramente su pecho algo que realmente en esos momentos no podría importarle menos.
Damián lucía tan apacible y tranquilo... Lástima que su cuerpo estuviera tan maltratado y durmiera por culpa del fuerte sedante que recorría su sistema.

Damián se remueve ligeramente buscando una nueva posición en la que seguir durmiendo, mientras él se encarga de trazar ligeras caricias en su pequeña espalda, encargándose de dejar suaves besos en sus cabellos húmedos por el sudor, sin moverse demasiado después de todo no quiere desconectar ninguno de los cables que están conectados a su cuerpo.

Por un momento pensó que lo perdería... Que perdería a su pequeño de la misma forma en la que perdió a sus padres.

Lo único que quería escuchar ahora era la suave respiración de Damián y el electrocardiograma que marcaba el compás tranquilo de su corazón, que latía lento dentro de su pecho. Signo de que estaba bien, de que estaba seguro entre sus brazos, después de todo logro atraparlo, logro mantenerlo con vida y no estaba dispuesto a volver a soltarlo nunca más.

Fue un estúpido al creer que Bruce sería el padre que tanto necesitaba el pequeño petirrojo, fue un crédulo al confiar en el después de todas las veces que lo había decepcionado, pero esta es la peor de todas las cosas que aguanto después de tantas tretas, planes crueles, traiciones, enredos y sacrificios. Nunca creyó que llegarían a esto, nunca creyó que pudiera pasar esto, después de todo Batman siempre cuidaba de su robín. Entonces ¿porque a él no?

Una misión como cualquier otra en esa ciudad maldita que resultaba Gotham. Espantapájaros había escapado de Arkham. Batman y Robín estaban muchos metros por delante de ellos, Red Robín lo acompañaba unos pasos atrás atrapando a los secuaces que esparcían el caos. Reed Hood perdido cerca en algún callejón, estando en el lugar más por el chisme que por ayudar realmente.

La noche parecía cotidiana, hasta que su comunicador que siempre estaba en línea con el de Robín transmitió gemidos y gritos del menor.

Dejo atrás a Tim corriendo al encuentro de pequeño demonio a una velocidad que podía competir con la familia de los velocistas, solo para llegar y observar como Damián gritaba a viva voz por ayuda, su pequeño cuerpecito acurrucado sobre sí mismo, sus manos extendidas intentando atrapar algo a lo lejos.

- Batman... ayúdame... ¡Me están destrozando!- con esas palabras es que logro enfocarlo.
La capa de Batman a lo lejos siguiendo a él espantapájaros.
Batman en ningún momento miro atrás, no volteó a ver al pequeño que se desgarraba la voz por llamar su atención, Damián en un arrebato de desesperación por la lejanía de su padre saco su gancho yendo tras él, pero al ser preso de las alucinaciones del gas del espantapájaros cayó al vacío.

Lo vio todo en cámara lenta, sus pequeñas manos intentando aferrarse al aire y por una milésima de segundo sus ojos se encontraron.

- Dick - lo vio caer al abismo y por un segundo no vio al pequeño petirrojo... sino a su madre. La misma desesperación y terror antes del caer al vacío.
Una milésima de segundo fue lo que duró su estufor antes de lanzarse en picada detrás de su niño.
No lo perdería, se negaba a perderle como aquella lúgubre noche dejo caer a sus padres.
Estiró sus brazos y los dedos lo más que pudo. Desesperado por atraparlo, a esa altura sería una muerte segura y con cada segundo que pasaba el suelo se acerba cada vez más. por un momento se llenó de terror de solo imaginar que no lograría atraparlo como a su madre.
Sus dedos rodaron las diminuta deditos de Damián, cómo en su tiempo roso los de su madre antes de verla caer. Pero esta vez no estaba dispuesto a soltarlo.
Con determinación logro tomar su mano sujetándola con firmeza, se las arreglo para cambiar la trayectoria chocando contra alguna ventana de aquel edificio, ingeniandoselas para cubrir el pequeño cuerpo de Damián, para que no recibiera ningún daño.

Un suspiro de alivió salió de sus labios. Lo tenía, gracias a dios lo había logrado, el alivió lo inundó por tenerlo seguro entre sus brazos disfrutando del calor que despedía su pequeño cuerpo.
Hasta que los gritos volvieron a taladrar sus oídos, Damián era consumido rápidamente por el gas.

-MADRE POR FAVOR AYÚDAME, ME LASTIMAS, TENGO MIEDO, NO VOLVERÉ A DECEPCIONARTE LO PROMETO- Damián se retorcía sobre su agarre como si este le quemara, sus gritos eran tan fuertes que su voz se distorsionaba. Saco de entre sud instrumentos el antídoto del gas, inyectándoselo con la esperanza de lo que viera el pequeño se esfumada, pero solo logro obtener más gritos y llantos del menor. Maldijo en todos los idiomas que conocía al bastardo del espantapájaros.

- DICK, POR FAVOR AYUDAME - la frustración lo inundo sus lágrimas llenaron sus ojos por la impotencia

- Aquí estoy Damián, aquí estoy, no te soltaré. No me iré, lo prometo-
llevarlo a la mansión fue una misión titánica que no uniera logrado sino fuera por la ayuda de Red Hood, pero por fin tenía a su pequeño Robín dormido y tranquilo entre sus brazos, sus parpados se notan hinchados por el incesantes llanto que el pequeño avía soltado durante todo el trayecto.

Jasón y Tim lo miraban desde la pared contraria. 

Tomó su decisión, una que jamás creyó que sería capaz de tomar por respeto e inseguridad.

-Voy a pelear la custodia de Damián- 

-¿Que? - fue la única exclamación que salió de sus gargantas

-Voy a pelear la custodia de Damián- volvió a responder con determinación. 

-¿Dick, estás loco? -
¿Loco? No, por fin miraba todo con claridad.

-Dick, Bruce es el padre de Damián-

Bruce, sin duda era un padre.
Fue su padre, el de Jasón, he incluso el de Tim. Pero él no era el padre del pequeño que dormía entre sus brazos, después de todo ese era su título por derecho.

Damián era diferente a ellos, el aún tenía a sus padres de sangre, padres que no tenían el más mínimo interés en él. Eran diferentes lados de la moneda ellos perdieron a los suyos, pero Talía y Bruce decidieron abandonar a su propio hijo.

-No, el mismo nos enseñó que no solo puedes tener a un padre de sangre, sino que aquel que te demuestre cariño podía tener ese título.
Nosotros perdimos a los nuestros por azares de cruel destino, ellos decidieron no tener nada que ver con Damián, abordándolo por decisión propia así que si ellos no lo quieren, yo si.-

-Dick piensa con la cabeza fría -

-¡Que mierda quieres que piense Tim! Tú no lo viste, tú no lo observaste caer al abismo ¡Por dios! Su carita estaba llena terror mientras estiraba sus manos por ayuda y consuelo- tomo un momento aire, sus ojos picaban de solo recordar ese momento , la imagen de un niño abandonado a su suerte - El no volteó si quiera a verlo...
Tim, esto no puede seguir así, Bruce cada vez más está siendo consumido por Batman, y Damián será arrastrado por el si no hago algo.

Tal vez no pueda darle todas las comodidades que ahora posee, pero puedo darle un lugar al cual llamar hogar, un lugar en el que será amado incondicionalmente y creo sinceramente que con solo eso el será feliz-

El silencio volvió y el siguió repartiendo caricias de arriba abajo esa espaldita que temblaba ligeramente, el gas del espantapájaros siempre era una mierda.
Una risa estruendosa corto el silencio, Jasón se descojonaba solo.

-¡El gran Dick Grayson! se te conocen más de 50 parejas desde heroínas, villanas, civiles y extraterrestres y con todas siempre te has asegurado de usar condón o mínimo correrte afuera- la voz de Jason estaba cargada de ironía -Y vas y te vuelves papá de un niño que ni quiera es tuyo - la risa de Jasón vuelve a llenar el lugar y él no puede evitar reír también, que cruel chiste del destino, pero aun así no se arrepentiría porque ese pequeño que ahora dormía en sus brozos lo proclamaba como suyo.

Bruce no quiso darle el apellido Wayne
Talía le arrebato el apellido Al'ghul.
Pero el Grayson... No sonaba mal

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el pequeño sonido de satisfacción que soltó Damián al ser acunado y el solo vuelve a besar esas hebras color obsidiana, prometiendo que de ahora en adelante se aseguraría de brindarle amor y consuelo a su pequeño niño después de todo, Damián Grayson no volvería a estar solo.

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