llora pequeño niño
El sonido de los pasos resonar en la oscuridad de la noche, sin nadie que los escuche, sin nadie a quien realmente le importe. Solo se puede observar la figura de un niño en completa soledad, la oscuridad como manto, la muerte como único amigo. Solo una víctima más, olvidado en retazos del ayer; se le prometió un futuro próspero, una familia amorosa. Pero, solo fueron mentiras dichas por adultos corruptos que solo buscaban su beneficio propio.
El pequeño niño de ojos verdes, un niño que solo buscaba la aceptación, un cumplido, solo una mirada que confirmara que su existencia era válida, que su presencia en este plano terrenal era necesaria. Pero como de costumbre aquella confirmación de su valía jamás fue revelada a sus ojos. Lo único de lo que parecía digno de recibir fueron palabras y gruñidas cortantes, junto aquellos ojos que jamás lo miraron. Hizo todo y más para cumplir su objetivo, se rompió los huesos para cumplir con las expectativas de unos padres que nunca buscaron lo mejor para él. Sino lo mejor para ellos mismos. Olvidando que el deber de un padre es amar, consolar, apoyar, y solo estar hay para el hijo que nunca quisieron.
Ahora aquel pequeño niño es solo una pequeña alma olvidada más, un sueño que se extinguió hace muchas noches solitarias. La cascara de lo que alguna vez debió ser un niño.
Ojos cansados, el brillo de esperanza drenado de lo que alguna vez fueron pequeñas jemas color esmeralda. El tono pálido pintando su piel de lo que alguna vez fue un dulce color bronceado. Nada queda de lo que fue aquel niño de palabras mordaces y actitud altanera. Ahora solo queda un niño silencioso, solitario y gris. Una luz que rápidamente fue consumada por la oscuridad que envidiaba su brillo, su pureza.
Sus ojos se sienten pesados, cansado por las noches sin sueño, rojos por las lágrimas que se le escapan entre cada sollozo ahogado por su propia mano, el cuerpo le pesa cual plomo al hundirse en el frio y solitario mar. Ahora es solo un alma que vaga sin rumbo y sin un objetivo real.
El pequeño cuerpo que se esconde del mundo que lo quiere muerto, agotado de luchar en una guerra que nunca le correspondió. Escondido en el edificio más alto que pudo encontrar, preguntándose entre cada respiración forzada que tal vez, y solo tal vez si pudiera llegar más alto, dios le dejaría rozar el cielo que se le fue negado hace tanto tiempo atrás.
Ahora es solo un cuerpo, la tan bella vasija que su abuelo siempre quiso. Se cansó de intentar demostrar que había cambiado, que podía ser bueno, que podía ser el niño que su padre siempre quiso. Se cansó de fingir algo que nunca fue, llenar el vacío del niño que se esperaba que fuera. Se rindió, arrojo la toalla e hizo la bandera blanca proclamando a los viento su rendición, porque ya no tiene sentido pelear, ya no tiene sueños u objetivos, el final feliz que siempre le prometieron se escapó como arena entre los dedos, solo dejando atrás el polvo de lo que alguna vez fue un sueño para un futuro mejor.
Las lágrimas brotan de aquellos ojos cansados, una lluvia que pronto se vuelve torrencial. El hipo y los sollozos escapan apresuradamente de sus labios, los ha callado durante tantos años que ahora simplemente una vez que los deja fluir parece que no tiene un final real. No puede controlar su cuerpo, templando furiosamente entre cada lamento. Llamando entre sollozo entrecortados por una madre que jamás vendrá y un padre que está muy ocupado como para notar su dolor.
Llora, ríe, grita, insulta, maldice, suplica, llama, solloza.
Todo lo que alguna vez callo es expuesto, siente como su interior quema, su cabeza palpita, la garganta se le quema y es consciente de como el moco escapa de su nariz. Intenta respirar pero lo encuentra imposible.
Solo llora, como se supone que un niño debe llorar.
Patalea, grita, se ahoga, gime, toce.
No es una vista digna de quien se supone es heredero de dos imperios. Pero ya no importa, ya nada importa. Solo llora, solloza, gimotea. Por el niño que nunca fue, por la vasija perfecta que su abuelo siempre quiso, por el heredero perfecto que nunca pudo ser, por todo lo que se le arrebato, por todo lo que se le negó, por el dolor en sus huesos, por todo el sufrimiento que al final no significo nada.
Un alma que ansía la muerte y le teme a la misma.
No quiere morir, no quiere volver al infierno, pero ya no quiere vivir en un mundo que no lo necesita, no sabe qué hacer, ¿Qué sigue a partir de aquí?
Llora hasta que los ojos se vuelven rojos he hinchados, grita hasta que la voz le quema la garganta, llama por nombres que no le contestaran, solo permanece acurrucado en el frio suelo de concreto, envuelto en la oscuridad de la noche, su cuerpo cansado de sostener su peso.
En el olvido queda el niño que nadie quiso y el que daría todo por un poco de amor.
....
hola masoquistas, pues sigo vivo. La neta llevo un chingo sin escribir, pero decidí ponerme a trabajar una vez mas. siento que estoy un poco oxidada. si les dolió me dicen porque significa que aun puedo hacerlos llorar, y eso me alegraría mucho el día.
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