Gracias
Nota: adivinen quien tiene un chingo de tiempo por alerta de huracán, yooooooo
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La atalaya un centro de operaciones donde se reunían los héroes para vigilar que el mundo estuviera seguro. Listos para ayudar si la situación lo ameritaba, listos de dar su vida por la humanidad y crear esperanza donde ya no hay.
Por suerte parecía ser un día tranquilo, Wonder woman , flash, Green arrow, Zatanna, y Batman se encontraban discutiendo sobre cómo aumentar la seguridad en algunos países marginados. Unas risas y sonidos de algo rompiéndose interrumpían las palabras de vez en cuando.
Kid flash, Red arrow , Wonder girl y Robín. Se encontraban en algún lado de la atalaya, habían prometido algún día llevarlos a las instalaciones y para desgracia de todos, hoy era ese día. Kid flash ya había recorrido todo de arriba a abajo unas 20 veces por lo menos, Wonder girl miraba con asombro los ventanales que mostraban el bello espacio sin fin, Robín y Red arrow, hablaban sobre buscar el área de entrenamiento para probarlo.
Todo parecía un día tranquilo, solo práctica y teoría, hasta que un grito de horror llegó a los oídos de todos.
Automáticamente se pusieron en posición de ataque, ¿Algún enemigo se había infiltrado a la atalaya? ¿Porque no sintieron su presencia? ¿Los sistemas de seguridad habían fallado? ¿¡Pero cómo!?
Las preguntas quedaron en el olvido cuando llegaron al lugar, Wonder girl estaba inclinada en una de las esquinas, hacia algo que por el ángulo no lograban observar.
¿¡Wonder girl estás bien!? - la respuesta no llego, eso solo preocupó automáticamente a todos los presentes, incluso a los que acaban de llegar.
Cuando se acercaron a verificar el estado de la chica quedaron igual de impresionados.
Un niño pequeño estaba ante sus ojos, su piel pálida de un tono enfermizo llena de golpees, cortadas y sangre, sus cabellos oscuro cenizo, sucios y húmedos. Vestía un traje de Robín que no hubiera reconocido si no fuera por el símbolo en el pecho, el ropaje rasgado dejando ver su piel viva y la mitad de su antifaz destrozado mostrando que poseía unas preciosas joyas por ojos.
Sus ojos, tan bellos, tan profundos conectaron con los suyos y por un momento sintió sus piernas flaquear.
- Padre - su voz ronca y seca pero aún con ese tono infantil característico de un niño. Por un momento creyó haber imaginado las palabras, sus piernas aún heridas se forzaron a caminar hacia él, sus manitas tomaron con fuerza su capa mientras recargaba su cabeza en su pecho.
El silencio se volvió pesado, nadie sabía cómo reacciona, ¿cómo un niño había llegado hasta la atalaya?, ¿porque tenía el traje de Robín? ¿Porque estaba tan herido?
¡Las heridas!
Tomo al niño en brazos, los golpes estaban muy bien colocados y frescos, estaba perdiendo mucha sangre si seguía así moriría. Dirigiéndose rápido al área médica donde estaba dispuesto a curar las heridas del niño, todos lo siguieron en silenció. Con cuidado coloco al pequeño en una de las camillas, mientras empezaba a buscar los utensilios con ayuda de Wonder woman.
-¿Cómo llegaste aquí?-
-No... No lo se - eso no ayudaba
-¿Cuántos años tienes? -
-11- la respuesta lo impresiono por un momento, se veía mucho más joven y pequeño.
-¿Porque tienes ese traje?-
-Porque me lo gane -
-¿Cómo lo ganaste?-
-Con esfuerzo y auto control-
-¿Porque estás tan herido?-
...
-¿Sabes quién te hirió?-
...
-¿Dónde están tus padres?
...
-¿Cómo te llamas?-
-Damián... Damián Wayne-
Sus manos se detienen en su labor de buscar los utensilios para suturar las heridas, algunos de los presentes sultán alaridos de sorpresa, pues conocían el apellido.
-Estaba en batalla, la batiseñal en el cielo, padre me había prohibido salir pero me escape, quería ayudar, quería ser de utilidad, quería luchar a su lado y hacerlo sentir orgulloso de mi, pero... pero algo salió mal.
No podíamos pedir ayuda, las comunicaciones se perdieron.
Estaba en un cuarto oscuro con más niños, todos lloraban y gritaban por sus padres. Yo era Robín tenía que mantenerlos a salvo. No deje pelear hasta que mis piernas no pudieron más, mis nudillos sangraron, mi piel ardía por las heridas de la batalla, los gritos de dolor de los niños, el dolor en mis heridas y entrañas, cada vez me constaba más trabajo respirar, todo lo que podía ver era el fuego y el humo que salía de los pequeños cuerpos.
Y solo podía pensaba en mi padre, quería pedirle perdón por escapar, quería pedirle perdón por desobedecer sus órdenes,
Quería despedirme, quería verte... quería verte una vez más papá-
El salón se llenó de silencio y solo se podía escuchar los gimoteos del pequeño que intentaba por todos los medios mantenerse estoico.
- El niño está muerto Batman, lo que tenemos enfrente es sólo su alma - Zatanna habló por el comunicador informándole lo que había descubierto.
- Es el alma de un niño desesperado por estar con su padre. Su deseo y voluntad es tan fuerte que de algún modo logro mantenerse, pero por alguna razón su alma término aquí- las palabras del pequeño volvieron hacerse oír.
- Sé que no eres mi padre...
pero podrías decirme que todo va a estar bien. Tengo... tengo miedo- no pudo hacer nada más que envolverlo en un abrazo y por primera vez noto lo frío que estaba, y la falta de un latido en su pequeño corazón.
La liga y los chicos no sabía cómo actuar, no querían hablar y romper el momento pero las preguntas los inundaban, ¿ese pequeño era el hijo de Batman?
Diana podía confirmarlo, las expresiones, el seño fruncido, la nariz, el pelo, era imposible no notar los parecidos entre ambos.
El pequeño alzo la mirada hacia ellos, mostrando sus ojos de un precioso jade, pero vacíos, cansados, resignados, mostrando un dolor que nadie tan joven debería sentir.
-Ja, siempre dije que te verías estúpido en ese traje. Solo te falta la sombrillita y el encajé - la risa de Kid flash no se hizo esperar, siendo callado por un golpe de Red arrow.
No sabía qué hacer el niño que se encontraba en los brazos de su mentor, que decía ser su hijo, ¿eso lo convertía en su hermano? , tenía un pequeño hermano o tendría, ¡diablos era tan complicado!
- Dick - su nombre saliendo de esos labios partidos en un tono lastimero, le hizo doler el pecho.
-Perdón por meterte en tantos problemas que no te correspondían.
Lamento haber arruinado tus citas, porque tenías que cuidarme.
Lamento arruinar tus noches de sueño por mis pesadillas.
Perdón por golpearte, pero aún sigo diciendo que te lo merecías.
Perdón porque ya no podremos ir al viaje a Disneyland que llevabas planeando desde hace meses;
y sobretodo perdóname por ser un mal hermano.-
Las lágrimas no las pudo contener, el pequeño le pedía perdón, se estaba desahogando expresando temores que mantenía dentro de él, pero él no era el destinatario de tales palabras, el solo era alguien parecido, al hermano que parecía volver loco. El dolor de escuchar las disculpas de un niño desesperado por ser perdonado. Sin poder más corrió al encuentro, había escuchado a Zatanna, solo era un pequeño que murió en batalla tratando de salvar al prójimo. Su yo de esa dimensión debería estar destrozado, no quería pensar en el dolor de ese Alfred o de Bruce al perder a su hijo.
Su mano atravesó parte de su hombro, sus lágrimas no dejaban de salir, su pequeño rostro les dedico una sonrisa cansada. Poco a poco en luces desaparecía, sus manos intentaban mantenerse aferrarse a él.
Las diminutas manos tomaron una de sus mejillas y la de Bruce, junto a unas palabras que parecieron más el susurró de un sueño lejano.
-gracias Papá, gracias Dick.
Gracias por amarme hasta el final-
La figura desapareció, el pequeño niño podía descansar en paz.
El llanto por el alma de un caído lleno el cuarto, lloraban por la muerte de un pequeño héroe que lucho hasta el final, un héroe que no conocían pero no hacía falta para que doliera igual. Por primera vez la realidad los golpeó, siempre diciendo que estaban dispuestos a morir en batalla , pero hasta ahora ninguno había muerto, nadie cercano, nadie querido, pero hoy se perdió un hijo, un hijo que ni siquiera había nacido.
Batman solo salió de la habitación en completo silencio.
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