Espera
Su nariz olfatea el aire a su alrededor, apreciando todos los aromas que llegan a él. Madera, pollo, polvo, la bola de pelos, su amo, señor del palo que no es para jugar, pasto y ardilla. Olores que reconoce a la perfección, pero no el que buscaba.
Se estira un poco antes de empezar su rutina. Sus pasos retumban en la madera de los pasillos, recorrió el patio, las tumbas, la alberca, los salones, la cueva, las habitaciones, la cocina, el salón, los armarios y nada. No volvió a encontrar lo que tanto anhelaba.
Sus patas dolían por caminar constante, se dirigió a la puerta principal tomando su lugar junto a ella esperando su regreso.
El olor a dulces y leche llegó a sus fosas nasales, su cola Se movió por instinto preparándose para lo que venía.
- Titusss - unas diminutas manos sueltan caricias un poco bruscas en su costado, pero aun así se dejó hacer contentó por el cariño.
- Mar'y no seas grosera con el pobre de Titus - Una mano más grande acaricio delicadamente detrás de sus orejas, era el señor amable que solía jugar con él en los patios de la mansión... aunque ¿Hace cuánto ya no corre?
Los pasos de la cachorra de humano y el señor amable se pierden en la mansión y él se vuelve a recostar esperando su llegada una vez más.
¿Ya había hecho su recorrido diario? No lo recuerda. Vuelve a ponerse de pie empezando a buscar, de arriba a abajo, derecha e izquierda, adentro y afuera... Nada, no lo vuelve a encontrar en ningún lado.
La cachorra de humano vuelve a peinar su pelaje, la cachorra le agrada, suele acariciarlo y llenarlo de besos, aunque no le gusta tanto que le ponga listones en sus orejas y cola.
Pero aunque sea una cachorra linda, no es el cachorro que busca, espera y ama. Su cachorro huele a pólvora, leche, pinturas y madera. Ella huele a flores, dulces, leche y comida extraña.
Las tardes pasan rápido a veces le duele hacer su rutina pero vuelve a empezar. La cueva, los cuartos, la cocina, los jardines, el salón, la cueva el salón... ¿ya pasó por los cuartos?
-Vamos Titus tienes que comer- El señor arrugado de bastón que lo alimenta le habla suavemente. Pero no tiene hambre, no quiere comer.
Vuelve a empezar una vez más, cocina, cuartos, salón, piscina, patio.
La noche brilla en su esplendor y sale a ver los bichitos brillantes que saben feo, su cachorro solía disfrutar verlos volar acurrucado a su lado.
El cielo es iluminado por la luz en el cielo, su cachorro se alegraba cada que aparecía, corría a la cueva a toda velocidad, y salía en el coche noche tras noche.
Su niño era tan feliz cuando la veía así tan brillante en el cielo y él era feliz junto a él por verlo contentó. Ahora la odia le ladra y le gruñe pidiéndole que le regresé a su niño un día esa luz iluminó los cielos, su niño corrió a su encuentro y nunca volvió.
Aún espera que vuelva con su voz gruñona que él se encargaba de alegrar a base de lengüetazos, dejar que duerma acurrucada en su costado por las tardes siempre encargándose de velar su sueño, jugar con la pelota en los inmensos jardines, robar comida por la madrugada siendo regalados por el señor que antes no usaba bastón, simplemente quiere volver a sentir las pequeñas manos de su niño.
Por eso aúlla, gruñe y ladra a la luz en el cielo. Pidiendo, exigiendo que le devuelvan a su niño, por qué el aún lo ama, lo extraña noche tras noche anhelando su regreso, soñando con ese momento.
La bola de pelos se acurruca a su lado brindándole calor en la fría noche, está cansado, sus ojos pesan, la bola de pelos también espera a su niño, pero el dejo de buscarlo ahora suele acurrucarse a lado de una piedra gigante por las tardes.
- Titus, Penywold - la voz de alguien lo llama, el olor a aceite, pólvora y humo llega a su nariz.
Alfred se levanta con suaves maullido, él no puede levantarse se encuentra muy cansado incluso para intentarlo
Unas manos grandes brindan carisias en su cabeza,
- Vamos muchacho ¿Que tienes?-
No tiene nada simplemente está cansado.
Los brazos pasan bajo el levantándolo, con paso lento se dirigen a dentro. Él no puede dejar de ver la luz en el cielo preguntándose ¿Cuándo le devolvería a su cachorro?
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El calor de la chimenea es cálido, escucha las palabras de todos en el cuarto, escucha a las humanas aguantar el llanto, los que jugaron con él hace tantos ayeres hablar con un tono preocupado, el señor del bastón y su amo sentados en completo silencio y dos cachorros más llegaron.
Las manos de los pequeños acarician su costado, panza y cabeza.
Si le hubieran dicho que habría fiesta hubiera sacado su pelota favorita. Aunque ya no podía jugar tanto con ella, los sollozos de los niños llegan a sus oídos ¿Porque lloran? No quiere que lloren después de todo el prometió a su cachorro cuidar de su familia mientras él no estaba y ellos eran parte de su familia.
La bola de pelo se vuelve a acurrucar a su la lado, tiene sueño, mucho sueño ¿Ya busco a su cachorro?
Intenta ponerse de pie pero no puede el cansancio es mayor, pero tiene que buscar a su niño ¿y si está escondido bajo la cama? ¿Acurrucado junto a la vaca? ¿O tocando esa cosa que hace un ruido agudo?
Sus ojos pesan, tal vez solo dormirá un poco.
-Titus - su nombre resuena en el cuarto un tono que hace tanto no escuchaba, el olor que aún sigue tatuado en su mente llega a su nariz y lo ve, su niño, su pequeño cachorro frente a él exactamente igual como el día en que se fue.
Corre lo más rápido que puede a su encuentro, lo besa, lo lame, lo olfatea lo ve y no lo cree, es el ¡¡es el!!
- Titus. Detente me estás llenando de baba - no puede, no puede detenerse, lo busco durante tanto tiempo, día y noche espero su regreso y por fin lo tenía a su lado, no lo soltaría, nunca volvería a separarse de él, chilla, ladra a los cuatro vientos que su amado niño regreso a casa, pero... ¿Porque todos lloran? ¿Acaso no están felices? Ellos también lloraron cuando su niño se fue ¿Entonces porque no se alegran?
Las manos de su niño acarician sus mejillas, disfruta del tacto que tanto soñó.
-Bien hecho Titus cumpliste tu misión a la perfección. Todo un digno guerrero. Pero ya tenemos que irnos-
¿Irse a dónde? ¿No pueden quedarse un poco más? Quiere presentarle a los nuevos cachorros de humano, está seguro que será divertido jugar todos juntos a la pelota.
-Sé que quieres quedarte Titus, yo también quiero pero no podemos. Vamos a un lugar que te va a encantar muchacho, en donde ya no hay dolor, temor, o cansancio.
Titus vamos a jugar para siempre-
Sigue a su cachorro a una luz en el cielo. Le agradece de todo corazón por devolverle a su cachorro, pues es feliz, feliz de volver a encontrarlo, feliz de verlo sonreír, feliz de volver con él.
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