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"Compañero"

Comerciales en la tele inundaban los canales, promocionando juguetes, dulces, parques temáticos, incluso mascotas.

No entendía bien que pasaba realmente, siempre pronunciando las mismas palabras una y otra vez.

Día del niño

Realmente no le veía lo fascinante en aquellas palabras, ni por qué el ajetreo que se formaba.

El Día del Niño es una conmemoración internacional para reafirmar los Derechos Universales de los niños "considerando que la humanidad debe al niño lo mejor que puede darle".

El Día del Niño comienza con la Declaración de Ginebra en el año 1924, cuando fue enunciado los Derechos del Niño para garantizar a los niños sus derechos debido a su falta de madurez física y mental para protegerse. Este enunciado fue reconocido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

No entendía porque al niño se le daban regalos, premios, conmemoración, y festivales.
Sólo por ser inútiles que no se podían proteger a ellos mismos.

Eso es lo que le explicaba a su compañero de cabellos pelirrojos y con aquellas pequeñas y diminutas pecas adornando su piel como las estrellas en el cielo nocturno.

Colín lo escuchaba atentamente, aunque estaba seguro que no entendió ni la mitad de todo lo que le había dicho.

- vamos Dami que importa su procedencia, es divertido-intento convencerlo
- juegas juegos, te dan un regalo, hay festivales y te la pasas con amigos. Que más puedes pedir-

-Que los niños festejan su incompetencia ante la mano de los adultos - respondió mostrando su punto

-Vamos- expresó un poco frustrado
- Con la última festividad que te metiste no termino bien, aún estamos vetados del centro comercial-

- Mi punto fue demostrado, ese santa era un farsante-

Colín solo suspiro conocía a su amigo y aquella idea no se le iría de la cabeza en un largo tiempo. Ahora no estaba tan seguro de invitarlo al festival que celebraba su orfanato.

-Vamos Dam somos niños, qué más da divertirnos un poco- intento convencerlo.

-Que es algo completamente estúpido-

Sus ganas de invitarlo cada vez se hacían menos, pero bueno ya había pedido casi de rodilla a las monjas poder invitar a su amigo.
El festival era pequeño pues el orfanato tenía pocos fondos, algunos juegos simples, premios pequeños y la mayoría de las veces los regalos eran ropa o un juguete de los que donaban, así que la mayoría eran usados. Pero aun así quería que Damián fuera.

-Damián... Sé que acabas de decir que el día del niño es estúpido-

-Y lo es- respondió afirmando su respuesta

-Si bueno... mi orfanato hace un pequeño festival cada año para nosotros... no es la gran cosa y es realmente simple, pero quería saber si querías ir-
El silencio de su acompañante le hizo temer lo peor, sería estúpido él ya había dicho lo estúpido que era aquello y él va y lo invita,

-¿A qué hora es? -

¿He? - respondió un poco incrédulo

-¡Que a qué hora es Wilkes, acaso eres sordo!-

-Empieza a las dos- respondió lleno de felicidad saltando sobre su amigo para darle un fuerte abrazo, era la primera vez con la que podría jugar los juegos en pareja.

- okey estaré ahí, quita esa cara de idiota y suéltame ahora- intento quitar al pelirrojo de encima suyo, pero por el veneno en su cuerpo, aun en su forma normal era más fuerte que.

Siente su insignia vibrando ligeramente, chasqueo su lengua en fastidio, su padre lo estaba llamando.

-Tengo que irme, Batman me llama - colín por fin lo libero del fuerte habrá o aún con aquella sonrisa en sus labios.

-te veo en el festival, no llegues tarde y por favor Ponte ropa normal de niño, sería raro si llegas en un traje echo a tu medida y con gemelos de oro-

-! Vete a la mierda Wilkes ¡-
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Lo había arruinado, había metido la pata tan profundo que por primera vez en su vida se preocupó por las acciones de sus actos.
¡Y lo peor de todo es que no era su culpa!... Bueno tal vez un poco.

En primera si vas a asaltar gente y su primera acción es huir por los techos, mínimo debería saber parkour o algo por el estilo.
El sólito se mató, no es su culpa que el golpe que le metió lo aturdiera y cayera desde un décimo piso, y mucho menos que cayera con medio cuerpo fuera del contenedor de basura.

La pelea con su padre fue Titanica, una semana sin ser robín y el con su bocota le dijo que eso no era nada. Resultado dos semanas sin salir como robín, ni Damián Wayne.
No hubiera importado en lo absoluto si no fuera porque después del lío recordó que había quedado con colín en su festival.

Tomo su orgullo y decidió disculparse con su padre. Pues no pudo escaparse ya que aumentó la seguridad y sólo había conseguido llegar al muro.
Pero su padre había decidió tener mano dura con él y no ceder.
¡Que quería que hiciera! ¿¡Revivir al hombre!?... Bueno si podía hacer eso pero el festival era en unas horas y no le daría tiempo de ir al cementerio desenterrar el cuerpo e ir a los pozos de lázaro.

-Padre exijo me dejes salir -

- No -

-Padre ya me disculpe y envíe flores al muerto - su padre suspiro y creyó que había ganado, sabía que la corona de flores serviría.

-No -

-¡Pero que más quieres que haga!-

-Damián las cosas no se arreglan con una simple disculpa, lo que hiciste estuvo mal y no saldrás en mi última palabra- quiso gritar he insultarlo pero su padre lo ignoro volviendo a trabajar en el batimovil.

Todo era una mierda, no podría ir a la estupidez de Colín. y seguro este lo odiaría, ya no trabajarían juntos, ni saldrían a recorrer la ciudad, no escucharía su estúpida voz , no cubriría su espalda ... NO, se negaba a aquello, colín era su compañero y las cosas no se irían a la mierda por culpa de su padre... Observó la hora 2:13 el festival ya estaba dando comienzo y el seguía en la mansión, Solo le quedaba la última opción.

-Alfred déjame ir, papá no se enterara, saldré y volveré en unas horas, no lo notará. Lo prometo- intento convencerlo mientras comía una de las galletas recién hechas.

-Lo siento joven Damián pero son órdenes estrictas de su padre -

-Pero en serio necesito salir-

-¿Se puede saber para qué?-

...

-Si no me dice no puedo ayudarlo-

-Pero -

-Estoy en disposición de ayudarlo pero como todo para ayudarlo necesito información-

-Hoy es el día del niño - soltó en un susurro, pero parecía que aquellas palabras fueron suficientes para llamar la atención del mayordomo que por fin lo miró.

-Creí que a usted no le importaban las festividades inmundas, como usted las sito -

-Si pero...- intento explicar pero las palabras se atoraban en su garganta, junto a la vergüenza que sentía crecer en su interior
- Wilkes me invitó al festival del día del niño.. y empezaba a las 2 y ya son 2:45, sino voy me va a odiar y yo... yo realmente no quiero eso - no sabía porque pero sentía ganas de llorar de frustración.

-Se puede saber quién es Wilkes-

-Un... Compañero... Laboral-

- Y ya le explico sus razones a su padre-

-Padre no entendería y si se entera de que tengo un compañero laboral, se metería en medio de nuestras operaciones- intentó razonar.

- si así son las cosas no se puede hacer nada mas- la decepción lo albergo creyó... realmente creyó que Alfred lo ayudaría - Que bajare los escudos 3 minutos -

Estaba a punto de dictar sus condiciones que brindaba su ayuda como que la hora de llegada fuera a las 7, pero los pequeños brazos de su amo lo rodearon sorprendiéndolo de aquella reacción afectuosa

-Gracias Alfred - y sin más palabras lo observo correr fuera de la habitación
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Sus pasos retumbaban, casi a tropezones 3:55 iba tarde, muy tarde.
Salto el muro del orfanato para cortar camino encontrando el patio decorado con algunos globos y serpentinas baratas, junto a los demás engendros correr de un lado a otro por todo el lugar, intento buscar con la mirada aquellos característicos cabellos naranjas rojizos, y no lo encontró, no estaba con los demás niños correteando, ¿Dónde podría estar?

Hasta que sus oídos captaron el pequeño sollozo que era apocado por las risas estruendosas

Colín alado una de las madres del lugar, intentando acallar sus lamentos. Por alguna razón se siente mal, muy mal, su pecho se siente oprimido y el mismo siente picor en sus ojos. Ya no está seguro de ir, colín debe a verse decepcionado, de seguro no perdonará, y lo odiaría de por vida
Cuando la madre alza la mirada a su dirección, y su rostro muestra alivio en su mirar. la observa en un susurro llamar la atención de colín, y este se limpia los ojos en un solo movimiento para verlo, sus ojos se encuentran y los de su compañero de aventuras parecen brillar como el sol.
No sabe cómo, ni cuándo pero los brazos de su amigo se cierran sobre él, provocando que ambos pierda el equilibrio y caigan estrepitosamente contra el pasto.

- Pensé... pensé que no vendrías- aún su voz se escucha pesada y entre cortada por el residuo del llanto

-Tuve algunos problemas para venir. Siento llegar tan tarde-intento disculparse, mientras su mano retira los residuos de las lágrimas en sus mejillas.

Colín se retira de encima de él, y con su sonrisa renovada le tiende la mano que no duda en tomar. Colín lo arrastra con una sonrisa renovada en sus labios a uno de aquellos infantiles fuegos, tomando entre sus manos una pequeña cuerda que ata a sus tobillos

-veamos qué tan ágil es el petirrojo fuera de su área de confort-

-Más vale que puedas seguir mi paso-

-Claro que puedo seguirlo, sino pudiera no seriamos amigos -

-Compañeros laborales-

-Como sea -

El silbato suena y ambos corren entre tropezones . Quizá y solo quizá el día del niño no era tan malo.

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