Te extraño,
como la arena abrazar al mar,
como la sal convertirse
en partículas
y fundirse con las olas,
como el sol bailar con las estrellas.

Te extraño,
como los pájaros cantar
cuando oscurece,
como los grillos gritar y brillar
cuando aún es de día,
como las flores renacer
cuando todavía es otoño.

Te echo de menos,
porque estás lejos
y solo quiero besarte
de nuevo.

No sabes cuánto te echo en falta,
cómo mi cuerpo te llama,
mi mente te atrapa
y revolotea
imaginándote,
congelándote,
hasta hablándote.

Te inmortaliza
en mis recuerdos
y cuenta las horas
para volver a vernos.

Sueña despierto,
con un abrazo eterno,
apartar tu pelo
e impregnarse con tus gestos...
de nuevo.

Y solo te diré una cosa,
no te quiero,
porque eso implicaría
que eres de mi propiedad,
que estás encerrada
entre una pared
y mi espada,
como una abeja
suplicando por su miel.

Yo aunque a veces
me enfade contigo,
me pierda en tus costumbres,
me quede obsoleta
y me confunda,
yo no te quiero,
yo te amo.

Son tus rarezas
las que me secuestran,
tus manías
las que nos complementan,
tus labios
mi más condenado
apreciado
pecado.

Yo te amo,
porque tú eres tuya
y de nadie más,
aunque bromee
proclamándote como mía.

Tú te perteneces
y tu alma siendo la más pura,
solitaria
como la luna,
me escoge
para caminar junto a ella
mojando los pies
en las lagunas
observando el amanecer.

Eso es lo más bonito
que uno puede ofrecer,
opacar sus temores,
pegar a sus monstruos
y enfrentarse a un amor
que aunque le cause retorcijones,
lo atrape y abrace,
lo sienta y sonría,
porque no es una lágrima fría
sino una amapola exquisita
con pétalos y latidos infinitos.

•••
¿Me amarás
como yo te amo a ti?
•••

Remitente:
otra loca...
pero enamorada

— Janny.