XXXIV. ¿Dónde se fue la justicia?
Me cortan a trocitos,
pedacito a pedacito,
¿en verdad me merezco
este castigo?
Mis neuronas explotan
y mis nervios se toman una copa,
¿debería haberle partido la crisma
y hacer de sus sesos,
un cóctel exquisito?
Capto pequeños atisbos
del más radiante infinito
que se burla con gracia
y hace volteretas,
mientras se voltea
esperando futuras equivocaciones.
¿Tú también ves
tu entorno rojo y ensombrecido?
¿Tú también sientes
la vena palpitante,
chillando que quiere escaparse,
a punto de estallar en tu piel?
Soy esclava de mis impulsos,
pero también de mis razones,
de mis pensamiento atroces
y de mi locura tan cuerda.
¿Por qué él ha quedado indemne?
Deberían apresarlo
como a mí me han hecho,
en vez de besarle los pies
y mentir,
vomitando hipocresía.
¿Estos son los valores
que enseña la gente
de hoy en día?
¿El que lo cuenta mejor,
es el que se limpia las manos,
a pesar de ser un desgraciado
chorreando sangre
por los costados?
Me trocean y me mastican,
debo callarme y asentir,
porque o sino... me fusilan,
yo tengo la culpa de todo,
paga el que es fiel
el bueno por ser héroe,
pero no el villano
por ser malo.
•••
Nota mental:
Evitar ponerme tensa,
hacer estallar mis nervios,
minar mi moral...
porque absolutamente todo,
lo usan en tu contra.
Alejarme del mal,
no hace falta decir más.
— Janny.
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