Capítulo 1: El café y las estrellas
Jungkook siempre había sido el tipo de persona que prefería perderse en los libros antes que en la multitud. Desde que era pequeño, encontraba consuelo en las palabras que otros usaban para expresar lo que él mismo no podía decir. Cada página, cada párrafo, le brindaba una forma de entender el mundo. Por eso, cuando llegó a la universidad, decidió estudiar literatura, una disciplina que le permitiría rodearse de historias, personajes y mundos ajenos, pero a la vez, tan cercanos. No importaba lo caótico que fuera el mundo real a su alrededor, siempre podía regresar a esos universos paralelos llenos de palabras y sentimientos.
Era una mañana fría, de esas en las que el aire parecía cortar, y el invierno se sentía más presente que nunca. Jungkook había dejado su habitación a las ocho en punto, como siempre, y se dirigió al campus con una taza de café en la mano, buscando algo que le ayudara a despejar su mente antes de la próxima clase. La noche anterior había sido larga, como casi todas las noches últimamente, con la cabeza llena de pensamientos que no lo dejaban dormir. El ensayo que tenía que entregar le parecía imposible de escribir, y el simple hecho de pensar en las palabras que aún le faltaban lo hacía sentir aún más agotado.
Últimamente, la inspiración para escribir había sido completamente nula, lo que lo llevó a un punto de confusión y se preguntó cómo era posible tener tantas cosas en la cabeza y aún así, no poder escribir. Para él, en los últimos días había sido tan pero tan complicado tomar un bolígrafo y plasmar sus ideas en una hoja de papel, que pensó seriamente en estar atravesando un momento de esos que denomiman bloqueo del escritor. Y ahora, con un ensayo pendiente, la presión aumentaba.
Llegó al café de la universidad con la esperanza de encontrar algo de paz. Siempre se sentaba en la misma esquina, cerca de la ventana, donde podía observar la lluvia caer sin preocuparse por el tiempo que pasaba allí. Ya conocía el lugar; lo había convertido en su refugio en los últimos meses, un espacio donde la gente venía y se iba, pero él podía permanecer, inmerso en sus libros. Esta vez, esperando que una vez más, ese lugar sea su fuente de inspiración y despegue para finalmente poder tomar una decisión importante para la dirección que quiere darle a su ensayo.
Se sentó y sacó su cuaderno, donde había comenzado a escribir algunas ideas para el ensayo, pero de inmediato se dio cuenta de que no podía concentrarse. El café no lo estaba ayudando a despejarse, y su mente seguía volviendo a ese rincón oscuro que le costaba tanto ignorar: sus dudas sobre lo que realmente quería escribir, sus inseguridades con su futuro profesional. ¿Realmente estaba destinado a ser escritor? ¿A qué se enfrentaba en un mundo que parecía exigir más que solo palabras?
Cuando estos pensamientos aterrizaron una vez más en su mente, se dió cuenta que debió traer sus pastillas para la migraña. No, no, por favor no. Sabía lo que le esperaba; un día más con sentimientos y preguntas abrumando su débil corazón. La migraña se presentó formalmente en su vida desde que empezó a tener dificultades para escribir, aún recuerda la vez que intentó retomar el hábito de escribir su día a día en su diario, ese que lo acompañó toda su adolescencia y el que guardaba sus más grandes desgracias. No pudo ni terminar una cuartilla cuando el dolor de cabeza comenzó, y con ello el estrés de sobrepensar.
Jungkook se frotó los ojos, tratando de despejar la niebla mental que lo envolvía. Alzó la vista por la ventana, y en medio de sus pensamientos, vió cómo la gente corría bajo la lluvia, buscando refugio. Sonrió suavemente. A veces, ese caos del mundo real podía ser una distracción agradable, saber que los demás lidiaban con sus propios problemas era reconfortante de cierta manera. Tal vez exista un club para personas que no saben que hacer con sus propios conflictos, como yo. Pensó.
Fue entonces cuando la puerta del café se abrió y un chico entró apresuradamente, sacudiéndose la lluvia del abrigo. Jungkook volvió la vista, algo sorprendido por el ruido. No esperaba que alguien más se sentara en la misma mesa que él, pero al instante vió que el chico miraba alrededor, buscando un lugar libre. No parecía el tipo de persona que simplemente se quedaría de pie esperando.
— ¿Este asiento está ocupado? — preguntó el chico, señalando la silla frente a él. Su voz era suave, pero lo suficientemente firme como para llamar su atención.
Jungkook lo miró por un momento, evaluando la situación. No estaba seguro de si debía hablar con él o simplemente seguir con lo que estaba haciendo. Pero, al final, decidió que no había razón alguna para ser grosero.
— No, no está ocupado. Puedes sentarte — respondió, señalando la silla de enfrente.
El chico sonrió y se sentó, quitándose los auriculares y colocándolos sobre la mesa. Su cabello oscuro estaba ligeramente mojado por la lluvia, y sus ojos brillaban con una curiosidad casi palpable.
— ¿Literatura? — preguntó, mirando el libro que Jungkook tenía entre manos. — No pude evitar ver la portada. Siempre me he preguntado cómo la gente logra concentrarse con todo el ruido que hay alrededor.
— Me he acostumbrado, — dijo Jungkook, buscando una excusa para no dar más detalles sobre cómo su mente nunca dejaba de pensar. — ¿Y tú? ¿Qué estudias? — Preguntó, en un intento de desviar la atención de su persona.
— Astrofísica — respondió él con una sonrisa, y Jungkook pudo notar una chispa de entusiasmo en su rostro. —Pero curiosamente, el universo tiene su propio tipo de ruido, aunque la mayoría de la gente no sabe escucharlo.
Jungkook lo miró, intrigado. —¿El universo tiene ruido? — preguntó, riendo ligeramente. — Nunca lo había pensado así.
— Claro — dijo él, con una mezcla de misterio y pasión en la voz. — Es el sonido de las estrellas, los planetas, el polvo cósmico. Si pudieras oírlo, sabrías que el cosmos está lleno de historia. Todo lo que vemos en el cielo es solo un eco de algo que ya pasó.
Jungkook frunció el ceño, fascinado. ¿Es qué en realidad me equivoqué de carrera? Pensó. Nunca había escuchado a alguien hablar con tanta pasión y determinación sobre un tema, ni siquiera a su padre, que hasta ese momento, era la persona más apasionada que Jungkook había escuchado hablar. ¿Podría acaso trasladar esas palabras a una hoja de papel? Estaba seguro que si el chico seguía hablando de esa forma, habría un punto en el que tendría que sacar su bolígrafo y comenzar a escribir.
¿Por qué nunca antes había encontrado tanta inspiración en unas palabras sobre el universo?
Había algo en la manera en que el chico hablaba que lo hacía pensar en el universo de una forma diferente, algo más cercano, casi tangible. —Nunca pensé en el universo de esa manera. Quizá algún día me convenzas de mirar el cielo con nuevos ojos.
— Quizá lo logre — respondió él, sonriendo con una seguridad tranquila. — Pero primero tendrías que escuchar el susurro de las estrellas.
— ¿Estás seguro que la astrofísica es tu camino? Incluso yo, estudiando literatura, estoy impresionado por tus palabras. Tal vez filosofía te vendría bien...— dijo Jungkook, esta vez más atento a las acciones y reacciones del chico. Lo miró intrigado, esperando su próximo movimiento, cómo un portero mirando con precaución a los jugadores del equipo contrario para retener la pelota en el momento en que intenten algo.
El chico sonrió en grande, tal vez cautivado por el halago de Jungkook, — No, no, es solo la pasión que siento por las estrellas y el universo, no hay nada en mí que grite literatura, mucho menos filosofía. En cambio, tú, pareces tenerlo todo para ese camino.
— B-bueno, supongo que sí. No me veo escribiendo fórmulas físicas o estudiando las leyes de Newton o Einstein. — Comentó, sintiéndose cohibido cuando esos ojos lo miraron intensamente, ¿así es cómo él ve el universo? Jungkook no pudo evitar compararlos cuando el chico le dió esa mirada.
¿Ahora estoy pensando en la astronomía? ¿Cómo era posible? Ha pasado días intentando escribir, intentando que algo realmente se cuele en su cerebro para tomarlo como punto de inicio para su ensayo y nada parecía ser suficiente. ¿Ahora por un extraño realmente estoy pensando en escribir un ensayo sobre el universo? Con esto comprobó que la gente no miente cuando dice que la inspiración puede venir en el momento que menos te esperas. Tal vez sí necesitaba tomarme un pequeño descanso.
— Cada persona está hecha para algo, simplemente ocurre, puedes llamarlo destino si quieres.— hizo una pausa, moviendo las manos como si trazara las palabras en el aire, sus dedos extendidos se entrelazaban de forma ligera, como si estuviera dando forma a un concepto intangible. — Incluso este momento puede ser el 'destino' — añadió, sonriendo levemente mientras imitaba la forma de unas comillas con sus manos. — Nunca antes te había visto, y justo hoy, en un día lluvioso, tengo la dicha de toparme con un estudiante de literatura, nuestras facultades están en el lado opuesto la una de la otra, y aún así, terminamos en la misma mesa de esta cafetería grande, que está dentro de esta enorme universidad. — Observó a Jungkook mientras hablaba, notando el brillo sutil en sus ojos, el leve encorvamiento de sus hombros como si la lluvia de afuera, aún la pudiera sentir dentro del local, pese al calor de la cafetería.
Jungkook dudó unos segundos antes de contestar, preguntándose si valía la pena continuar con esta conversación, cuando ya estaba rozando los límites de algo más profundo. — Tienes un punto. ¿Pero qué hay de esas personas que no tienen un rumbo marcado? Que andan vagando por las calles de un mundo del que no se sienten pertenecientes. ¿También lo llamarías destino? — Hizo una pausa antes de continuar, observó como la lluvia cesaba, y con ello aterrizó el olor a tierra mojada. — El que estemos aquí puede ser una coincidencia, yo suelo frecuentar este lugar, y sin embargo, tu rostro no se me es familiar.
— No creo en las coincidencias. — El chico toma una pausa, reflexionando sobre sus propias palabras, mirando a Jungkook con cierta intensidad. —Piénsalo de esta manera; tú y yo estábamos destinados a conocernos, justo hoy, en un día con lluvia, cuando tú lucías tan abrumado y yo tan mojado por el agua. No nos conocimos antes porque no era tiempo. — una leve sonrisa cruza por su rostro.
— ¿Y te parece que 'el destino' nos quería juntos, hoy?— Jungkook frunció las cejas, pareciendo molesto por la conclusión a la que llegó, o tal vez molesto porque el otro parecía tener razón.
— De la forma que yo lo veo, es más como si una fuerza gravitacional te impulsara hacia eso, o como un imán atrayéndote. Sientes ese "algo" diciéndote que debes hacerlo, y lo haces
— ¿Y entonces esa 'fuerza gravitacional' te trajo aquí hoy? ¿Ese 'algo' te impulsó a venir a sentarte a esta mesa? — dijo Jungkook mientras apoyaba los codos sobre la mesa, con una ceja arqueada y una sonrisa que intentaba ocultar su escepticismo.
El chico levantó la vista por un momento, como si estuviera buscando las palabras exactas entre las estrellas que tantas veces había estudiado. — Puede que sí, puede que no. — respondió con voz tranquila, entrelazando las manos frente a él, sus dedos jugando distraídamente con el asa de la taza. — Pero si soy sincero, me gusta pensar que sí. Le da sentido a todo, ¿no crees? — Su mirada fija en Jungkook, curiosa y llena de una chispa que parecía decir: 'intenta debatirlo si puedes.'
— No lo sé, no le suelo atribuir los sucesos que ocurren al 'destino'. Soy el tipo de persona que creé que todo es en base a nuestras decisiones. — Jungkook se alzó de hombros, intentando restarle importancia.
Él sonrió de lado, apoyando un codo sobre la mesa mientras inclinaba la cabeza ligeramente hacia Jungkook. Su tono fue cálido, pero con un toque de desafío. — Interesante teoría. Aunque, si tus decisiones son tan calculadas, me pregunto qué tan consciente eras al decidir sentarte justo aquí, frente a mí.
Jungkook lo miró, entrecerrando los ojos en un gesto que mezclaba confusión y un ligero esbozo de sonrisa. No estaba acostumbrado a que alguien cuestionara sus acciones de esa manera, y mucho menos con un aire tan casual.
—¿Frente a ti? — repitió, con cierto escepticismo. Se inclinó hacia atrás en su silla, cruzando los brazos. — Para empezar, no sabía que tú estarías aquí.
— ¿No lo sabías? — replicó, dejando escapar una pequeña risa. Luego, su tono se tornó un poco más reflexivo. — Quizás no. Pero, ¿y si te digo que fue una serie de pequeñas decisiones las que te trajeron hasta este lugar, justo en este momento? ¿Qué eligieras esta mesa, este horario, este café? ¿Podría ser entonces que algo más, además de tus decisiones, te haya guiado?
Jungkook lo miró, considerando por un instante sus palabras. Finalmente soltó un suspiro y tomó su taza de café entre las manos, sus dedos jugueteando con el borde. — Eres bastante convincente.
El chico dejó escapar una risa leve y señaló la taza de Jungkook con la mirada. — Así que, ¿es tu decisión si escribes sobre el mundo como lo ves o como crees que otros quieren que lo vean?
El comentario lo tomó por sorpresa. Se quedó en silencio unos segundos, como si estuviera buscando la respuesta adecuada. — Escribo lo que siento, lo que veo. Aunque a veces me pregunto si lo que veo no está influenciado por todo lo que me rodea.
El otro asintió, su sonrisa se suavizó mientras añadía; — Tal vez esa es la magia de las decisiones. No siempre somos conscientes de cuánto impacto tienen en quienes somos... o en quienes conocemos.
Jungkook se ruborizó un poco, giro la cabeza para evitar ser visto por él. Tomó su celular entre sus manos y abrió los ojos al darse cuenta que había pérdido su primera clase.
¡Maldición! Todo por culpa de este charlatán de galaxias. Debí haberlo ignorado desde que la primera palabra salió de su boca.
— ¿Sucede algo? — Preguntó al mirar como Jungkook guardaba sus cosas con rapidez.
Sucede todo, quiso decir, pero se abstuvo de hacerlo.
— Debo irme, perdí ya mi primera clase y no puedo perder la segunda, ni siquiera escuché cuando tocó el timbre. — dijo, intentando lucir y sonar enojado. A ver si así capta.
— Parece que estabas muy envuelto en mis palabras... — replicó, con un tono entre la burla y la risa. — Si me hubieras dicho que te urgía llegar a tu primera clase, te hubiera avisado cuando el primer toque sonó. — agregó en un tono relajado, cruzando los brazos sobre el pecho y a la vez mirando a Jungkook.
Ahora sí que estoy enojado.
— Cualquier persona con sentido común lo hubiera hecho, ¿no crees? — Jungkook frunció el ceño, claramente molesto por la actitud despreocupada del chico. — Parece que no todos tenemos todo el tiempo del mundo. — Su tono era mordaz, pero las palabras parecían más una reflexión amarga que una acusación directa.
— Bueno, como ya dije, parecías estar sumamente interesado en nuestra charla que no pensé que fuera importante. — rió bajito, como no buscando que el otro se enojara más. — No pasará nada porque te pierdas una clase, ¿O sí?
— Ya debo irme, porque a diferencia de otras personas, yo tengo un ensayo que entregar, y no se hará solo. — dijo cuando terminó de guardar sus cosas, se levantó de la silla con el deseo de alejarse de ahí lo más pronto posible.
— Siempre puedes pedir mi ayuda, ya que, a diferencia de otras personas, no tengo nada que hacer. — El chico hizo una ligera pausa, dejando que sus palabras flotaran en el aire con una mezcla de sarcasmo y un toque de autoironía.
— Por supuesto, te tendré muy en cuenta. Es más, serás mi primera opción. — contestó con sarcasmo.
— Es reconfortante saberlo, después de todo, no todos los días le ofreces ayuda a un extraño para su ensayo.
Jungkook frunció el ceño. — El extraño eres tú, fuiste tú el que se vino a sentar a mi mesa.
— Tienes razón, entonces dejemos de serlo. Soy Taehyung. — Extendió su mano en forma de saludo.
— Jungkook. — correspondió el saludo.
— Bueno Jungkook, como tengo la sensación de que, efectivamente, nos estaremos viendo, me animo a decir que; nos vemos luego. — La frase salió de sus labios como una despedida improvisada, cómo si aún esperara ser tomada, pero Jungkook no dijo nada, solo asintió con una leve sonrisa, dejando al silencio ocupar un espacio entre ellos.
— Tal vez después pueda enseñarte más sobre la astronomía. — dijo Taehyung.
Es extraño como una frase tan sencilla puede cargar tanto peso. Pensó Jungkook.
Y no supo si esas palabras eran una invitación a algo o una forma de marcar el comienzo de una nueva etapa en su vida.
Taehyung dio un paso atrás y observó a Jungkook, que ya se estaba alejando. El eco de sus palabras, cargadas de una sinceridad inquebrantable, se quedó flotando en el aire entre ellos. Ya no importaba si realmente se verían de nuevo o no; algo había cambiado, algo que ninguno de los dos sabía, pero que estaba allí, palpable.
Jungkook se dió la vuelta por última vez antes de irse, apenas asintiendo con la cabeza como una despedida silenciosa.
El sonido de sus pasos alejándose se mezcló con el murmullo lejano de la gente, que parecía seguir su propio curso, ajenos a todo lo demás. Taehyung quedó allí, parado, sintiendo como que algo se había roto, pero no era tristeza lo que lo invadía. Era un vacío extraño, una sensación a medio camino entre la nostalgia y la incertidumbre, como un agujero negro que devoraba las últimas partículas de certeza, dejando solo la inmensidad del espacio vacío.
Con una última mirada hacia la dirección que tomó Jungkook, Taehyung giró sobre sus talones y caminó hacia la salida. A medida que se alejaba, sentía que el primer paso de algo grande acababa de darlo, aunque ni él ni Jungkook sabían aún hacia dónde los llevaría.
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