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Fugaz
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A veces nos encontramos asomados a la ventana, esperando algo: una chispa de esperanza, una señal en medio de la oscuridad.

En esos momentos, una estrella fugaz cruza el cielo nocturno, una luz brillante que captura nuestra atención y nos llena de esperanza. Son momentos mágicos, cuando el universo parece conspirar a nuestro favor y nos recuerda que siempre hay luz incluso en las noches más oscuras.

Sin embargo, no solo son las estrellas fugaces las que nos brindan esta esperanza.

En ocasiones, son las personas que llegan a nuestras vidas, como destellos de luz en nuestro camino, que nos inspiran y nos llenan de optimismo. Son aquellos que nos escuchan, nos apoyan y nos muestran que no estamos solos en este viaje.

Son nuestras estrellas fugaces personales, cuya presencia efímera deja una huella eterna en nuestro corazón y nos impulsa a seguir adelante.

Así que, la próxima vez que te encuentres mirando por la ventana, buscando una señal de esperanza, recuerda que las estrellas fugaces están siempre presentes, ya sea en el cielo o en las personas que te rodean.

Y aunque puedan ser fugaces en su paso, su brillo perdura y nos guía en nuestro camino hacia un futuro lleno de posibilidades.