La soledad se siente peor cuando se está solo en la noche, que es cuando queremos dormir y no nos deja, aparecen todos los sentimientos y sensaciones que pusimos en vibrador todo el día, queremos que llegue el día siguiente, y el siguiente, y el siguiente. Es un largo camino que estamos condenados a recorrer mientras tratamos de buscar aquello que no sabemos. Aquí el punto es, cuando lo encontremos...¿nos daremos cuenta?

La lluvia seguía cayendo, estaba haciendo bastante frío, y el único medio que tenía para darme el calor que necesitaba eran los brazos de Michael a mi alrededor, mientras mirábamos melancólicamente las gotas de lluvia que resbalaban por la ventana, recostados en la cama como dos torpes enamorados.

— Me hubiera sentido mejor saber que encontraste a mi hermano — le hablaba triste, recostada en su regazo —, pero me conformo con saber que no te pasó nada — voltee y deposité un corto beso en sus labios

— Adoro que te preocupes por mi — me pegó más a él —, y no te preocupes, te hice una promesa y pienso cumplirla al pie de la letra, ya mis padres se encargarán de lo demás.

Sus palabras hacían que me sintiera culpable, yo no estaba cumpliendo la mía exactamente y me estaba matando la culpa.

— ¡Oh! También te enviaron saludos los tuyos — habló de pronto logrando hacer que pegara un brinco

—¿Eh?

— Tus padres niña — rió —. Mejor olvídalo, ¿quieres palomitas? Tengo algo de hambre — sugirió levantándose de la cama —, vamos Campbell

— Bien, aunque sigo algo llena porque comí bastante hace rato — mentí

—¿Enserio? Mmmm...está bien, confiaré en ti —dijo tras poner una mueca

— Si no me crees puedes preguntarle a Lucy — dije evitando verlo a la cara —. ¿Por qué te mentiría? — reí nerviosa ante su respuesta, pero por suerte sólo soltó una risilla

Salió primero de la habitación y me quedé un momento, pensando en como podría verlo a la cara, habían pasado ya dos días en los que Lucy y yo habíamos comenzado nuestro trato, no me caía nada bien pero no tenía de otra mas que aceptar su ayuda.

También había hablado al hospital para preguntar sobre el estado de salud de Miriam, por suerte no le había pasado nada malo, sólo se había desangrado un poco, de alguna manera me alegraba saber que estaba bien, aunque seguía sin agradarme del todo.

Bajé las escaleras a toda prisa, sentí un corto mareo pero logré incorporarme de inmediato, era verdad que mi salud estaba empeorando un poco, pero nadie dijo que mantenerse delgada era fácil, había reducido una talla en pantalón, eso me alegraba un poco.

— ¡Ahí estás! — apareció asustándome —. Pensé que venías tras de mi, puse las palomitas al horno, ¿qué película vamos a ver?

— ¿Podemos invitar a Lucy y a tu hermana? — sugería algo aturdida y confundida, necesitaba a Lucy a mi lado

— No están —me abrazó por la espalda guiándome hasta la cocina —. Fueron de compras, así que la tarde la tenemos tu y yo, una tarde de película — susurraba en mi oído haciendo que me estremeciera

— Entonces que no sea una romántica, tengo miedo que comiences de pervertido — lo amenacé con la mirada mientras él reía —. Cambiando el tema, ¿cuándo podré saber dónde estoy? Puedo tomar esto como un secuestro y te puedo demandar

— ¿Demandarías a tu novio? — abrió los ojo asombrado —. Eres una bad girl

— Puede ser, amenacé con un arma a un taxista —dije como si nada

Entramos hasta la cocina, me recargué en la pared cansada, con los ojos irritados del sueño que aún tenía, llevaba dos días sin poder dormir, ansiaba hacerlo siempre que me tiraba a la cama, pero mis ojos se rehusaban a cerrarse, quería pedirle a Michael pastillas para dormir, pero no sabía qué me diría, los empleados me decían que no podían hacer nada hasta que su hermana o él mismo lo autorizaran, y Lucy me sugirió que tomara las pastillas de Mike.

— Michael, ¿puedo pedirte un favor? — hablaba con un hilo de voz

— Si, ¿qué pasa? — puso su mirada muy atento

— Eh...yo...

Miraba cómo comenzaba a caminar hasta a mi de brazos cruzados, esperando ver la verdad tras de mis ojos, no sabía en qué momento cambió drásticamente de humor

— Michael me pones de nervios cuando me miras así — dije algo avergonzada

— Tal vez sepa lo que quieras pedirme

—¡¿Qué?! ¿En-enserio? —tartamudee con los nervios de puntas

Me acorraló contra la pared sacando de su bolsillo mi celular

— ¡Oye, ese es mi teléfono! ¿Qué haces con...?

— "¿Michael puedes darme permiso para salir con Derian?" — imitó mi voz algo irritado

Mi cara de confusión se hizo presente en esos momentos: — ¿Derian?

— Vi el mensaje que él te envió, preguntándote dónde estabas — se apartó bruscamente —. No sé porqué debes informarle de todo a ese sujeto —dejó caer el teléfono en la mesa

Sus celos me estaban poniendo de mal humor, y más porque siempre he pensado que son estúpidos

— Mike, no me digas que tienes celos — solté con enojo mientras iba por mi teléfono para ver dicho mensaje —. Es sólo un amigo

— Un amigo que puede ponerte en peligro. Aunque tu hermano ya no trabaje con él, Derian sigue en el negocio, ¿cómo sabes que no está contigo para perjudicarte?

— Estás siendo un paranoico — llevé mis manos hasta mi cara irritada —. No me gustan tus celos, haces una tormenta en un vaso de agua — me di media vuelta pero me detuvo del brazo —, suéltame que me estás lastimando

— No quiero que te acerques a él

— ¡Aunque quisiera no podría! Me tienes aquí en contra de mi voluntad — le grité en la cara —. Si supiera dónde estoy me iría de aquí, sólo estoy aquí con un celoso de primera —me zafé cayendo torpemente al piso

— ¡Hannah! — me tendió la mano pero la aparté de mala gana —. Campbell...

— No me gusta que desconfíes de mi —susurré —, ¿De verdad crees que lo prefiero a él? —lo miré con lágrimas en los ojos mientras me incorporaba nuevamente

Puso su mano con la mía, ninguno de los dos decía otra palabra, no me gustaba discutir con nadie, de inmediato recordaba las peleas de mis padres, en aquellos tiempos en los que en mi casa era un campo de batalla y el único que me cubría era mi hermano.

— Te creo Hannah —dijo muy apenas —. Perdón, pero no me fío de él, siento que...te quiere más que una amiga

— Y yo a él sólo como amigo, además me reclamaste algo de lo que ni siquiera me había enterado, no había visto ese mensaje de Derian

Me levantó suavemente y hundió mi cara en su pecho: — Mejor olvidemos esto — decía tratando de cambiar el tema

— Mejor me voy

Lo dejé sólo y me fui a encerrar a mi habitación, deslizándome tras la puerta, la desconfianza que tenía él aparte de su enfermedad me estaba matando, no soportaba estar en esta situación, necesitaba mi casa, mi hogar, mi familia, mi vida. Ahora estaba metida en un mundo donde sólo estaba una persona para mi, y estaba abajo molesto conmigo por algo tonto.

Mi celular comenzó a sonar, esta vez ya podía ver en dónde estaba gracias al GPS, y llamar a alguien para que viniera por mi, quería seguir estando al lado de Michael pero...ya era demasiado, tenía bastante dinero en mi mochila como para ir con mis padres hasta Londres o encontrar a mi hermano.

"Hannah, por favor dime dónde estás, tengo noticias de tu hermano"

Era otro mensaje de Derian

"No...puedo decirte, ¿Qué pasa con él?"

Aún así no podía decirle dónde estaba

"Me ha dado su dirección, pero no puedo mandártela por seguridad, mejor dime dónde estás y voy por ti"

— ¿Con quién estás hablando? — entró un Michael bastante irritado, con los ojos más oscuros que nunca, ¿acaso era Lee?

— Con nadie — dije firme

Estuvo parado unos segundos parado junto a la puerta, con los brazos empuñados viéndome amenazador, me estaba atormentando del miedo sin saber quién de los dos era en estos momentos, mientras yo trataba de aferrarme al teléfono

— Entrégamelo — extendió su mano

— ¿Q-qué?

Continuará...

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Ok...creo que dejaré la actualizaciones de esta historia para los domingos, 😅

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