Aquellos policías me tenían sentada mientras esperaba a que terminaran de hacer sus archivos en la computadora, me sentiría más cómoda si alguien estuviera aquí conmigo pero no era así. En estos momentos es cuando necesitaba a mi novio, pero la buena razón por la que no está aquí era bien fundamentada.

—Kim Hannah Campbell Coleman, hija de unos importantes inversionistas que...están fuera del país por razones desconocidas —se cruzó de brazos del otro lado del escritorio analizándome con la mirada —. Dígame, ¿sabe por qué fue ese tiroteo? —sonrió esperando a que cooperara

—No —dije al instante —. La verdad no entiendo porqué me han traído aquí en primer lugar, en este caso yo vengo siendo la víctima

Aquel hombre soltaba un largo suspiro de frustración: —Sigo un protocolo señorita Campbell, me gustaría que me dijera si sabe de algo que nosotros ignoramos en todo esto —tomó un lápiz y papel para que escribiera algo —, si alguien la está amenazando...podemos ayudarla

—Se los agradezco, pero no sé nada. Lo único que sé es que casi me matan.

Clavó sus ojos en mi por unos segundos, me retiró el papel de mala gana y lo tiró en un viejo bote de basura que estaba a su lado, con otros papeles donde tenían fotos de diferentes personas marcadas con tinta roja.

—Tengo entendido que tiene un hermano, Demian Campbell —me informó sin siquiera verme —¿Dónde está?

—No lo sé, huyó de casa —contesté tratando de mantenerme firme y que no flaqueara mi voz —¿Por qué la pregunta?

—Usted sólo está aquí para responder —contradijo de mala gana —. Vamos a buscarlo para que venga a declarar también, le sugiero que si lo ve nos avise, mientras tanto seguirá la investigación

—¿Entonces ya me puedo ir?

—Si, disculpe las molestias —dijo mientras me levantaba para irme —. Sólo una cosa más —me detuvo —. Le recomiendo no salir del país, podríamos necesitarla —sonrió falsamente —. Que tenga una buena tarde

Si me dieran a escoger en un delito sin ir a la cárcel, sería el asesinato a ese policía engreído, me había caído muy mal. Las nubes comenzaban a salir, pensaba vagamente en si ir a mi casa o algún otro lado, y lo más importante, ir en contra de lo que me dijo Derian que hiciera, el alejarme de la policía, pero no tuve de otra más que seguir con lo que me había dicho Louis.

—¡Taxi! —lo llamé dándole l dirección de mi casa, no me quedaría ahí pero tenía que ir por algunas cosas

(...)

Me daba un poco de tristeza ver en ese estado mi casa, pero en estos momentos dejé todos esos sentimientos fuera y me dediqué a entrar en donde habíamos entrado Miriam y yo, puse todo el dinero en la mochila y sólo un par de armas pero con varias cajas de balas, las necesitaría al parecer, subí a mi habitación para coger un poco de ropa y le di una última mirada a mi hogar, sabía que ya no podría quedarme aquí.

Salí de prisa pero fui detenida por unos brazos bastantes fuertes y una gasa tapando mi boca, lo que vi después fue una absoluta oscuridad.

(...)

Mis ojos comenzaban a abrirse poco a poco, estaba mareada...aturdida...y veía un poco borroso. Poco a poco mi vista se mejoraba y pude distinguir que estaba en un coche, cuando me di cuenta estaba amarrada de las manos y con cinta en la boca, era un secuestro, lo extraño es que no estaba tan asustada como debería de alguna manera. Miraba de un lado para otro para intentar levantarme y asomarme por la ventana y tratar de pedir ayuda.

Estaba en la parte trasera del auto y pude ver una silueta manejando, daba pequeños quejidos para indicarle que estaba despierta y tratara de hablar para reconocerlo un poco, cualquier otra persona secuestrada trataría de hacer el menor ruido para que no se diera cuenta pero en mi caso no, aunque debía aceptarlo, estaba muy asustada.

—¿Ya despertaste? —decía aquél hombre cuando me escuchó —. No quise hacer esto pero me obligaste, estás haciendo las cosas contrarias a las que se te dice

Mi cara de confusión se reflejó en mi rostro cuando escuché su voz, parecía reconocerla, me era familiar, forcejeaba las manos para intentar zafarme pero no podía, la cuerda que tenía en las manos era muy resistente.

—No te preocupes, te soltaré una vez que lleguemos, será mejor que no veas a dónde te llevo —dijo esa voz que creí esta vez reconocer —¿Estás bien? —volteó a verme de reojo

Como si pudiera responder, idiota. Rodee los ojos y me calmé, no podía hacer nada en éstas condiciones, me rendí y dejé de tratar de escapar, estaba perdida, no podía hacer nada esta vez, ¿Y ahora qué? Esto es un secuestro, ¿Por qué a mi? Y por cierto...estaré loca si digo que la voz de ese hombre se parece a la de Michael?

(...)

Ese hombre se estacionó, bajó del coche y me abrió la puerta, me ayudó cuando vio que ni siquiera me podía levantar y cuando me dio la vuelta me llevé la sorpresa de mi vida. ¡¿Michael es mi secuestrador?! Trataba de gritarle pero no me salía la voz, aún estaba sellada mi boca, él solo puso una sonrisa en su rostro para luego quitarme la mordaza de mi boca.

—¡¿Qué sucede contigo?! —dije al fin —¡Me secuestraste!

—Error, te traje sin que te dieras cuenta —se defendió inútilmente, no le encontraba sentido a todo lo que estaba

—¡Claro que no! A esto se le llama secuestro y además... —me detuve cuando vi dónde estábamos —¿Qué hacemos aquí? —pregunté enojada, estábamos en una casa algo apartada de la civilización

—Como ya no puedes regresar a tu casa, he decidido mantenerte aquí —sonrió

—"Mantenerme" —recalqué sorprendida

—Si, por eso te traje así, no quiero que te des cuenta dónde estás, quiero mantenerte a salvo, y créeme que, para que las cosas salgan bien, nadie debe de saber, ni siquiera tu

—¿Te estás dando cuenta de lo que me estás diciendo? —lo miraba con los ojos sorprendida —¡Oficialmente me estás secuestrando!

—Mejor ni me digas nada, porque no me tienes nada contento —alzó la voz molesta —. Tienes novio para cuidarte y al primero que acudes es a ese imbécil de Derian —finalizó añadiendo celos a sus palabras

—¡¿Y qué querías que hiciera?! Te fuiste con tu hermana sin siquiera despedirte de mi —lo encaré

—¡Mi hermana me necesitaba!

—¡Y yo casi muero! —me defendía —. Además, quisiéramos que tocáramos ese tema, como ese puñetazo que le diste sin justificación a mi hermano, ¿no crees?

—No me cambies el tema —habló clavando sus ojos en los míos

—¡¿Sabes qué?! Yo me voy —lo hice de lado pero fue inútil porque me sujetó del brazo —. Mike, suéltame que me estás lastimando —dije muy apenas aún atada

—Tu a donde vas a ir es a esa casa y te vas a quedar hasta que ya no estés en peligro —me contestó con voz autoritaria

—Oblígame

Tomó un extremo de la cuerda que sujetaba mis manos y me llevó casi arrastrando hasta dentro, parecía un cachorro de esta manera de mascota y dueño, al entrar vi a unos empleados que suponía que nos estaban esperando, quienes nos veían con extrañes, y no es para menos, no se ve mucho que dos novios se comporten de esta manera.

—Quiero que me sueltes o llamaré a la policía —amenazaba sin tener ni una respuesta —. ¡Michael! Quiero que me desates

Llegamos hasta un cuarto en donde al entrar me arrojó con fuerza a la cama, rápidamente me alejé de él lo más que pude mientras le daba una expresión de odio hacia lo que me estaba haciendo.

—¿Quieres que te desate o no? —se cruzó de brazos esperando a que me acercara —Campbell, lo que hago es por tu bien —me decía en la oreja mientras me desataba —, si te pasa algo me muero y lo sabes

Mi silencio hacia que la situación se pusiera algo tensa

—Eso no hará que te perdone, me has traído contra mi voluntad —contesté firme

Michael me empujó contra la pared, mientras con sus sonrisa pícara me hace estremecer, poco a poco va acercando sus labios a los mios, lucho por mantenerme en mi postura de orgullo pero comienzo a flaquear cuando comienza a jugar con mi lengua, poniendo mi piel de gallina y la temperatura subiera poco a poco a mis mejillas.

—M-Mike... —decía entre esos besos que comenzaba a depositarme en el cuello

—Shhh. No quiero que nadie nos oiga

La razón comenzó a volver a mi, puse mis manos en su pecho tratando de alejarlo de mi pero en vez de eso las fue bajando a su miembro que comenzaba a ponerse duro, en ese momento me soltó y con las yemas de sus dedos comenzaba a bajar recorriendo toda mi espalda hasta bajar a mi parte baja, no me di cuenta cuando mi mano comenzaba a masturbar su miembro.

—¡E...espera! —me alejé rápidamente volviendo a mi realidad —. No...no haré esto yo...no estoy lista —me cubría con vergüenza —¡Te dije que me daba asco mi cuerpo y tu quieres...!

—Quiero ese cuerpo para mi —dijo con voz autoritaria, mordiendo su labio de ma era seductora —, está bien si no quieres ahora, pero te recuerdo que tu serás mía tarde o temprano —se acercaba hasta tumbarme en la cama, subiendo sus manos hasta mi entre pierna para acariciarla

—Mmm...—decía tratando de no gemir

—Sabes que puedo hacerte sentir placer aún si no quieres...mostrarme todo tu cuerpo... —decía mientras metía su mano por debajo de mi ropa interior, comenzando a dar masajes que me estaban volviendo loca

—Ahhh —comenzaba a gemir inconscientemente

¿Mi sueño húmedo con él se estaba haciendo realidad?

—Michael...ah...no...para por favor —suplicaba

—¡Joven Michael! Su padre está en la línea —llamaban del otro lado de la línea

Gracias Dios.

—Demonios —me miró —, te sugiero que te prepares, porque para la próxima no me voy a contener —me hizo un guiño y salió dejándome ahí sola

Continuará...

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Ok, no sé si voy actualizando muy rápido esta historia...tal vez los haga más lento, ya tendré menos tiempo porque iniciaré en un mes la universidad y tengo que iniciar a trabajar, nos leeremos pronto.

Por cierto...¿alguien quiere maratón antes de que tome un descanso?

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