Cap. 15. Déjame Amarte
Capítulo dedicado a: aza754
Había despertado en una habitación desconocida, no sabía dónde estaba ni cómo había llegado hasta aquí, ya era de día por lo que se veía en la ventana, la luz molesta lo delataba, me encontraba algo aturdida, me levanté y sin hacer ningún ruido salí de aquél cuarto a paso lento.
— Ah que bueno que ya está despierta señorita — habló una voz a mis espaldas — ¿Cómo se siente?
— Esto...— No sabía quién era aquél hombre, algo canudo y con la mirada cansada — ¿Co-cómo llegué aquí?
— Mi hijo la encontró en el campo dormida, la trajo hasta aquí pero no despertó — contestó muy amable —, ¿estaba perdida?
— Si...
Estaba recordando el enojo de ayer con Michael, mi mirada decayó al instante logrando llamar la atención de aquél hombre
— Una chica tan linda como usted no debe tener nunca esa cara — dijo el hombre haciendo que mi ánimo subiera un poco —. Venga conmigo, mi mujer hizo algo muy rico de desayunar
— Gracias — contesté sin ganas
Me guió hasta el comedor, una señora con mandil estaba en la estufa cocinando, y dos niños ayudando a poner la mesa. ¿Quién me había traído aquí?
— Buenos días — saludé sin obtener respuesta, hasta que se dio media vuelta y se dio cuenta de mi presencia
— ¡Oh! Buenos días niña — habló con un tono fuerte de voz —, pase a desayunar, la veo muy delgada
Estaba algo confundida, ¿no escuchó cuando la saludé?
— Perdona a mi madre — entró un chico con rizos de tes blanca bastante atractivo —. Mi madre no escucha bien — se arrimó a la mesa sirviéndose un poco de café —. Por favor — recorrió una silla para que me sentara a su lado
Sin quedarme de otra me senté, intentando no ponerle perros a la comida, pasé mi mano a mi bolsa recordando el arma que traía conmigo, desgraciadamente me encontré con la sorpresa de su ausencia.
— ¡Oh por Dios! — grité alterada —. Oye, no has visto mi...
— ¿Arma? La guardé, si mi madre la ve se desmaya — rió —. Ahora te la traigo, sólo que primero desayunemos
— No...¿tienen un teléfono? Quisiera...hacer una llamada — pregunté
Salí de la casa para marcar al número de mi casa, no podía recordar el número de Michael, ni el de mi hermano, ni nadie de las personas que conocía.
— ¿Hola? — respondieron del otro lado de la linea
— Mike, soy Hannah
— ¡Campbell! ¿dónde demonios te metiste? Te busqué toda la noche — reprochó —. Dime dónde estás
— La verdad...no lo sé — reí —. Me perdí caminando demasiado ayer...
— Sólo tu puedes perderte — escuché su voz irritada — ¿Con qué estás llamando?
— Oh, un chico me prestó su teléfono y llamé al único número que me sé
— Con un chico — repitió irritado —. Pregunta tu dirección para que me digas
— Espera
Entré de nuevo para preguntar la dirección de donde estaba, no había reconocido la dirección que había dicho, así que él tuvo que decírselo a Michael, quien no se comportaba demasiado feliz al enterarse que estaba con otro chico. Es verdad, ahora somos novios. Lo había olvidado por completo.
Le di el teléfono de nuevo, me senté a desayunar un poco y terminando fuimos a aquella habitación, me dio mi pistola muy amable y no preguntó nada más, sólo pasé a despedirme de esa familia tan agradable y el joven tan amable me acompañó hasta la carretera para esperar a que pasaran por mi.
— Cuídate mucho — me dijo el muchacho
— Muchas gracias, no sé cómo agradecerte. Por cierto, me llamo Hannah ¿y tu?
— Evan, mucho gusto — me dio un apretón de manos —. Perdona que diga esto pero...no es muy común que una chica tan guapa traiga consigo un arma de fuego, ¿estás...bajo peligro o algo por estilo?
— No exactamente — dije ruborizada —. Fue un obsequio
— Pues vaya que te quieren demasiado como para hacerte ese regalo, úsala con precaución Hannah, aunque persona que me meta tanto en tu vida — rió nervioso —. No quiero que pienses que soy un entremetido
Me dio bastante ternura ante su reacción
— Descuida, eres el primero a quien le preocupa que yo tenga un arma — bajé la mirada triste —. Hubiera querido no tenerla desde un principio, así como las noticias que he recibido.
— Lo lamento. Pero eso no importa, ante todo se tiene que sonreír. Créeme, algo que he aprendido en esta vida es a sonreír no importa qué, deberías intentarlo.
Di una leve carcajada al escuchar eso: — Creo que me he enamorado demasiado pronto de alguien a quien no le importa poner en riesgo su vida
— Pero estás tu. Si lo quieres tanto deberías estar para cuidarlo — sonrió —. Después él te hará lo mismo.
— No, no creo. Él...no es ese tipo de persona
— Pues tal vez te quiere a su manera, ¿no crees? — me miró fijamente, poniéndome nerviosa
— Gracias — nos dimos un abrazo
Justo en ese momento pude ver un coche a lo lejos, pero no lo suficiente como hubiera querido, alcanzaba a ver el rostro de Tae
— Bueno, ahí viene el rey de Roma — me solté de su agarre
Al parar su coche, bajó de prisa Michael directo a abrazarme
— Amor — alzó la voz —. Estaba muy preocupado por ti — me tomó de las mejillas
Desvié un poco la mirada para ver a Evan que sonreía victorioso
— Estoy bien Mike — quité sus manos —. Él es Evan, me dio asilo en su casa — sonreí presentándolos
— Mucho gusto, Evan Black —extendió su mano, por un segundo pensé que no respondería al saludo pero terminó por aceptarlo
— Michael Jackson — sonrió —. Novio de Hannah — informó innecesariamente —. Gracias por cuidar a mi novia, ¡Louis! — le gritó
De inmediato salió del coche y le dio un rollo de billetes, lo que me hizo enojar un poco
— Muchas gracias joven Evan — le dijo este
Michael me tomó de la cintura guiándome hasta el coche, sin dejarme si quiera despedirme de Evan.
Me había enojado un poco por la actitud de Mike hace unos momentos, y por lo que había pasado ayer en esa plática.
— ¿Pensaste en lo que te dije?
— Si — respondió cortante —. Si resumimos esa conversación, ¿me estás diciendo que si quiero seguir contigo debo de abandonar el negocio de mi padre?
Asentí sin decir otra palabra
— Bueno, pues mi respuesta es si — informó —. Me quedo contigo — me tomó de la mano mientras yo me ponía más que contenta —. Pero yo también quiero que me hagas una promesa.
— ¿Cuál?
— Vas a comer — sentenció mirándome a los ojos —. Y no quiero un "lo voy a intentar"
— Y si no lo cumplo...
— Yo tampoco cumpliré mi promesa, y me iré con Louis a Londres. Te quiero demasiado como para ver cómo te vas apagando día a día por no comer — me acariciaba mi mejilla —. Eres perfecta, hermosa, lo tienes todo, no tienes que cambiar nada para ser una princesa, porque ya lo eres para mi Hannah. Déjame cuidarte — se acercó a pocos centímetros de mi —. Déjame amarte Campbell
— Yo... no estoy muy segura...
— Sé que lo estarás, porque yo estaré contigo y no voy a soltar tu mano en ningún momento — se fue acercando a mis labios para hundirnos en un beso
Mi primer beso...
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro