Estaba enfrente de mi casa, algo nerviosa puesto que no sabía cómo decirle a Louis sobre esta mañana, no quería entrar y verlos a ambos.

— ¿Hannah? — preguntó Michael al verme abrir la puerta — ¿Por qué llegas tan temprano?

No supe qué decir y tuve que decirle parte de la verdad

— Pues...me expulsaron — me encogí de hombros como sin nada

— ¿Por...qué?

— Insulté a la rectora — dije riendo —, la verdad no me arrepiento

— Wow, aquí tenemos a una chica mala — carcajeó

Fui a la cocina sin encontrarme con Louis, al parecer no se encontraba en casa, tomé una manzana para comer y salí para ver la televisión de la sala.

— ¿Qué ves? — se recostó en mi regazo —, pon una película — sonrió sacando su celular

— Primero deja ver qué encuentro en la televisión

Sin querer mis ojos fueron a dar a su teléfono, podía ver que se estaba mensajeando con una chica, su foto de perfil lo delataba, tosí un poco de lo incómodo que estaba la situación, un par de segundos más tarde se carcajeaba por lo que leía, genial, ahora esta a un poco celosa por esa chica.

— ¿De qué tanto te ríes? — pregunté al fin

— Oh, de nada. Estoy hablando con mi chica

Me levanté enojada haciendo que casi se cayera del sillón.

— ¡Oye! Casi me caigo — reclamó incorporándose nuevamente — Oh...— pausó mirándome seductoramente — ¿Estás celosa? — arqueó una ceja

— ¡¿Yo?! Ja, claro que no. — le respondí sin importancia —. Oye, ¿dónde está Louis?

— No eres tan astuta como para cambiar el tema — rió —, fue al aeropuerto, hoy llegan unos amigos nuestros de Londres

— Oh que bien, bueno ahí te quedas voy a dormir un rato

Estuve a punto de subir las escaleras si no fuera por mi memoria, había recordado que se llegaba la hora de las pastillas de Mike, ahora fui por mi mochila a la sala y las saqué.

— Michael

Lo llamé, venía del baño

— ¿Qué?

— Es hora de tu medicamento — informaba mientras sacaba las pastillas

— Oh mira qué casualidad, también ya casi es hora de comer

— ¿Y eso qué? ¿Tienes que comer para tus pastillas?

— No, pero no pienso tomarlas, y si tu ni dices nada yo tampoco tendré que decirle a tus padres que sigues sin comer, y es gracioso porque también les contaría las técnicas que vi ayer cuando cenábamos, escondiendo la comida en la servilleta y paseando la comida mientras te atajas de agua — me hizo un guiño —, estamos a mano Campbell

«Estoy segura que ambos se ayudarán » — recordé las palabras de su madre

— Escucha, esto no se trata de quién chantajea a quién, ¿entiendes? Facilita un poco mi trabajo y tómalas — sonreí algo irritada —, ese fue el trato que hice con tu madre — informé de más

Su cara cambió al instante cuando escuchó esto último

— ¿Mi madre te dijo que me las dieras? Sólo por eso, pensé que...era porque te importaba —bajó el tono de su voz algo triste

— ¿Eh? Claro que me importas, y por eso quiero asegurarme que las tomes — me acerqué arrepentida de mis palabras —. Si las tomas, haré lo que quieras — dije contenta —, excepto comer — amenacé

— Entonces me deberás dos cosas, porque te recuerdo que perdiste una apuesta — me tomó del mentón mientras me sonrojaba —, ¡Oh! Te ves tan tierna sonrojada — rió con una inmensa sonrisa en el rostro

— ¡Ya! Eso es bullying hacia mi persona — bromee para ir esta vez por las pastillas

Recordaba la primera vez que lo vi en la universidad, esta vez el Michael que vivía conmigo era el que había conocido al principio, una persona agradable, amable, sonriente y muy feliz, no podía negar que amaba eso de él, esa hermosa sonrisa que hacía cada vez que estábamos juntos.

Saqué los medicamentos que le tocaban, dos pastillas algo grandes para mi parecer, a veces dudo de los doctores, nunca me han gustado, me cuesta trabajo confiar en personas detrás de un escritorio con ojeras y su voz bastante pesada, en donde la primera cita te hablaba dulcemente y a la tercera sólo te avienta las pastillas para terminar pronto. Lo sé por los antidepresivos que solía tomar hace un par de años.

Bajé de prisa buscándolo, el foco del baño estaba encendido y lo aproveché para hacerle una pequeña broma. Por suerte las llaves estaban a tan sólo unos pasos colgadas en la pared. No lo dejaría salir por un par de minutos.

Mientras reía un poco bajo, pasé mi mirada por su teléfono, inesperadamente y gracias a Dios, lo había dejado encendido y sin contraseña, en aquella conversación con la chica de hace rato.

No me gusta meterme en lo que no me llaman pero...Michael tampoco y aún así se metió en mi vida.

—"Preciosa, te extraño mucho. ¿Cuándo vienes?"

Iniciaba la conversación con Michael

—"Ahora no puedo AppleHead. Pero te tengo una noticia, bueno...aparte de decirte que estoy embarazada"

—"Dime"

—"¡Serán gemelos!"

«¡¿Esa chica estaba embarazada?!

—"Janet ¡Me haces tan feliz!"

—"Mas te vale que estés aquí para cuando nazcan, no quiero que te pierdas eso, ¡¿me oyes?! Sino te castraré Michael Joseph Jackson"

—"Jamás me lo perdería"

Dejé el teléfono en u lugar y fui a verlo al baño, ahora sería un buen momento para la broma

— ¿Michael? — lo llamé del otro lado de la puerta enojada

— Mande

— ¿Quién es Elena? — fui directo al grano sin rodeos

— ¿Oh? ¿Ahora lees mis mensajes Campbell? No pensé que eras esa clase de chicas — hizo una breve pausa para intentar abrir la puerta — ¿Hannah? Oye, abre la puerta. No es gracioso

— Conoces la respuesta — amenacé

— ¿Y qué si no te digo?

— Pues no te abro la puerta

— La voy a tirar — contestó de mala gana

— ¡Vas a ser padre! — dije más en reclamo que en pregunta —, y andas aquí coqueteando conmigo — pausé —, ¿debería salir con Derian también yo?

— Estás celosa — informó tras una carcajada —, abre la puerta Campbell

— Tírala, pero la vas a reparar tu — me crucé de brazos esperando una respuesta de su parte

Él guardó un pequeño silencio: — Se llama Janet, y es mi hermana — soltó de mala gana —, y tu eres Kim Hannah Campbell, la madre de mis futuros hijos — agregó un tono arrogante a su voz

Y una vez más, estaba sonrojada

— Apenas y somos amigos — bufé como una tonta enamorada

— Eso lo podemos arreglar fácilmente Campbell, ¿ya me puedes abrir?

— ¿Ah si? ¿Y cómo se puede arreglar según tu? — volví al tema tan roja como un jitomate

— Bueno, hay varias formas...¿tus padres no te han contado la historia de la abeja y la flor?

— ¡Michael Joseph Jackson! No te hagas el gracioso

Rió: — Está bien, bueno ¿entonces te refieres a lo que va antes de eso? ¿Quieres ser mi esposa? — dijo tras una carcajada

— ¡No! — gritaba —, ni siquiera somos novios

— Ah, entonces hablabas de eso. ¿Quieres ser mi novia?

— Qué fácil para los hombres, ¿no? Te diré una cosa, no sé exactamente qué es tener novio o novia, y espero que lo que estás diciendo sea...

— ¡¿Quieres ser mi novia?! — gritó impaciente esperando mi respuesta

— ¡Si! — abrí la puerta enojada — ¡Y no me grites! — lo miré mientras él sólo me veía sonriente

— Algún día pagarás por haberme encerrado en el baño — me acorralaba en la pared —. A-m-o-r

Sentía su respiración muy cerca de mi, me estaba poniendo muy nerviosa y más por esa palabra que nadie me había dicho

— ¿Esto pasa cuando los dejo solos? — se escuchó la voz de Louis a unos metros de nosotros.

Y ahora venía la parte de la vergüenza, nosotros estando en una posición un tanto comprometedora y él junto con otros cinco chicos

— ¡Chicos! — me dejó como si nada Mike

Más personas en mi casa...

Esto, definitivamente no podía ser bueno.

¡¿Tengo novio?!

Continuará...

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¿Qué les gustaría que pasara en el próximo capítulo? 😆😆😆

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