Epílogo.
Al día siguiente me culparon a mí por la muerte de Katia, solo por haber sido el único presente en el acto.
Pensaron que yo la había empujado, cuando no fue así.
Al poco tiempo me detuvieron.
Espero que ahora estés feliz, Katia.
Pensé al mismo tiempo en que el juez terminó de dictar mi sentencia.
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En agradecimientos les tengo una sorpresita 7u7
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