Capítulo IV
ChanYeol no le habló durante días, de hecho, aún no lo hacía. No supo si hirió realmente al chico o si este en verdad le gustó tener sexo con él y de alguna u otra forma eso lo espantó. El caso era que ya pasaron dos semanas y apenas vio a ChanYeol. Escuchó a su abuela decir que el chico estaba ocupando con unos problemas personales, pero eso no dejó de mantenerlo preocupado.
BaekHyun no supo si él mismo era egocéntrico o si en verdad ChanYeol se escabullía de él. Cuando estuvieron en la parcela de su abuela el tipo ni siquiera le dirigió la palabra más que para darle una orden. Y por muy tonto que sonase, durante los primeros días a BaekHyun se le pasaron muchos rollos por la cabeza, como, por ejemplo, que de verdad le gustaba al alto.
—BaekHyun, ¿estás listo? —Volteó la cabeza y dejó caer su despampanante maleta morada sobre el suelo.
Ya era su hora de irse. La universidad empezaría solo en unas semanas y él necesitaba tener todo listo para empezar el primer año. Era su momento de marcharse y de verdad esperaba despedirse.
Lamentablemente, ChanYeol nunca llegó a pesar de que se lo dijo un sinfín de veces, aunque el otro no le prestó atención. BaekHyun incluso le dejó unas cuantas notas pegadas en el refrigerador y en la puerta del establo de Eyes para que lograse verlo. Sin embargo, el chico no se apareció.
Aún afirmando a su maleta intentó ponerle atención a su abuela, no obstante, todo quedó olvidado cuando empezó a imaginarse a ChanYeol cabalgando sobre su bestia con su sombrero de paja para llegar hasta él y despedirlo, no pedía nada más que eso.
Durante esos días sintió por ChanYeol cosas que no experimentó por nadie más. Incluso lloró en el espacio conmemorativo de su abuelo mientras le pedía al viejo una explicación que nunca llegaría, donde le preguntaba si ya sabía que le gustaría ChanYeol tanto como lo hacía.
Y las cosas terminaron así, con él sintiéndose bastante extraño, siendo albergado por sensaciones que inusualmente se dignaban a visitarlo.
Una vez que se sacó a ChanYeol de la cabeza se despidió de su abuela amorosamente para luego subirse al tren. Esa vez tuvo asiento, incluso uno cómodo al lado de la ventana, además, el chico de las maletas lo ayudó a cargar la suya y a acomodarla adecuadamente.
Sus padres lo llamaron una infinidad de veces para comprobar su salud durante el viaje, BaekHyun la mitad de este no consiguió señal y la otra no tuvo las ganas para escuchar voces alegres diciéndole que lo esperaban en casa.
Cuando se bajó del tren y se subió al bus la cosa no mejoró, siguió doliéndole el pecho y, así como la primera vez, no pegó el ojo durante todo el transcurso. Solo se dedicó a cerrar los ojos mientras escuchaba música y pensaba en el campesino. Oh, el bastardo ese.
BaekHyun se sintió desesperado, un poco triste. Su padre se enteró de inmediato una vez lo vio, pero se mantuvo callado ante la ansiosa voz de su madre retumbando entre las paredes del vehículo mientras se dirigían a casa. Una vez en su hogar se encontró con los casi ajenos brazos de su hermano mayor, el cual lo envolvió con calidez y le dio una hermosa sonrisa de bienvenidas. Lamentablemente, nada de eso lo contentó.
Luego de la cena se vio obligado por su estado de ánimo a encerrarse en su habitación. Su madre y su hermano llegaron a la conclusión de que su amargura se debía a que extrañaba a su abuela, por lo que su padre fue el único en acertar al ir a la habitación de su hijo para preguntar qué pasaba.
—Conocí a un chico, papá —contestó con simpleza cuando este le preguntó.
—Cariño... —murmuró el hombre casi con pena y él apoyó la cabeza calmadamente sobre su hombro.
—Creo que me gusta, aunque no estoy seguro. —Su padre bufó e hizo que sacase la cabeza de su hombro para mirarlo a la cara.
—¿Cómo es eso de que no estás seguro? —BaekHyun cerró los ojos al escuchar a su padre hablándole con palabras pesadas—, ¿acaso puedes estar "no seguro" de estar enamorado?
—No estoy enamorado, papá —se quejó de inmediato.
—Tú mismo lo dijiste, cariño, no lo sabes.
—Me refería a gustar. No mezcles las cosas. —Su padre rodó los ojos y se echó hacia atrás en la cama para apoyarse en uno de sus codos, obligándolo a mirarlo.
—Pero puede ser que tú confundas las cosas.
Esa vez fue el momento de BaekHyun de rodar los ojos.
—Está bien, papá, piensa lo que quieras. De igual forma, no veré a ChanYeol de nuevo. —Su padre se quedó totalmente rígido sobre la cama y se dejó caer por completo sobre el colchón—. ¿Sucede algo?
El hombre negó y enseguida se levantó del colchón para encaminarse hacia la puerta, una vez ahí se afirmó con una mano del marco y se volteó a mirarlo.
—Te quiero, BaekHyun. —Frunció el ceño de inmediato, pero dejó que su padre se fuese sin ser interrogado.
Una vez solo en la habitación, con las luces apagada y sus familiares durmiendo cada uno en su propia cama, se permitió detenerse a pensar.
Se tapó con las mantas hasta el cuello para mantener el calor de su propio cuerpo. Extrañamente, en su casa hacía mucho frío.
Cerró los ojos en un intento por dormir o relajarse, aunque no pudo hacer ninguna de las dos cosas y dio vueltas en la cama una y otra vez para intentar conciliar el sueño.
BaekHyun no creía que le gustase ChanYeol. Bueno... quizás sí, pero eso no tenía nada que ver con él estando enamorado. ChanYeol solo fue cariñoso y lindo, y BaekHyun sintió que era patético pensar que eso lo cautivó.
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—Feliz cumpleaños. —Frunció el ceño y recibió el pequeño envoltorio de regalo.
—Pero aún no es mi cumpleaños. —Le envió una rápida mirada a su hermano, quien estaba sentado al otro lado de la sala, donde le sonrió con malicia—. ¿Qué pasa?
Su padre le hizo un gesto con la cabeza hacia el envoltorio y él, aún dudando, se decidió por abrirlo. El papel lo rasgó con desconfianza, la cual se convirtió en confusión cuando vio unas llaves enlazadas a un femenino llavero rosa.
—El llavero lo compró tu hermano —se excusó de inmediato su padre mientras levantaba ambas manos hasta la altura de sus hombros. BaekHyun se fijó en el accesorio; solo se trataba de una "B" de color rosa.
—¿De qué son estas llaves? —preguntó mientras las elevaba y las hacía sonar.
—Te conseguimos un departamento —dijo su madre de inmediato mientras sonreía ampliamente—. ¡Feliz cumpleaños!
BaekHyun no se lo esperó, pero obviamente no rechazaría semejante obsequio. Le pareció extraño, ya que sus padres no eran de aquello que deseasen deshacerse de sus hijos o algo parecido, aunque su padre solo le dijo en respuesta: ya es hora de que mudes, cariño. Eso trajo consigo una seria de cosas, como por ejemplo que ya no tendría las tarjetas de papá para facilitar sus compras en los centros comerciales.
Definitivamente lo echaron de casa y de la familia también, porque sin las tarjetas BaekHyun no podía hacer mucho.
—Desde ahora vivirás por tu cuenta, Baek. Te encargarás de pagar el arriendo de tu departamento. —Su madre sonrió de forma amplia y le recordó todo sin ningún tipo de filtro que le generó dolor de estómago—. De igual forma, no te preocupes, conseguimos un compañero para que no se te haga tan difícil.
El departamento era grande y a BaekHyun no le molestaba tener un compañero, mientras este no causará problemas estaría todo bien.
Sus padres concordaron que lo ayudarían a comprarle necesario para vivir y le pagarían la universidad, pero debería ser él quien tendría que ver cómo transportarse y quien pagase el alquiler. Es un trato justo, le dijo su hermano. No obstante, BaekHyun debió sospechar desde un principio que su gran regalo de cumpleaños no debió ser del todo gratis.
—Te dejaremos con lo que queda de la mudanza —avisó su padre mientras se apoyaba en la puerta de la entrada. Su madre y su hermano ya bajaron—. Hablé con tu compañero y me dijo que llegará en unas horas. Está haciendo unos papeles para la universidad.
—¿Por qué aún no me dices quién es? —Frunció el ceño con molestia y, para su sorpresa, su padre le sonrió.
—Lo verás por ti mismo. —El hombre salió del edificio después de eso y BaekHyun quedó solo con sus pensamientos mientras intentaba adivinar quién podría ser el chico que sería su nuevo compañero.
Pensó en muchas cosas, muchas personas con distintas personalidades y situaciones, incluso llegó a pensar en ChanYeol. Dios, cuanto extraño a ese bastardo, pensó. Por idiota que sonase, más de una vez soñó con él y con sus manos sobre su cuerpo, aún no podía olvidarlas. Solo bastaba que cerrase los ojos para escucharlo murmurar cerca de su oído. Podía llegar a sentir sus ásperas manos tocándolo, los besos sobre el cuello, la respiración acariciándole el labio superior antes de besarlo. Él, podía sentirlo a él.
Aquello era triste, BaekHyun la mayoría de las veces terminaba llorando. Sintió que perdió algo importante, algo único e inigualable, algo que era solo para él, pero desaprovechó la oportunidad de hacerlo verdaderamente suyo y llevárselo consigo o la vida simplemente no confabuló a su favor. Ni idea. De lo único que estaba seguro era que no tendría otra oportunidad como aquella, la vida no sería tan buena con él.
—¿A qué hora dices que estarás?
BaekHyun saltó asustado. Desde hace horas que se puso a ordenar el departamento y en ese mismo momento estaba agachado delante de la tina con la intención de poner adecuadamente la alfombra de gomitas para evitar las posibles caídas durante la ducha.
—¿Hola? ¿Hay alguien aquí? —El chico al parecer notó la luz que provenía del baño, así que se encaminó hasta ahí, encontrándose con BaekHyun mirándolo desde el suelo con cara de niño asustado.
A pesar de que se sintió bastante aterrado de que un chico desconocido estuviese en su departamento, el recuerdo fugaz de lo dicho por su padre lo hizo mantener una sola palabra en su cabeza: Compañero. Su padre se podía joder, maldición. Su padre lo sabía.
—¿Qué haces aquí? —BaekHyun se alzó un poco para sentarse sobre la orilla de la bañera y miró al chico, quien rodó los ojos.
—Pensé que tus padres ya te comentaron que tendrías un compañeros.
—Por supuesto que lo hicieron, aunque nunca esperé encontrarme contigo, especialmente después de lo que pasó en casa de mi abuela.
ChanYeol se cruzó de brazos y suspiró. BaekHyun lo miró desde abajo y su expresión inmediatamente se relajó. Ese era ChanYeol, el bastardo ese, el campesino... su ChanYeol.
—Te extrañé —murmuró BaekHyun a modo de confesión, obteniendo en seguida los ojos abiertos del más alto, dejando en evidencia que estaba realmente sorprendido.
Al parecer, las dos palabras lo dejaron sin habla, porque el chico lo único que hizo fue balancearse sobre sus propios pies mientras dejaba caer ambos brazos a sus costados y se adentraba con timidez a la pequeñísima habitación.
—Pensé que no te agradaría la idea de tenerme cerca.
—¿De qué hablas? —preguntó casi ofendido y él también decidió pararse.
—Yo... luego de hacerlo... pensé que... —BaekHyun frunció el ceño al notar la demora de ChanYeol—, pensé que intentaríamos algo pero... después de que me dijiste eso me quedó claro que no, así que no quise hacerte sentir incómodo ni nada parecido.
—¿Entonces de verdad me evitaste? —Se cruzó de brazos realmente ofendido y dio un paso hacia el alto.
—Bueno... No fue solamente por eso. Estuve haciendo mi inscripción en la universidad e intentando conseguir donde quedarme una vez que llegase a la ciudad.
BaekHyun miró a su alrededor como si aún no cayese en la cuenta de un pequeño detalle—.¿Desde cuándo que este también es tu departamento?
—Soy tu compañero, BaekHyun. —El alto se volteó, pareciendo realmente ofendido y él se apresuró en tomarlo del brazo para detenerlo.
—¿Hablas en serio? —BaekHyun tuvo la intención de esperar una respuesta sincera y continuar con la conversación, pero cualquier idea fue rápidamente desechada cuando notó con claridad los ojos brillantes del contrario. Le encantaban, así mismo como todo lo que tenía que ver con ChanYeol—. Te extrañé tanto, maldición.
Solo le bastó dar dos pasos más para sujetar al chico de las mejillas y hacer realidad la inevitable unión de sus labios. BaekHyun estuvo encantado con sentir otra vez ese pedazo de carne entre sus dientes. ChanYeol al principio no pareció corresponder el beso y para BaekHyun fue inevitable el sentirse ofendido, cosa que cambió enseguida cuando el contrario lo tomó de manera posesiva por las caderas y lo estampó contra el mueble del lavamanos. Lo terminó por subir sobre la superficie y se puso entre sus piernas mientras le apretaba los muslos con delicadeza.
—Yo también te extrañé —le confesó mientras lo aprisionaba contra el mesón y el gran espejo del baño, haciendo que se enterrase la llave del lavamanos en la espalda baja.
—ChanYeol, espera. Creo... creo que... —BaekHyun logró separarse del alto, empujándolo por los hombros, haciendo que el chico se desequilibrase y terminase golpeándose contra la pared del otro lado del angosto baño—. Mierda, me mojé.
Fue bastante estúpido el no percatarse que el agua de la llave corría ligeramente ante la presión de su cuerpo y que sus pantalones se mojaron por ello. ChanYeol se largó a reír de solo verlo y él bufó. Se bajó del mesón con la intención de ir a su cuarto y cambiarse, pero la idea fue rápidamente desplazada cuando ChanYeol lo empujó por las caderas de vuelta a su antigua posición.
—Déjame pasar. Iré a cambiarme.
El alto se acercó lo suficiente como para besarle los labios, pero no lo hizo—. No es necesario que te cambies.
Lo entendió de inmediato, maldición.
ChanYeol puso ambas manos sobre su pantalón y desabotonó el único botón para luego bajarlo un poco y volver a empujarlo a él contra el mesón para que se subiese, terminando así por sacarle la prenda.
—¿Qué estás pensando ahora mismo, pervertidor?
ChanYeol elevó una de sus cejas, escéptico, como si no creyese que BaekHyun le recriminase eso.
—¿Qué crees que hago, cariño?
BaekHyun se mordió el labio inferior y miró al alto, cuestionándose si era el único de los dos que pensaba en el sexo.
ChanYeol inmediatamente se fue contra él para ir a parar a su cuello, mordiendo y succionado este. BaekHyun se dejó hacer mientras hacía la cabeza hacia un lado, suspiró y sintió las ampliamos manos del contrario tocándole los muslos, por fin.
Todo se llenó de desenfreno, como parecía ser cada vez que se tocaban. ChanYeol terminó sin pantalones y se restregó contra él mientras intentaba quitarle la camisa lo más rápido que pudiese.
Al final los dos terminaron sobre la cama de BaekHyun, la cual era la más amplia. Ambos ya estaban desnudos, tocándose el uno al otro para hacerse sentir especiales, delicados y queridos.
En esa oportunidad ChanYeol lo torturó bastante, lo tocó con pequeñas caricias que lo volvieron loco y no fue sino hasta que BaekHyun tocó de manera nada sutil la entrepierna ajena que el maldito se dignó por empezar a prepararlo; lento y delicado, como la primera vez. Sin embargo, al momento de entrar no fue tan cuidadoso. ChanYeol lo preparó bien, pero eso no significaba que no le doliese, aunque fuese un poco, la estocada con la que inició la penetración.
El vaivén rápidamente se situó de manera rápida y desenfrenada. BaekHyun apenas tuvo tiempo para afirmarse a algo sólido antes de ser penetrado insensiblemente, dejando la habitación llena de gritos y gemidos, tan típico de él. No obstante, francamente les dio igual, incluso después de que el conserje tocó a su puerta diciéndoles que sus otros vecinos se quejaron de lo ruidosos que eran los chicos del departamento nuevo. BaekHyun pensó que todos ellos podían joderse, él tuvo su especial reencuentro con ChanYeol.
La relación con su compañeros pasó rápidamente a formalizarse como la de una pareja, cosa que se recalcó aún más el día en que sus padres quisieron darle una sorpresa a los dos chicos con su visita. Ni su padre ni su madre les avisaron que irían ese domingo en la mañana para comer juntos. Ninguno tuvo idea de nada y BaekHyun con ChanYeol se volvieron lo suficientemente calientes como para hacerlo mínimo cuatro veces a la semana. Y el sábado por la noche era uno de esos días fijado a calendario en el que había "noche de pasión", como les gustaba llamarlo a modo de burla. Bueno... Aunque su madre no debió enterarse de eso.
Aquel día soleado los padres de BaekHyun entraron al departamento de los adolescentes sin permiso. Inclusive se atrevieron a encaminarse hasta la habitación de su hijo, encontrándose de inmediato con la imagen no grata de su BaekHyun desnudo masturbando al ranchero por debajo de las sábanas, dispuesto a llevarse el miembro del otro a la boca.
Su madre terminó desmayada sobre los brazos de su padre mientras que este parecía querer matar a ChanYeol.
Al final el señor y la señora Byun terminaron sentados en la sala mientras los dos chicos se vestían en la habitación del mayor. Una vez que salieron, BaekHyun se encontró con su madre despierta, pero bastante pálida.
—¿Eres gay?
Tragó duro y agachó la cabeza cuando escuchó la incógnita de su madre. Se hubiese sentido aún peor y enterrado en depresión si no estuviese la mano de ChanYeol agarrando la suya con calidez y confianza.
—Sí lo es, señora. —Pudo ver en el rostro de su madre que no le gustó la idea de que el campesino respondiese por su hijo.
—¿Por qué no me lo dijiste, BaekHyun? —La pregunta iba directamente hacia él, pero no encontró las palabras adecuadas para mencionar algo coherente.
Al parecer, su padre vio el terror en sus ojos porque fue él quien le ofreció a la mujer dar un paseo para explicarle todo.
Luego de unas horas, y de un BaekHyun llorando descontroladamente entre los brazos de ChanYeol, llegó su madre junto a su padre.
—Ustedes dos se casaran —demandó la mujer con voz sería mientras los miraba a ambos. Aún tenía los ojos rojos por llorar.
BaekHyun se levantó del sofá y se acercó hasta su madre con el ceño fruncido mientras extendía los brazos, pidiendo mudamente una explicación.
—No voy a dejar que toques a mi hijo si no están casados. —ChanYeol pareció realmente sorprendido por la condición que impuso la señora.
Al final el tema no terminó con más habla. BaekHyun tuvo el indicio de reclamar y hacerle saber a su madre que planes como aquellos no estaba en el futuro cercano de ninguno de los dos, pero esto rápidamente desapareció una vez que ChanYeol decidió aceptar el trato. BaekHyun, aún boqueando como un pez, intentó ver en los ojos de su novio algo de lógica, pero este parecía temer dirigirle la mirada. Solo logró encontrarse con la expresión de su padre, quien le sonreía ampliamente. Su padre, otra vez, se podía joder. Su padre lo sabía.
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Pagando las tarjetas de papá
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Tarjeta especial dada por KpopAwardsOficial
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