Capítulo II
—¡BaekHyun! —El aludido rio alegremente cuando escuchó a su abuela regañarlo.
Ambos amasaban para hacer pan, aunque él solo miraba y era su abuela la que hacía todo el trabajo, pero no por eso no tuvo oportunidad de meter las manos en la masa o entre la harina, aprovechando así cualquier ocasión para ensuciar a la vieja mujer, quien lo regañaba y lo ensuciaba de vuelta.
—¡Baek! —Se dio vuelta hacia la ventana con una sonrisa porque estaba feliz principalmente, no porque ChanYeol fuese quien estaba del otro lado del marco.
Ya pasaron más de dos semanas desde su llegada y todo fue un caos para su estado físico y mental. Su cuerpo estuvo tan cansado que incluso dormía con todo aquel frío que tenía que cargarse durante las noches.
A pesar de que ChanYeol siguió quedándose en su habitación con la aparente excusa de que ayudaba a su abuela, él jamás volvió a tocar la piel del alto, pero maldición, cuánto quería hacerlo.
BaekHyun juraría que nunca antes su vida fue tan dura como en aquellos momentos. Tuvo que hacer miles de cosas que le ordenó su mierda de jefe. Maldición, si incluso tuvo que dejar que le tocara el culo, aunque solo fue para ayudarlo a que alcanzase la puta fruta del árbol. Sí, por supuesto que sí, solo para alcanzar la puta fruta...
—¿Vienes conmigo? —Irían a la feria del pueblo para comprar algunas cosas, ChanYeol se lo dijo la noche anterior mientras él estuvo arropado entre las sábanas.
Se despidió de su abuela con una rápido beso en la mejilla y después de limpiarse las manos se aseguró de tomar el papel que dejó la mujer sobre la mesa, en el cual escribió las cosas que debían comprar.
—¿Iremos sobre Eyes? —preguntó un poco espantado una vez que salió al patio y se encontró con ChanYeol—. ¿No tenemos una bicicleta o algo?
El chico se miró un momento y de primeras pensó que le diría alguna broma pesada o algo, pero se sorprendió bastante cuando el otro dio un paso hacia él para luego pasarle cuidadosamente el dedo pulgar por una de sus mejillas. Frunció el ceño, dispuesto a enfadarse, pero el chico alejó la mano y la elevó para que viese el dedo manchado con el polvo blanco.
—Tenías harina.
Volteó la cabeza un poco incómodo hacia la entrada de la casa, encontrándose así con su abuela cruzada de brazos mientras sonreía. Ella y BaekHyun se hicieron muy cercanos desde su llegada.
—Ahora sube.
Frunció el ceño hacia el campesino y gruñó. Porque sí, independiente de la mierda que hiciese ChanYeol, el tipo seguía siendo un bastardo.
—¿Cómo esperas que suba? No sé hacerlo y la última vez que lo intentamos terminé sentado sobre... —Se calló en ese instante y suspiró para mirar a su abuela, quien parecía bastante entretenida a lo lejos y él solo quiso desaparecer.
—Te enseñaré cómo debes afirmarte —dijo el chico entre dientes.
BaekHyun no pudo hacer más que darle una oportunidad, después de todo sabía que ese era el único tipo de transporte que tenían.
Una vez que ChanYeol paró de hablar, él tomó las dos cuerdas y se puso de cara al brilloso pelaje del animal. Unas grandes manos se posaron sobre su cintura con cuidado, pero estas no hicieron ningún esfuerzo por levantarlo.
—Tendré que tocarte el trasero. Pido disculpas de antemano. —Se sobresaltó cuando escucho la profunda voz de ChanYeol sobre su oído, aunque este no le dio mucho tiempo para pensar cuando finalmente lo elevó y él se puso a chillar. Escuchó a su abuela reír desde lejos y los gruñidos de ChanYeol por debajo de él.
—¡Mierda, Baek! ¡Pasa la maldita pierna!
Obedeció de inmediato y logró quedar sentado correctamente sobre el animal. Vio el ceño fruncido de ChanYeol y su cabello desordenado mientras desataba al animal de la cerca.
—Sube de una vez —pidió, sintiéndose ahora nervioso porque el animal estaba suelto y él definitivamente no sabía como cabalgar... sobre un caballo.
Escuchó a su abuela reírse y le envió su peor mirada, aunque esta estaba más interesada en hablar con ChanYeol en vez de mirar a su nieto sobre semejante bestia.
—Yeol, maldición —susurró para sí mismo cuando sintió que el caballo caminaba lejos de los otros dos.
—Baek, detente —escuchó al chico decir a sus espaldas.
—¿Cómo se supone que se detiene? —medio gritó al ver que el caballo cada vez tomaba un mejor andar.
—Maldición... —ChanYeol gruñó y lo oyó correr por detrás de él.
BaekHyun pensó en miles de posibilidades de que aquello saliese desastroso, así que afirmó las cuerdas con miedo para no caerse e ideó algún plan en su mente para bajarse de esa bestia y evitar hacerse daño, después de todo tendría que seguir trabajando para pagar las jodidas tarjetas de su papá, debía vivir aún.
Dio un grito ahogado cuando escuchó un sonido a su costado, pero no pudo moverse porque, maldición... si se daba vuelta de seguro se caería de esa mierda. Y fue en ese mismo momento en que vio una mano a un costado de la suya y enseguida sintió algo duro chocar contra su espalda. El caballo se detuvo.
—Adiós, señora Byun. Nos vemos en la noche.
BaekHyun tuvo que obligarse a respirar con normalidad, aún sin atreverse a mirar a su abuela porque estaba sonrojado, maldición.
ChanYeol estaba apegado a él, podía sentir perfectamente el pecho duro del contrario chocar contra su espalda. Y mierda... esos malditos brazos que afirmaban las cuerdas del caballo de repente le parecieron demasiado sexys con aquellas venas marcadas.
—¿Te asustaste? —Escuchó la burlona risa del alto a sus espaldas y él resopló.
—Estás demasiado cerca —informó casi en susurros, por lo cual se regañó mentalmente.
—No puedo hacer mucho más. Si me hago hacia atrás no podré tomar las cuerdas.
BaekHyun gruñó cuando lo escuchó murmurar sobre su hombro y prefirió callar. ChanYeol sabía más de aquello de montar que él y definitivamente no estaba dispuesto a manejar solo al temible animal. Quizás esa fue la razón por la que llevó al chico apegado todo el camino a su espalda, rodeándolo con sus brazos porque al parecer el otro en verdad tenía que tomar las jodidas cuerdas para manejar a Eyes.
—¿No quieres intentarlo?
Se sobresaltó cuando escuchó la voz gruesa muy cerca de su oído mientras él estaba tan entretenido mirando a su alrededor. BaekHyun juraría que nunca antes vio tanto pasto en un mismo lugar.
—¿Qué cosa? —preguntó atolondrado y giró la cabeza hacia un lado para mirar al contrario, pareciendo así aún más estúpido.
—El cabalgar, ¿no quieres intentarlo? —Se encontró con la profunda mirada de ChanYeol y él volvió la vista al frente.
—Me da miedo —confesó en un murmuro y le frustró de sobremanera escuchar la risa de ChanYeol por detrás de él.
—Estoy justo detrás de ti. No te pasará nada.
Hizo un mohín con los labios cuando lo escuchó—. Está bien. ¿Qué se supone que tengo que hacer?
—Solo afirma la cuerda y ya está.
Vio de reojo como ChanYeol dejaba descansar las manos sobre sus propios muslos y se quedó ensimismado ahí, viendo uno de los brazos, el cual tenía una delgada pulsera de cuero, además de un anillo grueso en uno de sus dedos.
—Maldición, Baek. ¿Hacia dónde mierda vas? —Miró hacia el frente con urgencia, encontrándose de pronto con que Eyes estaba entrando por una parcela que definitivamente no era suya.
—Dijiste que solo tenía que afirmar la cuerda —exclamó alarmado, pero no hizo nada por remediar la situación, temeroso de que algún acto de su parte pudiera asustar a Eyes.
—Pero también tienes que mirar al frente. —Nuevamente ChanYeol se apegó a su espalda y le quitó las cuerdas, ahora manejando al animal para reubicarlo en el camino.
BaekHyun se arqueó casi sin darse cuenta cuando sintió el pecho del contrario a través de la delgada camiseta y en consecuencia escuchó en consecuencia la burlona risa de ChanYeol.
—No te haré nada, Baek.
Refunfuñó y se decidió a quitarle las cuerdas a ChanYeol para tomarlas él al ver que el animal estaba devuelta en el camino.
—Tampoco permitiría que me hicieses algo. —Resopló y rodó los ojos.
—¿Qué tipo de cosas no me permitirías hacerte? —Se estremeció sin poder contenerse cuando sintió el aliento del tipo contra la oreja.
—¿Qué crees que haces? —preguntó con indignación al ver que el chico aún no se separaba.
—¿Te enseño una manera para aprender a montar? —BaekHyun dio un grito ahogado al ver que ChanYeol ni siquiera pareció escuchar sus palabras—. Montar es como tener sexo, BaekHyun.
Esta vez sí que boqueó y no se contuvo de darle un codazo al contrario en las costillar, provocando que este se hiciera para atrás con un gruñido.
—Hablo en serio.
BaekHyun decidió ignorarlo mientras miraba hacia el frente.
Y entonces lo pensó. El paso apresurado del caballo lo hacía subir y bajar de alguna manera, aunque BaekHyun jamás cabalgó sobre la polla de alguien, pero pudo asumir que se sentiría así.
—Estás pensando en lo que te dije.
—¡Oh, maldición! ¡Cállate! —gritó avergonzado al escuchar la voz burlona del contrario.
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Saludo amablemente a la señora del puesto de verduras mientras le apuntaba hacia uno de los letreros, en petición de que le diera un kilo de cebollas.
—¿Qué más queda en la lista?
Se hizo hacia atrás y elevó el papel que tenía en las manos para que ChanYeol lo viese. Miró hacia su derecha para recibir la bolsa con las cebollas y le pagó a la señora.
—Creo que esto es lo último —murmuró mientras leía lo escrito en el papel y miraba las manos de ChanYeol, quien llevó todo ese tiempo las bolsas. BaekHyun se acaba de dar cuenta de eso.
—¿Quieres que te ayude?
—¿Ah? —ChanYeol dejó de leer el papel para mirarlo, dándose cuenta a qué se refería—. No es necesario, puedo llevarlas yo.
—Vamos... Déjame ayudarte. —Llevó la mano hasta el montón de bolsas que tenía el chico en una de sus manos e intentó tomarlas.
—Déjalo así, estoy bien. —ChanYeol se alejó de él a paso rápido y BaekHyun lo maldijo en su mente.
La jodida feria estaba repleta de gente y más de una vez durante ese mismo día comprobó lo fácil que era perderse entre la muchedumbre, fue por eso mismo que se la pasó pegado al cuerpo del alto.
—¡ChanYeol! —lo llamó mientras iba detrás de él.
Se encontró de inmediato con que el chico se detuvo delante de un pequeño puesto de frutas, el cual era administrado por una mujer que aparentaba tener la edad de su madre.
—Yeol —BaekHyun hizo un puchero una vez llegó al lado del tipo y frunció el ceño—, ¿por qué no me esperaste?
Fue en ese momento que se dio cuenta que el chico hablaba con la mujer. Un poco avergonzado inclinó la cabeza como saludo.
—Ella es mi madre. —BaekHyun volvió a mirar a la mujer e hizo otra inclinación, sintiéndose de repente muy inoportuno e irrespetuoso.
—Deberías irte ya, Yeol. Si tienes tiempo anda a ver a YooRa.
—No creo que pueda, pero envíale mis saludos. —El chico le sonrió ampliamente a su madre antes de tomar a BaekHyun del codo para alejarlo de ahí.
—¿Quién es YooRa? —preguntó una vez ambos estuvieron suficientemente alejados del puesto.
—Es mi hermana. —ChanYeol ni siquiera lo miró mientras habló y BaekHyun agachó la cabeza a la vez que se mordía el labio inferior, pensando en por qué la actitud del alto cambió.
—¿Quieres verla? —El chico tampoco se dignó a verlo cuando preguntó.
—No es como que necesite verla, así que da igual. —BaekHyun resopló y se cruzó de brazos. Le molestaba tanto esa actitud de chulo que tomaba ChanYeol.
—Me gustaría conocerla —comentó mientras miraba a su alrededor, intentando parecer lo más casual posible.
—¿Por qué quieres hacerlo? —ChanYeol apuró más el paso y caminó por delante de él.
—Vamos a verla —insistió mientras se afirmaba del brazo del chico y sonreía con efusividad en un intento de convencerlo.
Para su sorpresa, ChanYeol se quedó mirándolo durante largo rato.
—Pareces una chica —susurró.
BaekHyun de inmediato se sonrojó y soltó él brazo del tipo. Desvío la vista hacia la panadería, la cual parecía ser mucho más interesante que la sonrisa extraña que le regaló ChanYeol.
—No vuelvas a decir eso —susurró lo suficientemente alto como para que el contrario lo escuchase y a paso rápido se encaminó hacia otro lado, cualquiera, simplemente quiso alejarse del tipo.
Desde que BaekHyun fue pequeño siempre estuvo sensible ante ello. Odiaba que sus vecinas lo tomasen de los cachetes y le dijesen lo lindo que era, y no era que le molestase simplemente eso, sino que también las conversaciones que tenían esas mujeres con su madre y de las cuales no llegó a entender nada hasta que tuvo cerca de unos 11 años.
—Deberías llevarlo al médico.
—Sí, quizás te puedan ayudar con BaekHyun. Un poco de hormonas no creo que le hagan daño.
—No quiero meterle a mi hijo drogas siendo tan pequeño.
—No son drogas, mujer. Pero si ese chico sigue así va a terminar siendo más niña que niño.
BaekHyun aquella vez no le dio tanta importancia al tema porque después de todo eran sus vecinas y esas mujeres siempre fueron molestas, pero no fue sino hasta que escuchó a su madre llorar junto a su padre una de aquellas noches que todo cambió, fue ahí cuando tomó más atención en sí mismo. Y era verdad, parecía una niña, incluso en el colegio algunos de sus compañeros lo confundieron con una y BaekHyun siempre lo odió porque él tenía pene, no tetas, maldición.
Quizás fue por eso mismo que detestó tanto a su hermano mayor por un tiempo, porque él era un chico alto, con buen cuerpo y siempre llevaba chicas bonitas a casa.
Esa fue otra de las cosas que le molestaban a BaekHyun, cuando a los trece años una chica se atrevió a besarlo y él juraría que esa fue la experiencia más asquerosa de su vida, nada comparado con ese beso que le dio a un chico a los quince años en una fiesta. Por suerte, consiguió buenos amigos durante aquellos años y pudo obtener de ellos un poco de apoyo emocional.
Su madre nunca lo llevó al doctor para que le administrarán hormonas, aunque eso no hizo que las cosas siguieran su curso "normal". BaekHyun seguía teniendo una apariencia de chica, agregando que le gustaban los chicos y que tenía un hermano súper fortachón que siempre lo llevaba a las comparaciones.
BaekHyun se odio tanto por aquellos años.
Y no pudo apaciguar su corazón hasta que su padre se enteró, al parecer lo vio besándose con un chico a unas cuadras de la casa. Ese fue el día más importante para BaekHyun hasta el momento; lloró un montón mientras su padre también lo hacía y fue la primera vez que lo vio llorar. Se sentaron los dos juntos en el patio, aquel mismo día en que se besó con aquel chico y, tomándolo de las manos, le dijo una y otra vez que estaba bien, que todo estaba perfectamente bien y que seguía amándolo, independiente de que le gustase quien le gustase.
Él se esforzó por asentir obedientemente aquella vez. Eso era lo que necesitaba y estaba tan agradecido con su padre por mencionarlo. Y fue ahí, aún con dieciséis años, cuando a BaekHyun no le dio temor el comportarse según su "naturaleza".
Por suerte, se encontró con que más de uno de sus amigos estaba entre problemas similares y él pudo disfrutar de una vida de adolescente a partir de ahí. No le dio miedo salir de fiestas para toquetearse con chicos o maquillarse excesivamente los ojos con el delineador negro que le robó a su madre, tampoco evitó ponerse ropa ajustada y mover las caderas al bailar más de lo que un chico debería moverlas.
A pesar de por fin sentirse libre, jamás tomó alguna de aquellas posturas frente a su madre. Si salía de fiesta se quedaba en la casa de uno de sus amigos o su padre era el que lo iba a buscar. El hombre algunas veces lo regañó por estar borracho o porque pareció como si lo hubiesen toqueteado, pero la mayoría de las veces se la pasaban riendo de vuelta a casa porque BaekHyun estaba feliz siendo así y su padre lo sabía. El señor Byun estaba seguro que su hijo prefería la ropa ajustada, el delineador y besar a chicos antes que jugar al fútbol y eso estaba bien para él.
—Baek... —Se estremeció sin darse cuenta y volteó la cabeza, encontrándose a ChanYeol mirándolo con el ceño fruncido por la preocupación—, ¿estás bien?
—Claro, ¿por qué no lo estaría? —murmuró mientras volvía a intentar tomar las bolsas que tenía el chico en las manos, haciéndolo sin éxito.
—Pareces triste. Lamento ofenderte si lo hice.
BaekHyun tomó un largo suspiro y sonrío con suavidad.
—No pasa nada. Ahora déjame ayudarte. —Llevó otra vez las manos hacia las bolsas, pero ChanYeol se alejó.
—Las llevaré yo.
Arrugó el entrecejo y bufó.
—¿Por qué no me dejas ayudarte? —preguntó una vez que ambos volvieran a caminar entre la gente.
—No te diré por qué. —BaekHyun hizo un puchero y se puso delante del chico.
—Vamos, dime.
El aludido rodó los ojos, pero notó que el otro evitó que se asomase por sus labios la pequeña sonrisa.
—Tus manos. —ChanYeol sonrió y pasó por su lado. BaekHyun se miró las manos para luego darse la vuelta y seguirlo.
—¿Qué tienen mis manos? —El chico se volvió a detener—. ¿Es por qué tengo manos de chica? —BaekHyun sonrió incómodo, pero ChanYeol no lo hizo.
El alto dejó las bolsas en el suelo, entre sus piernas y tomó sus dos manos, sorprendiendo a BaekHyun.
—Son bonitas —susurró el chico mientras pasaba el pulgar suavemente por su piel y él no pudo evitar sorprenderse porque ChanYeol pareció muy ensimismado mirando sus manos.
—No me costará nada llevar unas cuantas bolsas. Recuerda que durante todo este tiempo fui yo quien acarreó la carretilla de un lado a otro. —BaekHyun intentó ser cómico, pero solo consiguió el ceño fruncido del contrario.
—Es por eso que no quiero que lleves las bolsas —le dijo el otro con el ceño fruncido, como si estuviese enfadado.
ChanYeol tomó todas las bolsas y pasó a un costado de él con aquella misma expresión, dejándolo solo y confundido.
—¡Hey, ChanYeol, espera!
Le costó un poco alcanzarlo, pero una vez que lo hizo lo tomó por uno de los brazos y, con una sonrisa, quitó toda las bolsas que cargaban en una mano.
—Así está bien. Y no me refutes. —El alto lo miró con el ceño fruncido, pero solo suspiró y volvió a caminar a su lado—. ¿Entonces iremos a ver a tu hermana? —ChanYeol se volteó a mirarlo ceñudo, pero luego de meditarlo un poco asintió.
Grande fue la sorpresa de BaekHyun cuando el contrario lo tomó de la mano y lo llevó hasta una floristería. Se detuvieron a mirar las flores y fue justo en el momento en que BaekHyun iba a preguntar el costo de una de las plantas cuando vio a ChanYeol tomar un clavel rosa con rapidez, lo afirmó a él de la mano y se echó a correr, obligándolo a intentar igualar el paso.
Escuchó unos gritos a sus espaldas y luego todo fue un caos. ChanYeol corrió por delante mientras empujaba irrespetuosamente a algunas personas. BaekHyun no se pudo sentir a salvo hasta que ambos entraron a un oscuro callejón, alivio que le duró poco cuando sintió a ChanYeol apegándose demasiado a él. Maldición, que si me empeño podría besarlo y todo, pensó.
Los pasos apresurados de los hombres que los persiguieron se escucharon pasar de largo, pero ninguno de los dos miró hacia la entrada del callejón para comprobarlo, de hecho, se quedaron ahí, mirándose el uno al otro mientras sus respiración se entremezclaban por estar tan juntos. BaekHyun por un momento encontró atractivo a ChanYeol y quiso que lo besase. El chico no era feo, por supuesto que no, era jodidamente atractivo y caliente el maldito bastardo.
—BaekHyun, yo... —Le prestó máxima atención a ChanYeol cuando lo escuchó hablar y se emocionó de sobremanera cuando lo sintió acercarse y, una vez que supo que se detuvo, no pudo evitar estirar un poco sus labios para así tocar los ajenos.
El alto se acomodó sobre sus pies y lo apegó a la pared, aún con las bocas conectadas debido al beso que recién empezó a tener algún tipo de movimiento. El lento contacto creó una sensación cálida y placentera que removió algo en el pecho de BaekHyun, el cual nunca tuvo de esos besos tímidos y paulatinos.
ChanYeol de inmediato comenzó a tomar dominio de la situación, sujetándolo por la mejilla con solo una de sus manos mientras que empezaban los movimientos de cabeza de un lado a otro, teniendo así más contacto y profundidad, especialmente cuando a BaekHyun se le ocurrió incluir su lengua en escena.
El beso terminó al poco tiempo y él se obligó a mantenerse con los ojos cerrados por temor a la reacción que tendría el contrario, aunque una vez que se atrevió a abrir los ojos sintió un efímero beso que fue solo cuestión de presión. Cuando abrió por completo los ojos se miraron el uno al otro y ChanYeol de repente se puso a toser, dejando así en evidencia que el gesto no era más que para esconder el sonrojo que tiñeron sus mejillas.
—¿Ahora dirás que fue un error? —Se aventuró en preguntar BaekHyun, consiguiendo solo el rostro fruncido del contrario.
—¿Qué quieres decir? —Se encogió de hombros ante la mirada del tipo—. No te besé por error.
—Yo tampoco lo hice. —ChanYeol se pasó la lengua por los labios mientras miraba a su alrededor y BaekHyun lo encontró jodidamente sexy—. Esto lo digo solo para aclararlo.
El chico elevó una ceja un tanto burlón y se acercó hasta él para volver a besarlo en un acto sumamente rápido y desenfrenado, tomándolo por sorpresa y haciéndolo gemir vergonzosamente.
—Toma. —BaekHyun elevó ambas manos una vez se separaron y el contrario habló, encontrándose así con el tacto húmedo del tallo duro del clavel—. Supuse que el rosa te gustaría.
No pudo evitar sonrojarse y bajó la mirada mientras recibía la flor entre sus manos. Escuchó la suave risa del chico, pero no le dio mayor importancia y dejó que este tomase todas las bolsas, permitiéndole así oler el clavel cuando los ojos del alto no estuvieron en su dirección.
—Vamos a ver a YooRa. —Obligó a ChanYeol a que le diese un poco de las bolsas y aceptó la mano que le ofreció, logrado que ambos caminasen mientras iban tomados de la mano.
BaekHyun nunca se sintió tan idiota como en ese momento.
Una vez llegaron a una peluquería que estaba cerca de la feria, ChanYeol soltó su mano y se adentró al lugar con él por detrás. El sitio era bonito, pequeño y elegante. BaekHyun se sintió emocionado al estar ahí, quizás porque el lugar se pareció un poco a aquellos que estaban en la ciudad y a los cual él disfrutaba frecuentar.
Esa tarde descubrió que ChanYeol se parecía tremendamente a su hermana mayor y él estuvo seguro de que si no fuese gay de seguro le hubiese gustado la mujer.
—¡Oh! Así que tú eres el nieto de la señora Byun, ¿no?
BaekHyun sonrió incómodo y se acercó hasta los dos hermanos para contestar.
—Llegó aquí hace unas semanas. —Frunció el ceño hacia ChanYeol cuando este respondió por él. YooRa rio con suavidad después de alternar la mirada desde él hacia el más alto.
—¿Y qué hacen aquí?
—Vinimos a verte —se apresuró en contestar una vez que vio a ChanYeol abrir la boca.
—¿A mí? —YooRa dejó espaciar una risa risueña y miró hacia las bolsas que colgaba aún de sus manos—. ¿Vinieron con Eyes? —ChanYeol hizo una mueca, pero asintió—. ¿Entonces cómo esperan llevar todo eso sobre el pobre animal? —El más alto rodó los ojos y abrió la boca con la intención de contestar, pero otra vez fue interrumpido, aunque esa vez por su hermana—. Pueden dejar las cosas aquí. Mi novio y yo las iremos a dejar mañana por la mañana.
—No es necesario que lo hagas —contestó ChanYeol de inmediato.
—Será difícil llevar las cosas mientras cabalgan. Además, ya está anocheciendo. Deberían quedarse en casa e ir a comer algo.
BaekHyun se removió un tanto incómodo en su lugar y empezó a jugar con sus dedos, de repente sintiendo un sonrojo subir por sus mejillas porque quizás había una leve posibilidad de que conociera la casa de YooRa.
—No es necesario que vayamos a tu casa. —La chica chasqueó la lengua y puso ambas manos en sus caderas ante la respuesta de su hermano—. Además, no nos pasará nada. Deja de preocuparte.
—Es tarde, ChanYeol, y sabes que últimamente las cosas no están muy bien por aquí. Deberías tener cuidado y proteger a BaekHyun.
Al principio no le tomó tanta importancia a esas palabras, pero una vez que pasaron los minutos y salieron del lugar se preguntó si lo que dijo YooRa de verdad hizo pensar a ChanYeol de más.
Una vez que ya cabalgaban BaekHyun se dio cuenta de que quizás la hermana del ranchero tenía razón. Salieron hace tan solo unos minutos de la peluquería y en ese momento el cielo tenía un tono anaranjado, pero en ese instante no había nada más que un manto negro lleno de estrellas.
—¿Hacia dónde vamos? —No conocía aquel pueblo con exactitud, pero estuvo seguro que aquel lugar no era por el que tenían que ir.
—Creo que YooRa tiene razón. Es mejor evitar andar por aquí durante la noche.
—¿Qué? ¿Por qué? —BaekHyun hizo la cabeza hacia un costado para mirar hacia atrás, encontrándose así como la mirada oscura de ChanYeol.
Aunque fuese raro, BaekHyun se excitó cuando sintió como el más alto cerraba las piernas, ocasionando que con las suyas apretasen el lomo del animal.
—Hay personas que saquean las parcelas. Debido a eso me quedo donde tu abuela. Además, así puedo ayudarla con los trabajos pesados y cuido de ella.
BaekHyun volvió la vista al frente y acarició el pelaje de Eyes mientras observaba el suelo moverse debajo de las patas del animal.
—Gracias. —ChanYeol hizo un sonido raro con la boca, como si no comprendiese del todo sus palabras—. Gracias por cuidar a mi abuela y por ayudarla.
—Ah... —ChanYeol se encogió de hombros e hizo que el caballo bajase su velocidad mientras se adentraban a un terreno que él desconocía—. No tengo problema con eso. Tu abuela es agradable.
BaekHyun se mordió el labio inferior y miró hacia el frente, encontrándose con una gran casa con segundo piso bien iluminada.
—¿En dónde estamos? —ChanYeol detuvo a Eyes y extendió las manos para ayudarlo a bajar. Él frunció el ceño y se cruzó de brazos—. Dime donde estamos.
—Pasaremos aquí la noche, Baek. Ahora bájate para que Eyes beba un poco de agua y pueda atarlo. —Se terminó por apoyar sobre los hombros de ChanYeol para descender del caballo.
—¿Nos quedaremos aquí? —preguntó una vez tocó la tierra húmeda con ambos pies—. ¿Y qué es este lugar exactamente?
ChanYeol bufó y dejó que su caballo tomase un poco de agua del canal que había a un lado antes de atarlo a la casa, al parecer a un lugar especial para dejar los caballos.
—Te lo diré si prometes que no te molestarás.
—¿Por qué me molestaría?
Una vez que el alto caminó hacia el interior de la casa él rápidamente lo siguió por detrás, deteniéndose solo cuando el otro se paró delante del mostrador. BaekHyun alcanzó a leer el letrero neón que había detrás de la señorita del escritorio, pero por la sorpresa no hizo más que boquear y ver como ChanYeol hablaba incómodamente con la joven. Una vez terminó lo llamó por su nombre, pero él no contestó, así que el alto se vio obligado en tomarlo por la muñeca para arrastrarlo por las escaleras hasta el piso superior.
—¡¿En qué estás pensando?! —chilló una vez que ChanYeol abrió una puerta marrón y a tirones lo ingresó a la habitación.
—No grites —gruñó el otro para luego suspirar y cerrar la puerta detrás de él—. Supongo que debes sentirte incómodo, yo también lo estoy.
—¿Entonces me podrías explicar por qué mierda estamos en un motel?
El alto rodó los ojos y se acercó hasta el único sofá que había en la habitación para sacarse la chaqueta.
—Dormiremos aquí. Te dije que es peligroso moverse de noche.
—Lo sé, entiendo esa parte, pero aún no me aclaras por qué hay una sola cama en nuestra habitación.
BaekHyun se permitió darle una mirada a su alrededor con más profundidad, encontrándose así con las paredes de color vino, la cama matrimonial en el centro, un pequeño sofá individual debajo de la ventana y una puerta blanca a uno de los costados, la cual supuso que era el baño.
—Sé que no te hace mucha gracias, pero nos quedaremos aquí, te guste o no.
Se llevó ambas manos hasta las caderas y soltó un suspiro mientras intentaba calmarse.
—Ahora explícame la parte de la cama.
ChanYeol se encogió de hombros y se bajó el cierre de su sudadera—. No tengo el dinero para arrendarte una cama de oro, BaekHyun. Confórmate con lo que hay.
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