Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo I

BaekHyun amaba mucho a su madre, pero justo en ese momento la consideró la mujer más cruel y vil que pisó la Tierra.

—Solo serán unos días.

Observó a su padre en busca de ayuda.

—No me mires así. Estoy de acuerdo con tu madre.

—¡Pero, papá!

—Baek, necesitas algún tipo de castigo, ¿no crees? —Hizo un puchero y desvío la mirada de los ojos de su padre, quien no lo ayudaba en un momento tan importante como ese—. Estrujaste mis tarjetas de crédito hasta dejarlas sin un mísero won.

Pues él creía que sus padres podían ir a chupar mandarinas con cáscara. Tenía necesidades, así como cualquier ser humano, y estas debían ser satisfechas de la manera correspondiente.

—¡Pero lo necesitaba! —gritó eufórico al ver que nadie tuvo intenciones de salvarlo.

—¡No me vengas con cosas de niños pequeños, BaekHyun! —gruñó su madre, quien era la que parecía tener las riendas de esa familia—. Estás castigado y trabajarás para pagar las tarjetas de tu padre.

—¡Nunca las podré pagar! —gimoteó mientras hacía una mueca de bebe llorón y sacudía las manos con exageración.

—Pues aún te queda bastante por vivir para que puedas pagar tus deudas.

—Ahora anda a tu habitación a hacer tu maleta. Te irás mañana a primera hora —avisó su padre mientras lo apuntaba con uno de sus dedos, acusador.

—¡Pero no quiero!

—Nadie te mandó a comprar tantas cosas que no necesitas. —Su madre se levantó de la mesa para llevar los platos sucios a la cocina.

—¡Lo necesitaba!

—BaekHyun, dime cuándo usarás el rizador de cabello. Porque yo aún lo veo muy sellado dentro de su caja.

Frunció el ceño ofendido y se llevó una mano al pecho—. ¿Estás queriendo decir que mi rizador no es una necesidad?

—¡No cuando ya tienes otros tres más! —chilló su madre.

—¡Son para distintos tipos de rizos!

Ambos padres callaron y lo miraron atentamente, como si estuviesen lamentándose por tener un hijo como aquel.

—Te consentimos demasiado, cariño —susurró su padre y pasó una mano por sobre la mesa para acariciar la suya, dándole consuelo—. Es hora de que aprendas a valorar las cosas y lo que cuesta conseguirlas.

—Nuestra idea no es enviarte a trabajar para que seas infeliz, Baek; deberías saber que nuestros deseos están bien alejados de eso. Simplemente queremos que consigas las cosas por tu propia cuenta, que sepas defenderte en este mundo de gigantes.

BaekHyun lloriqueó y dejó caer la cabeza sobre la mesa de madera en la que estaban cenando.

Los odiaba, los odiaba mucho.

|•••|

Cuando le dijeron que saldría a primera hora nunca pensó que sería así, tan literal, porque realmente jamás se imaginó siendo despertado por su madre a las cinco de la mañana para que se alistase porque cariño, el bus sale en una hora. Maldición... si lo peor de todo era que en una hora no alcanzaba a alistarse.

—Llámanos seguido, ¿sí, bebé? —BaekHyun rodó los ojos cuando su madre le apretó las mejillas y besó su frente.

—Si es que encuentro señal para el teléfono, mamá. —Sus padres rieron con suavidad por su comentario.

—Después de los primeros días lo pasarás bien —Su padre le sonrió ampliamente al hablarle—. Además, recuerda que es ahí donde conocí a tu madre y vivimos nuestra adolescencia. Quién sabe, quizás el amor de los Byun esté por allá y encuentres a una chica bonita.

Frunció el ceño. Él no tenía ninguna intención de emparejarse con una campesina. BaekHyun era gente con clase.

—Espero no traer a nadie conmigo de allá —dijo con sinceridad y su madre formó un mohín con los labios.

—Está bien, cariño. —La mujer hizo un gesto de manos para restarle importancia al tema—. Solo asegúrate de trabajar, cuidar a tu abuela y no embarazar a nadie.

Chasqueó la lengua y se cruzó de brazos para después rodar los ojos. Su padre lo miró divertido y abrazó a su madre por la cintura, compartiendo un secreto con él como dos confidentes.

—Ahí viene tu bus. —Se volteó para ver el automóvil acercarse al correspondiente carril.

—Recuerda que tienes que tomar el tren y después ir a la dirección que te anoté en el papelito para que te lleven hasta la casa de tu abuela.

BaekHyun resopló y se acomodó mejor el bolso sobre el hombro—. Lo sé, mamá. —Miró hacia atrás y se acercó a sus padres para abrazarlos—. Ya me voy.

Estiró el brazo con la intención de tomar la maleta que tenía su padre, pero este se negó y fue él quien se acercó hasta el bus para subir su equipaje en el maletero.

—Cuídate, bebé. —Le asintió a su madre y permitió que esta le diese un beso en la frente.

Se despidió de sus padres por última vez con un movimiento de manos y se apresuró en subirse al bus para luego buscar con urgencia su asiento. BaekHyun se sintió realmente infeliz durante el viaje y no durmió en todo el transcurso aún cuando las luces estuvieron tenuemente encendidas para que no molestasen a nadie, además de que todavía no eran ni las siete de la mañana. Todos los pasajeros parecieron dormir, incluido aquel abuelo que estaba a su lado y que lo único que hizo durante el viaje fue roncar.

Cuando el bus llegó a su parada no hizo más que bajarse con rapidez para buscar su maleta y luego correr hacia la estación de trenes. De inmediato recordó las palabras de su madre: Sal en seguida, BaekHyun. Tendrás que correr hasta el tren para alcanzarlo o sino tendrás que esperar el siguiente. Y así hizo, corrió por todo el bendito lugar arrastrando su maleta por el camino de tierra, ocasionando que una polvareda se alzase a sus espaldas y lo hiciese toser. Por suerte, consiguió entrar al tren, aunque eso no lo hizo sentirse más aliviado, ya que el lugar estaba repleto de personas y, a pesar de que él era un chico pequeño, no pasó desapercibido debido a su gran maleta morada con detalles negros. Le costó tanto dinero, se lamentó. No debió llevarla ahí en primer lugar.

BaekHyun fue brutalmente empujado hacia una de las paredes del tren, donde tuvo que apegarse a la ventana para no mirar hacia la gente, ya que si se daba la vuelta quedaría justo debajo del brazo de aquel hombre que sudaba con tal exceso que era increíble.

Horas y horas pasaron y BaekHyun empezó a tener sueño, por lo que se maldijo a sí mismo por no dormir en el bus. Ahora estaba ahí, de pie y en un tren lleno de gente que no dejaba de hablar, aunque definitivamente no era el mejor lugar para tomar una siesta. Además, pareció que el transporte en cada parada recibía a más y más gente. BaekHyun en ningún momento pudo suspirar con tranquilidad y sentarse en un jodido asiento, incluso se bajó sin tocar el dichoso trozo de tela donde tanto quiso poner el trasero.

Una vez que descendió miró con atención la estación. Tenía un insignificante recuerdo del lugar gracias a las veces que lo llevó su madre cuando era niño.

El sitio de por sí era feo y descuidado, para nada comparable con la estación de Seúl, aunque a BaekHyun le gustó más aquella debido a lo natural y rústica que era, al menos esa estación tenía plantas saliendo por entre el cemento y no basura como la de la ciudad.

Sacó su fantástico celular del bolsillo para ir con rapidez a las notas del dispositivo y buscó la dirección que le anotó su madre. Por suerte, no le costó encontrar la vivienda debido a la poca población que había por esos lugares.

Tocó la puerta con el puño cerrado y se esforzó por formar una sonrisa con los labios, pero por más que lo intentó no pudo. Realmente estaba cabreado y lo único que quería era echarse sobre su cómoda cama para dormir.

—Buenas... —BaekHyun asintió un poco adormilado—. ¿Necesitas algo?

—Estoy... —Llevó una mano a su boca para tapar el bostezo y continuó—: Estoy buscando a la señora Byun. Me dijeron que si venía a esta dirección me podrían ayudar. —BaekHyun levantó la cabeza para concentrarse por primera vez en la persona con la que hablaba—. Wow... —susurró sin poder evitarlo y el chico lo miró con el ceño fruncido—. Eres bastante alto y tus orejas son muy notorias.

Al parecer al contrario no le hizo nada de gracia su comentario porque se cruzó de brazos y se recargó en el marco de la puerta para darle una mala mirada.

—Supongo que eres el nieto de la señora Byun —habló el otro para luego observarlo de arriba a abajo. Ese fue su momento de fruncir el ceño—. Y, aparentemente, eres bastante irrespetuoso.

BaekHyun se llevó ambas manos a las caderas y miró al contrario con el ceño fruncido—.¿Acaso te di el derecho de decir algo sobre mí?

El chico le dio una sonrisa ladina y luego se enderezó—. ¿Y acaso tú pediste permiso para hablar sobre mí?

Dio un paso hacia atrás, completamente ofendido, y miró al contrario ceñudo.

—No estoy aquí para perder el tiempo contigo. ¿Qué tal si me dices de una buena vez dónde está la persona que me puede ayudar?

El chico siguió mostrando esa sonrisa donde levantaba solo una de las comisuras de su boca y dio un paso hacia él para cerrar la puerta a sus espaldas. El extraño se encaminó hacia un costado de la casa y desapareció por unos minutos. BaekHyun no hizo más que cruzarse de brazos y luego bufar, pensando que el bastardo ese lo dejó a su suerte.

Un resoplido animal se escuchó demasiado cerca de él y eso lo asustó, aunque se sintió aún más aterrado cuando vio como una gran bestia salía de uno de los costado de la casa. Entró en pánico y, en un intento por alejarse de semejante monstruo, se cayó de culo sobre el suelo polvoriento. El extraño aquel se carcajeó tanto que BaekHyun no pudo evitar sonrojarse. Se levantó con lentitud mientras mantenía la mirada fija en el animal por si este pensaba atacarlo.

El bastardo bajó de la bestia, se apoyó en el lomo de esta con aire relajado y lo vio burlesco mientras él se sacudía los pantalones que se ensuciaron debido a la caída.

—Aquí le traje al personaje que le puede ayudar, señorito Byun. —El aludido abrió la boca, desconcertado.

—¿Qué es eso? —preguntó casi con indignación apuntando hacia el animal. De inmediato recibió el ceño fruncido del contrario.

—¿Cómo que "qué es eso"? —preguntó ofendido el contrario—. Es un caballo, señorito. ¿Acaso usted no conoce cómo son los caballos?

BaekHyun resopló, logrando que uno de los mechones de su cabello volase por su frente—. Claro que sé cómo son.

El chico le dio otra de esas sonrisas suyas y se alejó del animal para caminar hacia él—. Se llama Eyes...

—No te pregunte cómo se llamaba.

El orejón rodó los ojos, pero sonrió—. Y yo soy ChanYeol. —Esa vez BaekHyun guardó silencio y el chico extendió una mano—. Un gusto, señorito Byun.

—Deja de decirme 'señorito Byun'. Me llamo BaekHyun —dijo a regañadientes mientras se cruzaba de brazos y exponía el claro rechazo a la mano extendida.

—¿Se ha dado cuenta que su apellido es la mitad de su nombre, señorito Byun?

Frunció el ceño y miró hacia otro lado para luego suspirar y cerrar los ojos.

—¿Podrías decirme en qué dirección está la casa de mi abuela? —preguntó en un susurro mientras se abrazaba el estómago y dejaba caer cualquier tipo de barrera contra el tipo. Para su sorpresa, este suspiró para luego subirse al caballo.

—Soy la persona que te llevará hasta allí. Sube.

BaekHyun se sintió extraño luego de que el chico hablase, le recordó a las comedias mexicanas o a las novelas románticas de la era medieval, donde habían caballeros con armaduras y princesas con hermosos vestidos. Baekhyun se negaba rotundamente a ser la princesa, especialmente por el vestido.

—No sé cómo subir —murmuró con la intención de que el chico no lo escuchase, pero aun así lo hizo.

El bastardo, aparentemente llamado ChanYeol, bajó del caballo luego de bufar—. ¿Te ayudo a subir?

—Tengo una maleta con ruedas. —Su equipaje era tan solo una excusa, ya que realmente le temía al animal.

ChanYeol miró hacia el objeto y suspiró—. Puedo llevarla arriba.

—Prefiero caminar —zanjó en un susurro al ver que el otro se dirigía hacia su maleta.

—Está bien. Como quieras.

Luego de ello el sujeto no se subió sobre el caballo, en vez de eso tomó las dos sogas que estaban amarradas en una cosa extraña a la boca del animal y tiró de él, haciendo al caballo resoplar.

—Es bonito —se permitió decir mientras observaba al mamífero de color azabache. Tiró de la manilla de su preciada maleta, la cual ahora no podía estar más asquerosa.

ChanYeol le sonrió sinceramente por primera vez mientras acariciaba al animal y él también sonrió, ya más animado.

—La casa de tu abuela queda lejos. De seguro te cansarás.

BaekHyun rodó los ojos ante el comentario, pero sonrió autosuficiente.

Y mierda, el bastardo no mentía. BaekHyun caminó durante una hora por el ardiente sol para dirigirse a la casa de su abuela, sumándole a esto que estaba muerto de hambre porque el almuerzo pasó ya hace dos horas.

Su estómago rugió vergonzosamente y él lo cubrió con una de sus manos, como si con ello pudiese ocultarlo del alto chico.

—¿Tienes hambre? —Volteó la mirada sorprendido hacia ChanYeol y luego de pensárselo un momento asintió—. De seguro tu abuela te espera con un rico almuerzo.

—Gracias por darme esperanzas —comentó con un poco de burla mientras ambos se adentraban por un camino que estaba bordeado por muchos árboles.

ChanYeol rio con suavidad mientras palmeaba suavemente el costado del animal—. ¿Seguro que no quieres subir?

Miró hacia arriba para observar al caballo y alzó una mano con la intención de tocar su lomo, sorprendiéndose al encontrarse con un pelaje suave.

—No te hará daño, lo prometo. —Desvío su vista hacia ChanYeol, quien se inclinó levemente para que lograse escucharlo.

—¿Qué hago con la maleta?

—No te preocupes por ella, yo la llevo. —ChanYeol tomó el objeto y Baekhyun juntó sus manos al no saber qué hacer.

—¿Cómo...? ¿Cómo subo? —preguntó en un murmuro mientras ponía ambas manos sobre el caballo y miró su reluciente pelaje.

Sintió unas grandes manos que lo tomaron por la cintura y con un agarre fuerte lo alzaron. Baekhyun entró en pánico de inmediato porque no supo de dónde agarrarse y todo sobrepasó su límite cuando sintió una mano tocándole el trasero. De igual forma, logró afirmarse de una de las cuerdas, pero el tirón del objeto provocó que el animal se alterase y resoplase con fuerzas, asustándolo y causando que soltase el agarre, yéndose de espaldas sobre el tipo, ante lo cual cerró los ojos y escuchó como las patas del caballo golpeaban contra la tierra suelta de manera alterada. Él no sufrió dolor alguno por la caída, entonces fue recién ahí que se dio cuenta que estaba acostado de espaldas cómodamente sobre el chico y, aunque no quiso notarlo, Baekhyun tuvo muy en claro que quedó sentado sobre la entrepierna del contrario. Una vez abrió los ojos se dio cuenta que el caballo se echó a correr por el sendero.

¡Eyes! —Luego del grito de ChanYeol se hizo rápidamente a un lado con la finalidad de darle espacio al otro para que se levantase.

El chico se echó a correr detrás del caballo y eso lo aturdió, así que se levantó con lentitud y tomó su maleta para arrastrarla sobre la tierra con urgencia. Cuando llegó donde estaba el otro se dio cuenta que este acariciaba repetidas veces la cabeza del caballo mientras apegaba su frente a la del animal y susurraba cosas que él no alcanzaba a escuchar.

—¿Estás bien? —preguntó BaekHyun al ver el rasguño que había en el brazo del contrario.

ChanYeol se volteó a mirarlo y le sonrió apenado—. Lo siento, debí enseñarte primero cómo debías agarrarte.

El chico se separó del caballo y se acercó hasta él, mirándolo de pies a cabeza otra vez.

—¿Estás bien? —Para su sorpresa el contrario lo tomó por las mejillas y se acercó hasta él para ver detalladamente su rostro. Se sintió como el puto caballo en ese momento—. Si la señora Byun se entera de esto me matará. —Al estar tan cerca BaekHyun también pudo verlo con más detalle. Notó especialmente aquel rasguño que tenía en uno de sus pómulos—. Te llevaré a la casa de tu abuela antes de que termine contigo —dijo con burla el chico, pero él no estuvo con ánimos para reír.

—¿Tú estás bien?

ChanYeol se volteó a mirarlo con ambas cejas alzadas, un poco sorprendido, y luego asintió.

—No te preocupes por mí. Estas cosas suelen pasar. —El chico volvió a acariciar el caballo y emprendió otra vez la marcha—. Estamos cerca de la casa de tu abuela, se puede ver desde aquí.

BaekHyun siguió el dedo de ChanYeol, encontrándose así con la pequeña casa entre tanto árbol frondoso y sin poder evitarlo sonrió.

|•••|

—¿Seguro que no hay ningún problema? —BaekHyun hundió la cuchara dentro de su plato de sopa luego de escuchar a ChanYeol hablar.

—Por supuesto que no, Channie... —respondió la anciana mientras le sonreía ampliamente al susodicho—. Además, no es la primera vez que te quedas aquí y después del favor que te pedí deberías descansar.

BaekHyun resopló sin poder evitarlo. Apenas llegó a la casa de su abuela fue apretujado y abrazado como era típico de ella, aunque la sorpresa de que esta saludó con la misma alegría y cariño a ChanYeol le llegó como un balde de agua fría.

—Y ya está oscuro como para que vuelvas solo a tu casa.

A pesar de todo concordó con su abuela y, pasaba que ChanYeol no le caía del todo bien, pero sí estaba muy oscuro como para que volviese solo en su caballo, sumándole a esto que quizás podría sufrir un inconveniente como lo tuvieron mientras iban de camino.

—Lamentablemente no tengo muchas habitaciones, pero no creo que te moleste dormir con BaekHyun.

Dirigió la mirada hacia el más alto, viendo como este elevaba ambas cejas, como preguntándole si estaba de acuerdo. Y bueno... no es que exactamente estuviese de acuerdo, en realidad pocas ganas tenía de que aquel chico interrumpiese en su habitación.

—No hay problema —terminó diciendo mientras se encogía de hombros.

Después de todo, el otro estaba herido y fue por su culpa. BaekHyun aún se sentía un poco mal por eso.

Su abuela les mostró la habitación con rapidez, pasándoles también todo lo necesario para que se pudiesen acostar.

—¿Quieres que te desinfecte las heridas? —preguntó una vez que su abuela se fue y ambos quedaron dentro de la habitación.

—No te preocupes. Yo puedo con esto. —ChanYeol le mostró aquella sonrisa ladina y BaekHyun apretó los dientes, maldiciéndolo en su cabeza al verlo acercarse a la puerta para salir por esta.

—Bastardo —susurró para sí mientras abría su polvorienta maleta morada.

Se cambió al pijama con rapidez, aunque este no era más que una gran camiseta y unos pantalones de chandal. Miró hacia el acolchado que había en el suelo y suspiró. Una vez que se acostó y se tapó con las mantas tuvo que dar varias vueltas en busca de comodidad.

—¿Ya estás dormido? —Gruñó cuando oyó la voz y al poco rato después la puerta cerrarse. En respuesta recibió una suave risa.

Se tapó con las mantas hasta la cabeza mientras cerraba los ojos en un intento por dormir, pero no pudo, maldición. Escuchó a ChanYeol cambiándose y luego como este se metía debajo de sus propias mantas.

BaekHyun odiaba tanto acostarse ahí, no porque estuviese ChanYeol ni fuese la casa de su abuela, sino porque pasaba frío cada vez que se quedaba en ese jodida habitación. Además, recordó que su madre acostumbraba a llevar mantas de más para él y eso lo hizo extrañar su casa.

|•••|

Dos horas. Lo sabía; pasaron ya dos horas y estaba seguro de que era así gracias a su teléfono, aunque en realidad este no sirviera para nada más debido a la inexistente señal.

Se hizo un ovillo sobre el acolchado y se acomodó lo mejor que pudo con las mantas para mantener el máximo calor.

—ChanYeol... —susurró una vez que se dio cuanta que no podría dormir debido al frío, independiente de lo cansado que estuviese.

—Mmm... —Lo escuchó quejarse y él se destapó para mirarlo, encontrándose solo con la maraña de cabellos que sobresalía por entre las mantas, la cual distinguió gracias a la molesta luz lunar que entraba por la ventana.

—¿Sabes dónde puedo conseguir más mantas? —La habitación se quedó en silencio y BaekHyun de repente se preguntó si el otro chico se quedó dormido.

—¿Tienes frío? —ChanYeol sonó mucho más despierto.

Las palabras mencionadas hicieron avergonzar a BaekHyun, quien le dirigió una rápida mirada porque sabía que el chico lo estaba observando—. Sí, un poco.

Cuando no escuchó nada más pensó que quizás ChanYeol no lo oyó o que incluso se durmió, pero en realidad solo pudo darse cuenta unos segundos después, cuando notó algo gris moverse por su derecha y luego un peso extra cayó sobre su cuerpo. ChanYeol lo cubrió.

Giró su cabeza para intentar encontrase con su mirada y agradecerle, aunque se sorprendió un poco cuando lo encontró de espaldas a él y cubierto con una manta roja. BaekHyun podía jurar que el chico estaba tapado con una gris.

Por un momento se sintió extraño, como si tomase algo que no era suyo, quizás por eso, luego de que pasaran veinte minutos y de que estuviese seguro de que el chico estaba dormido, se destapó y se acercó gateando hasta el contrario junto con la manta, poniéndola luego sobre el cuerpo ajeno. BaekHyun sobreviviría sintiendo un poco de frío, estaba seguro, pero aquello era tan malo para su piel... Hizo un puchero con los labios mientras miraba la espalda de ChanYeol. Si se acercaba un poquito seguro que no lo notaría, ¿cierto?

Corrió cuidadosamente el acolchado hasta dejarlo a un lado del contrario y se acostó, sintiéndose de repente un poco desvergonzado por estar muy cerca del otro chico, pero necesitaba calor, independiente de si este provenía del odioso ranchero que lo llamaba 'señorito Byun'. Así que se hizo un ovillo y se tapó bien con las mantas, acercándose cautelosamente hacia el cuerpo del alto para tener un poco más de calor, levantando así cuidadosamente las mantas del contrario para meterse debajo de ellas. Sus manos estaban heladas, así que las metió debajo de las frazadas, sintiendo por accidente la piel caliente del contrario, sorprendiéndose de paso porque este tenía el torso desnudo y maldición, ChanYeol era jodidamente caliente.

Confianzudamente puso una mejilla sobre la espalda desnuda y se sorprendió por la temperatura, encantado de sobremanera por tener algún tipo de fuente de calor. Por ello después puso sus manos y luego acercó más su cuerpo, quizás fue por eso mismo que al día siguiente amaneció apegado como lapa al contrario y, mierda, él no estaría despierto ni por si acaso si ChanYeol no lo estuviese llamando.

Sintió al chico moverse en un intento por girarse y él de inmediato se apoyó en uno de sus codos para levantarse y así darle espacio al contrario para que se moviese, aunque solo terminó desequilibrándose y aplastando su cara contra el pecho desnudo del tipo. Desnudo y caliente, cabía agregar.

—Lo siento —se disculpó de inmediato cuando levantó la cabeza, encontrándose con la oscura mirada de ChanYeol y su ceño fruncido.

—¿Por qué mierda amanecí contigo pegado a mí? Si mal no recuerdo, anoche estabas como a dos metros de aquí.

BaekHyun se mordió el labio inferior e intentó poner las rodillas sobre el acolchado para alzarse, aunque solo se encontró con las extremidades del alto, recibiendo un gruñido de su parte. Maldición, ¿dónde se metió?

—Lo siento. Yo... —Agachó la cabeza en un intento de que no se notase su sonrojo y se hizo hacia un lado, cayendo sobre el que era su acolchado. Miró al techo para no dirigir su mirada al contrario—. Tenía mucho frío anoche. Quizás me apegué a ti sin darme cuenta.

Mentiroso. Fue él mismo quien tocó aquella suave y caliente piel expuesta. Por cierto, ¿cómo estaba sin camiseta cuando él se cagó de frío?

Escuchó a ChanYeol resoplar y desvío la mirada hacia él para ver que se levantaba. BaekHyun tenía sueño y aún no quería levantarse. Maldición, si aún ni siquiera salía el sol.

Se metió más por debajo de las sábanas para seguir durmiendo, pero fue cosa de minutos cuando lo escuchó. Tuvo que taparse las orejas para que el molesto corococó del jodido gallo de su abuela no lo dejase sordo.

—Tiene que levantarse, señorito Byun. Hoy es su primer día de trabajo.

BaekHyun rechinó los dientes una vez que escuchó la burlona voz del contrario, pero aun así no se levantó. Quizás fue por eso mismo que ChanYeol terminó quitando sus mantas de un tirón y lo dejó expuesto al frío de la mañana.

—Noo... —se lamentó y a tientas buscó las mantas para volver a cubrirse, encontrándose solo con las manos del campesino, quien terminó por tirarlo y ponerlo de pie como si se tratase de un muñeco de trapo.

—Viene aquí a trabajar, señorito Byun, así que levántase.

—¿Acaso me estás dando órdenes? —BaekHyun frunció el ceño y levantó la cabeza para mirar al contrario porque este era innecesariamente alto.

—Soy tu jefe, así que tendrás que hacerme caso.

Seguía sujeto por las muñecas y tiró de ellas para alejarse del contrario, aunque este no opuso ningún tipo de fuerza con él. Una vez que se alejó se cruzó de brazos y el contrario lo imitó de inmediato, aunque este elevó una ceja y él gruñó al darse cuenta que tendría que hacerle caso.

—Sal de aquí. Me cambiaré de ropa.

ChanYeol se dirigió hasta la puerta corrediza—. Te espero afuera. Si no sales dentro de cinco minutos seré yo mismo quien te vista y te lleve a trabajar.

Una vez que el bastardo salió por la puerta BaekHyun imitó las palabras del chico con un tono burlón y agudo mientras se apresuraba en vestirse.

|•••|

—Maldición —susurró mientras se agachaba para buscar el cepillo por debajo del mueble.

Por más que estiró la mano no alcanzó a tomarlo y maldijo a todo el jodido mundo por ponerlo en esa situación, especialmente al maldito campesino. Se pasó todo el día ocupado, primero tuvo que alimentar a los animales, y aquello estaría bien si ChanYeol no le pidiese que llevase la carretilla con la comida de los cerdos, sumando que el chico le metió maíz en los bolsillos de pura maldad y las gallinas lo persiguieron y le picaron las pantorrillas. Y luego, justo antes del almuerzo, ChanYeol le pidió que limpiara el corral de las vacas mientras el idiota estaba arriba de una escalera e intentaba arreglar el cable de la ampolleta, aunque eso le pareció una excusa para verlo en todo su esplendor mientras intentaba echar la mierda de las vacas en una carretilla.

Ya pasó el almuerzo y, para su suerte, su abuela preparó algo delicioso, aunque eso tampoco hizo que ChanYeol se alejase de él, más bien almorzaron en la misma mesa e incluso se sentó a su lado. Su abuela estaba encariñada con el ranchero, dándole más cariño del que le daba a su propio nieto. Eso ponía a BaekHyun estúpidamente celoso.

—Baek, ¿qué mierda haces? Te dije que tenías que cepillar a los caballos.

Gruñó y levantó el cuerpo para mirar al contrario—. Deja de joderme y ve a hacer alguna de tus cosas inútiles, ChanYeol.

BaekHyun refunfuñó para sí mismo y estiró aún más el brazo por debajo de la maldita mesa, llevándose un rasguño de paso, lo que lo hizo jadear.

—¿Qué haces? —Volteó otra vez la cabeza, encontrándose a ChanYeol en cuclillas a su lado.

—Se me cayó el cepillo —susurró con un puchero en los labios, pero no lo miró.

Escuchó a ChanYeol moverse por detrás de él y de repente extrañó mucho estar en su casa, en su cama, disfrutando de las vacaciones y quizás haciéndose alguna mierda en el pelo con el jodido rizador que compró y que tanto era "innecesario".

Se asustó un poco cuando vio que el mueble era levantado, encontrándose luego con que ChanYeol era el que estaba sosteniendo el gran trozo de madera.

—¡Apresúrate!

BaekHyun actuó de inmediato ante el gruñido del alto y tomó el cepillo, alejándose en seguida para que ChanYeol dejase caer el mueble. El alto sacudió ambas manos y BaekHyun miró el cepillo fijamente, de repente sintiéndose triste porque no le gustaba eso de trabajar y recién era su primer día.

—Apresúrate en terminar tu trabajo.

BaekHyun sintió su labio temblar y apretó fuertemente el cepillo que tenía entre las manos mientras intentaba igualar su respiración. Por un momento, cuando vio que ChanYeol se agachaba y se ponía en cuclillas por delante de él, pensó que lo regañaría por alguna mierda y él se sintió aún peor porque ese chico era odioso, aunque tenía bien en claro que él mismo lo era aún más.

—¿Te duele mucho? —Sintió un suave tacto en la muñeca y fue ahí cuando vio el rasguño ensangrentado que dejó el toque constante con la madera.

Quitó la mano con algo de brusquedad y dejó el cepillo en el suelo para después levantarse y caminar a paso rápido por entre las viñas.

—¡Hey! ¡¿Qué haces?!

Se asustó un poco cuando sintió un fuerte agarre en su brazo ileso y entonces miró hacia ChanYeol, dándose cuenta que en verdad se acumularon las lágrimas en sus ojos porque no lo pudo ver con total claridad.

Se soltó del brazo del contrario de un manotazo y se dirigió a un lado del gran pozo, donde había un pequeño lugar con pasto bien cortado y unos árboles a su alrededor junto con la pequeña pajarera que colgaba de una de las ramas, la cual tenía la foto de su abuelo. BaekHyun se sentó en el pasto con la vista fija en el pozo y abrazó sus rodillas. ChanYeol estaba parado donde mismo, ahora apoyándose de uno de los palos que sujetaban la estructura del cultivo.

—¿Me darías cinco minutos de descanso? —Por suerte su voz no salió temblorosa, aunque sí ronca. No lo miró y simplemente continuó con su vista hacia adelante.

—Si no vuelves en cinco minutos vendré yo a buscarte. —Asintió hacia las palabras autoritarias de ChanYeol y esperó a que se fuese para luego esconder la cabeza entre sus rodillas.

No supo cuánto tiempo estuvo así, hablándole en silencio. BaekHyun lloró mucho la muerte de su abuelo y con su muerte se dijo a sí mismo que no iría a la casa de su abuela nunca más, el recuerdo lo atormentaba. No obstante, era su abuela después de todo, aunque sí estuvo dos años sin ir, el tercero se encontró con una mujer demasiado rota y pensó que ella debió estar mucho peor que él; la dejó ahí sola. Era por eso que luego fue religiosamente a la casa de la anciana durante las vacaciones. Le gustaba sentarse a un lado del pozo, donde murió su abuelo. Al tercer año de su muerte compró una gran pajarera, la cual consiguió con sus ahorros de todo un año, y la definió como el símbolo de su abuelo en la Tierra. Después de todo, al viejo le encantaban los pájaros y a pesar de que su abuela los dejó a todos libres el día siguiente del funeral en un símbolo de paz, BaekHyun quiso seguir pensando que su abuelo estaba entre aquellos pajaritos que visitaban su pajarera los días de invierno.

Luego, cuando creció, fue a fiestas y se convirtió en un adolescente. El dolor pasó un poco y ya no se sentía tanto en la obligación de visitar a su abuela, aunque sus padres de igual forma lo arrastraban con ellos.

De todas las veces que BaekHyun estuvo ahí jamás vio a ChanYeol, aunque sí lo recordaba de alguna manera, donde su abuelo estaba ahí, a un costado del pozo mientras lo tenía a él de pequeño sobre sus piernas y le contaba sobre un muchacho que tenía su edad y que vivía a unas cuantas parcelas de la suya.

—Baek, ya pasaron cinco minutos.

Miró hacia ChanYeol y sintió una inexplicable melancolía. Su abuelo le habló de él, pero nunca llegó a verlo hasta ese momento.

—¿Qué tengo que hacer ahora? —preguntó mientras se levantaba, sintiéndose un poco mejor de ánimo, aunque ChanYeol se mantuvo mirándolo con el ceño fruncido.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro