17
Habían planeado ir ese fin de semana a la playa, la siguiente semana Jungkook comenzaba con sus exámenes y quería aprovechar el tiempo que tendría antes que estos. Alistaron sus cosas un día antes ya que debía levantarse temprano para aprovechar el fin de semana. JeongIn prácticamente salto de la cama apenas Jungkook prendió la luz de su habitación, a Minho le costó unos minutos despertar y comenzar a vestirse. En cuanto a Jungwon, el pequeño no despertó y tuvieron que vestirlo con él durmiendo.
Jungkook también estaba algo inconsciente, nunca había sido fácil para él levantarse temprano. Todos estaban emocionados por su paseo, los niños no conocían el mar así que eso los hacía ponerse más impacientes por llegar. El viaje duro dos horas en las cuales Jungwon y Jungkook se durmieron totalmente, Minho había tomado el puesto de copiloto ya que el pelinegro mayor quería dormir abrazando a su bebé. JeongIn por su parte se mantuvo entretenido mirando el paisaje, preguntando todo lo que viniera a su cabeza, cuando visualizo la playa soltó un grito. El rubio se giró a mirar pero sus bebés ni siquiera se movieron, tenían el sueño bastante pesado.
—No grites, por favor— le pidió su hermano mayor mientras bajaba un poco la ventana. Una brisa suave entro haciendo que cerrará sus ojos disfrutando, la playa era bonita y por lo que Yugyeom había dicho era pequeña, no querían un lugar donde se acumularan muchas personas. Querían algo tranquilo para estar.
A medida que se acercaban a la playa se dieron cuenta que era un lugar muy colorido, todas las casas tenían un color fuerte y bonito. Habían unas cuantas personas caminando por las calles, habían ferias artesanales, comida y un hermoso muelle. Gracias al GPS y a qué Minho era un excelente guía lograron llegar al pequeño hotel donde habían hecho reservas, estaba cerca de la playa y tenía cerca los demás servicios. Estacionó el auto en dónde le indicaron y bajaron sus maletas para caminar hacia la recepción, sin duda habían hecho una gran elección, el lugar era hermoso y acogedor.
Jungwon seguía aún algo adormilado en los brazos de Yugyeom, Jungkook mantenía a JeongIn de la mano ya que pensaba que el niño saldría corriendo en cualquier momento momento por lo emocionado que estaba. Yugyeom le informó a la recepcionista que habían hecho una reservación.
—Perdón pero hubo un error y en vez de una habitación con tres camas, hay dos habitaciones, con una cama grande y otra con dos— se disculpó la mujer. El rubio se giró a mirar a su novio en busca de respuestas.
—¿Al menos las habitaciones están cerca una de la otra?— preguntó Jungkook caminando hacia la mujer.
—Si, están una frente a la otra, no tiene porqué preocuparse por eso. Esto es un lugar muy tranquilo y aún así el hotel tiene una gran seguridad— habló la mujer intentando convencerlos.
—Podemos dormir tú en una habitación y yo en otra, para que los niños no duerman solos— propuso Jungkook no muy convencido de estar separados.
—Pueden ustedes dormir solos y nosotros en la otra habitación, no tienen porque preocuparse— les dijo Minho, para él no era problema estar con sus hermanos y además creía que los mayores necesitaban un poco de privacidad.
—¿Estás bien con eso?— preguntó Yugyeom recibiendo una afirmación de parte de Minho.
—Yo no estoy muy de acuerdo con eso, no quiero que esten solos— se quejó Jungkook.
—Estaremos bien, además solo será para dormir— le dijo Minho para tranquilizarlo. No muy convencido Jungkook terminó de aceptar, la habitación de los niños tenía dos camas y habían decidido que los más pequeños dormirían juntos y el mayor solo. Aunque había posibilidades de que Jungwon se cambiara de cama ya que había veces que JeongIn se movía mientras dormía o incluso hablaba.
Su habitación era grande, una cama blanca estaba en el centro, las ventanas estaban abiertas así que una brisa se colaba por el lugar dándole un aire limpio y reconfortante. Acomodaron sus cosas y luego decidieron salir para recorrer el lugar. JeongIn se emocionaba por todo lo que veía, la gente que los veía pasar los encontraba demasiado tiernos.
Nadie los miró mal o les hizo alguna cara desagradable, así que todo se sentían muy cómodos. Jungwon iba de la mano de Jungkook mientras los mayores entrelazaban sus manos, y JeongIn iba de la mano sobrante de Yugyeom. Minho caminaba a la par mientras sacaba fotos, quizás si debió traer sus lápices para poder pintar, el lugar lo relajaba.
Recorrieron las cercanías del lugar, compraron algunas cosas para que los niños hicieran un castillo para cuando se acercarán a la playa. Volvieron al hotel a la hora de almuerzo y luego de esto por fin fueron a la playa.
—¡Me encanta!— grito JeongIn emocionado cuando sus pies tocaron la arena— Quiero entrar, ¿Puedo?— preguntó. Jungkook le sonrió, le encantaba como sus ojitos brillaban de la emoción y sus manitas jugaban.
—Con cuidado— le dijo el pelinegro. Yugyeom acompaño al niño tomándolo del brazo ya que aún no se sentía confiado de dejarlo solo.
—¿Quieres mojar tus pies?— le pregunto Jungkook al niño más pequeño. Jungwon asintio, lo ayudo a sacarse sus zapatos tomando su mano para caminar al borde del mar. Apenas sus piecitos tocaron el agua estiró sus brazos para que Jungkook lo tomara ya que no me había gustado eso.
El mayor río tomándolo en sus brazos, el agua estaba un poco fría así que el compartiría el sentimiento de Jungwon —¿Que tal si mejor hacemos un castillo?— propuso.
—¡Siii!— le respondió el pequeño sonriendo mientras arrugaba su nariz, el pelinegro no se pudo resistir así que beso su pequeña naricita. Se alejó un poco y sacó los juguetes para que el niño pudiera usarlos. Él nunca había sido muy bueno construyendo cosas y tampoco le daba curiosidad hacerlo.
JeongIn al ver a su hermano jugar se acercó corriendo a él, también pudo notar como Yugyeom se acercaba feliz de ayudarlos a construir—No le den tanto a Yugyeom porque si no les va a construir un hotel más grande del que vinimos— se burló recibiendo una mala mirada de parte del rubio.
Dejó que su pareja jugará con los niños h se sentó junto a Minho que estaba bajo un quitasol— No me gusta mucho el sol, pero esté lugar es muy agradable— le comentó el adolescente cuando se sentó a su lado.
—Si, debemos salir más seguido, no me gusta que estén mucho tiempo encerrados entre el colegio y el departamento que no hay mucho lugar— Yugyeom escuchaba atento las palabras del amor de su vida, aunque no pareciera.
—Por nosotros está bien, esto es mucho más de lo que podemos pedir— le aseguró el menor.
—Ustedes se merecen lo mejor del mundo y si está en mis manos dárselos, lo haré— le sonrió recibiendo una sonrisa de respuesta. Minho apoyo su cabeza en el hombro de Jungkook relajándose junto a él.
La tarde fue agradable, Jungwon había jugado todo el tiempo con las palas y juguetes que habían construido un castillo bastante bonito, que era de esperarse con la experiencia que tenía Yugyeom para construir cosas. Pero antes de que pudiera sacarle alguna foto o incluso admirarlo, una ola había llegado demasiado cerca y lo había destruido, su trabajo de toda la tarde. Jungkook y Minho habían querido reírse pero al ver la cara triste de sus tres bebés y padre, se habían contenido.
Cuando ya estaba anocheciendo volvieron al hotel, se ducharon y pusieron ropa más abrigada, ya que la noche estaba un poco fría. Luego fueron por su cena, el ambiente era tan agradable y fresco que aseguraron esa misma noche que debían volver si o si al lugar, todos habían quedado encantados. Los niños estaban cansados así que apenas los habían arropado sus ojitos se habían cerrado cayendo dormidos.
—Cualquier cosa no dudes en hablarnos— pidió Jungkook a Minho quien estaba jugando con su celular.
—Esta bien, pero descuiden, yo sé lidiar con ellos— obvio que sabía, prácticamente los había criado, lo que eran esos niños era gracias a él, él los había mantenido con vida y había logrado cuidarlos a pesar de ser tan joven.
Los mayores le sonrieron y salieron de la habitación, al entrar a la suya Jungkook se dejó caer sobre la cama, el viaje y su caminata lo habían agotado.
—Me encantó este lugar y a los niños también— comentó mirando como Yugyeom se acercaba la camisa blanca que llevaba puesta. No pudo evitar recorrer su cuerpo con la mirada, no es como si nunca lo hubiera visto así, el rubio siempre se paseaba en boxer por el departamento antes de la llegada de los niños. Y desde que dormían juntos este solía dormir solo con un pantalón de pijama.
No importaba cuántas veces viera el cuerpo de su pareja siempre quedaba embobado por el, le encantaba cada centímetro del cuerpo del rubio.
—Si, a mi igual me encantó. Me gusta que estemos los cinco sin ninguna interrupción.
El pelinegro decidió dejar de comerse con la mirada a su novio y se dispuso a ponerse pijama. Poco a poco se acostumbraba a cambiarse frente a él, era porque Yugyeom nunca lo hacía sentir incómodo, nunca lo miraba demás, Jungkook confiaba en mostrarle su cuerpo y estaba seguro que sería a la única persona que podría mostrarse desnudo sin sentirse incómodo o recibir malos comentarios. Primero saco su pantalón y se puso el de su pijama. Luego retiro su polera pero antes de poder poner la del pijama unas manos lo tomaron de la cintura haciéndolo estremecer.
—Mi bebé bonito ¿Porque eres tan precioso?— le susurró el rubio dejando besitos sobre su cuello. Jungkook contuvo la respiración, las caricias en su cintura se deslizaron hacia su cadera y así continuo de arriba hacia abajo, mientras los besos eran repartidos por toda su nuca robándole más de un suspiro.
—Supongo que me hicieron con amor— murmuró siguiéndole el juego. Los besos se movieron hacia adelante y el pelinegro tuvo que tirar de su cabeza hacia tras para darle más lugar al rubio para que pudiera besa y morder a su antojo su cuello. Las manos tomaron fuerte su cadera y lo tiró hacía atrás, pegándolo por completo al pecho del otro, sintiendo un bulto chocar contra su trasero.
Mierda. Amaba a Yugyeom, amaba provocarlo, amaba pegarse a él y tentar al rubio, le gustaba eso porque sabía que podía parar en cualquier momento. Solo hacia falta una palabra o un gesto y Yugyeom se detendría, tenía el control porque el rubio siempre lo dejaba a él empezar con los besos y caricias, o siempre pedía permiso antes de hacerlo.
—¿Será muy atrevido decir que quiero comerte?— volvió a susurrar en su oído haciendo que su piel ardiera.
Se giró y tiró de la nuca del mayor para hacer que sus labios se unieran mientras caían a la cama con el pelinegro sobre el regazo del otro. Sus labios se buscaban, chocaban y dejaban salir sonidos, segundos después sus lenguas también se unieron brindándoles muchas sensaciones que no podían contener. Cómo la primera vez que habían tenido un encuentro así Jungkook movió sus caderas haciendo fricción entre el miembro del rubio y su trasero, sabía que eso ponía loco al mayor. Y como era de esperarse las manos en sus caderas apretaron su agarre, sabía muy bien que el rubio se contenía y lo dejaba avanzar a su paso, solo pasaría lo que Jungkook quisiera que pasará.
Y él en ese momento quería todo.
—¿Puedo tocarte más?— rogó. La desesperación en su voz le llenó el corazón de ternura, Yugyeom quería pero si el no se lo permitía él no lo haría. Era como un niño queriendo su dulce.
Su miel.
Asintió. Rápidamente las manos de Yugyeom bajaron hacia su trasero para comenzar a masajearlo a su antojo empujando de este para que su trasero se sintiera más cerca de su notable erección. Gimió alto, deseaba y pedía a los dioses que las paredes fueran lo suficientemente gruesas para que no se escuchará nada de lo que tenían pensado hacer. Que sus niños no escucharán nada.
Sus bocas se separaron y los labios de Yugyeom bajaron por su cuello haciéndolo tirar su cabeza hacia tras para darle más acceso sin dejar de mover sus caderas duramente contra el miembro del rubio. Los labios bajaron por su pecho encontrándose con los rosados y erectos pezones del pelinegro, sin dudarlo ni un segundo introdujo uno a su boca.
Jungkook gimió alto y tomó la cabeza del rubio, enterrando sus dedos en el pelo, no sabía muy bien si quería alejarlo o acercarlo más. Cuando los dientes del mayor mordieron levemente supo que quería más, que quería que Yugyeom le hiciera el amor hasta el cansancio.
—Deja de mover tus caderas tan deliciosamente— gruñó el rubio contra su cuello.
—¿Por qué?— preguntó sin parar sus movimientos, sintiendo como el pene del mayor se clavaba entre su trasero.
—Porque voy a correrme y no quiero hacerlo hasta estar dentro de ti— su voz sonó ronca y además de sus palabras habían hecho que Jungkook se excitará aún más, si eso era posible.
—Esta bien. Entra en mí.
Yugyeom lo miró con sus ojos negros, sus labios rojos por los besos y su respiración agitada. ¿Era el rubio la octava maravilla del mundo? Al menos de su mundo era la primera.
Lo tomo por la cintura y le dió la vuelta para dejarlo bajo suyo, se acomodó entre sus piernas y comenzó a similar embestidas. Los ojos de Jungkook se cerraron y dejo que su boca soltara todos los gemidos que quisiera, amaba el lado salvaje de su novio, amaba sentir como pegaba su cadera para hacerlo sentir bien. Sus bocas se unieron en un intenso beso que al separarse dejo rastros de saliva, poco le importaba si Yugyeom dejaba su saliva por todo su cuerpo.
Los beso bajaron por su pecho y se dedicaron a dejar varios en su cintura, cuando dejo uno sobre su zona "v" no pudo evitar levantar su cadera, invitándolo a besar más en esa parte, las manos grandes lo tomaron intentado mantenerlo quiero pero el quería moverse— Quieto bebé, por favor— le pidió repartiendo besos por esa parte sensible.
—Si— respondió sumiso. Las manos ágiles terminaron por sacarle el pantalón y su ropa interior dejándolo completamente desnudo.
—Tan precioso, eres la joya más reluciente del mundo— se acercó y comenzó a dejar besos por sus muslos, el pelinegro soltó un quejido intentando no moverse pero estaba tan excitado que quería restregarse contra Yugyeom— Mi bebé precioso. Me encanta ser el único que puede tenerte así, me encanta ser el hombre que está a tú lado.
Los besos subieron por los muslos hasta estar cerca de su entrada— Abre las piernas, bonito— pidió como si se tratara de un amable gesto. Jungkook no pudo negarse y con algo de vergüenza las abrió dejando expuesto ese lugar tan íntimo— Que bebé más obediente.
Debía parar de hablar dulcemente porque eso solo lo provocaba más. Cuando Yugyeom decidió dejar de hablar y lamer su entrada sintió que podía correrse con tan solo ese toque. Nunca pudo imaginarse el placer que le podía provocar la lengua de Yugyeom lamiendo ahí. Lo tomó fuertemente de las piernas para que no pudiera escapar, aunque claramente Jungkook no lo haría, menos cuando había puesto una mano sobre su cabeza empujándolo para que continuara con su trabajo.
Las caderas del pelinegro se levantaron al sentir como la lengua jugaba con su entrada como se le pegaba la gana— Sigue haciendo eso— gimió gustoso. Iba a protestar cuando su lengua dejo de lamer su entrada pero se callo rápidamente cuando la boca de Yugyeom tomó su pene y lo comenzó a lamer.
Dios.
—Chupa— ordenó Yugyeom sacando el pene de Jungkook de su boca. Puso tres dedos cerca de la boca del pelinegro y este sin dudar los metió a su boca chupando tanto como pudiera— Deja de hacer todo tan sexy porque voy a correrme de solo verte.
Parecía una advertencia pero no lo tomo así, sacó los dedos de su boca y tomó la mano del rubio— No, yo quiero que lo hagas dentro de mí —dió una lamida a los dedos que ya había llenado de saliva.
El rubio lo miró sorprendido, sin dejarlo continuar bajó sus dedos y comenzó acariciar su entrada para luego introducir uno lentamente. Apretó el brazo del mayor intentando regular su respiración, sabía que Yugyeom lo trataría bien y que lo haría lento para no lastimarlo.
Aunque al principio se sintió incómodo por la intromisión y luego de que el rubio hiciera un excelente trabajo, se encontraba gimiendo con tres dedos moviéndose dentro de él, empujaba sus caderas sin poder evitarlo, quería sentirlo más y más adentro— Yugyeom...entra por favor, necesito...— se quejó desesperado. El calor lo estaba consumiendo.
Yugyeom retiro con cuidado sus dedos y se posicionó entre las piernas de su bebé— Debes decirme si quieres que pare, si te duele o si simplemente no te gusta— beso su frente. El pelinegro asintió seguro de que no se arrepentiría de su decisión.
Quería eso. Quería eso con Yugyeom y con nadie más.
Ambos se miraron cuando el miembro del rubio comenzó a entrar lentamente. Cuando sintió que la pelvis del mayor chocaba con su trasero se dió cuenta que ya estaba completamente adentro. Sus ojos se cerraron, se sentía tan bien, tan lleno, tan necesitado. Yugyeom esperó un momento y luego salió solo dejando la punta adentro para luego entrar nuevamente, repitió está acción varias veces.
Jungkook comenzaba a desesperarse, queria más, necesitaba que el rubio entrara fuertemente— Amor...más rápido.
Cómo si de una orden se tratara comenzó a moverse más rápido tanto que sus cuerpos sonaban al chocar, se levantó y cogió las piernas de Jungkook para comenzar a embestirlo más rápido, más fuerte, su trasero chocaba contra él y lo apretaba deliciosamente. En la habitación se escuchaban sus gemidos y el sonido que hacían sus cuerpos al unirse, por como ambos se movían deseosos, uno contra el otro para sentirse más cerca.
—Tan bonito, tan delicioso— le dijo Yugyeom. Jungkook estaba tirado hacia atrás, con sus se ayudaba a empujar sus caderas contra las del rubio aunque esto no fuera necesario ya que Yugyeom se encargaba de moverlo a su antojo. Tenía los ojos cerrados y gemía sin control.
La habitación se hizo pequeña y ambos estaban envueltos en calor. Cuando el miembro del rubio tocó un lugar dentro de él, levanto su cintura y arqueó su espalda gimiendo fuertemente— Así que aquí es.
No sabía muy bien de que hablaba el rubio y tampoco le importo mientras siguiera moviéndose como lo hacía él estaría bien— Más rápido.
—Como ordene.
Yugyeom tomó sus piernas y las subió a sus hombros para comenzar a embestirlo más rápido, más profundo, escuchar los gemidos descontrolados del menor era música para sus oídos y para su miembro que en cualquier momento explotaría. Cuando sintió el interior de Jungkook contraerse supo que estaba cerca así que aumento el movimiento de sus caderas para darle más placer a su bebé y para su propio placer.
—¡Mierda!— gimió Jungkook cuando ya no puedo más y se corrió manchando su estimado y también el de Yugyeom.
El rubio por su parte siguió embistiendolo un poco más hasta que su miembro se libero llenando el interior del menor de su semilla. Siguió embistiendo hasta que sus caderas no pudieron más y su cuerpo inundado por el placer dejo caer las piernas de Jungkook y se acomodo en su pecho. Las respiraciones agitadas se escuchaban acompañadas del sonido de las olas.
Volviii después de tiempo sin haber actualizado 🤧
Prometo que ya para este año voy a estar más atenta en terminar las historias que tengo pendientes y subir unas cuantas más. Feliz inicio de año 💕
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