12
Su mañanas había sido algo caótica. La alarma no había sonado y habían despertado demasiado trade, tanto que tuvieron que rogar para que dejarán que Minho y JeongIn entrarán a clases.
Habían corrido de aquí por allá por el maldito despertador y también porque ambos estaban profundamente dormidos, después de su beso el rubio lo había convencido de dormir abrazados, cosa que al principio el pelinegros rechazo pero que después terminó por encantarle.
Estaban tan cómodos abrazándose que sentían que no necesitaban nada, hasta que Jungwon los despertó porque tenía hambre. Había sudo una loca mañana que también había provocado que llegara tarde a su nuevo trabajo, esperaba que esto no afectará. Entró en el gran edificio, la empresa se dedicaba a la construcción de hoteles y grandes condominios, aunque había una gran competencia está lograba destacar entre las demás por el gran manejo que tenía el dueño y creador. Su jefe, el cual había conocido gracias a la recomendación de uno de sus profesores, era un hombre mayor que en cuanto al trabajo era disciplinado y exigente, pero si lo conocías a fondo el señor tenía un enorme corazón.
Saludó cordialmente a todos los trabajadores, no entendía y no quería entender a los trabajadores que no saludaban al portero o a la persona encargada del aseo, para el todos merecial el mismo respeto, así que desde que había empezado a trabajar los saludaba a todos por igual. Al llegar a la planta principal, que era la última, el recepcionista le indicó que su jefe lo esperaba en su oficina.
Tocó suavemente antes de entrar y escuchó un "adelante". En la gran oficina estaba sentado detrás del escritorio su jefe y enfrente estaba su hijo. Él no lo conocía mucho ya que este era aprendiz para luego hacerse cargo de la empresa, era un muchacho alto y de cabellera negra, debía tener unos años menos que él.
—Buenos días— saludó al entrar.
—Buenos días, Yugyeom— respondió su jefe sonriendo levemente. Luego miró a su hijo cambiando su cara drásticamente. Lo miró sería unos minutos y luego suspiró— Bueno, ya está y no se puede cambiar esto. Ahora como adulto responsable que eres debes hacerte cargó, Jeno.
Reprochó, aunque no sonó muy duro en realidad. Su hijo asintio para luego hacer una reverencia e irse para dejarlos solos.
—Tú me habías dicho que tienes hijos ¿No?— preguntó el señor mientras Yugyeom tomaba asiento frente a él.
—Si, dos pequeños y un adolescente— respondió orgulloso. Su jefe lo miró sorprendido sin saber que decir —Los adoptamos con mi pareja.
—Ya veo— respondió más relajado— Mi único consejo es; enséñales a usar correctamente el condón.
Yugyeom lo miró extrañado por el consejo, aunque era un consejo muy útil, el no se imagina teniendo que darles la "charla" a sus pequeños bebés, aunque sabía que pronto debía hacerlo con Minho ya que este era mayor y no quería que experimentará cosas sin protección. El día en que Minho decidiera experimentar el definitivamente iba a morir.
El señor soltó una risa y volvió a suspirar— Ya ves a Jeno, tiene solo veintidós años y ahora será papá ¿Y sabes porque? Porque olvidó usar el maldito condón, aunque yo le haya enseñado mil veces como se usaba y para que servía.
—Bueno señor, mientras su pareja este dispuesta a tener al bebé su hijo debería hacerse cargo— dijo Yugyeom.
—Lo sé y se lo dije, la cosa aquí es que el muchacho que embarazo no es su pareja y hasta creo que apenas lo conoce.
—Si le sirve de algo, con mi pareja no nos llevábamos muy bien pero los niños nos ayudaron a sacar los sentimientos que teníamos ocultos. No estoy diciendo que su hijo se tenga que casar o algo con el otro muchacho, pero si van a tener un bebé eso los unirá de cualquier manera.
Su jefe lo miró unos segundos y luego sonrió— Para ser joven eres muy sabio, Yugyeom. Además de ser un excelente arquitecto también me he dado cuenta que eres una gran persona, tus padres deben estar muy orgullosos.
Yugyeom le sonrió incapaz de decir que en realidad no tenía contacto con su familia por hacer decidido ser arquitecto.
Los días se hicieron más cansados para los cinco, Jungkook en las mañanas había tenido que ir a trabajar muchas veces a la librería y por las tardes tenía clases. Los niños al salir de la escuela eran recogidos por ellos y al llegar al departamento apenas tenían tiempo por las tareas y cosas pendientes que tenían. Sabían que tenían que darse un tiempo para distraerse y que los niños descansarán de una cansada rutina, así que decidieron tener un día de camping en una parte de la ciudad que contaba con un amplio campo y en el centro un lago donde podían darse un chapuzón.
Alistaron todo lo necesario para su primera salida como familia. El viaje duro una hora y media dónde JeongIn no paraba de preguntar si faltaba mucho y cuando llegarían, Jungwon en cambio durmió todo el camino y Minho escuchaba música con audífonos. Si bien las personalidades de los chicos no se parecían mucho, todos podían notar el gran amor que se tenían con tan solo mirarlos, los mayores se sentían orgullosos del enorme amor de hermanos que se tenían.
Al llegar donde la carretera les permitía se bajaron y tomaron sus mochilas para comenzar a caminar, les tomo unos veinte minutos llegar al borde del lago, había unas cuentas familias pero al ser un lugar amplio estaban bastante alejadas unas de las otras. Pusieron mantas en el suelo y sacaron comida de sus mochilas. El día estaba agradable ya que no hacía frío, pero tampoco calor por la ligera brisa que corría. Por el viaje y la caminata agregando que habían salido un poco más tarde de lo previsto del departamento, habían llegado al lago justo para el almuerzo, así que decidieron almorzar para luego descansar y poder bañarse en el lago.
JeongIn era el más ansioso así que apenas le dieron luz verde para entrar en el lago arrastró a Yugyeom con él para que lo acompañará, Jungwon no quería así que se quedó juntó a Jungkook y Minho en la orilla mientras jugaba con Legos que los mayores le habían regalado.
—Ten cuidado, Yugyeom— pidió Jungkook, el rubio asintio. Sabía que debía mantener a JeongIn en la orilla del lago porque si entraba mucho sería muy hondo para el pequeño niño.
El agua estaba un poco fría, pero eso no impidió que el niños apenas entrara se lanzará de frente empapándose todo y también a Yugyeom —¡Con más cuidado!— le reprendió Yugyeom riendo, no porque le haya lanzado agua si no porque con ese chapuzón podía haberse lastimado.
El niño río ignorando sus advertencias —JeongIn hazme caso porque si no vas a lastimarte y si te haces daño, Papá Kook me va a matar y yo soy muy hermoso como para morir.
—Mamá Kook— le corrigió el niño.
—Si el te escucha decir eso se va a enojar— le apunto con el dedo índice advirtiéndole.
—¡Mamá Kook!— gritó fuertemente JeongIn mientras reía. Yugyeom se giró rápidamente hacia el chico para ver si reacción y por contrario a lo que creía este sonrió dulcemente, eso hizo que su corazón diera un saltó por la alegría y ternura que causó en él. Lo que también lo lleno de felicidad fue que Minho estaba recostado sobre su hombro y Jungkook mantenía sus cabezas unidas.
Sonrió lleno de felicidad. Un día hermoso con las personas que más ama. ¿Podía pedir algo más?
—Fue una excelente idea ir de paseo hoy, los niños estaban muy felices— dijo Jungkook mientras terminaba de secar su cabello. Al llegar a la casa los chicos estaban tan cansados que solo pudieron darse una ducha y caer rendidos a la cama quedándose profundamente dormidos.
—Deberíamos hacerlo más seguido, podríamos ir a la playa algún día— dijo Yugyeom acostado mirando televisión.
—Aunque no me gusta mucho la playa creo que a los chicos si les gustará, debemos ir antes de que empiece mi temporada de exámenes porqur ahí no tengo tiempo —hizo un puchero— No quiero que llegue esa maldita semana, siento que no tendré tiempo para los niños y no quiero dejarlos abandonados.
Yugyeom lo miró sonriendo por lo tierno que se veía —Realmente eres una mamá.
—¡Oye! Dejé que JeongIn me diga así, pero tú no tienes ningún derecho— le reprochó.
—¿Así?— preguntó burlón sentándose en el borde la cama. Aprovechó que Jungkook paso junto a él y lo tiró suavemente dejándolo sentado sobre sus piernas mientras se miraban.
—No empieces con tus juegos— intentó ponerse de pie, pero el rubio lo tomó por las caderas dejándolo quieto en su lugar.
—No me has dado ningún besito. Mi Kooknometro está bajo— murmuró haciendo una carita de cachorro.
—Eres un tonto— río Jungkook. Dudoso paso sus manos por detrás de los hombros del rubio.
—¿Me vas a dar un besito o tendré que robarlo?— preguntó jugando, sabía que Jungkook era un poco tiemudo cuando estaban solos y él se aprovechaba un poco de esa situación.
—Deja de jugar— intento nuevamente ponerse de pie, pero las manos en su caderas no se lo permitieron. Cuándo sus ojos se unieron se acercó para besarlo, pero al contrario de sus palabras al unir sus labios no le dió un besito, eso era un beso, y un beso apasionado que logro robarle un quejido al pelinegro.
Succionó sus labios y luego paso su lengua por la del chico sentado sobre sus piernas, Jungkook abrió su boca dejando que sus traviesas lenguas jugarán entre ellas logrando que la temperatura de sus cuerpos subiera rápidamente. Nunca se habían besado tan apasionadamente, ya que el pelinegro aún no lo dejaba besarlo mucho, pero él siempre se las arreglaba para ganarse algún beso.
Pero esto era mucho más, esto los estaba elevando y excitando como nunca antes se habían sentido.
Las manos de Yugyeom se mantenía firmes en las caderas del contrario apretándolo de vez en cuando. Jungkook subió sus manos para tomar el rostro del rubio y hacer aún más intenso el beso. Cuándo sintieron que no podían respirar se separaron manteniendo sus frentes unidas, sus agitadas respiraciones se mezclaron y era lo único que se escuchaba en la habitación. Sus ojos oscuros se miraron por unos segundos hasta que Jungkook hizo un ligero movimiento de caderas que obligo a Yugyeom a cerrar sus ojos y contener la respiración, apretó su agarre en las caderas del pelinegro para que esté no se moviera, ya que si volvía a sentir ese tipo de movimiento no estaba seguro si podía contenerse.
—No te muevas— susurró con la voz ronca.
Jungkook ignoró sus palabras y volvió a repetir su movimiento, rozando intencionalmente el miembro del rubio que ya había despertado y sentía debajo de él. Yugyeom cerró los ojos intentando contener el gemido que quería dejar escapar ¿Desde cuándo Jungkook podía jugar con el así? El movimiento se volvió a repetir, de adelante hacia atrás rozando su trasero con el ya erecto pene del rubio.
—Jungkook...no juegues así conmigo— susurró con la voz agitada por la excitación. El pelinegro lo miró unos segundos para luego lanzarse a sus labios y continuar con el apasionado beso, pero esta vez acompañado por el movimiento de caderas que cada vez se hacía más intenso haciendo que el beso se mezclara con gemidos que ambos intentaban ocultar por el bien de sus niños.
Yugyeom ignoró su autocontrol y tomó las caderas del rubio pero esta vez paga ayudarlo a moverse sobre él, restregando su pene contra el trasero de Jungkook, logrando sentir la erección del otro en su estómago por lo delgado por lo delgado del pantalón de su pijama. Quería más, quería tomar a Jungkook, quitarle la ropa y hacerle el amor hasta el cansancio, pero su conciencia no se lo permitía con los niños a unos cuantos metros así que tuvo que conformarse con el delicioso movimiento de caderas que lo estaba volviendo loco.
—Voy...voy a correrme— susurró Jungkook contra sus labios.
—Hazlo, bonito— susurró levantando sus caderas para que Jungkook lo sintiera con más fuerza. Tiró de sus caderas haciendo presión para que el pelinegro se moviera con más fuerza sobre él. Nunca pensó que tendría a Jungkook moviéndose de esa manera sobre él, gimiendo contra su boca, y le encantaba lo atrevido que podía llegar a ser.
Cuándo Jungkook cambio el ritmo y comenzó a moverse en círculos ambos se vinieron dentro de sus ropas, juntaron sus labios para reprimir los gemidos que salían de sus bocas.
—Creo que nos tendremos que duchar nuevamente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro